El reconocido crítico británico, Tim Atkin, destaca que Argentina
necesita capturar la verdadera diversidad del varietal emblemático y
comenzar a enfocarse en otras variedades para no caer en la
comoditización.
¿Argentina depende demasiado del Malbec? Pocos países han logrado con tanto éxito que los asocien con una cepa en particular.
Sin embargo, esto está empezando a preocupar a los productores. La
comoditización del Sauvignon Blanc de Marlborough, un vino aún más
predominante en Nueva Zelanda que el Malbec de Mendoza en Argentina, es un precedente que sería imprudente ignorar. Cuando una uva insignia cae en popularidad, por oferta excesiva o precio, puede llevarse consigo al resto de la industria.
En Estados Unidos, principal mercado para las exportaciones de Argentina, la situación es más complicada que en el Reino Unido. Las importaciones del Malbec representan el 60% en el mercado estadounidense,
en Canadá el 42%, en Brasil el 40%, y en el Reino Unido el 38%. Nicolas
Catena de Catena Zapata, un observador astuto del escenario
internacional vitivinícola, piensa que el problema es grave.
"Estados
Unidos es un mercado de moda", agregó. "Algunos consumidores sólo
compran lo nuevo y emocionante, y eso fue por un tiempo el Malbec
argentino. A ellos les gusta la suavidad y la dulzura". Sin embargo,
destacó en el artículo original (inglés) que el crecimiento se detuvo por diversas razones.
En este sentido Catena es un tanto pesimista. Sin embargo, si se tiene en cuenta que el Torrontés representa el 7% de las exportaciones en el Reino Unido,
uno puede comprender su postura. Si Argentina depende su reputación
solamente del Malbec, la diversidad vitivinícola por la cual es famosa
se verá afectada. Su herencia única le ha brindado un rico ensamblaje de
variedades de España, Italia y Francia. El hecho de concentrarse sólo
en una cepa, por más buena y distintiva q sea, la perjudica.
Entonces,
¿qué puede hacer Argentina? Una mirada en el registro vitícola del
Instituto Nacional de Vitivinicultura del país puede ser una alternativa
instructiva. Luego del Malbec (la variedad sin duda más cultivada) existen otras nueve uvas tintas: Bonarda, Cabernet Sauvignon, Syrah, Merlot, Tempranillo, Sangiovese, Pinot Noir, Bequignol y Barbera.
Entre
las uvas blancas, Pedro Giménez lidera la lista, considerablemente
menos atractiva que el Malbec, y la siguen el Torrontés Riojano,
Chardonnay, Chenin Blanc, Torrontés Sanjuanino, Sauvignon Blanc,
Semillon, Torrontés Mendocino, Riesling and Viognier.
Argentina no
es tan buen productor de vinos blancos como lo es su vecino país Chile.
Esto se ve reflejado en las estadísticas de cultivos: las uvas blancas conforman el 23% del total.
Sin embargo, la calidad de sus vinos blancos mejora cada año. Sus
productos han cambiado increíblemente en comparación a lo que eran en el
año 1993, cuando hice mi primer visita a Argentina. Este cambio se debe
no sólo a una mejor viticultura y al cultivo en zonas más frescas a
altas altitudes (principalmente en el Valle de Uco), sino también a una
mejor vitivinicultura y comprensión de que los vinos blancos no deben
condensarse a ser inferiores.
En la mayoría de mis últimos viajes a
Argentina, degusté más de 500 vinos, de los cuales aproximadamente 100
era blancos. Mis conclusiones: el Torrontés, en todos sus
aspectos, es la uva blanca insignia de Argentina, y el Chardonnay
produce la mayor parte de los mejores blancos del país. Entre los principales productores de Torrontés se encuentran Colomé, Etchart, Michel Torino, El Tránsito, Susana Balbo (Crios) y Alta Vista, mientras que Catena lleva la delantera en el caso del Chardonnay, seguido por Doña Paula, Terrazas, Lindaflor y Luigi Bosca.
Las otras variedades para tener en cuenta son el Sauvignon Blanc (Zorzal, Doña Paula y Finca Sophenia), Semillon (Mendel),
Pinot Gris (F Lurton), y Riesling (Humberto Canale). El vino que vale
la pena probar es Gala 3, el complejo e innovador corte de Luigi Bosca,
compuesto por Viognier, Chardonnay y Riesling.
En relación a los tintos, ¿cuáles son las alternativas del Malbec? Sin duda la Bonarda, con una plantación que oscila las 18.000 ha de la superficie total cultivada de Argentina (228.000 ha),
comparada a las 31.000 ha de Malbec. Sin embargo, "no es homogéneo",
según Edy Del Popolo de Doña Paula. "Aún es un gran desafío para
nosotros". No obstante, algunos productores, como Zuccardi y Passionate
Wines, están a la altura de las circunstancias. Uno de los ejemplares
que más me gustan es el Argento BSM 2011, corte de Bonarda, Syrah y
Malbec.
Otras variedades tintas con potencial en Argentina son el Pinot Noir (aunque solamente en la Patagonia y partes del Valle de Uco), Cabernet Franc, Petit Verdot, Tempranillo, Tannat, Syrah y especialmente el Cabernet Sauvignon. Entre los principales productores se encuentran: Chacra, Schroeder y Humberto Canale (Pinot Noir); Andeluna, Pulenta Estate
y Catena Zapata (Cabernet Franc); El Porvenir de los Andes (Petit
Verdot), O Fournier y Zuccardi (Tempranillo); Colomé, Michel Torino, San
Pedro de Yacochuya y Davalos (Tannat); Graffigna, Finca Eugenio Bustos y Finca Las Moras (Syrah); y Riglos, Catena Zapata, Andeluna, Trapiche, Piatelli, Doña Paula y Cobos (Cabernet Sauvignon).
En conclusión, considero que en su mayoría los mejores vinos tintos de Argentina son cortes, especialmente de Cabernet Sauvignon y Malbec.
El ejemplar argentinos más impactante que he probado es el Nicolas
Catena Zapata 2001, con una composición 88% Cabernet y 12% Malbec. Estas
variedades tienen algo en común, ambas son originarias del suroeste de
Francia, y al parecer se combinan maravillosamente en los climas más
templados de Argentina.
Otros cortes top, compuestos por otras
cepas son: Quimera de Achaval Ferrer, Gran Corte de Pulenta Estate,
Bobó de Trapezio, Gran Enemigo, Cobos, Riglos Gran Corte, Colomé Estate, Michel Torino Altimus, O Fournier B Crux, El Tránsito Pietro Marini Reserva Roble, Trapiche Iscay, Cheval des Andes, Caro, Masi Corbec, Fabre Montmayou Grand Vin, Bressia Profundo y Noemía J Alberto. Todos, exponentes muy complejos.
Un dato a tener en cuenta es que el Malbec continúa siendo lo mejor de Argentina: aromático, texturado e intenso en sabor. El
problema es que Argentina insiste en ofrecer un sólo estilo de Malbec.
El desafío para los enólogos argentinos es capturar la verdadera
diversidad de su cepa emblema, expresando los diferentes
matices de sus regiones y subregiones. No es algo fácil de lograr, pero
Argentina debe sacar el mejor provecho del Malbec, mientras conduce
gentilmente a los consumidores hacia otros vinos.
Traducción: Carolina Lucesole
Fuente: http://www.timatkin.com/articles?494
Escritor de vinos premiado y Master of Wine con 25 años de experiencia.
Escribe para varias publicaciones, incluyendo The World of Fine Wine,
OLN, Vino Gourmet Traveller, Imbibe y Mujer y Hogar, aparece
regularmente en la BBC1 los sábados y dirige su propia escuela de vinos
en Londres. Es co-presidente del International Wine Challenge, y ha
ganado más de 20 premios por periodismo.
Fuente: Area del Vino
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