Ahora que estamos en el mes de la vuelta al “cole” me ha llamado la
atención un artículo sobre los libros de texto que suelen utilizarse en
el colegio. Concretamente el artículo trata sobre el bajo nivel de evidencia científica de los consejos de salud de los libros de texto de los escolares.
El artículo presenta un estudio en el que se analizaron los consejos sanitarios de los libros de texto, obteniendo como resultado que la mayoría tienen poca base, o más bien, ninguna evidencia científica que las respalde.
Hace poco hemos hablado de la importancia de la prevención, también desde la fisioterapia. El caso es que la escuela es un lugar ideal para dar buenos consejos de salud que puedan servir a los pequeños como ejemplos a seguir para llevar una vida saludable y con calidad.
Sin embargo, lo que ha encontrado el estudio es que (cito textualmente) “casi una cuarta parte de los mensajes de salud que contienen los libros de texto tienen un nivel de evidencia desconocido.
Deben quedar establecidas normas para la elaboración de textos con
mensajes de salud, basados en la mejor evidencia científica disponible
que permitan mejorar la salud de los niños”.
Es decir, que se está desperdiciando la oportunidad de presentar a los niños
un conjunto de consejos sencillos pero fiables sobre hábitos
saludables, como pueda ser alimentación, ejercicio, huida de los hábitos
tóxicos, prevención de enfermedades…
La prevención como pilar central de la salud
En nuestra sociedad, se han producido grandes avances médicos que
han propiciado el tratamiento y curación de numerosas enfermedades. Sin
embargo, uno de los logros más importantes es la prevención.
Es más, esta es en muchos casos la única o, al menos, la más eficaz de
las medidas para disminuir el sufrimiento producido por dolencias y
enfermedades.
Es decir, que hay enfermedades muy difíciles de tratar, o que dan
lugar a complicaciones, pero pueden ser relativamente sencillas de
prevenir. Algo tan sencillo como evitar el exceso de dulces y bollería
industrial, realizar ejercicio físico y mantener una vida activa es la
mejor fórmula para garantizar una buena salud por muchos años.
Como señalan los autores del estudio, al igual que en la asistencia
sanitaria se solicite a los profesionales que actúen siguiendo lo que
dictan los resultados de los estudios científicos, desechando
tratamientos con poca o nula evidencia, es más que razonable pedir que
los consejos de salud que se den a la población en general y a los niños
en particular estén basados en pruebas científicas que los respalden.
La edad infantil y la adolescencia son épocas muy importantes en el
desarrollo de la persona, a nivel físico y mental, por lo que una buena
base de hábitos saludables ayudará a formar adultos sanos y completos.
Creo que es digno de ser tenido en cuenta.
Si, por desgracia, los libros de texto no ofrecen una buena base en
este sentido, sería más que recomendable que se tomaran medidas para
mejorar esta situación. Sin embargo, mientras esto se produce, también está en nuestras manos ofrecer una buena base de estilo de vida saludable a todos los que nos rodean, incluyendo niños y adolescentes.
Fuente: vitonica.com
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