La grasa “trans” encontrada en numerosos alimentos aumenta el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular.
No
debe confundirse las grasas trans con alimentos transgénicos (estos son
alimentos que tienen una modificación en su estructura por manipulación
genética).
La
denominación “trans” en las grasas es debida a la posición de los
componentes dentro de la molécula (estructura química). Y este cambio en
la posición de la estructura química se genera luego del proceso
industrial de hidrogenación de aceites vegetales.
Las grasas trans se encuentran en numerosos productos como margarinas y grasas industriales, panificados, snacks, etc.
La Organización Panamericana de la Salud
(OPS) convocó en el año 2008 en Río de Janeiro a autoridades de salud
pública y representantes de la industria alimentaria, a fin de firmar
una declaración denominada “Las América libres de grasas trans” donde se
pone el foco en la reducción en el contenido de grasas trans de los
alimentos industrializados.
Con
este antecedente y siguiendo la misma línea de trabajo, se creó en
Argentina el Programa “Argentina 2014 libre de trans”. En el marco de
las resoluciones 137/2010 y 941/2010 se
dispone a reducir al 2% de grasas trans en todos los aceites antes de
diciembre de 2012 y reducir a 5% de grasas trans en todos los alimentos
antes del año 2014.
Esta política sanitaria refuerza el concepto de una vida más saludable, disminuyendo el riesgo cardiovascular en la población.
Leer el rótulo de los alimentos permite conocer el contenido de grasas trans de los mismos.
Como consumidores responsables, debemos leer siempre la información nutricional antes de realizar una compra.
Cada uno puede por lo tanto, controlar el consumo de grasas, haciendo una adecuada selección.
Fuente: alimentacionysalud.com
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