martes, 10 de noviembre de 2009

Paso a paso: Cómo plantar tomates cherry en macetas

Materiales:
1 maceta grande o medio tonel;
4 tutores de 1,5 m de altura;
2 bolsones de tierra preparada;
1 bolsón chico de humus de lombriz;
1 rollo de hilo sisal; semillas de tomate cherry (Lycopersicum pinpinellifolium)

El tomate cherry es fácil de cultivar, y da una buena producción. Se puede plantar en una maceta de por lo menos de 50 o 60 cm de profundidad e igual diámetro, ya que si la maceta es grande, podrá desarrollarse bien, florecer y fructificar.

La maceta debe estar bien al sol, pero no en un rincón muy caliente porque esto retarda el crecimiento de la planta.

Se podrán sembrar las semillas cuando hayan terminado las heladas y las noches muy frías, a 1 cm de profundidad, dos o tres por pozo. Luego se riega profundamente y se tapa la maceta con un plástico transparente hasta que germine (este proceso lleva entre seis y ocho días).

Pasado este lapso se eligen las plantuelas más fuertes y se retiran las más débiles, dejando sólo dos plantas por tutor. Cada tutor se entierra por lo menos a 30 a 35 cm de profundidad y luego se atan los extremos como si se tratase de una carpa india. Hay que aporcar de a poco la plantuela con tierra alrededor para que eche más raíces y se desarrolle mejor.

En el centro de los cuatro tutores y las ocho plantuelas se efectúa un pozo para el riego. Se deberá regar cada cuatro o cinco días, según el sol y el viento (que aceleran la evaporación). Recuerde que el riego hace que la planta se desarrolle mejor.

Cuando comience a crecer habrá que ir atándole el tronco principal al tutor y sacar el brote axilar (entre el tronco principal y la rama nueva o lateral). Coseche los tomates más maduros, porque así serán más dulces y tendrán más sabor.

Si queremos abonar las plantas agregaremos humus de lombriz o compost, solamente usaremos abono orgánico. Podemos plantar perejil o ciboulette en el borde para que protejan a nuestras plantas de la mosca blanca.

Recuerde no regar demasiado porque el exceso de humedad trae mildiu, una enfermedad que se manifiesta en manchas negras en hojas y tallos, que termina secando la planta.

Una buena idea consiste en poner un pequeño hilo de cobre clavado la punta del tronco en la parte más baja, y luego enrollar alrededor del tallo lo que sobra (el hilo no debe medir más de 5 o 7 cm). El cobre en contacto con la planta libera iones que impiden el avance de hongos, entre ellos el mildiu. Los pulgones se sacan a mano, se ponen en una bolsita y se tiran a la basura.

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