jueves, 8 de octubre de 2009

La fórmula del INTI para hacer pan sano


El consumo de sal de los argentinos es de entre ocho y 15 gramos diarios, una cantidad para la que el cuerpo humano no está genéticamente preparado.

La ingesta de sodio es el factor de riesgo más importante relacionado con la hipertensión, la obesidad, la diabetes, los accidentes cerebrovasculares y algunos tipos de cánceres.

Con el objetivo de prevenir estas enfermedades, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), a través de su Centro de Cereales y Oleaginosas, desarrolló un pan más saludable, con menos concentración de sal, y sin alterar el sabor al que el consumidor está acostumbrado.

“El objetivo es que la mayor cantidad de gente pueda consumir este producto para lo cual es imprescindible que la fórmula llegue a todas las panaderías del país”, aseguró el ingeniero Nicolás Apro, responsable del Centro.

El 1 de octubre, en La Pampa, el INTI anunció el inicio de un programa que relevará la utilización de sal en las panaderías de la provincia, las asistirá técnicamente y les transferirá tecnología para la elaboración de panificados con menor contenido de sal, mayor contenido de fibra y sin grasas trans.

A partir de la evaluación de los resultados, se extenderá esta experiencia –en conjunto con el Ministerio de Salud de la Nación– al resto de las provincias.

“En la Argentina, la ingesta promedio de pan y productos de panadería es del orden de 175 gramos diarios por persona y el agregado de sal en su elaboración es aproximadamente del 2 por ciento. Esto indica que el consumo de sal implícito en esta ingesta es cercano a los 3,5 gramos diarios por persona, por lo cual una reducción de sal durante el proceso podría significar un impacto beneficioso en la salud de la población”, explicó Apro, a cargo del relevamiento.

El informe “Dieta, nutrición y prevención de enfermedades crónicas” presentado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), concluyó que “lograr un consumo reducido de azúcar, sal y grasas saturadas, y la eliminación de ácidos grasos trans en la dieta, es una prioridad sanitaria”.

Con respecto al consumo de sal, el documento propuso como meta de ingesta nutricional un límite diario de 5 g sal/persona, es por esto que se evidencia la importancia de desarrollar acciones tendientes a bajar el consumo de sal proveniente de los alimentos procesados.

QUÉ GUSTO TIENE LA SAL.
La sede central de INTI-Cereales y Oleaginosas, ubicada en la ciudad bonaerense de 9 de Julio, efectuó inicialmente un relevamiento en las 27 panaderías existentes en dicha localidad. Luego, ese mismo relevamiento se realizó en 1.500 de las 30.000 panaderías distribuidas en todo el país. “Hemos desarrollado productos con diferentes cantidades de sal y se realizó análisis sensoriales de éstos, tomando como patrón un pan de 1,8% de sal agregada, con el objetivo de detectar hasta dónde podría reducirse su contenido de sal sin que este cambio fuera detectado por la población”, relató Apro.

Los resultados de los análisis sensoriales demostraron que una disminución al 1,5%, del 1,8% habitual de sal agregada, no es detectable por los consumidores. “Esto significa consumir un 15% menos de sal en el pan. Este porcentaje podría disminuir aún más a medida que la población se vaya habituando y concientizando sobre el impacto positivo que tiene para la salud la reducción del consumo de sal”, finalizó el especialista.

Fuente: criticadigital.com

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