La anorexia, bulimia u obesidad son los tres trastornos alimenticios más conocidos y que más prensa han tenido siempre. Sin embargo, existe también la obsesión de alimentarse solamente de productos orgánicos e integrales, a tal punto de que se niegan a ingerir algo que no sea considerado ciento por ciento sano. Este padecimiento se llama ortorexia y cada vez son más las mujeres que la padecen.
“Las mujeres de riesgo son aquellas de clase media y media alta en general, ya que los alimentos son mucho más caros y difíciles de conseguir, jóvenes y mujeres de entre treinta y cinco y cuarenta años que a su vez suelen tener hábitos muy naturales como practicar mucho deporte, o hacer yoga y tener una vida y conducta muy ecológicas”, comenta la nutricionista argentina Soraya Altamirano.
A diferencia de la bulimia o la anorexia, cuyas características se centran en la cantidad de comida, el principal temor de la ortorexia es la calidad de los alimentos. Las mujeres que padecen este trastorno prefieren pasar hambre a comer alimentos “impuros” que contengan grasa, muchos carbohidratos o consideren inapropiados para que el organismo los asimile. “Estas personas no suelen comer en restaurantes ni ir a fiestas o a locales de comida rápida. Si asisten a algún evento prefieren pasar largas horas sin ingerir nada”, continúa diciendo la especialista.
La enfermedad debe ser tratada rápidamente ya que produce déficit de vitaminas, osteoporosis y anemia. “Lo primero que hay que hacer cuando un familiar, amigo o uno mismo presenta síntomas evidentes de estar sufriendo esta enfermedad es ponerse en las manos de un psicólogo para que se pueda comenzar la terapia adecuada. Cuando ya se ha asumido el problema y se quiere revertir el daño en el organismo, se debe consultar a un nutricionista para que pueda organizar el desbalance alimentario con una dieta adecuada”, aconseja la profesional.
Querer mantener una dieta sana es positivo siempre y cuando se consulte con un experto en el tema que pueda programar las comidas para que no falten vitaminas y minerales, sustancias que se pierden cuando solamente se ingieren productos considerados sanos por los ortoréxicos. “Es importante la visita al nutricionista ya que cada vez son más las mujeres que padecen este tipo de síntomas y que ni siquiera saben que se trata de una enfermedad que ya tiene nombre”, sostiene Altamirano.
Cómo detectar a un enfermo con ortorexia
Aislamiento social debido a su temor de ingerir alimentos inapropiados.
Dedicación de más de tres horas al día en pensar en una dieta sana.
Planificación excesiva de lo que se comerá al día siguiente.
Preocupación obsesiva por la calidad de los alimentos.
Aunque coma sano, no encuentra placer en ello.
La alimentación sana les fortalece la autoestima.
No les gusta salir a comer fuera.
Examinar y comparar las etiquetas de los alimentos de manera exagerada
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