jueves, 30 de abril de 2009

Alimento estrella, el jengibre

Su sabor picante y alimonado es una seña de identidad de la cocina asiática y de la nueva cocina de autor. Tan sano como el ajo, sus propiedades medicinales son objeto de un número creciente de investigaciones.


Originario, al parecer, de alguna zona tropical de Extremo Oriente, el cultivo del jengibre se ha extendido a casi todas las regiones tropicales. Se suele aprovechar el rizoma fresco de la planta, aunque también se puede adquirir en polvo o bien encurtido.


Un remedio natural muy versátil:
Las múltiples virtudes que se atribuyen al jengibre se deben sobre todo a su riqueza en aceites volátiles. También posee sustancias fenólicas, enzimas proteolóticas, ácido linoleico, vitaminas (especialmente vitamina B6 y vitamina C) y minerales (calcio, magnesio, fósforo y potasio).


Por todo ello sus principales beneficios son:
Para el mareo. Reduce los síntomas asociados al mareo. Resulta muy útil para las náuseas de las embarazadas.
Tónico circulatorio. La combinación del estímulo de sudor y del torrente circulatorio induce a mover la sangre a la periferia. Esto lo hace apropiado para la hipertensión y fiebre. El jengibre también inhibe la agregación plaquetaria, por lo que contribuye a prevenir enfermedades cardiovasculares.
Calorífico. El jengibre puede ayudar a la sudoración, y es muy útil en resfriados y gripes.
Antioxidante. El jengibre es rico en antioxidantes, que retrasan el proceso de envejecimiento.
Antiinflamatorio. Sus gingeroles, principales componentes activos del jengibre y responsables de su sabor distintivo, son aceites volátiles con propiedades antiinflamatorias muy potentes. Personas con artritis reumatoide experimentan alivio en su dolor e hinchazón y mejoras de su movilidad cuando consumen jengibre regularmente.
Anticancerígeno. Los gingeroles también pueden inhibir el crecimiento de células de cáncer colorrectal, como sugieren los resultados de distintos estudios.
Actividad muscular. Presenta un alto contenido en magnesio, calcio y fósforo, que participan activamente en la contracción del músculo y en la transmisión del impulso nervioso. Constituye, pues, un remedio útil para prevenir y combatir espasmos musculares y debilidad muscular.

Precauciones.
En dosis altas puede producir gastritis y está desaconsejado en caso de úlcera gastroduodenal. A las embarazadas y madres lactantes se recomienda en dosis bajas y durante periodos cortos. Tampoco conviene a niños menores de 6 años.
Descubrir su sabor en la cocina
Suele decirse de él que su aroma es cálido, exuberante y especiado. Que recuerda a los cítricos, especialmente al limón, a algunas aguas de colonia, a hierba fresca y un poco a madera, pero dulce y aterciopelada.Combina bien con la salsa de soja, el vinagre, el limón, el sésamo, el aceite, y el miso para elaborar salsas, vinagretas y condimentos. Añadido solo enriquece cualquier alimento de sabor no muy fuerte o dulce, como el pescado, el arroz, las verduras o las frutas.
La otra opción, muy utilizada por la cocina oriental y la natural, es la de rallarlo, exprimir la pulpa obtenida y añadir ese zumo al final de la cocción, justo antes de comérselo. Se recomienda media cucharadita de zumo por persona.
El jengibre encurtido japonés o gari suele acompañar el sushi y el maki para aportarle textura crujiente y un toque de sabor ácido y salado que limpie el paladar entre bocado y bocado.El rizoma fresco debe comprarse terso, sin arrugas. Los rizomas se pueden congelar, pelados y en trozos o rallados y en una cubitera. En la nevera, se mantienen frescos hasta un par de meses.El jengibre en polvo conviene comprarlo en pequeñas cantidades para que conserve su aroma y frescura. Debe guardarse en un lugar oscuro, fresco y seco.

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Cascada Inacayal - Villa La Angostura - Patagonia Argentina