Valeria Mutis es analista de Rabobank en el área de Análisis e
Investigación en Alimentos y Agronegocios y será expositora en la novena
edición del Foro Internacional Vitivinícola desarrollarse el próximo 24
de septiembre en el Hotel Sheraton Mendoza.
En el mencionado reporte destaca los costos crecientes y una moneda sobrevaluada como los factores que han reducido la competitividad del vino embotellado argentino en los segmentos de precios más bajos. Si bien el peso ha experimentado una devaluación moderada y sostenida en los últimos años, a una tasa de aproximadamente 11% anual, las medidas privadas de inflación, la posicionan alrededor del 25%. Esto resulta en una apreciación del tipo de cambio real y en la consecuente pérdida de competitividad en los mercados de exportación.
El informe prevé, que de persistir las condiciones macroeconómicas actuales, la industria vitivinícola podría experimentar una contracción en sus márgenes, complicando también a los segmentos medios.
Según el relevamiento realizado por el informe, los costos de elaboración se han incrementado en más de un 100% en los últimos cuatro años, mientras que el precio promedio de exportación de los vinos embotellados creció sólo un 60%, mostrando un deterioro en los márgenes de rentabilidad del sector.
Los incrementos en los costos laborales son el punto clave de esta situación, así como también los aumentos que ha experimentado el precio de la uva, que a su vez también absorbió buena parte de la inflación en materia laboral. El reporte estima un incremento del 115% en el precio de la uva.
La especialista menciona también las expectativas del mercado de una fuerte devaluación en algún momento a partir de fin de año. Sin embargo, "basar la estrategia de las bodegas solamente en esta expectativa de devaluación podría ser una propuesta particularmente riesgosa y costosa, sobre todo para las bodegas pequeñas", sugiere en el informe.
Si bien las compañías de mayor tamaño y las multinacionales tienen la espalda necesaria para ajustarse rápidamente a un cambio de esta magnitud, procurando el menor impacto de los costos, otro tipo de estrategias es necesario para afrontar la pérdida de competitividad.
En el mencionado reporte destaca los costos crecientes y una moneda sobrevaluada como los factores que han reducido la competitividad del vino embotellado argentino en los segmentos de precios más bajos. Si bien el peso ha experimentado una devaluación moderada y sostenida en los últimos años, a una tasa de aproximadamente 11% anual, las medidas privadas de inflación, la posicionan alrededor del 25%. Esto resulta en una apreciación del tipo de cambio real y en la consecuente pérdida de competitividad en los mercados de exportación.
El informe prevé, que de persistir las condiciones macroeconómicas actuales, la industria vitivinícola podría experimentar una contracción en sus márgenes, complicando también a los segmentos medios.
Según el relevamiento realizado por el informe, los costos de elaboración se han incrementado en más de un 100% en los últimos cuatro años, mientras que el precio promedio de exportación de los vinos embotellados creció sólo un 60%, mostrando un deterioro en los márgenes de rentabilidad del sector.
Los incrementos en los costos laborales son el punto clave de esta situación, así como también los aumentos que ha experimentado el precio de la uva, que a su vez también absorbió buena parte de la inflación en materia laboral. El reporte estima un incremento del 115% en el precio de la uva.
La especialista menciona también las expectativas del mercado de una fuerte devaluación en algún momento a partir de fin de año. Sin embargo, "basar la estrategia de las bodegas solamente en esta expectativa de devaluación podría ser una propuesta particularmente riesgosa y costosa, sobre todo para las bodegas pequeñas", sugiere en el informe.
Si bien las compañías de mayor tamaño y las multinacionales tienen la espalda necesaria para ajustarse rápidamente a un cambio de esta magnitud, procurando el menor impacto de los costos, otro tipo de estrategias es necesario para afrontar la pérdida de competitividad.
Entre ellas, se sugiere la posibilidad de establecer acuerdos para embotellar en destino de manera de reducir los costos y mantener la presencia ganada en la última década en muchos mercados importantes. Se trata de una alternativa con ciertas complicaciones a la hora de negociar las condiciones con el socio en el mercado de destino, sin embargo se plantea como una excelente posibilidad sobre todo para las marcas de los segmentos medios, sin implicar una gran inversión de capital.
Fuente: Area del Vino
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