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jueves, 5 de septiembre de 2013

Tres maridajes para una noche de lujuria

Si a los ricos platos les sumamos buenos vinos, el resultado puede ser explosivo. Te damos opciones que van a sorprender a tu pareja y a levantar la temperatura. Para descorchar, degustar y gozar… De todas las formas posibles.

Pasta corta con crema ácida de camarones
¿Sabías que los camarones son afrodisíacos? Este plato suena imposible, pero es mucho más fácil de lo que te imaginás. Cuando vayas al súper traete una bandeja de camarones congelados y dejalo en el freezer. El día que te de ganas de hacer esta receta, tendrás el ingrediente mágico.

Arrancá poniendo el agua para los fideos. Luego, poné un hilo de aceite de oliva en la sartén a fuego suave; cortá en brunoise medio morrón y saltealo. Después, machacá un diente de ajo y ponelo en la sartén. Ahí subís el fuego y le agregás media taza de vino blanco: lo ideal es un Torrontés.

Para finalizar, le sumás dos cucharadas de queso crema y le agregás un puñado de camarones. Una rica variante es agregarle un dado de jengibre rallado. En 3 a 5 minutos el plato está listo. Servilo con unos orechietti al dente y acompañalo con el mismo vino. Tip: terminalo con pimienta recién molida.

Ojo de bife en salsa jugosa con papas al oliva
Si tenés el corte de carne en tu freezer –también sirve el bife americano- el día que tenés ganas de comer rico lo descongelás en el microondas. Cuidado: calentalo hasta que la carne queda levemente blanda, evitá cocinarlo porque se seca.

Ahí empezás. En una sartén con un hilo de aceite de oliva sellás la carne y después la retirás. Salteás medio morrón y media cebolla cortados en brunoise y ponés los bifes nuevamente. Ahí nomás le sumás media tacita de vino tinto –por ejemplo, un Malbec jugoso y frutado- y, si tuvieras, una cucharada de dulce de frutilla o ciruela: este es el secreto.

Condimentá con media cucharadita de ají molido y cociná la carne unos 7 a 10 minutos. Tip: no debe secarse, es clave servirla bien jugosa. Acompañala con un puré o unas papas al oliva y disfrutá del resto de la botella.

Pechuguitas de pollo saltadas con verduras
Hay que tener siempre una pechuga en el freezer. Se descongela en cinco minutos y es la base para muchos platos. Por ejemplo, este. 

Partí cortando la pechuga en tres tozos y sellalas en la sartén con un hilo de aceite. Reservalas. Cortá 3 ó 4 tallos de apio y una zanahoria en bastoncitos y saltealas 5 minutos en la misma sartén a fuego fuerte. Agregá el pollo, media cucharadita de ají molido y un chorrito de vino rosado. Tapá y cociná por otros 6 a 8 minutos, revolviendo ocasionalmente.

Al momento de servirlas sumá un hilo de oliva y pimienta recién molida. El vino será perfecto para el plato.

Foto: Thinkstock Photos
Fuente: entremujeres.com
Fuente: bodega Alta Vista

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Cómo elegir el vino perfecto para cada ocasión

Está claro que el vino es social y que se disfruta más en buena compañía. Por eso el sommelier Ferrán Centelles aconseja tener en cuenta una única norma a la hora de elegir el más adecuado: "Lo que no os fallará nunca es investigar los gustos de la o de las personas con las que vais a tomar la botella antes de decidir o escoger un vino que ya conozcáis y con el que os sentáis especialmente cómodas".

Además de esa necesidad de informarse previamente sobre aquello que más puede satisfacer a las personas con las que vas a compartir un vino, el sommelier de El Bulli, que ahora es cofundador de Wineissocial.com, recuerda que el paladar es que al final manda y que en el vino no existen normas estrictas ni rígidas. "Es un mundo libre en el que nadie dispone de la verdad absoluta", aclara.

Una vez que queda clara esa libertad, le pedimos que nos haga un par de sugerencias para elegir el vino más adecuado en cada uno de estos especiales momentos veraniegos:

Para un atardecer en la playa después de una larga jornada de sol.

Podéis beber algún vino blanco, buscar alguna botella ligera,  sincera, no demasiado aromática y con un regusto salado. Godellos de Valdeorras sin barrica o Xarel.los del Penedes serán grandes opciones.

Para un vino en alta mar.

Podéis buscar vinos blancos ágiles, refrescantes, ligeros pero llenos de frutas y aromas, como son los Albiariños de Rías Baixas o las  Malvasias de Canarias.

Para una barbacoa con amigos.

Podéis optar por vinos tintos fáciles que no sean demasiado complejos y muy afrutados. Vinos que suelen gustar a todo el mundo en estas ocasiones son los Tempranillo de Navarra o las Garnachas de Aragón.

En cambio, para los encuentros de compromiso, esos días en los que hay que quedar bien y arriesgar poco, los vinos tintos con algo de barrica, complejos pero con textura suave suelen ser infalibles. Sin duda, los Ribera del Duero Crianza o las Mencias del Bierzo darán gran resultado.

Finalmente para los aperitivos entre olivas, patatas y latas de berberechos, aunque la cerveza refrescante y ligera resulta infalible para muchas, también los intrépidos podéis adentraros en el mundo de los vinos fortificados con una Manzanilla de Sanlúcar de Barrameda, deliciosa, fragante y ligera.

"Eso sí, recordad que en verano las calores nos pueden hacer beber el vino a temperaturas inadecuadas así que no os de pereza pedir una cubitera con abundante hielo y utilizarlo tanto para blancos como para tintos, aconseja Centelles.

Tras once años como sommelier de El Bulli, Ferran Centelles es actualmente cofundador de Wineissocial.com, un club de vinos online que permite descubrir vinos adaptados al paladar de cada persona.

Fuente: Mujerhoy.com
http://www.mujerhoy.com/hoy/ocio-hoy/como-elegir-vino-perfecto-738842082013.html#VzW1iqacO7iS5y2T
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Fuente: Area del Vino

jueves, 6 de diciembre de 2012

Vinos recomendados: cinco etiquetas ideales para maridar con diferentes tipos de pizzas

A la hora de hablar de maridaje, siempre se tiende a trazar una relación con el vino. Sin embargo, si se habla de pizzas, en general, la cerveza lleva todas las de ganar. Un poco por costumbre y otro poco porque las bodegas todavía tienen mucho camino por recorrer en materia de comunicación. 

En este contexto, Vinos & Bodegas seleccionó cinco etiquetas que van de los $49 a los $75 y que son ideales para tener en cuenta a la hora de acompañar distintos sabores de pizzas. Como para reafirmar la idea de que no sólo hay lugar para la cerveza. 
A tomar nota... 

Altosur Malbec 2011 - Bodega Finca Sophenia - Precio sugerido: $49
Esta etiqueta forma parte de la línea entry level de la bodega Finca Sophenia, que cuenta con el asesoramiento de un experto con un currículum intachable: Matías Michelini. En nariz es un Malbec donde conviven notas de frutas rojas y toques florales. En un segundo plano aparece una tenue vainilla. Taninos levemente dulces, dóciles, que permiten que el vino corra con suavidad por el paladar, sin resignar cierta untuosidad. Final agradable de intensidad media-larga, lo cual es otro punto a favor en este vino.

Opción de maridaje: ni la pizza ni el Malbec son originarios de esta tierra, se sabe. Sin embargo, se adaptaron a tal punto que hoy forman parte del "ser nacional". Por eso, este Malbec jugoso, que es la cepa estrella por excelencia de la vitivinicultura argentina, es una interesante alternativa para acompañar una clásica y bien argentina pizza de muzzarella.

Domaine Bousquet 2011 chardonnay - Bodega Domaine Bousquet - Precio sugerido: $59
Se trata de un Chardo elaborado con uvas provenientes de viñedos orgánicos de Gualtallary, en Tupungato, que se destaca por su nítida tipicidad: en nariz ofrece notas tropicales, frutas de pepita y algo floral, pero es definitivamente fresco, sin notas de banana madura o frutos secos que caracterizan a los ejemplares más estridentes. En boca, ataque levemente dulce, algo de volumen y algo de untuosidad.

Opción de maridaje: estas características lo convierten en un ladero ideal para hacer frente a una pizza de fugazzeta. Se sabe que la cebolla es un ingrediente difícil de combinar, pero este Chardo con cierta cremosidad y bien fresco resultará equilibrado y limpiará el paladar. Esta etiqueta se puede encontrar en la cadena de vinotecas EnoGarage. 

Las perdices Sauvignon Blanc 2012 - Viña Las Perdices - Precio sugerido: $59
Lindo ejemplar de esta bodega de Luján de Cuyo liderada por el joven enólogo Juan Carlos Muñoz, que se viene haciendo un nombre en este negocio a fuerza de buenos vinos. En este caso, presenta un Sauvignon Blanc equilibrado en nariz, con un poco de esa característica nota herbácea, pero que se complementa con notas tropicales y cítricas. En boca, buen volumen, equilibrado y con una acidez que lo vuelve bien fresco, sin llegar a ser de los blancos de perfil acerado. Final intenso en el que se liberan notas de pomelo.

Opción de maridaje: a la hora del maridaje, puede ser una buena alternativa para compañar una pizza a la napolitana con ajo. Este último ingrediente en general no se lleva bien con los tintos, dado que suele resaltar la astringencia de los taninos. En cambio, este blanco elegante pero con carácter podrá imponerse a esa combinación. 

Amalaya Vino Tinto de Corte 2011 - Bodega Amalaya - Precio sugerido: $60
La columna vertebral de este blend es el Malbec, con una proporción del 70%, mientras que el 30% restante está conformado por Cabernet Sauvignon, Syrah, Tannat y Bonarda. Todas las uvas provienen de viñedos ubicados entre los 1.600 y 2.200 metros de altura. En este caso, nos encontramos con un blend que propone rica fruta roja en nariz, con un touch balsámico y algunas notas florales. En boca es jugosísimo, envolvente y con buen volumen. A medida que avanza explota más de esa fruta junto a trazos especiados.

Opción de maridaje: tiene la estructura suficiente como para acompañar una pizza con sabores intensos, como la clásica y potente calabresa o una pizza con rúcula y jamón crudo. 

Sur de Los Andes Reserva Bonarda 2010 - Bodega Sur de Los Andes - Precio sugerido: $75
Este ejemplar, elaborado por Pablo Durigutti, uno de los referentes -junto a su hermano- a la hora de encarar esta variedad y "ponerla en valor" nuevamente en el mercado, se luce con una potente fruta, briosa y y trazos de vainilla, heredados tras su paso por barrica. En boca es un Bonarda de paso ágil, con taninos dulzones y amables que igualmente le aportan un touch de estructura. La marca registrada de la bodega está sintetizada en este vino: es una etiqueta de perfil moderno y sumamente amigable. El momento para beberlo y disfrutarlo es ahora.

Opción de maridaje: es sumamente versátil y va a responder con mucho resto al momento de acompañar una pizza de jamón y morrones.

Fuente: vinos.iprofesional.com

miércoles, 15 de febrero de 2012

Turismo, gastronomía y vinos: cinco maridajes ideales para el verano

Pasaron las épocas en las que la playa era el lugar exclusivo para disfrutar de las vacaciones.

Hoy, los turistas no sólo eligen el mar.

Miles de ellos optan por las sierras, por el sur, por los lagos helados o por el calor del Noroeste Argentino.

Incluso las estancias y por qué no, para quienes no quieren alejarse, las quintas o countries son buenos destinos para descansar.

Sea cual fuere la elección, siempre hay un plato típico que está esperando a ser degustado, una experiencia que se une al paisaje y la propuesta del lugar y que ayuda a convertirlo en inolvidable.

Ese plato vive y se exalta si es acompañado por un buen vino.

A continuación, un "tour" por destinos, platos y vinos.

El sur y sus lagos

El agua pura y transparente es el marco ideal para que la trucha se desarrolle como en ningún otro lugar del mundo.

Asada, a la manteca, a la pimienta negra o como se prefiera prepararla no hay mejor forma de disfrutarla que con un Fabre Montamayou Reserva Chardonnay ($71).

Un vino rico en aromas, con notas como frutas tropicales, mango y toques de vainilla. Ideal para acompañar pescados, mariscos y quesos azules.

Dulce Noroeste

Quienes visitan las Provincias del Noroeste es imposible que -en algún momento- no se dejen tentar por un quesillo o un cuaresmillo con miel de arrope sabiamente combinado con frutas secas.

Para acompañar ese momento se impone un Saurus Pinot Noir Tardío ($79). Su color rojo suave con destellos naranjas y aromas volátiles que refieren a minerales, polen, miel y fruta madura, lo convierten en el complemento ideal de esas dulces propuestas naturales.

Sabores serranos

Las sierras tienen su encanto natural, ondulaciones que recortan el horizonte y hacen que la vista juegue entre el cielo y el verde de las laderas.

El aire que se respira es puro, más que puro. En algún momento se lo tomó como medicinal. Da la sensación de que todo lo que allí se prepare será bueno.

Una picada de fiambres serranos es una diversión para los sentidos. Sabores, aromas y preparaciones especiales que entretienen la vista. Al lado de las fuentes o los platos de madera y los panes de campo nada mejor que una botella de Infinitus Gran Reserva Merlot ($200).

El intenso de su color rojo granate es una nota que combina plenamente con el paisaje que se tiende sobre la mesa. A todo lo que hay para servirse seguramente se sumará este vino que, en nariz será elegante y en él prevalecerán los aromas de frutos del bosque con notas de vainilla y chocolate que surgen de su paso por barrica.

Un buen final

Cada una de estas propuestas puede tener un merecido cierre brindando con un espumante Deseado de Bodega Familia Schroede ($56), de color amarillo verdoso, con muy finas burbujas y aromas a flores y cítricos.

Fuente: iprofesional.com

martes, 4 de octubre de 2011

¿Vino y queso?: cinco maridajes que no defraudan

El maridaje consiste en combinar adecuadamente los aromas, sabores y texturas de bebidas y de comida.

El maridaje trabaja fundamentalmente por contraste y complementación.

En el primer caso, se busca combinar sabores de distinta intensidad.

Es importante cuidar bien el contraste, ya que un queso muy fuerte puede opacar por completo al alimento o bebida, o bien este último puede tapar a un queso muy delicado.

Un buen contraste permite resaltar uno o el otro producto, o puede enfrentarlos, si es que ambos tienen mucho carácter.

Por el contrario, en el maridaje por complementación, los sabores de las bebidas o alimentos y de los quesos a maridar son parecidos, y lo que se busca es intensificar el sabor de ambos.
El objetivo de todo maridaje es conseguir que se combinen bien los alimentos y bebidas con los quesos, que se logre un equilibrio de sabores y armonía entre ambos.

Esta combinación no es fácil de generalizar, ya que las posibilidades son muy extensas y existen muchos paladares diferentes.


Top 5:
  1. Trebolgiano iLoLay con Cabernet
  2. Blue Cheese iLoLay con vino cosecha tardía
  3. Fontina iLoLay con Malbec
  4. Fynbo iLoLay con Syrah
  5. Un queso de pasta blanda iLoLay con un espumante
El objetivo del maridaje de quesos con vinos es conseguir un equilibrio de aromas y sabores.
Lo mejor es jugar a "acierto o error" probando un mismo queso con diferentes vinos o un mismo vino con distintos quesos: así se obtiene la mejor guía para satisfacer el paladar.

Fuente: iprofesional.com

jueves, 8 de septiembre de 2011

Maridajes

Existen reglas básicas de maridaje.

Algunos trazos para tener en cuenta

• Considerar el dulzor del plato, para compensar, se necesita de cierta acidez en el vino.

• Considerar que la acidez del plato realza la acidez del vino.

• Considerar la salinidad del plato, realza los taninos de la bebida.

• Considerar el amargor de ciertos vegetales y hojas verdes, puede realzar el amargor.

• Considerar la textura de los alimentos, algunos entumecen las papilas y dificultan la percepción del vino, como el caso del huevo.

• Los platos más grasos maridan con vinos más tánicos, el tanino limpia las papilas, actúa sobre las proteínas del alimento.

Algunos colores y texturas

• Vinos ligeros, compañeros de comidas frías, entradas, y platos ligeros.

• Vinos frescos, compañeros de comidas especiadas que llaman al frescor.

• Vinos blancos jóvenes, compañeros de pescados poco grasos.

• Vinos blancos con cuerpo y crianza, compañeros de pescados más grasos como el salmón.

• Vinos blancos o tintos frescos y ligeros, compañeros de comidas saladas.

• Vinos tintos intensos, con taninos potentes, compañeros de platos con mucha textura y sabor.

Ideas que no fallan a la hora de maridar

Montesco Agua de Roca Sauvignon Blanc

Gran intensidad aromática, se percibe cítrico, vegetal que recuerda a espárragos, leves notas florales, mineral. En boca es intenso, con buena acidez, volumen en boca y persistente. Se Destaca final mineral.

Maridaje: boga con papas al natural, suave vinagreta cítrica.

Manos Negras Torrontés

95 % Torrontés, 5% de Viognier

Intenso, agradable, se destacan frutas como pera y damasco, sutiles flores blancas le aportan elegancia. En boca es intenso, seco, y fresco, con una agradable untuosidad, que lo caracteriza, destaca.

Maridaje: solomillo de cerdo con ensalada de quínoa.

Manos Negras Pinot Noir

Medianamente intenso, elegante, se perciben frutas rojas como cereza y frutillas, levemente mineral y terroso.

En boca es elegante y sutil, con un cuerpo nada desdeñable, expresa juventud, frescura y cierta complejidad.

Maridaje: risotto con mix hongos y cordero.

• Huarpe (80% Malbec, 20% Cabernet Sauvignon)

Intenso, con aromas a frutos negros y rojos maduros, frutas secas, notas especiadas, levemente balsámico. En boca se percibe frutal y especiado, fresco y jugoso.

Maridaje: Ojo de Bife, pimientos grillados y puré de porotos rojos.

Lindaflor Malbec

Gran intensidad aromática, refrescante, se percibe un mix de aromas que se complementan, ciruela madura, regaliz, especias, menta, vainilla. Es opulento, jugoso y persistente, un ejemplar que pide compañía.

Maridaje: Pastel de papa de cordero braseado.

En el caso del arte, la obra no termina cuando el artista la saca del taller sino cuando el espectador la completa con su visión, con sus experiencias. Lo mismo sucede con el maridaje, a la espera de la experiencia...

Fuente: iprofesional.com

lunes, 6 de septiembre de 2010

Maridajes con el Tokay


La combinación más clásica para este tipo de vinos es el foie gras —hígado graso de ganso—, ya sea fresco, en mousse o en paté. Con acompañamientos tales como cubos de manzana, higo o albaricoque salteados, relish de frutos o lamillas de melón y una copa de vino dulce la experiencia es extraterrenal.

Las posibilidades son infinitas, algunos restaurantes en Francia combinan el foie con pasta de cacao amargo, reducciones de oporto, brandy o puré de ciruelas pasas. Y las opciones no sólo se cierran al hígado de ganso sino que encontramos actualmente el hígado de pato u oca que equiparan al primero aunque a un costo más abordable.

Otra alternativa muy gourmet es maridar este tipo de vinos con queso roquefort o queso azul, algunas nueces tostadas y troceadas, los quesos pueden presentare en rebanadas, mousse o una especie de pasta que pueda untarse sobre panecillos.

Estos vinos se prestan para ser maridados con las entradas o con los postres, su versatilidad es apreciable. Unos biscottis de almendra, polvorones de avellana o mazapanes pueden ocasionar un disfrute extremo para el final de la comida. Una mousse de mamey con polvo de almendras o teja de este mismo fruto seco tiene también un potencial ilimitado para dejarnos atónitos.

El chocolate nunca debe ni siquiera pasarnos por la mente al encontrarnos frente a estos vinos porque su combinación causa una especie de corto circuito en la boca que ni al peor enemigo debe deseársele. Postres con demasiado dulzor, tartas de frutas, flanes y pasteles de crema constituyen también la lista de enemigos irreconciliables de los vinos dulces. Es mejor aprovechar cada gota para deleitar a las papilas y no desperdiciar ni uno de sus dorados mililitros en desafortunadas uniones.

viernes, 27 de agosto de 2010

La moda del maridaje perfecto

El vino ha logrado combinar sus aromas y sabores con uno de los productos más exquisitos que existen, el chocolate. Este maridaje ha acaparado la atención de muchos y hoy existen chocolates especiales para cada cepa. Aquí, algunos consejos.

Desde hace un tiempo, el vino ha logrado aunarse con otras áreas gourmet para llegar a diversos públicos. La fusión de dos productos nobles, auténticos y sofisticados, como son el vino y el chocolate, transporta a los aficionados a vivir una experiencia sensorial diferente y a los empresarios de ambos sectores, a buscar nuevas oportunidades de negocios.

Bianco Nero, chocolatería, bombonería, pastelería y cafetería que nació en Mendoza en 1990, desarrolla chocolates y bombones exclusivos para degustaciones de vinos. Roberto Agüero, dueño de la empresa, asegura que "la idea de maridar chocolates con vinos surgió a través de una experiencia que resultó muy agradable cuando se maridaban chocolates de origen (Grands Crus) con un mínimo de 70% a 82% de cacao, buscando las características más adecuadas de los distintos terroirs (los florales ecuatorianos, los dulces y aromáticos criollos salvajes del amazonas boliviano, los frutales venezolanos, con su característico sabor a frutas secas, etc), preferentemente con vinos de alta gama. Nos dimos cuenta que la materia grasa del chocolate (manteca de cacao) aportaba la untuosidad necesaria para reponer la astringencia propia que los taninos del vino producían en nuestra boca".

Según explicó, "no se trata sólo de mezclar chocolates con vino. Hay capacidades especiales, como las desarrolladas por los sommeliers, que sin dudas pueden convertir la experiencia en algo a recordar, con potenciales muy interesantes, donde podemos descubrir aspectos, descriptores que de otra manera hubiesen sido imperceptibles para un paladar medio".

En referencia a las variedades de chocolates, comentó que si bien hay unas 220 opciones desarrolladas, hay que ser prudentes en la elección para un maridaje correcto. "Muchas veces, un chocolate que individualmente puede resultar hasta desagradable (por ejemplo, con pimienta) es una excelente opción para maridar con un Cabernet Sauvignon de guarda. Hay opciones muy sencillas, que casi no ofrecen margen de error como es el caso del espumante, un oporto o un tardío que por su alto contenido de azúcar permiten hasta chocolates lacteados y también más dulces que los que sugerimos para los vinos de mayor cuerpo", destacó.

En relación a sus expectativas sobre este tipo de maridajes, el empresario comentó que desde Bianco Nero se comenzó con este proyecto hace 12 años y hoy se ve cómo el negocio va creciendo. "En el proceso intervinieron reconocidos enólogos como Daniel Pi del grupo Trapiche, quienes llevaron nuestros chocolates a tierras como Japón, Holanda, Estados Unidos, Finlandia, entre otros países, recibiendo excelentes críticas de degustadores y prensa especializada. Ya más cercanos en el tiempo, participamos de una feria de bombonería en Lucerna, Suiza y presenciamos un seminario de chocolates y vinos dictado por el enólogo más respetado de ese país. Seguramente, como en casi todo, habrá quienes gusten y quienes sean más conservadores con respecto a esta experiencia de maridaje, pero si tenemos que resumir nuestra experiencia en estos años, es evidente el mayor interés y el número creciente de quienes la apoyan".

Agüero agregó que "algunos premios ganados y la aprobación de referentes como Sarah Jane Evans (presidenta de la Academia Nacional de Chocolates de Londres, periodista especializada, sommelier y escritora) nos dan la seguridad y confianza de saber que estamos haciendo las cosas bien. Por supuesto que esto también se logra debido a que la materia prima de Argentina es excelente. Contamos con chocolates que obtienen primeros premios internacionales en los mercados más exigentes, compitiendo contra los referentes mundiales de la especialidad".

Chocolatier especializado en vinos

Esta tendencia llegó para instalarse. Incluso, ya hay cursos especiales como el de chocolatier especializado en vinos, que se dicta en Wine Institute Mendoza, a cargo de Chrissie Betancourt, quien hace más de dos años recibió este título en la escuela Ecole Chocolat en Canadá.

Esta formación que dura un año y comienza en agosto, tiene tres pilares fundamentales: el primero es obtener conocimientos de marketing y su dictado está cargo de la especialista Analía Videla. El segundo es adquirir conocimiento sobre el chocolate, el vino y el maridaje que se puede lograr a partir de estos productos. El tercero, incorporar el conocimiento del chocolate por su origen, aprender el arte de catar el producto y brindar herramientas de cata de vino y maridaje a través del complemento y el contraste.

Chrissie Betancourt explicó: "la tendencia de los maridajes entre chocolate y vino surgió en California hace 3 o 4 años. Uno de los pioneros fue Crush Pad, que ahora desarrolla un vino específico para maridar con chocolate y cada año organiza una competencia sobre el tema".

"Tradicionalmente, en Europa, el chocolate era servido con vinos más dulces o fortificados como el oporto. Sin embargo, la tendencia actual es maridarlo con vinos ‘normales' como tintos, blancos y espumantes. Francia, Italia, España e Inglaterra son los países donde ya se pueden encontrar este tipo de maridajes. Por otra parte, en Estados Unidos, California la tendencia también está muy de moda y más integrada a las actividades".

Finalmente, destacó que lo maravilloso de este maridaje es la textura, la untuosidad, "richness and depth" del chocolate. "La combinación de estos dos productos es una explosión de sabores y sensaciones en la boca, la misma sensación que sentimos con la seda en la piel. Esto se da, siempre y cuando el chocolate y el vino estén equilibrados y la amargura y el azúcar sean más bajos. Por eso son más fáciles de maridar chocolates de 70% que de 88%", aseguró.

Consejos para maridar vinos y chocolates
  • Para comenzar es conveniente optar por aquellos chocolates que tienen un alto contenido de cacao (60% o 70%), que son los más amargos. Los vinos más indicados son los llamados "fortificados", que presentan una alta concentración del grado de azúcar de las uvas. Las frutas secas o pasas, también combinan muy bien con estos sabores.
  • Los vinos "dulces naturales", fruto de una cosecha tardía, guardan un grado de azúcar importante luego de su fermentación alcohólica. Son muy intensos y de alta complejidad aromática, ideales para acompañar postres.
  • Los chocolates amargos resultan exquisitos maridados con vinos tipo oporto. La cepa utilizada en la elaboración del vino, acentúa en mayor o menor medida las notas frutadas o especiadas para el acompañamiento de frutos secos como almendras o avellanas tostadas.
  • Los higos, ciruelas y pasas de uva bañados en chocolate son un excelente complemento para oportos de Malbec.
  • Los bombones de dulce de leche hacen una interesante compañía a oportos más complejos y dulces.
  • Los vinos blancos llamados "cosecha tardía", en ocasiones presentan una sutil acidez y pueden combinarse perfectamente con chocolates blancos, amargos o cascaritas de naranja.
Fuente: Area del Vino

viernes, 16 de abril de 2010

Como acompañar un vino Torrontés


El vino Torrontés posee una mezcla de sabores frutales y florales, que lo hace característico e inigualable. No hay que dejar de probar los espumantes de Torrontés que nos brindan una alternativa más al momento de brindar. También se suele incluir como ingrediente dentro del clericó tan tradicional en el hemisferio sur para las fiestas de fin de año.

Al vino Torrontés es mejor beberlo joven, dentro del año de elaboración, ya que el tiempo no lo beneficia en la conservación de sus propiedades.

El torrontés es ideal para acompañar:

- Entradas

- Mariscos

- Comidas chinas

- Locro

- Empanadas salteñas

- Frutas secas


- Tartas


- Quesos azules

- Mollejas a la parrilla


- Platos picantes


- Y es un buen aperitivo o compañero de charlas de sobremesa.


La mejor temperatura para consumir el vino Torrontés es entre los 8º y 10º.

lunes, 8 de marzo de 2010

Un maridaje que debe ser perfecto


Una buena mesa no se concibe sin un juego de copas que al menos tenga una para vino y otra para agua. A la hora de comer, ¿es importante considerar la calidad del agua? Sin duda. A nadie le agrada tomar agua con sabor a cloro. Una mala copa de agua puede arruinar la experiencia de cata de un buen vino.

También conviene que el agua que se bebe con el vino esté embotellada en un envase de vidrio, no de plástico.

Sin ser extremistas, vale la pena tener en cuenta tres consideraciones expuestas por el gran especialista francés André Dominé:

1. Un agua rica en minerales remarca los taninos y la acidez en el vino; lo mismo sucede con un agua que contenga demasiado gas.

2. El agua blanda o básica suaviza los taninos y la impresión de la acidez, aunque también puede opacar los aromas.

3. En conclusión, lo mejor para acompañar al vino es un agua neutra ya que ésta permitirá que el vino luzca sus particularidades.

Mario Celotti, presidente de la Asociación Internacional de Catadores de Agua Mineral, dijo que "se puede vivir sin vino, pero no se puede vivir sin agua", cosa que los enófilos más fanáticos desmienten. Para ellos, el agua es más peligrosa que el vino porque nadie se muere si deja de tomar un buen tinto, mientras que si uno deja de beber agua...

Fuente: lanacion.com

lunes, 1 de febrero de 2010

Sangiovese


Sinónimos: Montepulciano (Italia).

Las colinas toscanas vieron nacer a la Sangiovese, una cepa que fue conocida por los etnascos en su forma silvestre. La misma etimología del vocablo (sanguis jovis, que quiere decir "sangre de Júpiter") refuerza su antigüedad.

La Sangiovese es la variedad clave del vino italiano más internacional: el Chianti, y uno de los cepajes de orígenes más antiguos. En los mejores chiantis actuales, la Sangiovese domina la mezcla, junto a una pequeña cantidad de Canaiolo (entorno al 5 por ciento) y Cabernet Sauvignon (que no supera el 10 por ciento).

Los de Sangiovese y Cabernet son aún mejores, por el cuerpo, bouquet y longevidad que la última aporta al vino. Sin embargo, todavía se elaboran tintos de calidad bastante media con adición de uva blanca, en especial Ungí Blanca o Trepano. La Sangiovese prefiere los suelos calcáreos y bien drenados y necesita mucha atención en el viñedo para conseguir una fruta concentrada, aumentar el color, suavizar los taninos y lograr una acidez menos agresiva.

Vista: La Sangiovese a la vista da vinos que no se destacan por su fuerza colorante, de un tono rojo púrpura que evoluciona hacia el anaranjado.

Olfato: En nariz la Sangiovese presenta aromas florales, especialmente de rosas. Además da con aromas muy variables, pero casi siempre impregnados por un matiz terroso.

Sabores: La Sangiovese en boca tiene un toque de cerezas amargas al final, fresco. Se caracteriza también por su elevada acidez, poco extracto, graduación media y no ofrecer una resistencia demasiado buena a la oxidación.

Maduración

Para consumo rápido, dentro del año y medio de elaboración, salvo que se lo mezcle con otro cepaje que le otorgue más estructura. Su evolución en botella es veloz y desarrolla un bouquet que recuerda a pasas de uva. Si se conserva demasiado tiempo adquiere aroma a tomate y aumenta la acidez. En general, los elaboradores someten a la Sangiovese a una pequeña crianza en barrica vieja para cautivar su carácter vivaz y brillante.

Maridajes:

El Sangiovese es ideal para acompañar:

  • Pizzas;
  • Pastas con salsas de tomates;
  • Pescados fritos y marinados;
  • Pescados a la plancha;
  • Arroces.

La temperatura de servicio de un Sangiovese, la cual le permite al vino exponerse delante de nosotros destacando sus aromas y sabores, ronda los 15 grados.

domingo, 31 de enero de 2010

¿Cuál es el maridaje ideal?



Dependiendo del vino, su madurez, fortaleza en boca y paladar, los taninos, la acidez y el azúcar, así como también el tipo de queso, el maridaje entre quesos y vinos podría ser más o menos intenso.

Para lograr un maridaje más satisfactorio debe saber utilizar el tipo de vino adecuado.

Un vino para cada queso
Recomendaciones de expertos en la materia encontradas en la web, indican por ejemplo, cuál queso conviene acompañar con determinado vino.

Queso de cabra: Indican que éste haría muy buen maridaje con un vino Chardonay, Sauvignon Blanc, Blanc de Noire o rosado.

Queso de oveja: Este acompañaría perfectamente con un Malbec, Cabernet Sauvignon, Shiraz y genéricos de buen cuerpo y buenos taninos.

Un queso cheddar, holandés o Cheshire: Empareja muy bien con tintos jóvenes de Malbec, Pinot Noir, Merlot y rosado con roble.

Continuando con la lista recomendada precisan que:

El Roquefort: Disfrútelo con tintos de crianza, Cabernet, Shiraz, Malbec, genéricos fuertes, un buen Oporto, Málaga, Jerez dulce o Sauternes.

El tipo gouda: En su categoría de semiduro, cáscara naranja, logra una adecuada unión con un Sauvignon Blanc, Merlot o Malbec joven, Sauternes de crianza, picantes Malbec, y Tempranillo.

Fontina: Específicamente el cáscara marrón, cuando logra su verdadera madurez, establece un excelente maridaje con un Cabernet Sauvignon, Malbec, genérico de estructura, todos de buen cuerpo.

¡Ah!, pero éstos no son todos, continúan con los de textura más blandas.

El Brie: Sobre éste se recomienda el blanco enmohecido, de cáscara blanca comible, el cual se puede acompañar con un Shiraz, Cabernet, Malbec o genéricos de gran cuerpo.

Mozarella o ricotas: Los de aromas agrios, húmedos, y texturas untuosas, acompañan bien con Torrontés riojano o salteños, Viognier, blancos afrutados o rosados afrutados jóvenes. Pero, ojo, los blancos, no secos.

Sancerre: crotin, valency. Los de corteza de mohos grises y blancos estructurados maridan con un Chardonay o Semillón de crianza y rosados.

El Camembert: De corteza blanda y blanca con pelusa de hongo, va con tintos jóvenes, preferiblemente de poca madera, y también Tempranillo, Malbec, Pinot, Merlot, todas las cosechas jóvenes o un rosado fuerte.

En fin, lo cierto es que el maridaje entre vinos y quesos es una excelente opción en la gastronomía, que le ofrece un fantástico placer al paladar.

Para una feliz unión, ciertas pautas
Hay ciertas pautas generales que ayudan a orientar al consumidor sobre una adecuada elección de los vinos y quesos.

Esta orientación traza las reglas para lograr una unión feliz.

Los quesos suaves, como el de Burgos, se pueden complementar con vinos blancos ligeros o los rosados; éstos hacen gala de un intenso color y aroma penetrante. También el italiano, conocido por el nombre de parmesano, hace una interesante relación con los tintos jóvenes, así como con los blancos suaves.

Es importante conocer la variedad con la que está elaborado el queso, para determinar los distintos tipos de vinos con los que se lograría mejor maridaje.

Fuente: clarin.com

lunes, 18 de enero de 2010

El queso y el vino


“El maridaje de queso y vino“

El maridaje del queso con el vino en algunas ocasiones puede complicarnos un poco, ya que algunos quesos son tan fuertes que ni los más potentes vinos tintos llegan a su altura y, a la inversa, otros son tan neutros que hacen resaltar la acidez de los vinos.

El estado mismo del queso en el momento de ser consumido cuenta tanto como su variedad o estilo, unir los quesos y los vinos de una misma región sigue siendo una apuesta segura, aunque hay quienes eligen en función a la materia grasa del queso, así como de la acidez, los taninos o los azucares del vino que lo acompañará.

Como regla muy general cuanto más blanco y fresco sea el queso, tanto más fresco y frutal debe ser el vino. Los queso más fuertes y robustos pueden acompañarse con un buen blanco, como el Chardonnay, o un tinto suave. Cuanto más duro y oscuro sea el queso, tanto más intenso y complejo puede ser el vino. La mayoría de los quesos azules, por otra parte, son estupendos con vinos dulces.

Los vinos tintos perfumados o florales son demasiado predominantes, así como los vinos con demasiados taninos, que suelen contrarrestar la complejidad de sabor del queso. No obstante, si tuviéramos que escoger un vino tinto que pudiera combinar perfectamente con una bandeja de quesos o con una amplia gama de quesos definitivamente elegiríamos un Pinot Noir del nuevo mundo o un Pinot Noir suave de la región de Borgoña, Francia. Sin embargo, los vinos blancos acompañan muy bien a la mayoría de los quesos, ya que estos permiten que tanto el queso como el vino muestren todas sus cualidades, mientras que un tinto difícilmente pueda hacerlo.

A continuación presentamos una relación de diferentes tipos de quesos y vinos que a traves de expertos y degustaciones son considerados como “maridaje perfecto”, sin olvidar que al final de cuentas el mejor maridaje o la mejor combinación entre ambos es el gusto personal (lo que a uno le gusta realmente):

A) QUESOS FRESCOS ( Requesón/Ricota, Mozzarella, Queso de cabra fresco):

“Pruebe los vinos blancos ligeros, ágiles y frescos como el Sauvignon Blanc y Chenin Blanc, también los vinos blancos italianos como el Frascati y el Soave”. Los tintos en este rango son demasiado fuertes, a menos que este tipo de queso forme parte de un platillo condimentado, como una pizza.

B) QUESOS DE CORTEZA BLANDA Y BLANCA ( Camembert, Brie ):

“Este tipo de quesos se acompañan bien con vinos blancos ligeramente dulces o afrutados con acidez equilibrada como un Sauvignon Blanc chileno e incluso con un blanco más complejo, como el Chardonnay. Los Bries más robustos combinan mejor con un tinto afrutado como un Pinot Noir”.

C) QUESOS SEMIBLANDOS ( Edam, Sonoma Jack, Gouda):

“Este tipo de quesos se adapta mejor a un vino blanco vigoroso con cuerpo o a un tinto algo afrutado, cuanto más firmes y de sabor más definido son, más adecuado resulta un Chianti, un Rioja o un Merlot”.

D) QUESOS DUROS (Cheddar, Manchego, Cantal, Gruyere, Parmesano ):

“Como el sabor de estos quesos va desde el suave hasta el extremadamente penetrante, casi cualquier vino puede hacer buena pareja con ellos:

• Suaves: Merlot.
• Medianos: Côtes Du Rhône o Cabernet Sauvignon.
• Fuertes: Cabernet Sauvignon o Shiraz Australiano.
• Extra fuertes: Van bien con el complejo dulzor de vinos fortificados como el Oporto.

E) QUESOS AZULES ( Stilton, Gorgonzola, Roquefort, Danablu, Danés azul ):

“Los quesos azules más suaves requieren un vino blanco afrutado como el Chenin Blanc o un vino Rosado, mientras que los más fuertes son más adecuados con los tinto robustos e intensos como los del Valle del Ródano o un Shiraz Australiano.La clásica unión es la del queso Roquefort con el Sauternes, que suaviza el intenso y salado gusto del queso y a su vez acentúa el dulzor de la leche de oveja”.

Vino syrah y sus maridajes .....

Syrah

Sinónimos: shiraz, Sirah (Francia), Candive Noir, Entournerein, Hignin Noir, Plan de la Biaune, Schiraz, Sérine, Séräne, Sirac, Syra, Syrac, Petite Syrah (Brasil).


El Syrah es la tercera variedad tinta de mayor fama mundial en el que comparte honores con la Cabernet Sauvignon y la Pinot Noir. La Syrah es otra variedad clásica francesa trasplantada a diversos lugares del mundo. Los vinos son de una acidez alta, vigorosos, con cuerpo, gran cantidad de taninos y materias colorantes, los aromas se encuentran entre florales y afrutados con ligeros toques ahumados. Con el Syrah también se elaboran vinos rosados muy afrutados e interesantes. Se mezcla con Cabernet Sauvignon, combinando la opulencia especiada de la primera con la austeridad herbácea del Syrah.


Notas de cata:

Vista: Si el Syrah es joven, presenta colores muy oscuros e intensos del estilo rojo grosella o frambuesa o violeta intenso.

Olfato: Los aromas primarios del Syrah son el cuero, la trufa, violeta entre los mas destacados. Los Syrah jóvenes tienen aromas muy agradables a violeta, cassis, coco, higos, frutos secos, grafito, vainilla, violeta, mermelada de ciruelas, grosella negra y zarzamora. Los Syrah con crianza en roble desarrollan otros aromas, ligeros toques ahumados, coco, higos secos, aceituna negra, trufa, clavo de olor, especias.

Sabores: El Syrah en boca se muestra untuoso, vigoroso con buen grado alcohólico, suave, con gran cantidad de taninos que se redondean y reducen su astringencia durante la crianza en barricas, mejorando las propiedades naturales del cepaje y lo habilitan para largas estibas en botella. Predominan los sabores a grosella negra, cassis, y mermelada de ciruelas, zarzamoras y sabores especiados dejando un prolongado recuerdo en la boca.

Maduración

Tiene la particularidad de que se puede beber joven, momento en el que presenta notas frescas y aromas muy agradables. La Syrah da vinos muy vigorosos, sólidos, ricos en taninos y de larga conservación por lo que le sienta muy bien la crianza en madera y añejamiento en botella. Su proceso de envejecimiento es muy rápido pero con gran calidad y resistiendo la oxidación, esto permite que sean bebidos bastante pronto o bien con un tiempo de crianza prolongado. Evoluciona favorablemente con el tiempo y se convierte en un exponente de gran cuerpo.

Maridajes:

El Syrah es ideal para acompañar:

  • Carnes de caza (ciervo, jabalí, conejo);
  • Carne de pavo;
  • Cerdos;
  • Comidas especiadas(picantes);
  • Chivitos;
  • Fiambres;
  • Quesos de cabra.

La temperatura de servicio de un Syrah, la cual le permite al vino exponerse delante de nosotros destacando sus aromas y sabores, ronda entre los 16º a 19º, para un vino joven y entre los 18º-20º, para un vino de guarda. Para un vino de guarda seria muy interesante usar decantador, por lo menos una hora antes de beberlo.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Vino & sushi

Luego de una larga investigación y de haber probado el sushi con todas las bebidas recomendadas como óptimas, la sommelier Silvia Ramos de Barton, asegura que el vino dulce es la que mejor marida con la especialidad japonesa.

Mi primer contacto con el sushi

El 12 de julio de 1988, el día que cumplía 22 años, subí por primera vez a un avión rumbo a Japón. Me esperaban 36 horas de vuelo y llegar al día siguiente de mi partida, fue toda una experiencia temporal. Mi viaje se trataba de una Convención Mundial de Jóvenes Unidos por la Paz Mundial. Llegué al hotel 5 estrellas Keio Plaza Hotel de Tokyo. Su belleza me conmocionó y jamás podré olvidarlo al igual que a la ciudad.

Entre convenciones, discursos y cenas, llegó la invitación a participar de la inauguración de un restó 5 estrellas en plena ciudad de Tokyo. En esa ocasión probé por primera vez el sushi, la sopa de aletas de tiburón y miles de exquisiteces que ya no recuerdo. La inauguración consistía en un show hecho por un Sumo, quien vestido con sus atuendos tradicionales, emitía un grito en en su idioma gutural, levantaba una mano con un martillo de madera y lo hundía en un barril que contenía sake: bebida alcohólica que proviene de la fermentación del arroz.

En mi mente, quedó bien claro que el maridaje para el sushi era el sake. Sin embargo, años más tarde, luego de volverme sommelier, me seguí preguntando sobre el verdadero maridaje que no tenía por qué ser siempre regional.

Tras la sensación de plenitud

Invertí dos años de mi vida y mi profesión en busca del maridaje perfecto para el sushi. El sake nunca me había resultado el mejor y si bien la cerveza se le acercaba, presentí que debía haber alguna bebida que se casara con la comida japonesa "para siempre".

Comencé con el sake, té verde, tragos con sochu, cervezas nacionales, extranjeras, vinos como el Torrontés, Sauvignon Blanc, Viognier, jerez seco, espumantes Extra Brut y finalmente, cervezas japonesas. Ninguna bebida me hacía sentir lo que hace sentir un cantucci con un passito, un foie gras con un sauterne o una empanada salteña con un Torrontés. No me rendí y volví a empezar, esta vez tomando notas.

Eliminé los vinos blancos y secos en la primera vuelta, ya que el maridaje no potenciaba los rolls tan salados. Cada uno tenía su propio protagonismo y no había unión.

Seguí por los maridajes regionales y comencé con el té verde: el amargor del té y el salado del sushi no ensamblaban. Seguí con el sake y si bien mejoraba en armonía, no era perfecto (además es una bebida de sabor adquirido, no muy agradable para paladares occidentales). Unos meses más tarde, pedí en un restó de Belgrano, un espumante Extra Brut. El choque era tremendo, muy seco con muy salado, muy chispeante y frío con caliente y suave.

Finalmente, llegué al maridaje que nunca desentona: la cerveza japonesa. El frescor y el toque pesado del lúpulo de la cerveza con el salado, mejoraba el maridaje ampliamente, pero aún no era el que provocaba el vuelo sensorial. Además recordemos que la cerveza es fácil de maridar con comidas extravagantes o picantes. Siempre queda bien.

Habiendo invertido mucho dinero, un año más tarde me dije: "Si el maridaje por excelencia es la Coca-Cola con papas fritas, (bien dulce con bien salado) ¿por qué no probar un vino bien dulce con el sushi?". Habiendo encontrado el camino perfecto me dije: "con burbujas, espumante dulce!".

Elegí "El Plata Rosé Dulce" de Bodega Los Robles, 70% Malbec y 30% Chenin. Ante mi total asombro, invité con este mismo espumante a 5 personas más, no entendidas en el tema pero amantes del sushi. Fue la misma noche que conocí el sushi de Moshi-Moshi. Callé sin decirles nada esperando su reacción y fue la que esperaba. Todos comenzaron a expresar lo que sentían al degustar estos exquisitos rolls bien salados con este espumante dulce tan armonioso y delicado.

Repetí la experiencia con el público en general, el pasado 11 de setiembre, durante la Clase Magistral de Vinos Dulces del Mundo, organizada por el blog Vinos & Arte, del cual soy una de las socias. Nos acompañó Moshi-Moshi y el espumante elegido fue Santa Florentina Dolce de 100% Torrontés Riojano de la Bodega Coop.

Conclusión: Cuando un maridaje es perfecto, sólo quedan las sonrisas y la felicidad de estar viviendo una experiencia sensorial sin precedentes y eso es lo que genera el espumante dulce con el sushi.

Fuente: Area del Vino

El perfil:

Silvia Ramos de Barton es sommelier y directora del blog de vinos de Argentina www.elartedelvino.com. También dirige Vinos & Arte Eventos Sensoriales www.blogdevinosyarte.blogspot.com y es socia gerenta de Lotería Vitivinícola www.loteriavitivinicola.com.ar

martes, 27 de octubre de 2009

Descubren por qué no se puede tomar vino tinto con pescado


En un mundo en el que los maridajes se hacen cada vez menos rígidos y la gente está dispuesta a acompañar carnes blancas (como el pollo o el pescado) con distintos tipos de vino tinto, un estudio explica por qué conviene evitar esta clase de "armonías con los alimentos", como ahora se estila llamar a los maridajes en España.

Un equipo de investigadores japoneses descubrió que el hierro presente en ciertos vinos tintos provocaba un sabor en la boca bastante desagradable al combinarlo con mariscos. Pero esto no es igual para todos los tintos, ya que su tenor de hierro depende de varios factores, entre ellos el viñedo, el tipo de suelo y las técnicas empleadas para la cosecha de la uva y su procesamiento.

El experimento, cuya primera etapa fue publicada en el Journal of Agricultural and Food Chemistry , consistió en servir la mesa para un grupo de personas que colaboraron con la investigación. Se realizaron 7 pruebas, con un menú de vieiras, servidas con 38 vinos tintos y 26 blancos. Los participantes tuvieron que evaluar el sabor que les quedaba en la boca con una escala de 1 a 4. Y los vinos con menor puntaje eran los tintos con mayor proporción de hierro. Luego, los investigadores lograron neutralizar el retrogusto agregando un compuesto que "tapaba" el hierro. Así que si bien no es imposible comer pescados y mariscos con vino tinto, conviene conocer mejor de qué vino se trata antes de sentarse a comer. Y si uno prefiere no arriesgarse, habrá que seguir eligiendo algún blanco, que en nuestro país hay muchos y muy buenos.

Fuente: lanacion.com

viernes, 23 de octubre de 2009

El matrimonio entre el queso y la cerveza gana adeptos


Por Davide Berretta
BRA, Italia—Tras luchar por un lugar entre las bebidas consideradas gourmet, la cerveza busca avanzar en un terreno que solía pertenecerle sólo a los vinos: al lado de la bandeja de quesos.

"Algunos quesos son considerados verdaderas joyas. Y, por ahora, el vino sigue siendo visto como el compañero más prestigioso", dice Leonardo Di Vincenzo, propietario de Birra del Borgo, una joven cervecera artesanal que hace poco empezó a exportar a Estados Unidos y otros países. Pero después de que las personas prueban la cerveza con queso, dice, "se sorprenden de lo bien que saben juntos".

La combinación es una antigua tradición en la culinaria belga, pero en los últimos años, la mezcla de cerveza y queso se ha ganado un lugar incluso en Italia, un país obsesionado con el vino y donde la cerveza es relegada a los ambientes más informales. Asimismo, en Nueva York, templos de la cerveza gourmet como Beer Table, servir un plato de quesos con cervezas de US$10 ya no asombra a nadie.

Para las cerveceras, la unión con el queso es parte de una campaña para mostrar que la cerveza no es sólo una bebida alcohólica cualquiera asociada a las fiestas estudiantiles y bares deportivos, y que puede ser tan sofisticada como un Bordeaux. La idea es "elevar su estatus al mismo nivel del vino", dice Marc Stroobandt, un sommelier maestro cervecero y consultor de F&B Partnership, una empresa británica que capacita a los propietarios de restaurantes en la mejor forma de combinar la cerveza con la comida. Stroobandt dice que percibe "mucho interés en probar" con la combinación de cerveza y quesos en toda Europa y EE.UU.

Slow Food, una organización sin fines de lucro que organiza de manera bienal una feria internacional de quesos, por ejemplo, apoya con su prestigio la unión entre el queso y la cerveza. La feria de este año, Cheese 2009, realizada recientemente en Piedmont, en el norte italiano colindante con otro gigante de los quesos —Francia—, abrió las puertas al matrimonio inusual. Los amantes del queso y productores de todo el mundo que participaron del evento pudieron probar decenas de variedades combinadas con cerveza, además del vino tradicional.

Alberto Farinasso, coordinador de la feria, dice que Slow Food está dispuesta a dar más atención a las cerveceras artesanales y ha elevado la cerveza al papel de socio consumado del queso. En ediciones anteriores de la feria, la presencia de la cerveza era mínima, y el vino era considerado el compañero inseparable del queso.

Este año, el programa de la feria y la multitud que se concentró en los stands de cerveza dejaron claro que la bebida ya no es una actriz secundaria. De los 37 seminarios de degustación, seis fueron dedicados a la combinación de cerveza y queso. Una sección de la feria que vendía cervezas artesanales tuvo que cerrar antes de lo programado porque se quedó sin suministro para vender.

Di Vincenzo, quien condujo dos seminarios sobre cerveza, dice que la combinación entre queso y cerveza es algo natural, "como el pan y el queso. La cerveza es un poco como un pan líquido".

"El toque amargo del lúpulo tiene un efecto de descremar que purifica el paladar de la grasa" de los quesos, explica.

Sin embargo, hay algunos que no se convencen, especialmente en Francia.

"¿Ha visto alguna vez a alguien tomando cerveza en Bordeaux?", pregunta Emeric Sauty de Chalon, presidente de 1855, la mayor tienda en línea de vinos en Francia. Sauty de Chalon concuerda con que los quesos de sabor más fuerte no combinan bien con algunos tipos de vino tinto, pero no cree que la cerveza sea la mejor alternativa.

"Con algunos quesos de baja calidad, quizás", dice. "Pero con los quesos de más alta calidad de Italia y Francia, no lo recomendaría".

martes, 22 de septiembre de 2009

Maridaje con tempranillo


La Tempranillo es la más prestigiosa y está; considerada como la más característica de las variedades de uva españolas. Se cultiva en España, Portugal, Francia, Argentina y Estados Unidos.

Recibe más de 15 nombres diferentes y produce vinos muy distintos según la tierra y el clima donde se cultiva. Por tanto es muy posible que usted sea un entusiasta de la Tempranillo y, sin embargo, no lo sepa.


Lo de tempranillo viene por su pronta maduración respecto a las otras variedades. Sus taninos robustos son uno de los principales atractivos del Tempranillo. Tiene magnificas condiciones de riqueza alcohólicas, color y acidez. Esto se traduce en un vino que impresiona agradablemente la boca, de fino aroma y sabor. Muy aptos para la crianza en roble. Se utiliza tanto en vinos jóvenes por su expresivo y denso aroma, como en crianza por su comportamiento en los procesos de óxido-reducción. Durante mucho tiempo, se la destinaba para la elaboración y corte de vinos comunes, simples, masivos, hasta que se la redescubrió como generadora de vinos de calidad y se elabora como varietal. En combinación con otras variedades puede brindar resultados asombroso.

Vista: El Tempranillo es de agradable color rojo intenso y matices violáceos en su juventud; con los años se transforma en teja.

Olfato: Los aromas primarios del Tempranillo son frutas rojas maduras, principalmente ciruelas y grosellas, con algo de frutos secos. Tambien deja sentir frutos silvestres, guindas, frambuesas y un leve olor a pasto recién cortado. Complementados con tabaco, café y cacao.

Sabores: La Tempranillo posee un paladar franco, interesante en vino joven y aterciopelado cuando evejece. No es una variedad muy rica en taninos, por lo que suelen ser amables en boca y sabrosos. Sabores que recuerdan las fresas y frutos silvestres (moras, grosellas, etc). El roble le aporta notas de chocolate y vainilla

Maduración

El Tempranillo es un tinto de gran estructura y esto permite una excelente convivencia con el roble para lograr un vino de guarda. Es resistente a la oxidación de modo que puede pasar mucho más tiempo que otras variedades en madera. Con un largo envejecimiento en roble, los sabores adquieren intensidad con un punto de café en grano y frutas secas, evoluciona hacia notas maderizadas y tostadas, con un bouquet complejo y envolvente.

Maridajes:

El Tempranillo es ideal para acompañar:

  • Pastas con salsas livianas;
  • Carnes asadas (Cordero, Chivitos);
  • Pescado de río;
  • Guisos;
  • Embutidos;
  • Quesos suaves.

La temperatura de servicio de un Tempranillo, la cual le permite al vino exponerse delante de nosotros destacando sus aromas y sabores, ronda entre los 14º y 16º.

viernes, 21 de agosto de 2009

5 mejores tintos para acompañar chocolates

Chocolate y vino tinto rara vez se mezclan. El tinto acompaña las comidas, y el chocolate suele aparecer recién a la hora del postre. Pero desde Planeta JOY promovemos la unión y decimos, con pruebas en la mano que, sobre todo durante el invierno, la combinación de tinto y choco es imbatible.

Está claro que no cualquier chocolate marida bien con un tinto, y no cualquier tinto le puede hacer la segunda a un chocolate. Por eso hicimos una búsqueda de estilos para que sepas cómo y con qué combinar un buen choco. Cada una de las etiquetas elegidas representa un modelo estilístico de vino, y cada chocolate, una posible media naranja para la unión perfecta. Si tenés que saldar una sobremesa, estirar una conversación o simplemente tentar al placer con una barrita de buen chocolate de trasnoche, te podés lucir con estas recomendaciones.

1. Fantasía Syrah Malbec 2008, de Mauricio Lorca ($30), con una barra de 70% cacao, de Vasalissa Chocolatier. Uno de los mejores blends de Malbec y Syrah. Frutado, intenso, con un fin de boca fresco y jugoso, el vino es capaz de barrer con chocolates negros, de hasta un 70% de cacao. Nos gustó especialmente con las dos barras de 100 gramos de Vasalissa Chocolatier (58 y 70% de cacao cada una). Estos chocolates de lento punto de fusión y diáfano sabor de cacao, demostraron que un vino potente, frutado y jugoso puede acompañarlos. Salen $25 cada una.

2. Los Leones Cabernet Sauvignon 2008 ($30) con Carenero Superior, de Compañía de Chocolates. El nuevo varietal de esta línea de Salentein es un Cabernet de línea limpia, sin carrocerías de lujo ni andamiajes duros de roble. Un vino de textura suave que va muy bien con el Carenero Superior (venezolano) con 80% de cacao de la Compañía de Chocolates. Una elegante combinación entre el bombón cremoso –el relleno es fabuloso- y la textura mullida del vino. La caja de 24 piezas cuesta $70.

3. Humberto Canale Estate Malbec 2007 ($42), con grajeas de café bañadas de Establecimiento General de Cafe. Este Malbec la va de perfumado, con buena templanza de roble ahumado (sobre todo ahora que un año en botella lo hizo más evidente) pero con una acidez que marca el relieve al fondo del paladar. De ahí que nos resultaran curiosas sus buenas compañías: primero, deslumbró con Esmeralda de la Compañía (70% de cacao y suaves notas de café); pero también con las grajeas de café bañadas en cobertura de chocolate del Establecimiento General de Café; casi adictivas, se comen de a puñados por su sabor torrado y textura crocante. Las conseguís por $20. .

4. Laborum Malbec 2005 Crianza en Roble ($60), con el Lindt de 70% cacao. Uno de esos vinos salteños que, por exagerados, logran cautivar. Esa es la clave del terruño y el secreto de la combinación con chocolates: aromas intensos de especias y frutas, potencia etílica y estructura apoyada en maderas nuevas. Va bien con chocolates ricos en cacao y mejor cuanto menor es el porcentaje. Nos gustó especialmente con la barra de Lindt de 70% de cacao ($20).

5. Norton Malbec DOC 2006 ($40), con bombón de cardamomo de Compañía de Chocolates. Un buen representante de los clásicos Malbecs del país. Conviene estar alerta sobre este estilo, que en las generales de la ley no alcanza suficiente expresión para sobrellevar al chocolate. Para algunos mezclados con leche funciona mejor (no apto para gente sensible a los gustos amargos) pero va muy bien con los especiados ya que el sabor entre frutal y especiado del Malbec clásico le hace la segunda. Con el Bombón de Cardamomo de la Compañía nos pareció un favorito, lo mismo que con las pirámides de chocolate venezolano de Vasailssa.

Fuente: planetajoy.com

por Joaquín Hidalgo / Fotos: Pablo Mehanna

Los 10 mejores vinos tintos para combinar con pizza

La pizza es el más universal de los platos porteños. Al menos una vez a la semana, todos probamos una porción de muzza. Y para acompañar, por precio y por sabor, la combineta es obvia: cerveza. Así de fácil. A plato popular, bebida popular. Pero el mundo no se acaba en la Quilmes de litro.

Todo bien con la birra, pero en Planeta JOY estamos convencidos de que, sobre todo en invierno, nada mejor que un buen tinto para acompañar la pizza. O tal vez un rosado, para los que les gusta contrastar el queso fundido y caliente con una bebida fría. Pero claro, no todos los tintos se ajustan a todas las pizzas: lo ideal son vinos sencillos, frutales y jóvenes, cosa de no enroscar un momento cotidiano con barroquismos de alta gama.

Los vinos que te pasamos a continuación son esenciales para hacerle la segunda a cualquier zapi, sea casera, de delivery, o de pizzería. Estos son 10 buenos ejemplos, pero por supuesto, la lista es mucho más larga. Tomá nota, agendá y después contanos, en tu opinión, cuál es el mejor.

1. Tribu Bonarda 2007 ($12). Llamás a Kentuky y pedís una de esas pizzas de molde, con la base crocante (calabresa, tal vez). El paso sedoso y frutal del vino aliviana la contundencia de la porción. Combinación segura que por supuesto camina con otras pizzerías barriales.

2. Las Moras Bonarda 2008 ($13). Tiene dos buenos puntos a favor: está en todos lodos y ostenta una clara definición frutal al paladar. Sencillo al andar, con una pizza de molde y abundante y fundente mozzarella, nos parece exquisito.

3. Benjamín Nieto Malbec 2008 ($15). Tinto profundo en color y aromas frutales, con algún sencillo condimento tostado. Uno de esos vinos que comprás por caja y cuando pedís la media masa de Nápoles te parece un producto recetado para el momento.

4. Tempranillo Santa Florentina 2007 ($15). Es uno de esos tintos fragantes con evidente sensación de frutilla. Comprá un par de botellas y juntá a tu gente un día a comer las pizzas gourmet que Diego Gaona cocina en la parrilla de tu casa. Recomendable la que va con jamón crudo.

5. El Portillo Malbec 2008 ($17). Es un voto cantado entre los Malbecs de gama media: entrador, gustoso y con un andar fresco, le hace la segunda a unas pizzas margaritas. La combineta entre queso rallado y vino en este caso es inmejorable.

6. Latitud 33 Malbec 2008 ($22). Acaba de salir al mercado con nueva imagen. Una pizza canchera, con rúcula como las del Almacén de Pizzas, forma un tándem con estilo y buen sabor. Del vino, atento al paso frugal y persistente.

7. Graffigna Reserva Malbec 2006 ($25). Es la única concesión que haremos sobre los vinos con madera. Y es que acá, el espíritu suave de los tintos de San Juan, ajustan el tinto a una fugazzeta a la piedra, con pimienta recién molida. Fijate y nos contás.

8. Jean Rivier Rosado ($27). Logra lo que pocos productos en esta gama de color: ser diáfano, punzante en su sabor y refrescante. Si sos de los que beben cerveza con la pizza, tenés que probar este rosado junto a una crocante muzza a la piedra.

9. Callejón Lucerna Bonarda 2008 ($30). No es fácil de conseguir pero te deslumbrará si sos de esos que pueden cruzar la ciudad para conseguir las aceitunas ideales. Blando, de sabor pungente, anotate dos botellas aunque sean sólo tres para cenar: las van a beber.

10. La Linda Malbec 2007 ($30). Lo compraste de antojo en el súper y ahora tenés el antojo de beberlo. Te decidís y amasás tu especialidad: pizzas finitas como el pan árabe (ideal queso cremoso La Paulina, ya que la mozzarella comercial funde poco) y la regás con un hilo de oliva. Ahí tenés la excusa perfecta para el vino.

¿Y a vos? ¿Qué tinto te gusta beber cuando comés pizza? Comentanos más abajo.

Fuente: planetajoy.com
Por Joaquín Hidalgo


Cascada Inacayal - Villa La Angostura - Patagonia Argentina