Me encantaron estos bocaditos porque son muy livianos, ideales para
la hora del té o para incluilos en la vianda de los chicos. Son
esponjosos y dorados, bellos de aspecto y maravillosos de sabor. Se
habrán dado cuenta de que la naranja me encanja y me parece un
aromatizante increíble que la incluyo en muchos platos. Bueno, este es
uno de ellos.
Ingredientes
Harina 0000, 2/3 de taza
Polvo de hornear, 3/4 de cda de té
Pizca de sal
Azúcar, 1/2 taza
Ralladura de una naranja
Jengibre en polvo, 1 cda de té bien colmada
Coco rallado, 1 cda de té bien colmada
Huevos a temp. ambiente, 2
Manteca derretida y fria, 84 grs
Esencia de vainilla, 1 cda de te
Opcional: azúcar impalpable para espolvorear
Preparación
Mezclamos la harina, la sal, el jengibre y el polvo de hornear.
Cernimos y reservamos. En otro bol, mezclamos el azúcar, el coco y la
ralladura de naranjas para que se aromaticen entre sí.
Ponemos los huevos sobre el azúcar y batimos a velocidad media por 2 ó
3 minutos. Agregamos la esencia y vertemos encima los ingredientes
secos. Revolvemos bien con una espátula y añadimos la manteca derretida.
Como en el caso de las madalenas, dejamos descansar en la heladera por tres horas mínimo (esto ayudará a que se inflen más y queden más esponjosas).
Precalentamos el horno a 200 grados. Humedecemos los moldecitos con
rocío vegetal (si son de metal, ya que si son de papel o siliconas no es
necesario) y los llenamos hasta las 2/3 partes. Horneamos entre 11 y 13
minutos. Antes de desmoldar dejar descansar 10 minutos.
Fuente: blogs.lanacion.com.ar/cocina-amateur
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