martes, 20 de agosto de 2013

Moreno, obsesionado por el avance de la papa holandesa sobre la argentina

Sin grandes títulos como inflación o competitividad, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, convocó a productores y comerciantes a “afinar el lápiz” para evitar un nueva especie de enfermedad holandesa.

En un mundo con precios cada vez más a la baja –en los pronósticos, no sólo las commodities dejan atrás los récords– se hace más difícil competir contra los productos del exterior. Como ejemplo, Moreno puso el caso de la ‘papa holandesa’ una variedad del tubérculo que hoy China produce masivamente y que ganó espacio en muchos mercados de la región, en particular el de Brasil, aunque este cultivo le trajo más de un dolor de cabeza a otros países como Bolivia.

Hace tres años, en la apertura de la primera Conferencia Mundial de Pueblos sobre el Cambio Climático y la Madre Tierra, el presidente boliviano, Evo Morales, le dedicó unos párrafos a la ‘naranja mecánica’ de los tubérculos. “La papa holandesa puede producirse en tres meses, cuatro veces al año. Esa papa holandesa con seguridad tendrá hormonas de pescado y de papa, son grandes, son hermosas, por supuesto, no es como para alimentarse. La papa originaria, saben los hermanos, es más sabrosa”, aseguró en ese momento Morales.

Moreno, funcionario de un modelo donde florecen los agronegocios y las semillas transgénicas, no se planteó esa disyuntiva, aunque defendió a la producción de papa local. Según relataron algunos comerciantes que se reunieron con Moreno el viernes, como el empresario carnicero, Alberto Williams y la titular de los supermercados asiáticos, Yolanda Durán, Moreno consignó que “la papa holandesa, que es más barata, más prolijita que la papa negra, está entrando en Brasil” y desplazando producción de ese mismo país y la Argentina. “Pidió un esfuerzo para exportar productos más atractivos porque en el caso de la papa, la holandesa es más limpita, pareja, entra por los ojos”, relató Durán a PERFIL sobre la última reunión con el funcionario, que se sumó al discurso oficial de que “el mundo se está cayendo a pedazos y la Argentina hizo lo que pudo”.

En medio de ese contexto internacional, la Cámara de Exportadores –que ‘celebró’ su día el miércoles pasado sin más presencia oficial en el acto que la de la titular de la Aduana, Siomara Ayerán–, estimó que las exportaciones cerrarán en US$ 85 mil millones este año, un 5% arriba que el año pasado. Con importaciones de US$ 76.700 millones, el saldo comercial estimado por la CERA es de US$ 8.300 millones, por debajo de los al menos US$ 10 mil millones, que había garantizado Moreno. Para el año próximo, en tanto, el panorama de los exportadores es negativo. Estiman que las ventas se estancarán en U$S 84.760 millones mientras que las importaciones deberían ascender a US$ 80.260 millones, lo que dejaría un mínimo saldo de US$ 4.500 millones en la balanza del comercio exterior, único sector de ingreso de divisas.

Fuente: perfil.com

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