En días de altas temperaturas beber agua es uno de los elementos básicos para conservar la buena salud. Sin embargo, no sólo es necesario hidratarse sino alimentarse bien. Tips básicos de una buena alimentación.
Cuando suben las temperaturas el cuerpo transpira eliminando agua que debe ser repuesta para
evitar un desequilibrio de los electrolitos. Pero, además, en ese
proceso se pierden sales minerales – sodio, magnesio, potasio-, es por
ello que es fundamental la incorporación de mayor cantidad de agua y hacer variaciones a las dietas.
Al mismo tiempo, las vacaciones suelen modificar la rutina de
alimentación impactando en la cantidad y calidad de los alimentos y
-casi siempre- modificar el tipo de ejercicios físicos que se realizan
en ese período.
Por todo esto, algunas sugerencias a tener en cuenta:
Consumir de 1,5 a 3 litros de agua por día, según la masa corporal.
Evitar bebidas alcohólicas que permiten una buena hidratación, y reemplazarlas por agua, gaseosas dietéticas o jugos frutales.
Incorporar abundantes vegetales para aumentar el volumen de lo que
comemos, con pocas calorías y utilizar frutas como postre y como
colaciones entre las comidas principales.
Minimizar la ingesta de alimentos ricos en grasas. Preferentemente,
no incorporarlos diariamente y al hacerlo, determinar porciones
pequeñas.
No dejar de comer o saltear comidas porque la siguiente ingesta suele salirse de control. Preferentemente ingerir pequeñas porciones de comida liviana y ligera.
Comer lentamente, masticando bien y saboreando la comida.
Si salen a comer afuera debe asesorarse sobre los contenidos de cada
plato. Preferir platos a las brasas o a la parrilla, antes que fritos. Los fritos son de digestión demasiado lenta y
pueden resultar pesados, especialmente en días de calor. Pedir el
postre una vez que hayan terminado la comida y seleccionar postres con
frutas, bajos en calorías y sin grasas, evitando acompañarlo con crema o
helado.
Idealmente, incorporar a la dieta frutas que contengan agua, como
sandía, melón, uvas. Y las ensaladas suelen ser una buena opción para
comer saludable, liviano y combatir el calor. En este caso, también
preferir verduras que contengan gran cantidad de líquido: tomate,
pepino, espinaca, remolacha, rúcula.
En cuanto a la actividad física, las vacaciones pueden ser un buen
momento para comenzar de a poco a moverse al aire libre. En la montaña,
se pueden permitir comenzar por pequeñas excursiones e ir alargándolas
según la capacidad física y cargar en las mochilas alimentos
energéticos: pan, fruta, barritas energéticas.
En la playa, la hidratación es aún más importante y es un buen lugar para consumir pescados, moluscos y crustáceos. Además puede caminar o correr por la playa o salir a nadar.
Asesoró: licenciada Lucía Molina (MN 5179), Departamento de Nutrición de Halitus Instituto Médico
Fuente: saludable.infobae.com
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