Aunque los refrescos light tienen menos calorías y casi no aportan azúcares simples al organismo, no son tan buenos para la salud como creemos, pues pueden incentivar la cantidad y frecuencia de su ingesta y además, aunque parezca propio de los alimentos azucarados, también pueden producir diabetes.
Después de evaluar a más de 66.000 mujeres por catorce años y
detectar los casos de diabetes originados en ese tiempo, los
investigadores encontraron una asociación entre aquellas que consumían más de 1,5 litros de refrescos light por semana y el desarrollo de diabetes.
Concretamente, la ingesta de más de más de 1,5 litros de bebidas con
edulcorantes artificiales a la semana incrementaba el riesgo de sufrir
diabetes tipo 2 en un 130%, en comparación con las personas que no
ingieren este tipo de bebidas light.
Lo asombroso es que quienes consumen esta cantidad de bebidas con
azúcar, tienen un 50% más de sufrir la enfermedad, mucho menos que el
riesgo asociado a la ingesta de refrescos light.
Pese a los resultados observados que se desprenden de un estudio de
gran magnitud y realizado en el tiempo, debemos tomar con precaución los
datos antes dichos, porque si bien los investigadores se esforzaron por
descartar efectos de otros factores que se asocian al desarrollo de
diabetes, no se puede observar una relación de causa- efecto entre el consumo de refrescos light y la aparición de la enfermedad.
De hecho, es posible que la predisposición genética y otros factores asociados al estilo de vida influyan en esta relación.
No obstante, los refrescos light pueden acentuar nuestro gusto
por lo dulce y aunque no poseen azúcar, pueden producir un efecto
similar dado su sabor edulcorado, en el cerebro. Asimismo, muchos son
los refrescos sin azúcar que poseen sustancias químicas no recomendables
en exceso en nuestro cuerpo.
Por ello, al hablar de bebidas, ni aquellas que tienen azúcar
ni aquellas light son aconsejables a diario si queremos lograr una
dieta saludable para el organismo.
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