sábado, 15 de agosto de 2009

Hambre en las provincias


POSADAS- El Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, está retrasado en más de dos meses en la remisión de fondos que debe recibir Misiones, correspondientes al programa "El hambre más urgente". No obstante, los proveedores locales que abastecen de alimentos a los comedores comunitarios que funcionan en esta provincia, aguardan que el Gobierno les pague en tiempo y forma, "aguantando como pueden", según integrantes del sector. En rigor, los aportes se distribuuyen aquí a través del Ministerio de la Producción, en forma desordeanada. Los alimentos no alcanzan a cubrir las necesidades de una población que aumenta en forma permanente, su número de indigentes, especialmente niños y ancianos.

Las vacaciones escolares -que se extendieron hasta el 3 de agosto debido al riesgo que todavía implica la gripe H1N1- obligaron a cerrar los comedores que funcionan en las escuelas, pero muchos padres y vecinos trabajaron para seguir alimentando a centenares de chicos y vecinos empobrecidos.

César Sánchez Bonifato
Corresponsal Misiones

Gran Buenos Aires

LA PLATA.- El 28 por ciento de los niños bonaerenses de menos de dos años está malnutrido. De ese total, el 15% presentó una talla menor de la considerada normal para su edad, mientras que el 13% restante padece exceso de peso.

Ser más pequeño o más gordo en ese tramo de la vida indica que la nutrición falla, ya sea porque faltan elementos nutritivos esenciales o porque comen mal.

Los datos, compilados en un estudio realizado por el Programa Materno Infantil del Ministerio de Salud provincial, preocupan a las autoridades bonaerenses y a los médicos, pues, básicamente, revelan que hay factores sociales vinculados con un contexto desfavorable para el desarrollo de los niños. En todos los casos -obesidad, talla corta, bajo peso-, lo considerado "esperable" es un nivel de 2,3 por ciento del total de los casos.

En el estudio, al que tuvo acceso LA NACION, se observa un descenso en los casos graves de desnutrición respecto de mediciones anteriores. Sin embargo, el hecho de que persistan problemas de bajo peso en el 2,7% de los casos relevados implica que se está casi en el mismo registro que el tomado durante la profunda crisis de 2002, cuando ese valor fue de 2,8 por ciento.

Se trata de una encuesta antropométrica realizada en centros sanitarios estatales en marzo pasado, sobre una muestra de 15.618 chicos de hasta dos años, en 103 de los 134 municipios de la provincia de Buenos Aires.

En 1995 y en 2002, el Ministerio de Salud provincial había realizado relevamientos equivalentes que ahora cotejó con los últimos guarismos obtenidos al seguir tablas de medición del crecimiento utilizadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En 1995, el 16,2% de los chicos testeados presentaban baja talla; en 2002, ese resultado alcanzó el 17%; ahora es del 14,7%. Respecto de los casos de obesidad, en 1995 alcanzaron el 12,4%; en 2002, bajó al 10,9% y en el actual estudio subió al 12,8 por ciento. El bajo peso, en tanto, afecta en la actualidad al 2,7% de los niños menores de dos años; en 1995, afectaba al 3,6 por ciento.

Del trabajo surge que los lugares donde los problemas nutricionales son mayores son las denominadas regiones sanitarias VII y XI. La primera de ellas, en pleno conurbano y abarca distritos populosos, como Tres de Febrero, Hurlingham, Ituzaingó, Morón, Merlo y Moreno. En tanto, la región XI está integrada por esta capital provincial, San Vicente, Presidente Perón, Ensenada, Berisso, Cañuelas, Magdalena, Chascomús, y Dolores, entre otros.

Pablo Morosi
Corresponsal en La Plata

Santa Fe

SANTA FE.- Esta provincia no es la excepción en el panorama nacional sobre pobreza, indigencia y desnutrición. Todo lo contrario: va camino a convertirse en el eslabón más pesado del interior del país. "Esto va cada vez peor. De un relevamiento que estamos concluyendo, podemos advertir que de 5 mil chicos testeados, el 38% (1.900) padecen desnutrición", confió a este diario el padre Atilio Rosso, líder del Movimiento "Los sin techo", de consistente participación en la comunidad local.

Según datos oficiales, la tasa de pobreza en el Gran Santa Fe es de 15,2% y la de indigencia el 5,8%. En ambos casos superan la media nacional (15,3% y 4,4%, respectivamente). Los antecedentes no son menos benévolos con el Gran Rosario. Allí, la pobreza alcanzaba a comienzos de año el 13,7% y la indigencia al 6,6%, contra el 13,6% y el 4,9%, de 2007.

Del relevamiento efectuado por "Los sin techo" en los últimos meses en esta capital y los distritos de Rincón, Colastiné, Santo Tomé y Monte Vera (conglomerado Gran Santa Fe), se puede inferir que cada día 33 niños ingresan a la indigencia; esto es más de uno por hora, o sea, 1.000 por mes. Otro dato permite dimensionar el problema: el crecimiento de los niños indigentes es cuatro veces mayor que la cantidad de niños que nacen en los barrios periféricos.

"La gravedad de la situación no es nueva, pero estos datos pueden ser una ocasión para que el problema sea visto en su real magnitud y pase a constituir un problema de Estado", añadió el padre Rosso.

Según los antecedentes, la ciudad tiene 119.999 menores de 14 años; el 32% (38.080) de ellos son indigentes y el 30% (35.700) son pobres.

El propio gobernador, el socialista Hermes Binner, se ocupó del tema. "La pobreza es una cuenta pendiente, que va creciendo y no sabemos cómo resolver, ni siquiera éticamente. Tenemos una producción de alimentos que pueden darle de comer a 100 millones de habitantes y muchos argentinos que no tienen qué comer. Esto hay que corregirlo", enfatizó.

Entretanto, el arzobispo de Santa Fe, monseñor José María Arancedo, opinó: "Hay una responsabilidad pública y política como responsables del orden justo y del bien común. Pero a pesar de esto, el gran debate de la provincia, que es la pobreza, siguió por otros carriles", subrayó.

José Bordón
Corresponsal en Santa Fe

Salta

SALTA.- La pobreza golpea a sectores de la población y muchas familias no tienen los recursos suficientes para alimentarse. Las soluciones son de largo plazo pero las medidas se toman a partir de tiempos electorales y eso conspira contra cualquier programa serio de recuperación nutricional que tiene que ver con muchos factores, incluso culturales, opinaron varios de los entrevistados.

Por el asistencialismo hay niños que nunca vieron trabajar a sus padres pero si recibir bolsones y ayudas sociales, lo que es una bomba de tiempo porque las demandas crecerán, señalaron a La Nación, Alejandra Roldán y Milagros Fernández de la ONG Programas Sociales Comunitarios que preside la ingeniera Adriana Pérez, agregando que a la pobreza estructural que se agravó se suma ahora la coyuntural por la pérdida de ingresos de la clase media y muchos mandan sus hijos a comedores para poder llegar a fin de mes, provocando disgregación del vínculo familiar.

La diputada provincial Cristina Lobo (PJ-Capital), licenciada en nutrición y el doctor Carlos Ubeira, director del Centro Nacional de Investigaciones Nutricionales, coincidieron en que hay malnutrición y obesidad, lo que genera un problema adicional.

Para la legisladora es necesario diferenciar los índices de pobreza e indigencia ya que en zonas como Rivadavia en el Chaco Salteño son mucho más altos que en Capital. Consideró que deben concentrarse los esfuerzos en los niños y esto exige atender a las embarazadas a tiempo y aquí surge otra dificultad, el 22% son adolescentes de modo que han de nutrirse a si misma y al bebé, y luego hacer el seguimiento de las criaturas, poco más de un 20% tiene menos de dos kilos y medio al nacer. Aludió a múltiples factores endógenos y exógenos que influyen y a la necesidad de complementación de todas las áreas.

Se observa en la provincia un descenso de la desnutrición infantil de hasta un año del 13,60% en el 2003, al 7,20% en el 2007 y al 6,20% en el 2008, señaló el subsecretario de Salud, Alejandro Gravanago y para niños de uno a seis años en el 2007 fue del 13% y en el 2008 del 12%, baja de un punto en la actual gestión. Aclaró que los datos para niños de1a 6 años eran menores en el 2003, del 8%, pero con tablas distintas a las nacionales adoptadas en el 2007.

El Ministerio de Desarrollo Humano entrega mensualmente a 76.550 familias entre 50 y 120 pesos según el número de hijos en tarjetas magnéticas o tickets para compra en comercios, mínimo que se aumentará en setiembre a $65 y el máximo a $130, informó la subsecretaria de Abordaje Territorial, Ana Vega de Terrone. Se distribuyen además por mes 40.000 kits alimentarios para niños de seis meses a seis años; 10.000 módulos alimentarios a embarazadas; harina e insumos en el plan pan casero para 32.880 mujeres; se atienden 174 comedores infantiles donde concurren 15.333 niños y se provee alimentos para unos 500 pacientes de tuberculosis y 450 celíacos, los de éstos son caros y difícil de conseguir y hay tres personas cubiertas en Rivadavia Banda Sur, alejada localidad del chaco salteño. Se hace con aportes provinciales y nacionales y colaboran agentes sanitarios que van casa por casa periódicamente con asistencia nutricional, educación sanitaria y alimentaria, control de embarazadas y derivación de enfermos.

Carlos F. Pastrana
Corresponsal en Salta

Santa Cruz

RIO GALLEGOS.- Si bien el último índice de desocupación en esta ciudad indica el 2,65% según las cifras del INDEC, poco dice de muchas necesidades que se viven en Santa Cruz. Muchos sufren por los salarios que no llegan a tiempo o que no responden a las necesidades básicas de la canasta familiar que ronda los 6000 pesos, muy lejos de un salario básico. A la falta de un trabajo estable, y de una vivienda digna como problemas acuciantes en Santa Cruz, en los últimos tiempos se duplicó la asistencia de alimentos a personas que se acercan a los comedores parroquiales con una frase que se repite, "no tengo nada".

"Monseñor Miguel Angel Alemán decía que "vivimos tiempos difíciles". Hoy podemos decir lo mismo. Hemos tomado conciencia que no hay democracia estable sin una sana economía y una justa distribución de los bienes. Se ve la urgencia de generar fuentes de trabajo dignas y estables y la necesidad de recobrar la auténtica cultura de la laboriosidad", asegura a LA NACION el padre Obispo, Juan Carlos Romanín, titular de la diócesis de Río Gallegos que abarca, Santa Cruz, Tierra del Fuego e Islas Malvinas.

El hambre no aparece como el primer tema de agenda, pero no por ello deja de haber una fuerte asistencia del estado y de la sociedad civil para asistir a parte de la población. Para Romanín, quien recorre incansablemente las dos provincias y tiene una radiografía actualizada de la situación social , "los problemas más salientes en estos momentos en los sectores más vulnerables, son la incertidumbre laboral y la falta de vivienda digna. Se dan también otros, como la contaminación ambiental, la trata y tráfico de personas, pibes solos y abandonados sin suficientes centros de atención, problemas con los jubilados, hospitales con pocos profesionales".

Desde la Iglesia Cristiana aseguran que en los comedores parroquiales ha aumentado la cantidad de personas que se acercan a pedir alimentos. En Río Gallegos funciona un comedor en la capilla María de Nazareth. Situación que se repite en las ciudades más importantes de la provincia. En especial en las localidades de la zona norte santacruceña, la primera parada de los migrantes nacionales y extranjeros que recorren el país en busca de un futuro mejor.

Desde finales del 2007 en Río Gallegos se han formado asentamientos en predios fiscales sin luz ni agua, que fueron ocupados por familias que llegaron desde otras partes del país y por personas de la ciudad que ya no pudieron afrontar los altos costos de un alquiler. Según datos de la Secretaría de Tierras y Viviendas de la CTA cerca de 300 familias viven en los tres asentamientos de casitas precarias, que apenas pueden hacer frente a las bajas temperaturas durante el invierno. Por el gran nivel de precariedad, se han incendiado varias de estas viviendas.

"Muchas veces las necesidades básicas son desde el alimento, la indumentaria, la atención primaria de la salud, y el trato discriminatorio que sufren muchas de estas personas", aseguran miembros de la Secretaría de Tierras y Viviendas de la CTA que asisten en forma permanente a las familias de los asentamientos. "Los ayudamos a organizarse, y demostrarles que aún hay esperanzas, devolviéndoles la fe de tener una vida mejor, de obtener respeto y dignidad, más allá de su situación temporaria, organizarlos en la autogestión, cooperativas y consensuar un objetivo en común, primero conseguir un terreno y luego los servicios", explican desde la CTA.

Quienes viven en los asentamientos algunos tienen trabajos otros no, suelen recibir ayuda de grupos estudiantiles y también de la Pastoral Social Migratoria quienes los asisten a la hora de conseguir documentos cuando se trata de extranjeros. Y muchas veces una palabra amiga ayuda también a calentar el corazón en medio de la hostilidad invernal patagónica.

Desde el Ministerio de Asuntos Sociales se lleva adelante un programa de Seguridad Alimentaria tratando de hacer frente a las situaciones mas extremas con el objetivo de fortalecer las estrategias de prevención y promoción para superar las necesidades alimentarias nutricionales. El Programa de Seguridad Alimentaria presenta dos abordajes, los niños menores de 14 años, desnutridos, discapacitados y adultos mayores de 70 años. En las escuelas de toda la provincia están habilitados también los comedores escolares cuyos beneficiados son los niños de hasta 13 años de familias con vulnerabilidad social. Y también el programa conocido como Copa de Leche.

Mariela Arias
Corresponsal en Santa Cruz

Mendoza

MENDOZA- El gobierno y las ONG locales coinciden en que la curva de la pobreza tuvo un fuerte salto en los últimos meses y las causas siguen siendo las mismas: desempleo, falta de políticas públicas eficaces y déficit educativo de las familias más postergadas.

El ministerio Desarrollo Social reconoció que los índices de pobreza e indigencia de la provincia se duplicaron en los últimos dos años: El primero trepó del 12,6% al actual 25% y el segundo del 4,7% al 10%.

Esa realidad se refleja en un aumento de la demanda de asistencia social tanto al Estado mendocino como a las organizaciones de la sociedad civil que mantienen comedores.

El diagnóstico de la Cooperadora para la Nutrición Infantil (CONIN) es categórico: "La desnutrición creció porque ha aumentado la pobreza y el conocimiento de la gente sobre la desnutrición".

Detrás de esta situación el analfabetismo de las familias aparece como un factor que impide salir de la desnutrición como lo es el desempleo y subempleo, agrega la organización.

Conin advirtió que en el ámbito provincial como nacional faltan "políticas de estado para prevenir la desnutrición que se mantengan en el tiempo".

La Fundación Banco de Alimentos hizo una comprobación similar. En sus 7 años de vida incrementó de 9.000 a 12.000 la cantidad de beneficiarios de los cuales el 60% son niños. Las entidades que gestionan comedores subieron de 45 a 56.

Conciente de que se debe abordar las carencias educativas, realiza un programa de educación nutricional para cocineras y madres de niños beneficiados.

Sergio Dimaría
Correponsal en Mendoza

Fuente: lanacion.com

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