sábado, 15 de agosto de 2009

Ice Wine, hijo del rigor


Su nombre genérico es Ice Wine (vino helado) y se elabora con uvas sobremaduras y heladas. Fue descubierto por accidente en la región de Franconie, en Alemania, en 1794.


Tras una intensa helada, los vinicultores intentaron salvar la cosecha vinificando las uvas congeladas. El resultado fue excepcional: sabor concentrado, alto contenido de azúcar, intenso color y aromas a frutas maduras. Así ingresó en el inventario enológico y empezó a elaborarse en Austria, Alemania y Canadá, país que se convirtió en la potencia productora. En estos países, los viñedos se visten de blanco todo el invierno y las frutas, cubiertas de hielo, se deshidratan y concentran sus azúcares y ácidos. A la copa llegan aromas y sabores intensos.


Los Ice Wines, por lo general, se elaboran con uvas resistentes a las heladas, como la Riesling, Vidal, Chenin Blanc, Cabernet Sauvignon, Chardonnay, Gamay y Syrah en alguna ocasión.

Hoy la novedad es que en la Argentina, Viña Las Perdices llanzó al mercado el primer Ice Wine del país a partir de uvas Malbec de cosecha 2007. Así lo explica Juan Carlos Muñoz, Wine Maker de la bodega: "Los racimos permanecen en la planta hasta el mes de junio (la cosecha habitual es en febrero) para exponerlas a la nieve y las heladas. En estas condiciones, el rendimiento del viñedo es casi ínfimo, entre un 20 a 25 % de una producción normal. Luego, esos frutos se congelan de manera artificial, ya que en Mendoza la temperatura no alcanza a congelarlas en forma constante para lograr un mosto muy concentrado en azúcares, sabor, aromas y color, y de equilibrada acidez. Luego llega una fermentación de varias semanas hasta obtener el valor de alcohol y azúcar remanente propios de estos vinos."

¿Qué se aprecia en la copa? Continúa explicando el enólogo: "El vino Las Perdices Malbec Ice 2007 es un varietal 100 % Malbec. Las notas de cata se definen por un color rojo cereza brillante. Aromas de frutas rojas sobremaduras, pasas de ciruelas y guindas. Untuoso y complejo en boca con recuerdo de ciruela seca y membrillo. Una buena relación Azúcar/acidez le da su personalidad. El final de boca es intenso y prolongado. Ideal para beberlo solo o acompañar tartas de frutos rojos, postres de chocolate o dulce de mebrillo. Se recomienda beberlo bien frío, entre 6º C y 8º C. Con 11,50% de graduación alcohólica, puede guardarse entre 5 y 7 años en correctas condiciones de almacenamiento."

El rendimiento de la cosecha 2007 dio como resultado una partida limitada de 5.000 botellas de 375 ml, que se consiguen en las vinotecas a un precio sugerido de $80. Un pequeño lujo para acompañar los postres con una variedad nueva y diferente.

Fuente: clarin.com

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