El doctor José Antonio Casermeiro Costa, médico
nutricionista español, estuvo en Buenos Aires en el marco de un congreso
realizado por Laboratorios Ysonut para hablar sobre un régimen que
permite perder varios kilos sin descuidar la salud. Se trata de la dieta
proteica, hoy por hoy el protocolo "estrella" para bajar de peso, ya
que cada vez hay más evidencia de su efectividad. Las proteínas son
esenciales en la formación y regeneración de tejidos (músculos, piel,
huesos) y en la regulación de ciertas funciones del organismo (sistema
endócrino, inmune, etc.). Publicaciones especializadas como la
revista The American Journal of Clinical Nutrition analizaron
recientemente el impacto que tiene la incorporación de determinadas
proteínas a las dietas para adelgazar, resaltando que una de sus grandes
ventajas es la posibilidad de reducir notablemente el contenido de
azúcares y grasas.
Casermeiro explicó que el principal hallazgo del
estudio es que "a partir de la sustitución de parte de los carbohidratos
por proteínas en las dietas con bajo contenido de grasa y con calorías
restringidas, se obtienen mayores beneficios. Por un lado es más rápido
reducir el exceso de grasa y también se mejora la composición corporal.
Además, esta propuesta tiene un impacto favorable en la circulación de
los triglicéridos, y cambios positivos en la glucosa sanguínea, la
presión arterial, el colesterol total, HDL y LDL y un efecto de mayor
saciedad". ¿Cómo se traduce en términos prácticos esta idea? El
especialista nos aclara: "Existen programas llamados de macro y de
micronutrición. Los de macronutrición consisten en tratamientos para
perder peso, grasa y nutrir al organismo con omegas (aceites
esenciales), probióticos (alimentos que ayudan a regular distinas
actividades del organismo) y vitaminas. Los de micronutrición no aportan
calorías al organismo, pero tampoco tienen la meta básica de ayudar a
perder peso. Son programas de cuidados antioxidantes, que ponen el
acento en la prevención cutánea y de la salud". Como parte de una
tendencia creciente, se trata de mejorar la calidad de vida a través de
la alimentación. Los productos modificados son parte de esta avanzada, y
los laboratorios más reconocidos del mundo ya ofrecen en el mercado
distintas opciones: cereales, sopas, postres, bebidas, yogures, etc.,
que combinan micronutrientes (vitaminas y minerales) con proteínas de
alto valor biológico. "La dieta proteica es una propuesta que permite
perder entre 7 y 10 kilos al mes, sin que redunde en flacidez y sin
pasar hambre", sigue el doctor. "A diferencia de las ‘dietas
milagrosas’, en las que se logra bajar de peso pero a través de la
perdida de líquidos o masa muscular, este tipo de tratamientos ayudan a
perder peso pero no músculos, lo que evita además, el efecto rebote. La
clave es la cronobiología nutricional, que permite al médico, a través
de la historia clínica del paciente, realizar un estudio analítico para
conocer su nutrición desde el punto de vista cerebral. Esto consiste en
analizar cómo y qué come, y por qué fracasa a la hora de mantener su
peso". Una vez que se tiene el perfil del paciente, se sugiere una
ingesta de alimentos según su "ritmo biológico". Si es necesario, se
pueden añadir alimentos de diseño como barritas de chocolate, que
contienen sustancias naturales extraídas, por ejemplo, de la clara de
huevo o las arvejas.
Más beneficios
La cronobiología nutricional también puede
utilizarse para tratar distintas enfermedades, como todos los tipos de
diabetes. "Se puede disminuir el consumo de insulina con la ayuda de
sustancias naturales que no tienen grasa ni azúcar, pero sí proteínas de
alta calidad. Se mezclan con las comidas y ayudan a bajar la cantidad
de azúcar que consume la persona", explica Casermeiro. "Otra de las
patologías que se pueden resolver son los trastornos del sueño, a través
de una alimentación específica que ayude al mejor funcionamiento de
ciertas hormonas". Esto es muy importante, ya que "los cambios en los
hábitos de sueño y alimentación representan un factor de riesgo para
muchas patologías".
La cronobiología nutricional también puede
aplicarse a "casos de depresión, celiaquía y patologías más simples como
la celulitis, la piel de naranja, la ansiedad y el acné hormonal"..
Fuente: revistasusana.com
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