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Bodegas El Porvenir de los Andes presenta su Laborum Tannat cosecha 2007, un vino 100% Tannat, elaborado con uvas provenientes de viñedos viejos de más de 45 años, ubicados a 1.750 metros sobre el nivel del mar, en Cafayate, Salta.
"Laborum Tannat 2007 es un vino de color rojo rubí intenso, con tonos negros a tonalidades violáceas en contornos. Presenta aromas a frutos rojos, con notas de especias, algo de chocolate y eucalipto. Nariz de característica compleja, que se combina con un sutil toque de madera, que le otorga el tostado y ahumado de la misma. En boca tiene una entrada intensa, estructura media a alta, con acidez equilibrada", destacaron.
Desde El Porvenir de los Andes indicaron además que los taninos son dulces, firmes e intensos. Es un vino que, por su estructura, permitirá una guarda de hasta 10 años.
Los tintos tienen una crianza de 12 meses en barricas de roble francés y americano de primer uso. La línea se completa con Laborum Malbec, Laborum Cabernet Sauvignon, Laborum Syrah, Laborum Malbec-Cabernet Sauvignon, Laborum Malbec Extra Roble, Laborum Torrontés y Cosecha tardía Laborum Torrontés de Otoño.
Laborum Tannat 2007 tiene un precio sugerido al público de $121 en vinotecas. Se elaboraron únicamente 7.172 botellas de esta añada.
Los vinos de Bodegas El Porvenir de los Andes son comercializados por la Consultora Umami.
Acerca del Tannat
El Tannat se ha convertido en una de las variedades más flexibles del Nuevo Mundo. A partir de esta uva, se elaboran vinos aterciopelados, con gran complejidad, profundidad y densidad de fruta.
La historia del Tannat por estas latitudes se remonta a 1840 cuando Juan Jáuregui, alias "Lorda", proveniente del país vasco, llegó a Entre Ríos, donde se alistó en el ejército. En 1850, Jáuregui se radicó en Concordia, donde le fueron concedidas tierras.
Fue precisamente en esas tierras argentinas donde se cultivó por primera vez el Tannat en América. Cuando "Lorda" partió hacia a la Argentina, trajo consigo -envueltas en sus ropas y dentro de un baúl- nueve estacas de Tannat que le obsequió su hermano, capataz de un viñedo en los Pirineos. La variedad se conoció en la zona con el nombre de Lorda en honor a su introductor.
En 1872, Pascual Herriague, un vasco radicado en Uruguay, conoció a Jáuregui y éste le obsequió catorce varas que luego fueron plantadas y multiplicadas en Salto. Así, un viñedo de 200 ha, tuvo las primeras cepas Tannat de origen francés en el Uruguay.
Un estudio realizado sobre los beneficios de los vinos, el Tannat demostró tener el mayor nivel de antioxidantes que previenen enfermedades cardiovasculares.
Es un varietal de gran personalidad, Es un varietal de gran personalidad, preferido por quienes disfrutan de los vinos con carácter.
Fuente: iprofesional.com
Uva rara si las hay, las bodegas uruguayas han logrado premios mundiales a partir de la elaboración de vinos con base en esta cepa que, con cortes de uvas más suaves como el merlot, adquieren un sabor único, inclusive mejor que en las campiñas francesas, desde donde llegó a finales del siglo XIX hasta estas tierras.
Españoles, alemanes, italianos, suizos y franceses a mediados del siglo XIX introdujeron las cepas que darían origen a los primeros vinos uruguayos.
Las cepas eran de Francia (tannat y folle noir) y llegaron por medio de los primeros enólogos que tuvo el país: Harriague y Vidiella. Harriague fue quien plantó el primer viñedo de tannat en la ciudad de Salto. Tras 130 años de adaptación, las vides tannat son las típicas de Uruguay. La tannat es la variedad de uva que mejor se adapta al suelo y clima uruguayo y por esto mismo es que se la considera la cepa protagonista de toda bodega uruguaya.
Ideal para acompañar cualquier mesa, el tannat, con todo su cuerpo y violácea alma, es el mejor vino para degustar la gran parrilla uruguaya, conocida como una de las más completas y sabrosas.
Hoy, también podemos afirmar orgullosos que existe una cepa que, con el correr del tiempo, pasó a ser sinónimo del sentir uruguayo.
¿La uva Tannat cultivada antes en Argentina que en Uruguay?
La introducción de la variedad tannat en la región está impregnada por una historia familiar y los sueños de inmigrantes que quisieron tener en América algo que los hiciera sentir como en su casa.... Y qué mejor que un buen vino.
Con apenas 19 años, don Pascual Harriague llegó al Uruguay en 1838 cuando se iniciaba en ese país un ciclo de paz lleno de promesas para los hombres de trabajo y empresa. Harriague, nacido en Hasparren (Francia) en 1819, era uno de ellos.
Trabajó en un saladero, luego en una pulpería, hasta que en 1840 instaló en Salto (ROU) una curtiembre que luego fue transformada en grasería y fábrica de velas. Recién en 1860 se vinculó a la vitivinicultura, actividad que lo haría pasar a la historia.
El sueño de este emprendedor inmigrante era buscar una variedad que le permitiera elaborar un vino tinto semejante al Burdeos. Aunque el comienzo no fue fácil, se empeñó en cultivar la vid. En 1872, junto con Rivas, otro entusiasta de la experimentación de la vid en Uruguay, estaban por desistir dado que no habían encontrado las variedades que pudiesen satisfacer las necesidades de la vitivinicultura.
La Vid que llegó entre la ropa de un baúl.
Como Harriague estaba radicado en Salto, frecuentemente viajaba a Concordia (Entre Ríos) y en uno de esos viajes conoció a un comerciante de nombre Vireneau, oriundo de los Pirineos. Cuando don Pascual y Rivas le presentaron el problema que tenían, Vireneau opinó que probablemente no habían encontrado aún la variedad apta al Uruguay.
Aconsejándoles que no desistieran del esfuerzo, les comentó que en Concordia había un zarzo con una variedad que producía muy buen vino. Luego, los puso en contacto con Juan Jáuregui, alias “Lorda”, proveniente del país vasco, quien tenía un hermano que era capataz en el viñedo de un noble de la zona de los Pirineos.
Cuando Jáuregui emigró a la Argentina, su hermano le obsequió unas varas que envolvió muy bien dentro de sus ropas, las puso en un baúl y las trajo consigo. El obsequio se realizó en secreto dado que el propietario no daba ningún material a nadie y habría penado a quien lo hiciera.
En conocimiento de la historia, Pascual Herriague se dirigió a la quinta de “Lorda” y éste le obsequió catorce varas que luego fueron plantadas y multiplicadas en Salto.
Un viñedo de 200 ha en la zona de la Caballada, tuvo las primeras cepas tannat de origen francés en el Uruguay. Aunque en Concordia se la conocía con el nombre de “Lorda”, esta cepa tomó en el vecino país el nombre de “Herriague”, su cultivador y real iniciador de la vitivinicultura charrúa.
La variedad tannat es la principal de Maridan, en el sur de Francia, y también crece en pleno país vasco francés, en Irouleguy, muy cerca de la frontera con España. En Uruguay la región que concentra más del 60 % de la producción es el departamento de Canelones, ubicado en la región sur del país.
Industrialización y Filoxera.
En 1883, las bodegas de Pascual Herriague alcanzaron las 300 barricas bordalesas (6750 litros) del vino que anhelaba, no obstante, la producción a escala comercial comenzó a desarrollarse a partir del año 1885.
En 1887, las 137 cuadras de sus viñedos alcanzaban niveles productivos de real importancia. En 1888 el Gobierno le concedió una medalla de oro “por su personal constancia y patriotismo en la solución de un tema que tanto interesaba al país”.
En el mismo año, en la exposición universal de Barcelona, obtuvo medalla de plata por sus vinos y al año siguiente en la exposición universal de París se adjudicó una medalla de Plata, otra de Bronce y una mención honorífica.
Sin embargo, una epidemia de filoxera, que asolaba a los viñedos del mundo también llegó a Salto, produciendo enormes daños. En 1894, en busca de alivio a sus dolencias de salud, Herriague regresa a Francia, donde fallece el 14 de abril de ese año, en París, acongojado por los devastadores efectos de la plaga sobre sus amados viñedos.-
La Tannat es natural del suroeste de Francia (Madiran) y está muy difundida en Uruguay, al punto que se ha convertido en el vino emblema de ese país. Es un vino de alta calidad como varietal puro, y por sus cualidades también se destina a cortes con otras variedades ofreciendo combinaciones destacadas: Tannat - Cabernet Sauvignon, Tannat - Merlot, Tannat - Cabernet Franc.
El Tannat, por sus características de bajo PH, buen color y buena graduación alcohólica, durante estos años es utilizado como vino de corte para dar estabilidad en vinos comunes. Un estudio realizado sobre los beneficios de los vinos, el Tannat demostró tener el mayor nivel de antioxidantes que previenen enfermedades cardiovasculares. Es un varietal de gran personalidad, preferido por quienes disfrutan de los vinos con carácter que dejan sensaciones fuertes en boca.
Vista: El Tannat es de color muy intenso, rojo morado, rubí tirando al granate.
Olfato: En nariz el Tannat presenta aromas a frutos rojos y negros muy maduros, especias, chocolate amargo que se acentúan cuando se estaciona por algún tiempo.
Sabores: El Tannat tiene mucha presencia en boca, tiene excelente final y bien seco, supera en intensidad al Cabernet Sauvignon, es muy concentrado, potente, tánico y astringente. Con delicado sabor a moras. Además llevan como característica un notable balance entre la acidez y la fruta.
Maduración
El Tannat es apto para la guarda.
Maridajes:
El Tannat es ideal para acompañar:
La temperatura de servicio de un Tannat, la cual le permite al vino exponerse delante de nosotros destacando sus aromas y sabores, ronda entre los 16º a 18º, para un vino joven y entre los 18º-20º, para un vino de guarda. Para un vino de guarda seria muy interesante usar decantador, por lo menos una hora antes de beberlo.
Debemos decir que al igual que el Malbec en Argentina, el Tannat es una variedad de uva que en el Uruguay ha tomado más importancia que en su propia tierra de origen, tal es así que la superficie cultivada con esta vid es mayor a la superficie cultivada en su tierra natal. El cepaje fue ingresado a la región por inmigrantes de origen vasco y hoy un tercio de los cultivos pertenecen a esta variedad. Existen en la actualidad 9000 hectáreas de superficie cultivadas con vides y más de 300 bodegas y, al igual que en Argentina, en una región se concentra más del 60 % de la producción. Nos referimos al Departamento de Canelones, ubicado en la región sur del país, el cual es uno de los más aptos para el cultivo.
Extraordinariamente estos vinos son de color oscuro fuerte, casi negro y de gran cuerpo. En su paso por boca producen un sedoso ataque (comienzo) y un final abundante largo y bien seco. Además llevan como característica un notable balance entre la acidez y la fruta que los hace ideales para acompañar carnes rojas.
Algunas de las principales bodegas son Santa Rosa, Juanico, Los Cerros de San Juan, De Lucca, Calvinor y Toscanini.
En Argentina, observando el fenómeno del Tannat en el vecino país, algunos bodegueros se han lanzado a elaborar varietales con este cepaje, sobre todo en la región del Noroeste, más precisamente en Cafayate, Salta.
Si bien tecnológicamente son vinos elaborados con técnicas más modernas y dignos exponentes de la variedad, no logran reemplazar la extraordinaria adaptación al terroir que tuvo en Uruguay este tipo de uva