Puede que el wisky mejore con la edad, pero dejarlo encastrado en un bloque de hielo antártico durante más de 100 años es ir demasiado lejos.
Y es que Al Fastier, un neozelandés que dirige el programa de conservación de Cape Royds (Islas Ross) ha tenido la suerte de encontrar dos cajas de madera de pino conteniendo el raro y antiguo whisky MacKinlay que el equipo del explorador irlandés Ernest Shackleton abandonó en su fallida expedición de 1908 al Polo Sur (conocida como expedición Nimrod).
El equipo de conservación escavaba el hielo existente bajo la cabaña en la que Shackleton y sus hombres se cobijaron durante el largo y salvaje invierno antártico cuando encontraron las cajas, que se conservaban en un estado excelente. De hecho, aún se apreciaba perfectamente el logo de la casa fabricante escocesa.
"Fue un hallazgo excitante" comentó Al Fastier. Shackleton construyó la cabaña en enero de 1908 para que le sirviera de base en su intento por ser la primera persona en alcanzar el Polo Sur. Tanto él como sus 14 compañeros pasaron 9 meses en aquella cabaña a temperaturas próximas a los -50ºC.
La casa MacKinlay con sede en Edimburgo (que hoy día forma parte de la destilería Whyte & Mackay), accedió en 1907 a ser el suministrador de whisky de la expedición y aún conserva la carta de Shackleton confirmando el donativo de 12 cajas. Anteriormente habían aparecido botellas vacías, pero nunca llenas.
El equipo de conservación había decidido retirar el hielo bajo la caseta para asegurarse de que la base era estable y para reducir la humedad. Al parecer han preferido no extraer las cajas del hielo por miedo a dañar su estructura, algo que los expertos han aconsejado.
Cuando los periodistas lle preguntaron a Fastier si no había sentido la tentación de abrir una botella, contestó:
"No, es mejor imaginarlo que probarlo. Así conservamos el misterio."
Por cierto, la foto superior muestra una botella igual a las encontradas bajo la cabaña de Cape Royds.
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