En China toman el té verde con whisky escocés. En los bares y locales sirven té verde, hielo y un poco de whisky. Suena raro, pero si lo beben tanto debe de ser bueno…
Bebo whisky, bebo té verde, y tengo curiosidad por probar. Hoy me he preparado un té verde frío (Sencha, Japonés). En casa no tengo ningún blended, que es lo preferido en China; si lo usan por el precio o sabor, no lo sé. Probaré con los single malt baratos, Cardhu, Glenfiddich 12 yo. Ya que estoy, probaré combinaciones menos lógicas; Edradour 10yo straight from the cask (con aromas de Jerez) y Ardbeg TEN (ahumado).
Empezando con un poco de Cardhu en el té. Y es ¡asqueroso! El whisky potencia el amargor del té, no se puede beber. Añado un poco de azúcar y, mira, ya está. No está mal, sabe a té verde con… Cardhu.
¿Con Glenfiddich? ¡Mejor! Ahora los sabores se complementan más. El postgusto está muy interesante; empezando con el dulce del azúcar, seguido por el sabor del whisky, todo envuelto en el amargor del té, que dura, y dura.
Edradour 10yo straight from the cask, obviamente me da pena mezclarlo con lo que sea. Pero por razones científicas hago una excepción. Ahora, se nota que es un malta con más carácter. Esta vez el whisky domina y el té está al fondo. Realmente no se nota el té hasta el postgusto, donde el amargor quita todos los otros sabores. Casi como beber whisky solo, una sensación muy rara.
Finalmente, con un poco de humo. Como me gusta el té Lapsang Souchong, té negro de hojas ahumadas, añadir Ardbeg TEN puede resultar interesante. Bueno, el olor de la mezcla no tiene nada que ver con Lapsang: cable eléctrico quemado. En boca es en la que más se han integrado los componentes, hay equilibrio entre los dos sabores, desde la entrada hasta el postgusto. Sorprendente.
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