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miércoles, 4 de diciembre de 2013

¿Insomnio? 5 superalimentos para vencerlo

A la hora de las recetas caseras para poder dormir, mucho se dice y poco se confirma. Del clásico té de lechuga al vasito de leche con miel, hay demasiados mitos (y algunas verdades) sobre este tema. A continuación, el listado de 5 alimentos que ayudan a conciliar el sueño y 5 que producen el efecto contrario.

Lo que SÍ debés consumir antes de acostarte

Cerezas. Son uno de los pocos alimentos naturales que contienen melatonina, una sustancia ideal para promover el buen descanso. Según un estudio, el jugo de cereza ácida produjo mejoras en la calidad y duración del sueño de quienes lo tomaron.
Leche. Lo decían las abuelas: “el mejor remedio antes de irse a la cama es un vaso de leche con miel”. Y algo de razón tenían, más allá de la mala fama que han ganado los lácteos en estos últimos años. Es que la leche contiene aminoácido triptófano, un precursor de la serotonina química del cerebro, que ayudaría a descansar de manera óptima.    
Cereales. Si bien, en general, los carbohidratos son buenos para dormir, no todos tienen igual efecto. No es lo mismo comer un paquete de galletitas que consumir una porción de "corn flakes" que contienen “buenos hidratos de carbono”. Otras opciones válidas también pueden ser la quinoa, la cebada y el trigo sarraceno. Si se los combina con leche, mejor.
Banana. Ayuda a estimular el sueño ya que contiene magnesio y potasio, excelentes relajantes naturales. Además, y como si esto fuera poco, tiene carbohidratos, que también colaboran con un buen descanso.
Batata. Fomenta el relax ya que no sólo contiene hidratos de carbono, sino que es una gran fuente de potasio. Otros alimentos que incluyen esta combinación son las habas, la papaya e, incluso, las papas (cocidas al horno y con piel).

Lo que NO debés consumir antes de acostarte

Vino. Consumir cualquier tipo de bebida alcohólica antes de acostarnos es totalmente nocivo para nuestro buen descanso. ¿Por qué? A pesar de que el mito afirma que una “copita” es buena para dormir, el alcohol se metaboliza muy rápidamente en nuestro organismo y hace que nos despertemos varias veces durante la noche. Y no sólo esto: un estudio comprobó que afecta la calidad y cantidad del sueño y aumenta el nivel de los ronquidos.
Pollo. Éste -o cualquier otro tipo de proteína- es muy contraproducente si se consume en la cena. El motivo es que retrasa mucho la digestión y la lentifica, por lo tanto, el cuerpo en vez de ocuparse en el dormir se concentra en ese proceso y afecta el descanso.
Chocolate amargo. El chocolate negro contiene un alto nivel de cafeína, sustancia que afecta el sueño notablemente. Además, entre sus componentes encontramos a la teobromina, un estimulante que incrementa la frecuencia cardíaca y también produce insomnio.  
Hamburguesa. Especialmente si es completa, tiene queso o panceta: su alto contenido de grasa es el perfecto asesino del sueño. ¿Por qué nos afecta el descanso? La grasa estimula la producción de ácido en el estómago y eso puede, además, generarnos acidez. 
Café. Muy sencillo: la cafeína es un estimulante del sistema nervioso central por lo que, obviamente, afectará el sueño. Si bien hay personas más tolerantes que otras a esta sustancia, lo ideal es no consumirla por la noche, antes de irnos a la cama.

Fuente: Health.com

Foto: Thinkstock Photos
Fuente: entremujeres.com

martes, 5 de marzo de 2013

El sedentarismo “atenta” contra el buen descanso

Los insomnes en busca de un sueño reparador deberían ponerse en movimiento, ya que un nuevo informe demuestra que el ejercicio promueve el buen dormir y que cuanto más intensa sea la actividad, mejor. Qué hacer y cuándo.

Tan sólo 10 minutos de ejercicio al día podrían marcar la diferencia en cuanto a la duración y calidad del sueño, según la encuesta realizada por la organización sin fines de lucro National Sleep Foundation.

“Descubrimos que el ejercicio y dormir bien van unidos, de la mano”, dijo Max Hirshkowitz, investigador sobre el sueño y presidente del grupo de trabajo de la encuesta.

“También encontramos un aumento gradual en la calidad (del sueño), en función de cuánto ejercicio se haga. De manera que si se hace mucho ejercicio, descubrimos una mejor calidad del sueño. Para las personas que no hacen ejercicio, encontramos que se producen más problemas para dormir”, agregó.

Investigaciones previas han demostrado el impacto del ejercicio en el sueño, pero Hirshkowitz, profesor del Baylor College of Medicine en Houston, dijo que ésta es la primera encuesta que detalla los beneficios del ejercicio en una muestra representativa de Estados Unidos.

Las personas que se describieron a sí mismas como practicantes de deporte declararon dormir mejor que sus homólogos más sedentarios, aunque la cantidad de sueño, un promedio de poco menos de siete horas, fue la misma.

Más del 75% de las mil personas entrevistadas en la encuesta realizada por internet y por teléfono que se describieron a sí mismas como practicantes de deporte dijeron que dormían bien, comparado con casi la mitad de los que no realizan deporte.

Estar sentado más de ocho horas diarias también tuvo un impacto negativo en el sueño, según la encuesta.

Luchar por mantenerse despierto

Casi la mitad de los norteamericanos declararon padecer insomnio de forma ocasional, y el 22% sufre este trastorno que puede estar causado por estrés, ansiedad, dolores y medicación, todas o casi todas las noches, según la fundación.

Además de un sueño más deficiente, aquellos que no practican deporte también tienen menos probabilidades de tener una salud buena o excelente comparado con los más activos y tuvieron más problemas para permanecer despiertos mientras conducían y comían.

Las personas sedentarias dijeron tener casi tres veces más dificultades para mantenerse despiertos durante el día que los más activos. También se echaban más siestas y tenían más síntomas de apnea del sueño, un trastorno que causa una respiración superficial o pausas en la respiración durante el sueño, que los deportistas.

Más del 44% de los no practicantes tenían un riesgo moderado de padecer apnea del sueño, un porcentaje más alto que el de las personas activas entrevistadas.

La encuesta también pareció desacreditar la idea de que hacer ejercicio a primera o última hora del día podría tener un impacto adverso en el sueño demostrando que estar activo a cualquier hora del día era mejor que ser sedentario.

“El ejercicio es beneficioso para dormir”, dijo Barbara Phillips, miembro del grupo de trabajo de la encuesta, en un comunicado.

Fuente: Reuters

jueves, 25 de octubre de 2012

Alimentos contra el Insomnio

Aunque muchas personas han pasado por la experiencia de pasar una noche 'en blanco' sin poder dormir, cuando el insomnio se convierte en una rutina, la hora de ir a la cama también se transforma en suplicio.
 
No obstante, algunos alimentos pueden ayudar a que te relajes y descanses mejor. Descubre su poder y cómo utilizarlos.

"El insomnio es la dificultad que tiene una persona para iniciar o mantener el sueño dentro de los horarios necesitados o deseados", describe Josep M. Serra Grabulosa, profesor de psiquiatría y psicobiología clínica de la Universidad de Barcelona.

Esta molestia afecta a muchas personas. "Aunque puede manifestarse a cualquier edad, es un problema más común entre los adultos y, especialmente, entre la población femenina", añade Serra.

El insomnio se produce por muchos factores. "Las causas son varias y diversas, lo cual dificulta su tratamiento. Se trata de un trastorno normalmente asociado con las preocupaciones y la ansiedad de la vida diaria", agrega Serra. Aparte de los muchos tratamientos médicos posibles, hay algunos remedios que puedes utilizar para conseguir una buena noche de descanso. Entre ellos, vigilar lo que comes.

Cuidar las cenas

Una norma de oro que no deberías pasar por alto es ir a la cama con hambre, ya que un estómago protestón es el mejor aliado del insomnio. Sin embargo, tampoco es aconsejable comer en exceso, puesto que una cena pesada puede desvelarte por indigestión.

Además, trata de no comer y acostarte inmediatamente. "Las comidas tardías estimulan la acumulación de grasa durante la noche. Es mejor tomar cenas no demasiado pesadas y con una antelación de unas 4 horas antes de ir a dormir", sugiere el doctor Mark Baugh, doctor en farmacia y autor del libro Sports Nutrition: The Awful Truth.

"Los alimentos altos en carbohidratos y azúcares provocan una sensación de somnolencia al poco tiempo de su consumo, pero deberás tomarlos con medida para evitar que te causen un problema de sobrepeso", recomienda Baugh. 

Carnes y carbohidratos

Para provocar el sueño hay pocos alimentos mejores que el pavo. Una buena idea es comprar el pavo, cocinarlo, congelarlo dividido en porciones y acostumbrarse a comerlo a la hora de la cena. "Este alimento, caliente o frío (en sándwich, por ejemplo), contiene una sustancia que actúa como antidepresivo en el cerebro y se convierte en serotonina, un neurotransmisor que provoca el sueño", explica Baugh.

Pero esta sustancia la encuentras en otros alimentos: "Todas las carnes y los huevos contienen serotonina, pero no en tanta cantidad como el pavo. Así es que siempre que consumas carne durante la cena estarás predisponiendo a tu cerebro para el sueño", continúa.

Además, los carbohidratos complejos como las patatas, la calabaza, el arroz, la pasta y similares, también tienen efectos beneficiosos contra el insomnio. Es más, la combinación de carne con alguno de estos alimentos altos en carbohidratos "te harán caer de sueño".

¿Qué ocurre con los vegetarianos? Ellos pueden sustituir la carne por tofu o nueces. Notarán los mismos resultados, ya que ambos alimentos tienen nutrientes y propiedades parecidas en muchos aspectos.

Bebidas para dormir

También hay líquidos que te ayudarán a dormir y otros que son aliados del insomnio. "No beber alcohol y, si se bebe café, hacerlo 4 ó 5 horas antes de ir a la cama ya que, de lo contrario, se interrumpirá el sueño", recomienda la doctora Rona Allen, experta en nutrición del Olive Leaf Wholeness Center, en Nueva York.

Además, recomienda tomar zumo de apio, que ayuda a calmar los nervios, y propone probar esta infusión:

Infusión 

Ingredientes:
2 partes de romero
2 partes de menta
1 parte de nébeda (Catnip), es una planta herbácea cuyo sabor y olor es parecido a la menta
1 parte de manzanilla.

Elaboración
Mezclar bien todos los ingredientes.

"Otra alternativa, más sencilla pero igual de beneficiosa, es tomar una mezcla de agua caliente y miel de abeja antes de acostarse", afirma Allen.

Pero no dejes todo en manos de la alimentación. "Cualquier remedio alimenticio será mucho más efectivo si se complementa con una vida más tranquila y otras soluciones como la aromaterapia, el ejercicio físico o un baño de espuma antes de dormir", asegura Allen.

Fuente: alimentacion-sana.com.ar

Dos de cada 10 personas sufren trastornos del sueño

Los factores emocionales, la ansiedad y el estrés se relacionan con el 90% de los casos de insomnio. La falta crónica de descanso repercute en la vida diaria, desde menor rendimiento intelectual hasta mayor riesgo de accidentes. La importancia de consultar al médico.

Un estudio realizado en los EEUU arrojó que casi dos de cada 10 personas sufren trastornos del sueño, y que la inmensa mayoría de los casos de insomnio y otros trastornos del sueño se relacionan con factores emocionales, ansiedad y estrés, en tanto que otras se vinculan a afecciones como la fibromialgia o el dolor neuropático.

Esta problemática produce un serio deterioro en la calidad de vida: desde disminución de la concentración e irritabilidad constante hasta un mayor riesgo de accidentes, afecciones cardiovasculares y otros. Por ello, aconsejan consultar con un especialista en medicina del sueño, y no automedicarse. Así lo afirmaron expertos durante el último Foro de Dolor y Neurociencias de Pfizer, realizado recientemente en la ciudad de Mar del Plata, con la presencia de más de 200 médicos de todo el país.

El doctor Rakesh Jain, director de Investigación de Drogas Psiquiátricas para R/D Clinical Research en Lake Jackson, Texas, EEUU, y orador en dicho encuentro, declaró que “en pacientes con dolor, el sueño se ve interrumpido muy a menudo, lo que les causa un significativo sufrimiento y aflicción. Pero lo más importante es que la dificultad para dormir hace que el dolor no sea bien tratado. Por lo tanto, atacar los problemas de sueño en pacientes con dolor crónico es un objetivo clínico importante”.

Asimismo, el doctor Thomas Roth, director de la División de Medicina del Sueño del Henry Ford Sleep Research Center (EEUU), quien participó en el desarrollo de contenidos de la Cumbre, destacó que “existe un círculo vicioso entre la perturbación del sueño y los desórdenes de ansiedad y dolor. No sólo es una comorbilidad frecuente, sino que muchos pacientes reportan que el sueño es el mayor problema asociado a su dolor. Por ello, en la actualidad reconocemos que tratando la ansiedad o el dolor sin tratar la alteración del sueño es virtualmente imposible”, dado que se encuentran intrínsecamente relacionadas. “Es por eso que lo mejor sería utilizar una sola medicación que se sabe que tiene efecto para los dos problemas”, recomendó.

Al respecto, el doctor Facundo Nogueira, jefe del Laboratorio del  Instituto Argentino de Investigación Neurológica Sueño (Iadin), destacó que “existe un sinnúmero de patologías de diversa índole que afectan la continuidad y la calidad del sueño, que pueden ser de origen respiratorio, neurológico, emocional u orgánico. Estos desórdenes alteran la calidad del descanso nocturno y repercuten directamente en el funcionamiento del cerebro durante el día”. En especial, “el 90% de los casos de insomnio se asocian a factores emocionales, bien conocidos en la fibromialgia, o a estrés. El insomnio es común en sujetos que padecen depresión o cuadros de ansiedad”.

Según Roth, “demasiado a menudo, los médicos no preguntan a sus pacientes sobre cómo duermen. Además, las personas pueden no hacer una asociación entre su sueño y un problema de ansiedad o dolor. Por ello, quienes van a ver a su médico por un problema de dolor o ansiedad tienen que contarle sobre sus problemas para dormir, y hablar sobre lo que ocurre luego de una buena o una mala noche de sueño. Finalmente, esos pacientes necesitan conocer y practicar una buena ‘higiene del sueño’. Esto incluye ir a la cama a la misma hora todas las noches, no beber alcohol ni bebidas con cafeína, ni comer dentro de las dos a tres horas antes de ir a dormir. También deberían asegurarse de que el dormitorio propicia el sueño, en términos de temperatura y ruido”.

En los EEUU, se calcula que entre 50 y 70 millones de personas sufren de algún trastorno de sueño, entre los que se incluyen dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido (insomnio), somnolencia diurna (hipersomnia), dificultades con el ritmo del sueño (horario regular) y conductas anormales durante el sueño (terrores nocturnos, sonambulismo).

Para mejorar el sueño existen múltiples abordajes, desde cambio de hábitos hasta medicación. Pero “lamentablemente muchas personas padecen problemas del sueño y se automedican, muchas veces en forma incorrecta, aumentando las dificultades con diversos sedantes. Desde ya, y como siempre, la sugerencia es que consulte a su médico”, consignó Nogueira.

Enfermedades dolorosas

La presencia de molestias diversas a la hora de dormir dificulta la conciliación del sueño o lo fragmentan alterando su continuidad. Es común que los pacientes que padecen dolores, parestesias (hormigueos), depresión o ansiedad durante la noche no puedan dormirse o se despierten recurrentemente. Esto es habitual en quienes sufren de dolor neuropático y fibromialgia, dos afecciones dolorosas crónicas.

Resulta fundamental controlar el dolor en pacientes con neuropatía, fibromialgia y cualquier otra condición clínica asociada a dolor crónico con afectación del sueño”, recomendó Nogueira, ya que “la efectividad en estos cuadros de los analgésicos comunes (analgésicos no esteroideos o AINE, derivados de la aspirina) suele ser escasa”.

Qué ocurre cuando no se descansa bien

Durante el sueño se llevan a cabo una serie de procesos químicos y metabólicos indispensables para que el cerebro pueda funcionar adecuadamente al día siguiente. Es por ello que el organismo de un adulto necesita entre siete y ocho horas promedio por noche de sueño de buena calidad.

Cuando los trastornos se prolongan a lo largo del tiempo, “generan sensación de sueño no reparador por la mañana, asociado muchas veces a embotamiento y cefalea matutinos. Además, estos sujetos suelen referir somnolencia diurna excesiva que se presenta en diversas situaciones, pudiendo incluso afectar la integridad y seguridad del que la padece y de terceros, cuando por ejemplo aparece mientras se conducen vehículos o durante el manejo de maquinaria de precisión”, indicó Nogueira, quien destacó que los pacientes con trastornos del sueño “tienen entre 7 y 10 veces más riesgo de padecer accidentes de tránsito”.

Además, habitualmente los afectados sufren irritabilidad y mal humor constante, producto de la falta de descanso, lo que se asocia con frecuencia a conflictos sociales y personales. Otra repercusión se observa en el rendimiento intelectual, ya que “la somnolencia diurna afecta la capacidad de atención y con ello el aprendizaje y la cognición. La merma en el rendimiento escolar o laboral es moneda corriente”, afirmó el médico.

Dentro de los últimos avances en este campo, Jain subrayó que “nuestra comprensión de que el dolor es peligroso para el cerebro es un nuevo desarrollo crítico”. En este sentido, un artículo publicado hace un tiempo en The Journal of Neuroscience señaló que el dolor crónico daña áreas de la corteza cerebral no relacionadas al dolor, y que la causa podría deberse a una alteración de la conectividad en regiones corticales que se activan durante el descanso, según observaron mediante resonancias magnéticas funcionales en personas con dolor de espalda crónico.

Por otra parte, la alteración del sueño repercute directamente sobre el aparato cardiovascular. Por distintos mecanismos bien conocidos, “se sabe hoy en día que muchos pacientes que padecen trastornos del sueño tienen un mayor riesgo de sufrir hipertensión arterial, arritmias, ataques cardíacos y cerebrovasculares”, aseveró Nogueira.

¿Quiénes duermen mal?

Algunos síntomas que indican que se está sufriendo un trastorno del sueño son:
• Levantarse en la mañana embotado, con cefalea o sensación de sueño no reparador
• Sentir somnolencia diurna o cansancio crónico
• Padecer tendencia al sueño incluso en situaciones pasivas y de baja estimulación
• Roncar
• Presentar pausas respiratorias durante el sueño o despertares bruscos y reiterados durante el sueño

Ante la presencia de estos u otros signos que sugieran que el sueño es insuficiente o de mala calidad, el paciente debe  consultar a un médico formado y entrenado en el manejo específico de estos trastornos. Son numerosas las patologías que pueden afectarlo y requieren un análisis y estudio detallado.

Algunos consejos

Es necesario dedicarle al descanso la cantidad de horas necesarias: en el adulto, nunca menos de siete horas por noche, y estar atentos a la calidad del mismo.

Entre las medidas que ayudan a dormir bien por la noche se encuentran:

• Controlar el sobrepeso
• Dejar pasar dos horas entre la cena y el acostarse
• Evitar los ejercicios intensos en las últimas horas del día
• No consumir café o estimulantes luego de las 18
• Minimizar el consumo de alcohol con la cena
• Tratar adecuadamente las enfermedades crónicas que se padezcan, y fundamentalmente aquellas que ocasionan síntomas nocturnos (dolores, falta de aire, tos, etc.)
• No automedicarse

Fuente: saludable.infobae.com

martes, 14 de agosto de 2012

Alternativas naturales para terminar con el insomnio

Tener problemas para dormir no genera inconvenientes sólo por las noches. Quienes lo padecen sufren también somnolencia durante el día, malhumor y falta de energía, entre otras consecuencias. Opciones para resolver el trastorno sin generar dependencia.

Una persona que sufre de insomnio, no solo tiene dificultades durante la noche tratando de conciliar el sueño, sino que también manifiesta las consecuencias de esa falta de descanso durante el día.

Es por eso que padece embotamiento matinal; falta de coordinación en la generación de ideas, planificación, cálculos; malhumor; cansancio, fatiga y aletargamiento fuera del horario de dormir (por ejemplo, sueño a las 14 y 15 horas).

Los factores desencadenantes del insomnio pueden ir desde la toma de ciertos medicamentos que generan estado de alerta (anfetaminas, simpaticomiméticos, cafeína, etc.), hasta causas relacionadas con estrés, exceso de alimentación nocturna, abuso de sedantes, cambios de meridianos (sobretodo en viajes), ataques de pánico, trastornos de ansiedad generalizada y depresión.

Para paliar este problema, habitualmente se recurre a medicamentos que producen tolerancia y dependencia, requiriéndose mayores dosis con el correr del tiempo para poder cumplir con el efecto. O, generando un mayor perjuicio, se le adicionan otros fármacos hipnóticos, que constituyen los llamados “cócteles hipnóticos”.

A diferencia de los anteriores, las opciones naturales contra el insomnio no generan adicción ni dependencia. Tampoco alteran los reflejos, no provocan embotamiento matinal, no alteran la función hepática, y el paciente puede interrumpirlos cuando lo desee.

Entre las alternativas naturales se hallan las drogas vegetales que tienen afinidad por receptores GABA-A. Es decir, plantas medicinales que se van a unir a los mismos receptores que hay para los ansiolíticos o sedantes, pero sin generar los efectos adversos de estos. Dentro de este grupo podemos mencionar a la valeriana, el lúpulo, el naranjo amargo, la melisa, la pasionaria y la kava. Todas estas son plantas medicinales con gran cantidad de trabajos al respecto e incluso, muchas de ellas, pueden mezclarse entre sí para sinergizar efectos.

Otras propuestas naturales están en los alimentos, por ejemplo en la lechuga, cuyo “cabito” (el tronquito más duro que precede a la hoja) es una rica fuente de diazepam natural (la droga del Valium). Lo mismo que el estragón y los tubérculos no maduros de la papa son fuentes de delorazepam (droga ansiolítica). Asimismo, la llamada Hierba de San Juan, contiene melatonina, hormona natural que regula los ciclos alterados del sueño.

En todos los casos se trata de extractos secos de las plantas, que pueden encontrarse en presentaciones de comprimidos, grageas o cápsulas. Las dosis se deberán consensuar con el profesional tratante, de acuerdo a la severidad del cuadro del paciente.

Asesoró: doctor Jorge R. Alonso, presidente de la Sociedad Latinoamericana de Fitomedicina

Fuente: saludable.infobae.com

lunes, 10 de octubre de 2011

Alimentos que contribuyen al insomnio

A continuación se indican cinco alimentos que pueden evitar que disfrutemos de un buen descanso nocturno:

1. Carnes ahumadas y en conserva: el jamón, el tocino, las salchichas y las carnes ahumadas contienen unos niveles elevados del aminoácido tiramina, que desencadena en el cerebro la liberación de noradrenalina, un estimulante del cerebro que nos mantiene alerta y atentos.

2. Chocolate: aunque nos encante tomar una taza de leche con cacao por la noche conviene tener cuidado con el chocolate en todas sus formas. Muchas personas son cada vez más sensibles a la cafeína a medida que se hacen mayores, e incluso los pequeños trozos de chocolate que se sirven con el helado podrían despejarnos lo suficiente como para no lograr descansar. El chocolate también contiene tirosina, un aminoácido estimulante.

3. Bebidas energéticas: Red Bull y otras bebidas energéticas son ricas en cafeína, además de en el aminoácido taurina, que incrementa el estado de alerta y la adrenalina. Estudios recientes han demostrado que incluso tomando las bebidas energéticas al comienzo del día, la elevada dosis combinada de taurina y cafeína puede hacer que nos resulte difícil dormir, o dormir bien, mucho más tarde.

4. Salsa de tomate, chile, pizza y alimentos picantes: los trastornos digestivos son una fuente habitual de problemas para dormir, pero muchas personas no se dan cuenta de ello. Los alimentos ácidos y los picantes pueden causar reflujo, acidez y otros síntomas que interrumpen el sueño.

5. Alcohol: El consumo excesivo de alcohol puede trastornar la secuencia del sueño y provocar que una persona se despierte varias veces durante la noche y tenga dificultad en volver a conciliar el sueño y en lograr dormir profundamente.

Fuente: Caring

lunes, 13 de abril de 2009

Te de lechuga para poder dormir !


Sabías que la lechuga tiene propiedades muy beneficiosas para poder conciliar el sueño. Es muy recomendable para los momentos de insomnio.


Hay que hervir una planta de lechuga en una olla con agua y extraer todo el jugo de la misma. El líquido que queda será nuestro té de lechuga listo para consumir. Endulzar a gusto. Se pueden tomar aproximadamente 3 tazas de té por día.


Para acompañar esta infusión un nuevo hit de nuestra biblioteca musical retro: una cantante que se las trae con su sencillo “Anoche no pude dormir”.

Cascada Inacayal - Villa La Angostura - Patagonia Argentina