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miércoles, 20 de noviembre de 2013

Mitos y verdades sobre los hidratos de carbono

Por Eugenia Tavano

Como si cada rebanada de pan escondiera una amenaza, la mayoría de nosotros evita las harinas o las come con culpa, cuando en realidad son fuente de energía y la base de nuestra alimentación

Como sucede con muchos datos que circulan en estos tiempos de hipercomunicación, nadie podría explicar a ciencia cierta por qué "las harinas hacen mal" y sin embargo una enorme cantidad de gente está convencida de que hay que erradicarlas de la dieta. Las razones para sostener esa creencia serían, aparentemente, muchas: que producen intolerancia gástrica, que hinchan, que se transforman fácilmente en grasa e incluso que alteran los nervios. "Eso de que las harinas son ‘el enemigo’ es uno de los mitos más grandes que existen en la alimentación y uno de los que más tenemos que combatir", explica la nutricionista del Hospital de Clínicas Sofía Mitjams. "Cuando hablamos de harinas o almidones nos referimos a los hidratos de carbono complejos, que generalmente se encuentran en los panificados (pan, galletitas), pastas (simples o rellenas), arroz y legumbres, que aunque no son estrictamente harinas cumplen la misma función". Y enseguida apunta lo más importante: "Cuando analizamos el óvalo alimentario argentino (la famosa "pirámide nutricional" reformulada), vemos que el grupo principal son las harinas o hidratos, ya que son muy necesarios para el organismo porque aportan energía. El cerebro, por ejemplo, sólo utiliza glucosa a partir de los hidratos de carbono. Los hidratos son necesarios, como es necesaria una dieta variada y equilibrada".

¿Pero a qué se debe entonces su mala fama? La reconocida doctora Ana Katz, autora, entre otros, de libros como Somos lo que comemos y No dieta, opina que "la ciencia tarda muchísimo en trasladar lo que se trata en los congresos o las novedades de los estudios científicos al conocimiento público. Y eso genera que la gente se quede con ideas obsoletas, que después se van descartando". Una de las más extendidas es la que asegura que los hidratos de carbono se acumulan como grasa. "Los seres humanos tenemos tres macronutrientes: grasas, proteínas e hidratos. Cada uno se almacena en el cuerpo de manera distinta, pero durante mucho tiempo en la medicina se opinó que cuando uno comía hidratos de carbono, éstos se transformaban en grasa. Sin embargo, en la década del 80 se llevó a cabo una investigación importantísima que permitió descubrir que si uno come hidratos, guarda hidratos. Así como la grasa que no se usa se almacena como grasa, los hidratos se almacenan como glucógenos en el hígado o en los músculos". Sin embargo, tres décadas después de este hallazgo, la mayoría de la gente sigue asociando los productos que contienen harina con la obesidad y una mala alimentación.

En la balanza

Cuando el pantalón no cierra o la pancita incomoda, nunca falta quien acerca la vieja recomendación: "¡Aflojá con el pan y las pastas!". Mitjams nos alerta acerca de esto: "Otra idea errada es que al dejar de consumir hidratos se baja de peso, y en realidad cuando eso ocurre el organismo empieza a utilizar proteínas del músculo para extraer energía, y eso no sólo es perjudicial para la salud sino que tampoco ayuda a perder kilos". De nuevo, se parte de una mala interpretación por la cual "se asume que los hidratos tienen un gran aporte calórico, y eso no es así, ya que aportan cuatro calorías por gramo al igual que las proteínas. Entonces, el hidrato de carbono no es el problema en sí sino la cantidad en que uno lo consume y con qué lo acompaña: por ejemplo, con azúcar, como las facturas y las tortas; y con grasas, como sucede con los productos industriales".

En el último tiempo, además, con la divulgación de otras prácticas como el vegetarianismo en todas sus formas, el veganismo o ciertas religiones o filosofías que abarcan hábitos alimentarios, muchos productos de consumo habitual para nuestra cultura han quedado demonizados, "como pasa ahora con los lácteos", dice Katz, preocupada. En el caso de las pastas, su mala fama es tan antológica como falaz. "En el caso de las pastas, lo que engorda es el acompañamiento: los rellenos, el queso, la crema, la manteca, pero no el hidrato de carbono en sí", aclara Mitjams. La doctora Katz aporta un ejemplo a modo de reivindicación. "En nuestro país apenas consumimos 8 kilos de pasta per cápita anuales. En Francia e Italia se consumen unos 20, es decir que todavía estamos muy lejos de países a los que no les va nada mal en materia de obesidad y enfermedades crónicas".

Otro mito, dice Mitjams, "es que no se puede mezclar carnes con harinas, cuando en realidad lo que importa es la cantidad de la porción". De hecho, en las porciones y en la cantidad de lo que consumimos parece estar la clave. Como sea, jamás deben replicarse dietas extraídas de internet o por recomendación de amigos. "Las cantidades en las que se puede comer determinado alimento, así como las dietas, dependerán de cada persona, de su estado de salud y actividad, por lo que no hay una fórmula que funcione para todos. Pero sí podemos hablar de la selección de los alimentos y de tener en cuenta que ninguna dieta que elimine directamente un grupo de los que están previstos como alimentación saludable, será ni equilibrada ni completa, ni se podrá sostener por mucho tiempo".

Las cosas por su nombre

Con buena o mala fama, lo cierto es que en el ránking de popularidad pocas cosas resultan más tentadoras que unos buenos fideos, unas ricas galletitas dulces o un humeante plato de polenta. ¿Será por eso que muchos sostienen que los hidratos de carbono producen "adicción"? "No hay adicción a la comida, por la tanto no hay adicción a los hidratos", advierte Katz. "Uno los prefiere porque la serotonina, que es una sustancia que tenemos en el cuerpo y que se relaciona con el control de impulsos, el humor, el buen sueño y la saciedad, depende de la ingesta de hidratos y de insulina. De hecho, si hacés una dieta de hambre o una dieta hiperproteica, el cuerpo en algún momento va a pedirte hidratos para fabricar serotonina y ahí es donde puede venir el atracón".

En el último tiempo también se empezó a escuchar acerca de personas que sufren algún tipo de intolerancia a las harinas. "Eso es otro tema, que en parte se relaciona con que por suerte, hoy en la Argentina tenemos la Ley Celíaca, que permitió que tanta gente que durante años deambuló por consultorios con anemia, diarrea, etc., ahora pueda tener un diagnóstico acertado y enterarse de que sufren alguna forma parcial de celiaquía".
Pero no hay que confundirse: "Hay dos grupos diferenciales en esto: por un lado están los celíacos (en sus diferentes tipos: total, parcial, infantiles o adultos) que son personas que tienen intolerancia al gluten, que es una proteína que estructura el almidón; y hay otros que tienen algún tipo de intolerancia a ciertos alimentos. Y también, como siempre, hay gente que está confundida y piensa que porque algo le cae mal padece un cuadro específico".

Para concluir, hay que tener en cuenta que más que pensar en eliminar grupos de alimentos hay que evitar los excesos, sobre todo cuando se trata de productos industrializados.

Y que hay que aprender hábitos saludables que duren toda la vida en vez de pensar en recurrir a dietas esporádicas para modificar cuestiones de salud. Mitjams recalca: "Últimamente estamos viendo casos de niños con diabetes tipo II, que es el tipo que se genera por un mal control alimenticio y metabólico. Lo que un niño aprende en los primeros años de vida es lo que queda para la alimentación futura. La niñez es el período ventana en el que uno tiene que educar –no restringir, sino educar– para que después no se presenten enfermedades. No se trata de eliminar todo lo que contiene hidratos, grasa o azúcar sino de llevar una alimentación equilibrada y balanceada; comer de todo pero acorde a la edad, la actividad física y el estilo de vida".. 

Para comerlos mejor: los hidratos de carbono son fundamentales para la salud, pero hay algunas pautas que conviene tener en cuenta: "Lo ideal es consumir preferentemente harinas integrales; galletitas y panes integrales, con semilla, arroz integral, etc. No es que los productos integrales engorden menos o sean menos calóricos, pero son más recomendables porque aportan fibras, minerales y vitaminas y generan mayor sensación de saciedad porque favorecen la masticación". También conviene tener en cuenta estrategias a la hora de consumirlos: "Por ejemplo, si pensamos en servirlos en un plato, que la mitad sea verdura. O no comer del paquete, si no separar la porción; tampoco llevar la fuente a la mesa, y tratar de cocinar lo justo y no repetir. Y a la hora de elegir panificados, inclinarse por los que menos grasa y azúcar tienen, por ejemplo: en vez de facturas o tortas, optar por vainillas, bay biscuits o un bizcochuelo. Y tener en cuenta que es mentira aquello de que el pan engorda menos que las galletitas, sino que suele ser al revés"

Fuente: revistasusana.com

jueves, 10 de octubre de 2013

Los mejores hidratos para tu plan de adelgazamiento

En una dieta saludable no pueden faltar hidratos, sin embargo, si lo que buscas es perder peso, debes seleccionar muy bien las fuentes de este nutriente. Por eso, a continuación te mostramos algunos ejemplos de los mejores hidratos para tu plan de adelgazamiento.

Ya hemos dicho cómo podemos consumir hidratos sin dejar de perder peso y es clave que junto a ellos, tengamos proteínas, buenos minerales y vitaminas así como fibra que brinde saciedad y reduzca el índice glucémico. Por eso, los mejores alimentos ricos en hidratos al momento de adelgazar son:
  • Alubias o judías: en una porción de 50 gramos que triplica su volumen podemos encontrar alrededor de 10 gramos de proteínas de origen vegetal y más de 11 gramos de fibra. Todo ello sin olvidar que con este tipo de legumbres sumamos potasio, calcio, magnesio, hierro y vitaminas del complejo B a la dieta.
  • Avena: un tazón de 40 gramos de avena puede brindar mucha saciedad, no sólo gracias a sus proteínas de origen vegetal, sino también a sus casi 4 gramos de fibra. Por supuesto la avena también aporta hierro, calcio, potasio, fósforo, magnesio, ácido fólico y vitamina E a nuestra dieta.
  • Pan integral: en 100 gramos que podemos distribuir entre desayuno y merienda encontramos 8 gramos de fibra, 7 gramos de proteínas, potasio, fósforo, vitaminas del complejo B, selenio y magnesio. Además, es un alimento que tiene un índice glucémico notablemente inferior al pan blanco y que resulta muy versátil como parte de las comidas.

  • Quinoa: en una porción de 50 gramos, suficiente para un plato completo, podemos obtener sólo 200 Kcal que entre otros nutrientes, están compuestas por 8 gramos de proteínas y 8 gramos de fibra. Además, es un pseudocereal rico en calcio, magnesio, fósforo y zinc.
  • Palomitas de maíz: si buscamos un snack rico en hidratos pero no queremos dejar de cuidar nuestro plan de adelgazamiento, las palomitas pueden ser de gran ayuda, pues unos 30 gramos pueden aportarnos sólo 150 Kcal y 3 gramos de fibra. Además, contiene proteínas y ofrece potasio, magnesio y vitaminas del complejo B
  • Arroz integral: una porción de 50 gramos con la cual podemos armar una comida completa, ofrece 175 Kcal con casi 4 gramos de proteínas. Asimismo, el arroz integral es una excelente fuente de magnesio, fósforo y potasio.
Con estos alimentos puedes obtener los mejores hidratos para tu plan de adelgazamiento, ya que además de hidratos, tendrás buenos nutrientes, más saciedad y menor índice glucémico, aspectos importantes si queremos perder peso con salud.


Fuente: vitonica.com

lunes, 3 de junio de 2013

Adicción a los hidratos de carbono

Los hidratos de carbono son la principal fuente de energía del organismo. Esto todos lo sabemos, y por lo tanto la mayoría de nosotros los introduce en su dieta cotidiana. Pero nosotros en este post queremos hacer un repaso a uno de los puntos que casi siempre se nos olvida sobre este nutriente, y es que puede acabar por causar adicción.

Antes de nada debemos tener presente que existen dos tipos de hidratos, los simples, que se asimilan de manera rápida por el organismo y que serían los culpables de esta adicción, y los complejos, que se liberan lentamente y evitar subidas repentinas de glucosa causantes de la temida adicción.

Por qué causan adicción

Los motivos por los que los hidratos simples generan adicción es debido a que al ingerirlos el organismo los asimila rápidamente, haciendo que los niveles de glucosa aumenten rápidamente. La glucosa es el principal alimento del cerebro, y este aumento repentino hace que el cerebro reciba ese alimento y libere serotonina que nos hace sentir bien, y que a la larga acabará generando una especie de dependencia en nuestro cuerpo.
Lo mismo que sucede con cualquier droga, el cuerpo terminará por acostumbrarse a los niveles de glucosa y cada vez exigirá más cantidad para sentir bienestar. Por esto la demanda de hidratos aumentará poco a poco, haciendo que la ingesta sea mayor, y con ello el riesgo de aumentar el peso corporal y empeorar el estado general de nuestro organismo.

Evitar la adicción

Para evitar que esto suceda y nuestro organismo se acostumbre a este tipo de alimentos lo que debemos hacer es ingerir y sustituir los hidratos simples por aquellos complejos que encontraremos en harinas integrales, azúcares integrales, arroces integrales… Estos alimentos lo que harán será liberar la glucosa de una manera más lenta, haciendo que los niveles corporales se mantengan siempre más o menos iguales, evitando así los subidones de serotonina que experimenta el organismo de otro modo.

Ya no es que este tipo de dependencia sea eso, sino que el aumento repentino de la glucosa hace que se acumule más cantidad en forma de grasa, ya que no la quemamos toda, y de este modo las posibilidades de aumentar de peso son mayores, a la vez que empeoramos nuestra salud. Por ello es necesario controlar la ingesta de hidratos de carbono simples para así evitar males mayores a largo plazo.


Fuente: vitonica.com

lunes, 9 de julio de 2012

Para ganar peso con salud: no descuides la ingesta de hidratos

Si estas buscando ganar peso y para ello necesitas cambios dietarios que te ayuden a lograrlo, debemos decir si bien es fundamental la ingesta de proteínas y grasas de calidad, algo de mayor importancia es no descuidar la ingesta de hidratos, sino más bien, incrementar su presencia en el menú diario. 

Los hidratos son un macronutriente fundamental para lograr el aumento de peso saludable en el organismo, pues en primer lugar son el nutriente energético por excelencia para nuestro cuerpo y si bien no concentran tantas calorías como las grasas, son los que en cantidades apropiadas permiten utilizar proteínas para formar estructuras como el músculo. 

Además, los hidratos de carbono son importantes para ganar peso porque no sacian rápidamente como si lo hacen las proteínas y se metabolizan a un costo inferior en término de calorías utilizadas para digerir con respecto al macronutriente antes dicho.

Entonces, si quieres ganar peso con salud, recuerda no descuidar la ingesta de hidratos y priorizar los hidratos complejos para acompañar las proteínas magras y grasas de calidad en tu dieta. Así, preparaciones ricas en hidratos como el pan, las pastas, empanadas, arroz u otras son de gran ayuda si buscas incrementar tu peso corporal sin descuidar la salud del organismo.

Fuente: vitonica.com

martes, 11 de octubre de 2011

Los hidratos de carbono engordan, desmintiendo un mito

Constantemente estamos escuchando que los hidratos de carbono deben desaparecer casi enteramente de nuestra dieta por ser un tipo de nutriente que lo único que hace es conseguir que engordemos sin apenas darnos cuenta. Desde luego que esta afirmación no tiene ningún fundamento, sino que simplemente es un mito que muchas personas siguen creyendo a pies juntillas, y más ahora que están tan de moda las dietas ricas en proteínas. Por ello vamos a desmentirlo.

Como ya sabemos, los hidratos de carbono son la principal fuente de energía que recibe nuestro cuerpo. Nos aportan glucosa que convertimos en energía y combustible para poder realizar todas las actividades cotidianas. Pero los hidratos en sí no son los responsables de que engordemos, sino que el cómputo total de calorias son las que se encargan de que nuestro cuerpo engorde. 

Es muy sencillo, simplemente se trata de una operación que siempre debemos tener en la mente cuando queremos mantener nuestro peso. La cantidad de calorías que consumimos nunca debe sobrepasar a las que quemamos. Si las superamos tenderemos a engordar, ya que nuestro cuerpo las acumulará en forma de grasa, mientras que si no llegamos echaremos mano de las reservas de grasa de nuestro cuerpo y adelgazaremos. 

Es cierto que los hidratos de carbono contienen muchas calorías, pero son fácilmente asimilables y rápidas de quemar por parte del organismo. Además de este tipo de nutrientes, el resto que ingerimos, como las proteínas tienen también calorías que no podemos pasar por alto. La solución es controlar lo que ingerimos y la cantidad de alimento que nos vamos a llevar a la boca.

Pero las calorías que nos tienen que preocupar realmente son las que provienen de las grasas, ya que son las que el organismo acumula con más facilidad y apenas quema como lo hace con las que provienen del resto de alimentos, y sobre todo las que se desprenden de los hidratos de carbono. 

Las calorías originadas de los hidratos de carbono aumentan la glucosa rápidamente, por lo que nos dan una dosis de energía instantánea que podemos quemar al momento si realizamos actividad física. Pero si consumimos hidratos integrales la liberación de las calorías es más lenta, con lo que la quema de las mismas es más efectiva.

Es muy importante que ante esta afirmación que dice que los hidratos engordan sin más sepamos diferenciar entre los diferentes tipos de hidratos. Los citados anteriormente son dos ejemplos, pero no debemos pasar por alto las calorías vacías que nos prestan muchos alimentos que simplemente tienen contenido calórico sin más. Un ejemplo son las bebidas alcohólicas, los dulces elaborados a base de azúcares refinados… 

La manera en la que nuestro cuerpo asimila las calorías vacías es muy rápida, ya que hace que los niveles de glucosa aumenten rápidamente, igual de rápido que bajan y se acumulan en el organismo en forma de grasa. Una manera de aumentar de peso sin darnos cuenta. Por este motivo no podemos generalizar y decir que los hidratos de carbono son malos sin más, sino que hay que ahondar más en este tema para saber cómo proceder y elegir adecuadamente los alimentos que nos llevaremos a la boca.

Fuente. vitonica.com

miércoles, 16 de febrero de 2011

La pasta: mucho más que hidratos de carbono


Es claro que la pasta nos provee como nutriente principal hidratos de carbono complejos, pero no sólo eso estamos comiendo cuando ingerimos un plato de fideos sino que la pasta es mucho más que hidratos y en ella encontramos variados micronutrientes importantes para el organismo.

En un plato de pasta encontramos además de hidratos, proteínas vegetales, potasio, fósforo, yodo, magnesio y selenio, todos minerales importantes para el buen funcionamiento del sistema neuromuscular y muchos de ellos, con acción antioxidante.

Además, los fideos son fuente importante vitaminas del complejo B que permiten un buen metabolismo de los hidratos de carbono para que el cuerpo obtenga la energía de estos. Así, vitamina B1, B2, B6, ácido fólico y sobre todo, niacina son presentes en la pasta.

Como podemos ver, más allá de los hidratos que sabemos posee la pasta, este alimento puede ofrecernos buena cantidad de vitaminas y minerales que el cuerpo necesita para funcionar correctamente y que habitualmente no tenemos en cuenta que están presentes en los fideos o la pasta.

Fuente: vitonica.com

martes, 21 de diciembre de 2010

Ingredientes para una ensalada perfecta

Las ensalada es un plato que se suele relacionar con aquellas personas que están a dieta y quieren peder peso, pero esto no siempre es así. Con los ingredientes adecuados una ensalada puede convertirse en un plato muy completo para deportistas y en general cualquier persona.

El secreto está en saber qué ingredientes añadir. Normalmente una ensalada es lechuga, tomate y poco más y si añadimos la salsa inadecuada se puede convertir en una bomba de calorías. Para un deportista una ensalada completa debe contener: hidratos de carbono, vitaminas y proteínas.

Hidratos de carbono

Hay muchas formas de añadir hidratos de carbono a las ensaladas, el uso de verduras es la primera. Alimentos como el maíz, guisantes, remolacha o zanahoria dan algo más de alegría a las ensaladas y suben el porcentaje de hidratos, tan importantes para recargar las energías del deportista.

Las legumbres son también otro recurso para aumentar los hidratos de carbono: judías o garbanzos pueden mezclarse sin problemas en nuestras ensaladas dando un toque diferente de sabor. Al principio puede resultar un poco raro ver una ensalada con judías, pero os aseguro que vale la pena probarlo.

Y como no, la pasta es el alimento estrella. Ingredientes como el arroz, todo tipo de pasta o patata cocida si que elevarán el porcentaje de hidratos de carbono de nuestras ensaladas.

Proteínas

El músculo del deportistas necesita proteínas para recuperarse y crecer y éstas pueden encajar perfecamente en nuestras ensaladas: atún, salmón, pavo, pollo o tofu son los alimentos estrella ricos en proteínas que podemos añadir a la ensalada. Lo ideal es ir alternándolos por días para no aburrirnos siempre del mismo sabor.

El huevo cocido es otra opción, cuenta con proteínas de alto valor biológico y siempre da un buen toque a las ensaladas.

Vitaminas y antioxidantes

El mejor indicativo para saber si hay variedad de vitaminas en una ensalada es ver su colorido. Una ensalada pobre en colores carece de variedad vitamínica, en cambio una ensalada multicolor nos asegura contar con varios tipos de vitaminas y antioxidantes.

No sólo la lechuga es la base de la ensalada: rúcula, lombarda o acelgas pueden alternarse o mezclarse y añadir otro tipo de sabores y micronutrientes.

La frutas son la otra opción vitamínica: naranja, manzana, pasas o plátano además de vitaminas y minerales básicos para el deportistas consiguen aumentar más aún el contenido de hidratos de carbono. Recuerda que para elevar los antioxidantes las frutas rojas son la mejor opción: fresas, frambuesas, cerezas, arándanos...

El aliño

El aliño es fundamental para dar sabor a la ensalada, pero es un arma de doble filo, puede cargarse todo el trabajo anterior añadiendo gran cantidad de calorías a base de grasas. Casi todo tipo de salsas son muy calóricas, pero a esta opción siempre hay alternativas.

Hacer nuestras propias salsas y aliños con yogur, zumo de limón o de naranja da un toque distinto a la ensalada y le añade valor nutritivo.

Otra opción muy saludable es utilizar una mezcla de aceite de oliva con hierba aromáticas. Aqui ya es cuestión de imaginación y destreza culinaria.

Fuente: vitonica.com

Hidratos para desayunar y proteínas para cenar

No es una regla estricta a seguir pero sí es una orientación de cómo deben ir encaminadas la primera y última comida del día.

El proponer hidratos de carbono para desayunar y proteínas para cenar no es algo casual, sino dar al cuerpo lo que necesita en ese momento. Por las mañanas el organismo necesita cargarse de energía, y nada mejor para ello que los hidratos y por la noche necesita reponer a aumentar tejidos como el músculo, y para eso están las proteínas.

En el desayuno cuando nos referimos a hidratos son sobre todo hidratos de carbono complejos, que nos van a dar energía poco a poco a lo largo de la mañana. Cereales, tostadas o galletas son alimentos que no pueden faltar en nuestro desayuno para cargar los depósitos de hidratos, aunque tomar algún dulce y fruta que tienen hidratos simples tampoco está de más para obtener energía al instante.

Con las proteínas a la hora de la cena hay que tener cuidado, no se trata de darse un atracón de carne, sino de comer alimentos ligeros que tengan un buen contenido en proteínas, como puede ser la carne de pollo en una ensalada o soja para obtener también proteínas del lado vegetal.

El desayuno debe suponer en torno al 25% de las calorías diarias, mientras que la cena es un 15-20%, el desayuno es una comida más fuerte, mientras que la cena, además de ser menos calórica, también debe de ser menos pesada y con menos grasas por ser la última comida del día, así facilitaremos la digestión, mejoraremos la calidad del sueño y evitaremos que nuestros depósitos grasos aumenten.

Aunque como hemos dicho al principio ésta no es una regla a seguir y algún día podemos alterarla, sin conviene que de forma general durante la semana esta opción de hidratos al desayunar y proteínas al cenar se cumpla, sobre todo si somos deportistas, donde estos dos nutrientes son parte fundamental de la dieta.

Fuente: vitonica.com

El tipo de hidratos necesario para cada momento

Que consumir hidratos de carbono nos brinda cantidades de energía necesarias para hacer frente a nuestro día a día todos lo sabemos, y por ello es necesario que éstos ocupen una parte importante de nuestra alimentación.

A pesar de todo, muchas personas piensan que cuanta más cantidad ingieran mayor será la energía y predisposición que van a tener para realizar cualquier actividad, algo totalmente falso, ya que es necesario saber el tipo de hidratos a ingerir ya que no todos son iguales si se trata de energía.

Consumir hidratos provenientes de harinas refinadas es la máxima que impera entre la mayoría de nosotros, al igual que ingerir dulces elaborados a partir de azúcares refinados. Esto lo que hace es darnos una energía rápida, por lo que es rápido que su aporte está probado, pero debemos tener presente de qué modo nos brindan esa energía, ya que en muchos casos suele ser contraproducente, pues a largo plazo nos harán sentir más cansados.

La forma de actuar de este tipo de hidratos es la siguiente, y es que el organismo los asimila de manera muy rápida, haciendo que los índices glucémicos aumenten rápidamente, con lo que tendremos energía inmediata a nuestra disposición. Esto será muy bueno si al momento vamos a llevar a cabo alguna actividad concreta. El problema es cuando no consumimos esa energía. En este caso los índices glucémicos bajan de la misma manera que suben, y esto lo que provoca es una bajada de la energía instantánea que nos hace estar sin fuerza en poco tiempo.

Para mantener durante más tiempo las reservas de energía inmediata cargadas es necesario que echemos mano de otro tipo de hidratos, y es que no podemos servirnos de harinas ni azúcares refinados. Es necesario que recurramos a los hidratos complejos que podemos encontrar en harinas y azúcares integrales. Estos hidratos, al no ser simples, el cuerpo tarda más en asimilarlos, algo que ralentiza el aporte de energía de los mismos al organismo, haciendo que tengamos las dosis necesarias poco a poco. Consumir este tipo de hidratos no solo nos ayudará a estar provistos de energía por más tiempo, sino que además evitará que el exceso de glucosa se acumule en el organismo en forma de grasa si no la quemamos.

A pesar de todo debemos tener en cuenta que este tipo de hidratos no son recomendables si lo que queremos es energía instantánea para la realización de una determinada actividad, ya que no la obtendremos, sino que deberán pasar unos cuantos minutos para que estos hidratos hagan su efecto. Por eso es importante que sepamos que si queremos hacer una actividad inmediatamente es mejor cargar las pilas con hidratos simples, pero si por el contrario la actividad la vamos a realizar más adelante, los hidratos complejos es lo que necesitamos.

Fuente: vitonica.com

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Principios alimenticios para ponerse en forma (II)


Ayer, en la primera entrada de los principios alimenticios para ponerse en forma dimos unas pautas básicas a seguir para conseguir equilibrar la dieta desde un punto de vista general, sin entrar en que alimentos nos conviene comer para que el cuerpo se vaya adaptando, deje de almacenar grasa y empiece a consumirla.

Hoy, con esta nueva entrada de los principios alimenticios para ponerse en forma, vamos a hablar de los hidratos de carbono o carbohidratos. Lo intentaremos hacer de una forma clara y sencilla sin entrar en muchos tecnicismos y sin entrar mucho en profundidad para que todos podamos entender el funcionamiento de este macronutriente esencial para nuestro organismo.

Un error importante en la alimentación es la creencia de que lo único que engorda es la grasa y nos olvidamos de los hidratos de carbono (carbohidratos) que en ocasiones pueden llegar a engordar incluso más que la grasa. Los hidratos más comunes son: pasta, arroz, pan, patata, cereales, trigo, maíz, avena, …

Hay que tener claro que los hidratos de carbono son la energía que mueve nuestro cuerpo. Para que sea factible el uso como energía se deben transformar en glucógeno y este sólo se puede almacenar en músculos e hígado. El problema surge cuando la cantidad de glucógeno sobrepasa el “almacén” existente en nuestro cuerpo, puesto que nuestro organismo no desecha este sobrante sino que lo guarda para poder usarlo en otros momentos que sea necesario, pero ¿cómo lo almacena? Pues de la única forma que sabe, como grasa.

Además de todo esto debemos de saber que los hidratos de carbono se dividen básicamente en dos grupos: los simples (chocolate, azúcar, golosinas, pan… ) y los complejos (avena, arroz integral, pasta integral, frutas, verduras, hortalizas…). Para entenderlo mejor vamos a simplificar todo con dos alimentos: el azúcar para los simples y el arroz integral para los complejos.

La diferencia entre ambos es el tiempo que tarda nuestro organismo en asimilarlo: el azúcar (simples) se asimila muy rápido (alto índice glucémico), por tanto recarga en poco tiempo los depósitos de glucógeno; por el contrario el arroz integral (complejos) se asimila muy lentamente (bajo índice glucémico) recargando los depósitos poco a poco.

Esto nos lleva a entender que si tomamos mucho azúcar los depósitos ser cargarán muy rápido y por tanto habrá que usar esa energía lo más rápido posible o se convertirá en grasa; mientras que si tomamos arroz integral los depósitos ser irán cargando lentamente con lo que podemos ir quemando energía a la vez que ser recargan los depósitos con lo que es más difícil que se conviertan en grasa.

Llegamos a la siguiente conclusión: es muy importante saber qué tipo de hidratos de carbono comer, hay que usar los hidratos con cabeza dependiendo del ejercicio que se vaya a hacer después o a la energía que necesitemos en cada momento, pero principalmente es mejor comer hidratos complejos que son más saciantes y se asimilan poco a poco que hidratos simples que aunque son más sabrosos se asimilan demasiado rápido.

Fuente: vitonica.com

viernes, 12 de noviembre de 2010

Hidratos para desayunar y proteínas para cenar

No es una regla estricta a seguir pero sí es una orientación de cómo deben ir encaminadas la primera y última comida del día.

El proponer hidratos de carbono para desayunar y proteínas para cenar no es algo casual, sino dar al cuerpo lo que necesita en ese momento.

Por las mañanas el organismo necesita cargarse de energía, y nada mejor para ello que los hidratos y por la noche necesita reponer a aumentar tejidos como el músculo, y para eso están las proteínas.

En el desayuno cuando nos referimos a hidratos son sobre todo hidratos de carbono complejos, que nos van a dar energía poco a poco a lo largo de la mañana. Cereales, tostadas o galletas son alimentos que no pueden faltar en nuestro desayuno para cargar los depósitos de hidratos, aunque tomar algún dulce y fruta que tienen hidratos simples tampoco está de más para obtener energía al instante.

Con las proteínas a la hora de la cena hay que tener cuidado, no se trata de darse un atracón de carne, sino de comer alimentos ligeros que tengan un buen contenido en proteínas, como puede ser la carne de pollo en una ensalada o soja para obtener también proteínas del lado vegetal.

El desayuno debe suponer en torno al 25% de las calorías diarias, mientras que la cena es un 15-20%, el desayuno es una comida más fuerte, mientras que la cena, además de ser menos calórica, también debe de ser menos pesada y con menos grasas por ser la última comida del día, así facilitaremos la digestión, mejoraremos la calidad del sueño y evitaremos que nuestros depósitos grasos aumenten.

Aunque como hemos dicho al principio ésta no es una regla a seguir y algún día podemos alterarla, sin conviene que de forma general durante la semana esta opción de hidratos al desayunar y proteínas al cenar se cumpla, sobre todo si somos deportistas, donde estos dos nutrientes son parte fundamental de la dieta.

Fuente: vitonica.com

domingo, 3 de octubre de 2010

Si quieres mejorar tu salud y figura toma hidratos de carbono de bajo índice glucémico

Todos conocemos de sobra que una buena alimentación es la clave para mantener una salud óptima así como una figura envidiable, pero saber comer bien no siempre es fácil. Uno de los aspectos importantes en una dieta son el tipo de hidratos de carbono que se ingieren, y esto, principalmente, se determina mediante el índice glucémico de los alimentos.

Y es que numerosos estudios, entre ellos uno llevado a cabo recientemente en la Universidad de Guelph en Canadá, demuestran que una dieta baja en grasa, pero sobretodo con hidratos de carbono de bajo índice glucémico, resulta lo más beneficioso para evitar posibles riesgos del sindrome metabólico, así como para maximizar el rendimiento en el ejercicio.

Para los que anden un poco perdidos recordar que el índice glucémico marca el grado de modificación de la glucosa sanguinea. Aquellos alimentos con un alto índice glucémico aumentan en mayor medida el nivel plasmático de glucosa, al contrario que los de bajo índice glucémico. El principal objetivo de esta dieta es evitar las elevaciones bruscas del nivel de insulina en la sangre y procurar mantenerlo lo más estable posible.

El proposito del estudio mencionado arriba era determinar si el índice glucémico de los carbohidratos consumidos como parte de una dieta baja en grasas y moderada en hidratos de carbono es determinante en personas obesas y con sobrepeso que tienen síndrome metabólico. El estudio se llevo a cabo durante 12 semanas, realizando 3 sesiones de ejercicio por semana y una dieta baja en grasa con una proporción hidratos de carbono-proteínas de 2:1. Se diferenciaron dos grupos, los que consumian hidratos de alto índice glucémico, y los de bajo índice glucémico.

Los resultados mostraron que los que siguieron una dieta de hidratos de carbono de bajo índice glucémico experimentaron un mayor cambio del indice de masa corporal, y una mayor reducción del perímetro abdominal así como de la porcentaje de grasa.

Otros resultados interesantes muestran que los sujetos del grupo de hidratos de carbono de bajo índice glucémico tenían más capacidad para realizar sesiones de entrenamiento, así como unos niveles de triglicéridos en reposo y presión arterial menores.

Uno de los resultados clave es que además de la mejora de los parámetros biológicos y antopometricos, exístia una mayor tendencia de estas personas a la realización de ejercicio físico de forma regular, lo cual incrementa aún los beneficios obtenidos.

Fuente: vitonica.com

miércoles, 18 de agosto de 2010

Hidratos de carbono simples para obtener energía instantánea

Constantemente estamos recomendando la ingesta de cereales integrales, o lo que es lo mismo, un aporte de hidratos de carbono complejos de liberación lenta que nos ayudan a tener energía durante más tiempo a lo largo del día, ayudándonos a quemarla en su totalidad y evitando así su acumulación en el organismo en forma de grasa.

Pero este tipo de hidratos de carbono tienen un problema, y es que no nos liberan energía de forma rápida. Por ello vamos a recomendar la ingesta de hidratos simples si queremos energía instantánea.

Muchas veces a la hora de llevar a cabo una actividad deportiva de alto rendimiento en la que necesitamos grandes dosis de energía nuestro cuerpo no es capaz de responder, ya que no lo hemos cargado de combustible para ese momento. En estos casos es necesario que seamos precavidos y horas antes ingiramos hidratos complejos de liberación lenta. Pero si no lo hemos hecho podemos echar mano de hidratos simples que nos aportarán energía al momento.

Los hidratos simples nuestro cuerpo los asimila de forma muy rápida, ya que se trata de harinas refinadas en las que el organismo actúa rápidamente. Lo que hacen este tipo de hidratos es aumentar los niveles de glucosa del organismo de manera muy rápida.

Este aumento hace que tengamos a nuestra disposición una gran cantidad de energía que podemos utilizar y que nuestras células quemarán de manera rápida y efectiva. Es cierto que lo mismo que los niveles de glucosa aumentan, si no la consumimos se almacenará en el organismo en forma de grasa, ya que enseguida disminuirán los niveles. Por ello esto solamente lo recomendamos cuando vamos a hacer ejercicio inmediatamente después de ingerir este tipo de hidratos y no hemos cargado nuestro organismo previamente.

Para aprovechar al máximo la energía que nos aportará este tipo de hidratos es recomendable ingerirlos como mínimo una hora antes del ejercicio y así acudir con las pilas cargadas.

Entre los alimentos más recomendables está la pasta elaborada a partir de harinas refinadas. Comer un plato de pasta antes de la práctica deportiva nos ayudará a cargar las pilas y poder tener energía instantánea que nos ayudará a llevar a buen puerto nuestros objetivos. Junto a la pasta tenemos las papas, el pan, la fruta… A pesar de todo seguimos recomendando de manera habitual la ingesta de productos integrales que nos ayudará a tener energía todo el día.

Fuente: vitonica.com

sábado, 17 de julio de 2010

Cinco buenas razones para que los hidratos no falten en tu dieta


Gracias a muchas dietas milagro que nos rodean desde hace tiempo, hoy tenemos entre nosotros un gran mito que dice que los hidratos engordan, cuando la realidad es totalmente contraria y además, existen muchos motivos por las cuales no podemos eliminar este macronutriente de nuestra alimentación. Por eso, a continuación te mostramos 5 buenas razones para que los hidratos no falten en tu dieta.
  • Los hidratos ayudan a mejorar el estado de ánimo, ya que promueven la producción de serotonina, una sustancia química que produce sensación de placer y al mismo tiempo, nos relaja, alivia el estrés y la ansiedad.
  • Los hidratos ayudan a adelgazar si los escogemos correctamente, pues los hidratos complejos y sobre todo, los integrales ricos en fibra, dan saciedad, aportan menos calorías que las grasas y hasta pueden ayudarnos a reducir la ingesta de otros alimentos.
  • Los hidratos son la fuente principal de energía para el organismo, y aunque debemos escoger siempre los complejos por sobre los simples, un suficiente consumo a diario de alimentos que poseen hidratos permite que el organismo funcione sin inconvenientes y que las proteínas puedan usarse para reparar o formar estructuras en lugar de emplearse con fines energéticos.
  • Los hidratos complejos son buenos para el corazón, sobre todo, aquellos que poseen fibra soluble como la avena, las legumbres, las frutas, arroz integral, trigo bulgur, y algunas semillas, pues reducen el colesterol malo así como ayudan a controlar la glucemia en sangre y todo esto, mejora la función cardiovascular en el organismo.
  • Los hidratos son parte de alimentos básicos, es decir, generalmente en nuestra dieta diaria no faltan galletas, pan, alguna pasta o cereal, por eso, eliminarlos de la alimentación se vuelve totalmente insostenible. Entonces, si queremos adelgazar o no engordar, erradicar los hidratos no es buena idea.

Como podemos ver, por la energía, por su influencia en el estado de ánimo, por su poder de saciedad, por la salud cardiovascular y porque son básicos irreemplazables en nuestra dieta, no podemos dejar que los hidratos falten en la misma.

Fuente: vitonica.com

martes, 6 de julio de 2010

Hidratos simples, un espejismo de energía

En muchas ocasiones hemos comentado la importancia que tiene una correcta alimentación para rendir en el gimnasio, y es que es uno de los pilares básicos junto con el descanso para poder realizar unas buenas sesiones de entrenamiento.

Muchas veces, a pesar de seguir una dieta adecuada, no sabemos elegir bien los alimentos, y pensamos que estamos comiendo bien cuando realmente lo que está sucediendo es que lo que ingerimos nos roba la energía en vez de dárnosla. Vamos a ver cómo se produce esto y por qué, ya que es como si de un espejismo se tratara.

Los alimentos son la principal fuente de energía del organismo. Concretamente los hidratos de carbono son los que nos brindan la necesaria para poder hacer frente a las rutinas cotidianas. A pesar de todo, muchos de nosotros comete muchos fallos a la hora de seguir una correcta alimentación, y es que muchos de los alimentos que comemos pensando que son adecuados no lo son tanto, y en vez de darnos la energía que necesitamos lo que hacen es robárnosla.

La manera que tienen de funcionar estos alimentos es inmediata, es decir, contienen azúcares e hidratos de carbono que el organismo ingiere de forma rápida, ya que son simples. Estos lo que hacen es aumentar enormemente los niveles de glucosa en el organismo, desatando la segregación de adrenalina por parte del organismo. Esta será la culpable de dotarnos de energía y vitalidad, pero de manera momentánea, ya que el efecto no durará demasiado, pues al liberarse toda la glucosa de manera rápida, lo que conseguiremos será un efecto yo-yo, es decir, tendremos mucha energía de repente y la perderemos al rato, apareciendo la sensación de fatiga. Por ello es necesario ingerir alimentos que nos proporcionen energía lenta y compleja que se libere lentamente y podamos aprovechar al máximo.

Los alimentos que nos roban energía o mejor dicho, que nos la proporcionan de forma rápida para luego provocar un bajón que nos hace estar más cansados son aquellos que están elaborados a partir de harinas refinadas como la bollería industrial, los dulces… Los alimentos con alto contenido graso también tienen este efecto en nuestro organismo, así como bebidas azucaradas, edulcorantes artificiales, alcohol… Normalmente se trata de alimentos que tampoco son recomendables si lo que queremos es perder peso, ya que este exceso de glucosa que desencadenan en el organismo tiende a acumularse en forma de grasa si no lo quemamos.

Por ello y para evitar que esto suceda debemos consumir alimentos con hidratos complejos que se obtienen de alimentos integrales, y que nos ayudarán a tener energía por más tiempo sin correr el riesgo de engordar de manera descontrolada.

Fuente: vitonica.com


Cascada Inacayal - Villa La Angostura - Patagonia Argentina