¿Qué mejor que cerrar la noche soñando con unas buenas tostadas por
la mañana? ¿Pan caliente con dulce de leche? ¿Pancito con manteca? Date
permiso: esta vez la ciencia está de tu lado. Un flamante estudio acaba
de confirmar que el pan es un alimento saludable y que degustar un par
de rebanadas con el desayuno o la merienda no sólo no afectará nuestro
peso sino que sumará a nuestro cuerpo salud y felicidad.
Los
laureles, claro, se los lleva el pan integral: el estudio demostró que
comer todos los días dos o tres porciones de pan (de 70 gramos) tiene
un efecto protector en la salud cardiovascular. Por supuesto, como
ocurre con todos los alimentos, el secreto está en la justa medida, en
el equilibrio y en la capacidad sensorial de disfrutar pequeñas
porciones y lograr satisfacción con ellas.
El informe se llama
Predimed asegura que "echa por tierra todos los mitos sobre el pan". Fue
realizado por investigadores de la Universidad de Barcelona y fue
presentado esta semana en España. El equipo estuvo integrado por
farmacéuticos, físicos, ingenieros y médicos, todos coordinados por el
investigador Rafael Llorach.
Los expertos escogieron a 275
voluntarios (93 hombres y 182 mujeres) con edades entre 55 y 80 años que
no habían tenido enfermedades cardiovasculares previas y los dividieron
por grupos según la cantidad de pan que solían comer. "Nos costó
encontrar a gente que no consumía pan con asiduidad, aunque alguno
reconoció que solo lo tomaba una vez al año", explicó Llorach.
La
conclusión es que el consumo diario de pan, tanto blanco como integral, y
siempre en el marco de una alimentación variada y equilibrada, se
asocia con un perfil lipídico (riesgo coronario) más saludable y con
menores concentraciones de insulina en sangre.
Al presentar el
informe, Llorach subrayó que consumir pan a diario, en el marco de una
dieta equilibrada, "conlleva menos obesidad, menos diabetes y menos
enfermedades cardíacas" y "modifica el perfil urinario de manera
significativa".
El especialista también pidió que desterremos
la mala prensa del pan blanco. "Al ser la miga más mollosa parece dar
una imagen de obesidad, pero no es así", comentó, y defendió sus
bondades dietéticas. De todos modos, reconoció que el integral (de
cereales) aporta más fibra y hace que el azúcar entre más despacio en el
organismo, por lo que previene de forma mayor el riesgo de padecer
diabetes en un futuro.
¿Engorda más la miga que la corteza?
Y
la miga... ¿Engorda más que la corteza o no? A esa eterna duda Llorach
respondió que los panaderos meten en el horno una única e igual masa,
con la única diferencia que una sale más tostada que la otra. "Su valor
proteínico y fuente de vitaminas, minerales y fibra es idéntico",
destacó. Lo de creerla más responsable de nuestros kilos de más es "una
cuestión psicológica", bromeó.
Fuente: entremujeres.com
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