El sitio Web de salud de las personas de la tercera edad, del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, difundió nuevas advertencias sobre el alcohol y el envejecimiento. Recordó a las personas mayores de 65 que aunque tomen pocas bebidas diarias pueden sentirse más afectados que en su juventud.
Eso de algún modo tiene que ver con los achaques de la edad porque el cuerpo –especialmente su metabolismo– ya no es el mismo. El organismo de los mayores metaboliza el alcohol con más lentitud y, además, tiene menos agua.
El resultado de esta situación hace que un adulto mayor que consume unos pocos vasos de vino tendrá un porcentaje de alcohol en sangre más elevado que uno más joven que tome lo mismo.
Puede comenzar a sentirse mareado antes incluso si sus hábitos de bebida son los mismos de siempre.
El alcohol también puede empeorar determinados problemas de salud relacionados con la edad como la hipertensión, la diabetes, trastornos en el hígado y problemas de memoria, entre otros. Y como la gente mayor toma por lo general más remedios, tiene mayor riesgo de sufrir una interacción entre la bebida y los medicamentos, que puede causar confusión, inestabilidad al caminar, náuseas y otros problemas.
Por ejemplo, beber alcohol mientras se toman medicamentos para la hipertensión, la diabetes, la gota o problemas cardíacos puede agravar los síntomas. Hasta los analgésicos de venta libre pueden representar un riesgo. Tomar alcohol mientras se ingiere aspirina o medicamentos para la artritis, además, puede acentuar el riesgo de sangrado estomacal. El alcohol también puede elevar el riesgo de daño hepático si se lo ingiere junto con el acetaminofén, el analgésico del Tylenol (Ver “Peores efectos...” ).
El equilibrio es otra capacidad que puede verse afectada por tomar en exceso. Y en los adultos mayores que beben habitualmente aumenta el riesgo de sufrir, por ejemplo, fracturas de cadera.
Todos estas advertencias no significan que la gente de la tercera edad deba dejar de beber por completo, pero sí que necesita tener más cuidado con lo que toma y con qué frecuencia. El sitio del Instituto Nacional de Salud dice que las personas de más de 65 años no deberían ingerir más de siete vasos de alcohol por semana, y que no deben tomar más de tres en un solo día.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prevalencia de consumo excesivo de alcohol en personas mayores de 60 años es de aproximadamente un 5,3 por ciento. Hace cinco años, cuando se hizo un relevamiento mundial sobre sus efectos en adultos mayores, se advirtió que los índices más altos estaban en los Estados Unidos, donde el 14 por ciento de los mayores de 60 consumen habitualmente dosis elevadas de bebidas con alcohol. Para la OMS, ese hábito es altamente peligroso porque las personas con esas edades son más vulnerables a sus efectos nocivos. Algunas enfermedades frecuentes en la tercera edad, como la diabetes mellitus, hipertensión arterial y las úlceras, empeoran con el alto consumo de alcohol. Además, muchos de los medicamentos para tratar estas dolencias pueden provocar efectos adversos si se mezlcan con bebidas alcohólicas.
Fuente: clarin.com
hola, muy buena nota!
ResponderEliminarGracias por informarnos.