
Si se lo consume inmediatamente después de sumergirlo en agua, estimula la atención. Ahora bien, el gran secreto es dejarlo reposar pues es entonces cuando actúa como un sedante natural.
Para desafiar la creatividad, aquí van dos originales recetas a base de té verde:
- Té verde con helado:
Colocar dos bolas de helado de vainilla en un vaso largo.
Verter encima una taza de té verde caliente.
Servir con unas hojitas de menta.
- Té verde en almíbar:
En un recipiente mezclar un litro de té verde con 3 tazas de almíbar de melocotón.
Enfriar en el frigorífico.
Una vez frío, combinar la mezcla con 1/2 taza de zumo de limón.
Añadir hielo para mantener bien frío y servir.
- Té verde con helado:
Colocar dos bolas de helado de vainilla en un vaso largo.
Verter encima una taza de té verde caliente.
Servir con unas hojitas de menta.
- Té verde en almíbar:
En un recipiente mezclar un litro de té verde con 3 tazas de almíbar de melocotón.
Enfriar en el frigorífico.
Una vez frío, combinar la mezcla con 1/2 taza de zumo de limón.
Añadir hielo para mantener bien frío y servir.