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jueves, 31 de diciembre de 2009

Como disfrutar del Vino y el Queso


Sauvignon Blanc
Uva blanca de origen francés, cultivada sobre todo en Burdeos y el Loira interior. Produce vinos secos de característico aroma entre cítrico y herbáceo, que admiten crianza y pueden mejorar en botella durante algunos años. En nuestro país, está presente en el Penedés y en Rueda. Va bien con pescados blancos, moluscos al natural, ensaladas, cocina creativa y quesos de cabra.

Con el queso provolone por tener una pasta semidura y por ende un sabor muy fuerte se necesita equlibrar con un vino con gran cantidad de taninos que llene a la boca, como lo puede ser un Cabernet Sauvignon o un Melbec.

El queso Fontina es un queso que contiene un alto grado de grasas, es por esto que se puede combinar con vinos gustosos y fuertes como el Cabernet Sauvignon o también un Malbec, para que así estos vinos limpien las papilas gustativas de la grasa del queso.

Con los quesos suizos, como son al igual que el Fontina, quesos de alto contenido graso, lo ideal sería combinarlos con vino tinto, fuerte y carnoso. O también con un Chardonnay.

El queso Roquefort, también tien mucho nivel de grasitud, y es por esto que se puede acompañar con cualquier vino tinto, así el vino permite limpiar la cavidad bucal.

Hay quienes dicen, que también se puede combinar estos tipos de quesos con un buen vino blanco como lo son Sauternes y Tokay. Éstos dos vinos tienen sabores muy diferentes, pero los dos mantienen su identidad, y eso es muy importante.

En cambio, con un queso joven y suave como lo es el Cheddar, puede acompañarse con Sauvignon Blanc con un aroma y un gusto muy especial. Si el Cheddar, en cambio, fuese un queso maduro, se tendría que acompañar con un Sauternes o un Tokay.

Por último, el queso Parmesano es un queso aromáticamente intenso y de sabor muy picante que se acompaña con las comidas. Hay gente que dice que si la elección del vino fuese un blanco, habría que inclinarse para un Chardonay porque tiene un muy buen sabor, en cambio, los que eligen vinos tintos, se recomienda que se elijan los que contengan gran cantidad de taninos como lo es el Cabernet Sauvignon.

sábado, 27 de junio de 2009

Tipos de quesos


Quesos Duros:
Parmesano; Goya; Provolone; Reggianito; Sardo.Estos quesos, de pasta compacta y consistente, están especialmente destinados para la mesa o para rallar. Son en general de sabor fuerte, muy aromáticos y picantes. Y algunos otros, son ligeramente salados o ahumados. Se recomienda acompañarlos con vinos de buen cuerpo. Si se prefiere el vino blanco habrá que elegir un Chardonnay con guarda y crianza en madera o un jerez seco. Entre los tintos, se llevan con el Malbec, el Cabernet y el Syrah.

Quesos Semiduros:
Fynbo; Gouda; Mozzarella; Tybo; Fontina; Gruyer; Pategrás; Danbo; Edam.Compactos y firmes, aunque más elásticos que los quesos duros, son más suaves y más jóvenes (necesitan entre uno y dos meses para madurar). Por eso se recomiendan para mesa o para cocinar. Son riquísimos con vinos blancos tipo Pinot, Pedro Giménez. Si se prefiere tinto, puede ser un Cabernet, un Malbec o un Merlot.

Quesos Blandos:
Queso Azul/Blue Cheese; Cremoso; Cuartirolo; Port Salut; Port Salut Light; Mozzarella; Brie; Camembert.Los quesos blandos, aptos para mesa y cocina, tienen una pasta menos resistente que otros. Van muy bien con vinos blancos del año o tintos jóvenes y suaves.

Quesos Rallados y en Hebras:
Son muy prácticos realzan cualquier plato. Perfecto para el relleno de canelones, salsas o para gratinar todo tipo de pastas. Son además utilizados para la preparación de pizzas.

Quesos Untables:
Generalmente se comercializan en potes. Son suaves y son muy adecuados tanto para untar como para utilizarlos en la cocina.

Quesos Fundidos:
Estos son los ideales para untar. Sus variados sabores los hacen aptos para copetines, sandwiches y cocina. Se recomienda acompañarlos con vinos suaves blancos o con rosados algo abocados.

viernes, 23 de enero de 2009

Quesos y vinos


Binomios intensos que intiman en una fusión deliciosa y tentadora, las cepas y los quesos se relacionan entre sí con reglas propias.

El aroma que aflora de la mesa servida con una buena selección de quesos provoca la inmediata apertura de sentidos. La reunión en torno al mix de blandos, duros, semiduros y semiblandos, requiere, además de la amistad y las charlas extendidas, un sabio maridaje con vinos que completen el momento único de la degustación.
Ese momento en el que el tiempo se detiene y los paladares celebran la unidad entre texturas, aromas y sabores, será sublime si se conjuga cada variedad con el varietal que mejor se lleva con ella. Existe una regla de oro que indica que mientras más fuerte sea el queso, mayor deberá ser el cuerpo del vino.
Opciones intensas como el Cheddar entran en sintonía con vinos como el Gamet Noir, Merlot, Pinot Grigio, y hasta con Chardonnays o Cabernet Francs. Sabores fuertes como el Gouda o el Asiago, combinan armónicamente con Shiraz, Zinfandel o Bordeaux. Quienes opten por elegir primero el vino y decidir después qué queso va mejor con él, aromáticos como el Riesling y el Gewurztraminer son ideales para acompañar con quesos suaves como el Brie y el Camembert. Con un Sauvignon Blanc o un Rose se aconseja un queso de cabra. Por último, los quesos azules se acompañan con vinos de hielo, ya que la cantidad de azúcar concentrada en ellos suavizará la intensidad del sabor de ese tipo de quesos.

Fuente: Cuisine & Vins

Cascada Inacayal - Villa La Angostura - Patagonia Argentina