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lunes, 21 de abril de 2014

DIONISIO

Dios del vino y la embriaguez; el éxtasis y el delirio, la vendimia y la fertilidad. Fue conocido como Baco por los romanos. Su leyenda es compleja porque reunió elementos tomados de Grecia y de los países vecinos. Hijo de Júpiter y Semele, fue educado por las Ninfas en el valle de Nisa. Ya adulto, descubrió la vid y su empleo. Enloquecido por Zeus, anduvo errante por Egipto, Siria y Frigia, donde la diosa Rea lo inició en su culto. Enseñaba a los hombres a cultivar la vid y a hacer el vino. Fatigado de tantos viajes, volvió a Grecia y recuperó la razón gracias a Cibeles. En Tracia fue mal recibido por el rey Licurgo, al que castigó severamente. Luego conquisto la India por la fuerza de sus armas y su poder místico. Viajaba en un carro tirado por panteras y adornado con ramas de vid y de hiedra. Lo acompañaba un cortejo de sátiros, Silenos y Bacantes. Vuelto a Beocia, introdujo las Bacanales en Tebas, donde el rey Penteo se opuso a su culto. Como de costumbre, se valió del vino para imponerse: embriagó a las mujeres y éstas mataron al rey. En Orcomene, donde reinaba Minias, trató de convencer al pueblo de unirse a la comitiva del vino. Las hijas del rey, Alcatoe, Arsipe y Leucipe, se negaron a acompañarlo y fueron cruelmente castigadas. Estando en una playa, Baco fue raptado por piratas, a los que transformó en delfines; sólo se salvó Acetes, que se opuso a sus compañeros. Visitando Naxos, su isla favorita, encontró a Ariadna, a la que desposó. Tras muchas aventuras, accedió a la asamblea Olímpica. Descendió a los infiernos y recuperó a Semele, su madre, llevándola a la comunidad divina con el nombre de Tione. Los griegos lo consideraban protector de las bellas artes, es especialmente del teatro. A Dionisio le estaban consagrados el toro, la serpiente, la hiedra, la hoja de parra y el tirso.

ORÍGENES:
Baco fue el  nombre dado por la tradición romana a Dionisio (del griego Dionisios, “el Zeus de Nisa), dios del vino y de la exaltación, de la vendimia y el éxtasis. Proveniente de Oriente, dominó toda Grecia, llegando a ocupar en el Olimpo un puesto de jerarquía. Las leyendas que narran su origen difieren en muchos casos, no obstante, es común en todas las versiones la educación del Dios en el valle de Nisa, bajo el cuidado de las Ninfas, las Musas, los Sátiros, las Ménades (conocidas por la tradición romana como las Bacantes) y de Sileno. Más tarde estas figuras míticas formarían parte de su cortejo –a excepción de las Musas-, al que se le añadirían también Pan y los Centauros. Con este séquito, Dionisio viajaba por tierras griegas difundiendo la alegría y la felicidad. 
 
Con respecto al origen del dios, se sabe que su culto fue tardío. Esto se debió a que Dionisio no fue –a diferencia de Apolo, por ejemplo- un dios griego sino que más bien su adoración provenía de Oriente .   Al no ser un descubrimiento griego, se supone que la vid fue importada al continente europeo desde el Oriente, a través de las islas. Los viajes de Dionisio corresponderían  a esa difusión de la vid a través de tres continentes.

Sus vagabundeos por el mundo han quedado plasmados en un gran número de leyendas, extremadamente variadas. Esta riqueza se debe no sólo a la vasta de popularidad de dios del vino, sino también al hecho de haberle sido incorporadas algunas divinidades extranjeras. 
 
Para ser aceptada en Grecia, la fisonomía del dios sufrió varias transformaciones hasta llegar a convertirse en Dionisio Zagreo. Inicialmente, se le asimilaron dos divinidades: Sabacio y Basareo. El primero, venerado en Frigia y, según ciertas fuentes, también en Tracia, era una divinidad solar que producía y sustentaba la vida.Se lo representaba con cuernos, y tenía como emblema una serpiente. En su honor se realizaban fiestas nocturnas que recordaban a las de Dionisio, y en las cuales los participantes bebían vino y se entregaban a agitadas danzas. Con el tiempo, Sabacio fue asimilado a Dioniso y las leyendas de las dos divinidades se confundieron. De ahí se origina la tradición que hace de Tracia o Frigia la patria de Dioniso. Cierta variante del mito hace de Sabacio un educador del dios del vino, mientras otra lo da como su hijo. 
 
En cuanto a Basareo, también de origen oriental (lidio), era venerado sobre todo como conquistador, y su identificación con Dioniso podría explicar las victorias de este último en Grecia.
 
La asimilación de Dioniso al dios cretense Zagreo introduce en su leyenda un elemento nuevo: la pasión. Dioniso Zagreo nace de Zeus y Deméter (Ceres). Los otros dioses, poseídos por los celos, lo despedazaron. Sin embargo Atenea (Minerva) le salvó el corazón, del cual Zeus hizo renacer a su hijo, gloriosamente resucitado a la vida.
 
EPÍTETOS
  • Acratoforo, epíteto con el que era designado como dador del vino sin mezclar, y bajo el que se le adoraba en Figaleya (Arcadia)
  • Acroreites, bajo el que era adorado en Sición
  • Adoneo (gobernante), epíteto latino que recibía como Baco
  • Bromio (el que brama).
  • Dendrites (el de los árboles), como poderoso dios de la fertilidad.
  • Dimorfo por el hecho que podía mostrarse como bello o como terrible de acuerdo a las circunstancias.
  • Ditirambo (el de la doble puerta) se usa a veces para referirse a él en las solemnes canciones cantadas en los festivales, y hace referencia a su prematuro nacimiento.
  • Egóbolo (matador de cabras), nombre bajo el que fue adorado en Potnias(Beocia).
  • Eleuterio ( el libertador), también aplicado a Eros.
  • Eneo, como dios de la prensa de vino.
  • Enorches (en los testículos, en alusión a Zeus cosiendo al infante Dioniso en su muslo), otra forma relacionada con la fertilidad en Samos y Lesbos.
  • Esimnetes (gobernante o señor), nombre bajo el que fue adorado en Aroe y Patras (Acaya).
  • Evio, un epíteto que se usa prominentemente en la obra de Eurípides, Las bacantes.
  • Faleno (del falo), garante de la fecundidad.
  • Floios (corteza), como espíritu de ésta.
  • Hierofante, sacerdote del culto.
  • Licnite (el del bieldo) le hacía un dios de la fertilidad relacionado con las religiones mistéricas. El bieldo era un instrumento similar a una pala que se usaba para aventar, es decir separar la paja del grano.
  • Lieo (el que desata), como un dios de la relajación y la liberación de las preocupaciones.
  • Omadio ( que come la carne cruda), sobrenombre de Baco en Quíos.
  • Sukites, protector de las higueras.
  • Yaco, le relaciona con los misterios eleusinos, donde era conocido como hijo de Zeus y Deméter.
En el panteón griego, Dioniso absorbe junto con Zeus el papel de Sabacio, una deidad tracia/frigia a la que se sacrificaba cerámica rota (probablemente para evitar que otra se rompiese en el fuego). En el panteón romano, Sabacio pasó a ser un nombre alternativo de Baco. 
 
DESCENDENCIA:

A pesar de su carácter festivo, a Dionisio se le atribuyen de manera oficial solamente dos amores: Ariadna, hija del rey Minos y a la cual desposó; y Afrodita, diosa del amor. Con ellas tuvo la siguiente descendencia:
         ·        Con Ariadna: Enopión, Toas, Estáfilo   y Peparethos. 
        ·        Con Afrodita: Príapo
CEREMONIAS Y CELEBRACIONES:
 
Con el paso del tiempo, Dionisio se convirtió en uno de los dioses más importantes de todo Grecia en cuyo honor se realizaban grandes fiestas. Si bien las celebraciones no eran iguales en todas las regiones donde se practicaban, dos elementos le eran comunes: el carácter orgiástico –interpretado como un intenso sentimiento de plenitud vital, de renovación de la naturaleza, de alegría y de promesa de ricas cosechas- y la presencia de mujeres que, presas del delirio extático, representaban el papel de las Ménades.
 
Entre las fiestas más importantes dedicadas al dios, tenemos:
 
·        Las Antesterias, que se realizaban al principio de la primavera y que eran fiestas donde se probaba el vino nuevo.
·        Las Oscoforias, que se celebraban en honor a la unión de Dionisio y Ariadna. Eran fiestas de cosecha.
·        Las Grandes Dionisiacas, realizadas en verano en casi todo Grecia y en las cuales los habitantes de diversas provincias, vistiendo máscaras y trajes hechos con pieles de animales, representaban escenas míticas de la vida de Dionisio. Estas celebraciones están estrechamente ligadas a los orígenes del teatro.
DIONISIO EN EL ARTE:

Para los artistas, Dionisio tuvo fundamentalmente dos aspectos:  como adulto –desde su aparición hasta la consolidación de su culto- y como adolescente –a partir de la primera mitad del siglo V a.C. No obstante, sea representado como adulto, adolescente o, incluso, como un niño, Dionisio aparece mostrando casi siempre sus símbolos: jarras, tazas, uvas y ramas de parra. 
 
En el arte helénico, desde tiempos muy remotos la figura de Dionisio ya aparecía en las cráteras. Aquí podía ser representado de diversas formas. Ya sea con cuernos y barba y coronado de hiedra; ya sea de pie, joven y teniendo un cántaro de vino. En el siglo IV a.C., momento en que se dio el gran florecimiento de la cultura griega, Dionisio figura sentado en un trono, con el manto enrollado en el brazo izquierdo, barba corta y cabellos sujetos en la nuca. Con el paso del tiempo, se va imponiendo la imagen del dios desnudo y joven. Para la época alejandrina (siglos IV a.C. – III a.C.), al producirse la declinación de la civilización helénica, se multiplicaron las representaciones del dios joven y embriagado.
 
En la época moderna, algunos artistas también se ocuparon de la figura de Dionisio; destacan los pintores Sebastiano Ricci, Carraci, Caravaggio o Diego de Velásquez.
 
Fuente: mitologicas33.blogspot.com.ar

lunes, 9 de mayo de 2011

Dionisio, dios griego

Nos cuenta el mito que en la ciudad griega de Tebas, vivía la princesa Sémele, hija del rey Cadmo y de la reina Armonía. Tan grande era su belleza que pronto fue objeto de la atención de Zeus. El dios acudía a visitarla al palacio de su padre disfrazado de mortal, hasta que un día la joven cedió ante una insinuación de Hera (la celosa esposa de Zeus) que, disfrazada de la nodriza de la joven doncella, sembró donde había confianza la duda de si quien la visitaba era realmente Zeus o si era un impostor que se había aprovechado de su inocencia.

De modo que, en su siguiente encuentro, la joven Sémele rogó al dios que se le mostrara en su olímpica majestad. Zeus accedió con mucho pesar ante la obstinación de la joven, consciente de que no podría soportar su divino resplandor, pero como le había dado la palabra de concederle lo que quisiera, tuvo que acceder a su ruego.

Fue así como la joven princesa pereció consumida por las llamas que desprendía Zeus, el señor del rayo. Dionisos, que estaba en el seno de la joven, hubiera perecido también si una tupida hiedra fresca y húmeda con que lo envolvió Gea, diosa de la Tierra, no se hubiese enrollado milagrosamente en las columnas de palacio, interponiendo su verde pantalla entre el niño dios y las llamas celestes.

Zeus recogió a Dionisos niño, para el que no había llegado el momento de nacer, y lo encerró en su muslo. Cuando el plazo se cumplió, extrajo a la criatura. Este doble nacimiento le valió a Dionisos el epíteto de “ditirambo”, que quería decir “el dos veces nacido”.

Entonces Zeus confió su hijo a Ino, hermana de la princesa muerta, que residía en Orcómeno con su esposo Atamante. Pero la diosa Hera, la engañada esposa celeste de Zeus, no había desistido de su deseo de venganza, por lo que trató de enloquecer a los tíos del niño dios. Pero Zeus consiguió salvar por segunda vez a su hijo transformándolo en cabrito y entregándolo al dios mensajero Hermes para que lo confiara en custodia a las ninfas de Nisa, una región montañosa mítica que no se corresponde con ninguna región griega conocida.

Dionisos, el niño dios, pasó su infancia en esta maravillosa región al cuidado de las ninfas. Las musas, las ménades, los sátiros y los silenos también contribuyeron a la educación de Dionisos. Con una corona de hiedra sobre sus sienes, el joven dios corría por montes y bosques en compañía de las ninfas, y las montañas le devolvían los ecos de sus risas y gritos. Mientras tanto, el viejo sileno se ocupaba de la educación del joven dios.

Cuando fue mayor, descubrió la vid y el arte de obtener el vino. Cuenta el mito que, al principio, bebió sin moderación, por lo que Hera aprovechó para llevarlo a un estado de locura divina del que sólo se recuperó al consultar el oráculo dedicado a su padre Zeus en el templo de Dodona.

Dionisos empezó entonces una serie de largos viajes, que lo llevaron desde Grecia hasta la India y otra vez de vuelta a Grecia, en su carro tirado por panteras y adornado por hiedra y vid, acompañado por los silenos, las bacantes y los sátiros, para enseñar a los seres humanos los misterios de su culto y los beneficios del vino.

En su largo recorrido, protagonizó aventuras de gran belleza, como aquella en la que un día, cuando el dios paseaba por la orilla del mar, fue raptado por unos piratas que se lo llevaron cautivo en su navío. Creían que se trataba de un príncipe y esperaban obtener un buen rescate por él. En vano se esforzaban por atarlo con pesadas cadenas; estas se soltaban y caían por si mismas. Entonces se produjeron unos hechos prodigiosos: a lo largo del sombrío barco empezó a correr un vino delicioso y perfumado, y una vid trepó por la vela abrazándola con sus hojas. Mientras se adhería una oscura hiedra en torno al mástil, los remos se convirtieron en serpientes y resonaron flautas invisibles. Ante tales prodigios, los piratas, aterrados, se tiraron al mar, quedando transformados en delfines, lo que explicaría de forma simbólica por qué los delfines son amigos de los hombres y se esfuerzan por salvarlos en los naufragios, puesto que serían aquellos piratas arrepentidos.

En otros episodios de sus viajes se nos narran las dificultades con las que este dios se encontraba para que sus ritos y fiestas fueran aceptadas por las gentes. Por ejemplo, cuando Dionisos regresó a Grecia después de su largo periplo, cuando estaba, de hecho, en su ciudad natal, Tebas, el joven dios introdujo sus fiestas, a las que todo el pueblo se sumó, siendo presa de delirios místicos. Pero el rey Penteo se opuso a ritos tan ajenos a las costumbres. Intentó encarcelar al dios y a sus sacerdotisas, las bacantes, y fue castigado por ello, así como su madre Ágave, que tampoco reconocía al dios. Ágave, en pleno delirio místico, desgarró con sus propias manos a su hijo y rey de Tebas, Penteo, en el monte Citerión.

Tras todas estas luchas para ser reconocido entre los mortales y para implantar su culto entre los humanos, el dios pudo ascender al Olimpo, terminada ya su misión. Pero antes de ello, descendió al Hades, lugar donde, según la tradición griega, residían las almas de los muertos, en busca de su madre, Sémele, para llevarla también junto a él a la compañía de los dioses inmortales.

Dionisos o la eterna juventud

A Dionisos se le representa como un dios enigmáticamente joven y sonriente, y este es otro de sus dones. Dionisos es símbolo de la eterna juventud. Igual que Dionisos está relacionado con el verde de la vida, con la fuerza vital que perdura más allá de los ciclos y las transformaciones, la eterna juventud sería esa capacidad latente que tenemos los humanos de traspasar los ciclos de la existencia. Lógicamente, la eterna juventud no tiene nada que ver con la juventud del cuerpo, sino con la juventud del alma que, más allá de los cambios de la vida, más allá de los problemas, de los altibajos, de las enfermedades, de la vejez física, más allá de todo ello, se mantiene joven, entusiasta, porque está poseída por el dios, por esos arquetipos, por esas leyes, por el amor a la sabiduría, por aquello que no muere nunca, más allá de lo cambiante.

Por eso, en el mito, cuando Dionisos regresa a Tebas, su abuelo Cadmo, que sí lo reconoce como dios, danza como un joven en las fiestas en su honor, a pesar de ser un anciano.

Fuente: nueva-acropolis.es

lunes, 20 de septiembre de 2010

El vino griego

De acuerdo con la historia, las viñas y el vino hicieron su aparición en Grecia alrededor del año 4000 AC. Dionysos, hijo de Zeus, era el dios de las plantas y del vino, y se le adoraba en toda Grecia con fiestas y ceremonias que se celebraban en varias ocasiones a lo largo del año.

Los autores clásicos escribieron mucho sobre las áreas productoras de vino, sobre el vino y sobre las fiestas relacionadas con el vino. Existen descripciones detalladas sobre los procesos de la producción del vino que provienen de inscripciones que datan del 2500 AC. La prensa de vino más antigua del mundo que se conserva proviene de la región de Arhanes en la Isla de Creta. Se han encontrado pepitas de uva en tumbas antiguas. Homero describe en la Ilíada varias ciudades y regiones de Grecia como productoras de vino y alaba todas las tradiciones vinícolas de estas regiones.

En la Antigua Grecia se bebía vino por placer pero también con fines medicinales. Se servía en vasos de diferentes formas y tamaños, y cada tipo recibía un nombre distinto. Los contenedores llamados Amphoreas se usaban para servir vino durante los simposia. Las Kratiras eran unos contenedores de gran tamaño y de gran calidad que se usaban para almacenar vino. Una de las Kratiras mejor conservadas y más magníficas se encuentra en el museo arqueológico de Salónica y se trata de una pieza que proviene de la escuela de Praxíteles.

Grecia produce uva para la producción de vino y frutos secos y en este país se cultivan alrededor de 250 variedades distintas. Los vinos griegos son de una gran calidad. Son frescos y resultan deliciosos por sí solos, pero además combinan muy bien con la comida. Tanto el norte como el sur de Grecia ofrecen excelentes vinos. Las viñas se cultivan en casi todas las regiones de la Grecia continental y en todas las islas. En el norte de Grecia las regiones vinícolas más importantes son Naousa, Goumenisa, Amynteo, Siatista and Halkidiki. Algunas de las variedades más conocidas que se cultivan en Macedonia son la Xynomavro, la Moshomavro, la Athiri, la Asyrtiko y la Agioritiko provenienetes de los viñedos de Agio Oros.

El vino más popular, especialmente en verano es el 'retsina'. Se elabora añadiendo resina de pino a vinos blancos de la región durante su fermentación. El retsina tiene el sabor inusual a pino de la resina y se sirve o bien directamente del barril o de botella. En ocasiones se sirve con agua de soda.

El Mavrodaphne es otro vino tinto intenso y dulce que es bien conocido y apreciado tanto en Grecia como en el extranjero. Cephalonia produce el vino Robola mientras que el Moshato de Samos es conocido en todo el mundo. El vino espumoso se elabora evitando que el gas producido durante la fermentación salga del vino. En Rodas se produce el vino espumoso Cair.

La comida griega y el vino

El marisco y los platos de pescado son idóneos para vinos blancos y secos.

La carne roja (ternera, cordero, etc) combina bien con los vinos tintos.

La carne blanca (cerdo) se sirve preferiblemente con vinos blancos.

Los vinos outzo y tsipouro van bien con aperitivos. Normalmente se sirven con hielo.

Los vinos espumosos se asocian con el amor y el lujo y habitualmente acompañan la celebración de ocasiones especiales. Se sirven en una hielera con hielo y agua para que puedan ser degustados fríos.


Cascada Inacayal - Villa La Angostura - Patagonia Argentina