El pescado, los moluscos y crustáceos constituyen una importante fuente de proteínas que pueden y deben cumplir la finalidad de actuar como alimento básico para el ser humano, siempre y cuando se hallen en determinadas condiciones para ser ingeridos.
Como es sabido, el pescado y todos los productos de mar están considerados como los más frágiles y perecederos alimentos, por lo cual es gran conveniencia disponer de métodos rápidos y seguros que permitir evaluar con una razonable seguridad los distintos grados de frescura.
Consumir pescado es bueno para la salud, eso lo sabemos desde hace años. Pero, ¿cómo reconocer un pescado realmente fresco una vez que estamos en la pescadería?
Estos consejos te ayudarán a seleccionar el mejor ejemplar para tu mesa.
- Al observar un pez entero debes fijarte en su aspecto físico, su aroma. Esto es clave para el reconocimiento de un pescado apto. Un pescado rancio siempre olera demasiado fuerte.
- El pescado entero de mar debe lucir como si estuviera vivo: sus ojos deber ser brillantes, sus agallas rojas y húmedas.
- Sus escamas deben estar bien adheridas al cuerpo.
- El cuerpo debe ser elástico pero firme: si presionas con el dedo la carne debe volver a la posición inicial, no deben quedar pozos.
- Lo más importante es una atención personalizada de un experto en pescados, para poder consultarle sobre las características y estado del pescado que vayas a consumir.
- El comercio debe estar habilitado y la higiene debe ser la correcta; asimismo las instalaciones de conservación deben ser las adecuadas.
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