Joaquín Alberdi, chef, restaurateur y especialista en vinos, poco después de la creación de Lo de Joaquín, su vinoteca porteña, ubicada al frente del restó Cabernet, también de su propiedad, decidió dar un paso más adelante. Y abrió una filial en Coronel Suárez, su pueblo natal. " Me dí cuenta de que el interior está ávido de novedades en materia de vinos. En mi ciudad se consumían pocas variedades:
Cabernet, Chardonnay y algún Malbec. Pero tan pronto la gente se fue familiarizando con otras uvas se abrió un espectro mucho más amplio, todos quieren conocer y saber más acerca del tema." Esto sucedía apenas un año atrás. El mismo transcurrir de los acontecimientos no tardaría en conducir a Joaquín hacia otras metas. Y seguidamente pasó a organizar el Primer Salón Provincial de Barricas intervenidas, que acaba de presentarse en la Sociedad Rural de Coronel Suárez.
Con María Cristina Elorriaga, curadora del evento, se convocó a la participación de artistas del interior del país. La respuesta fue inmediata. Cuarenta artistas plásticos, diseñadores y arquitectos de diferentes ciudades –Coronel Suárez, Azul, Olavarría, Tres Arroyos, Tandil, Laprida– adhirieron a la propuesta. Los atrajo por partes iguales la originalidad del tema –decorar barricas– y la posibilidad de trabajar con entera libertad, y una única condición: no alterar el diseño estructural de la barrica ni comprometer su posición vertical. El primer premio fue para Rosana Farana, de Olavarría; el segundo se lo llevó Paula Etcheberry (Cura Malal) y el tercero le correspondió a Daniel Fitte (Sierras Bayas)
Un jurado integrado por Indiana Gnocchini, directora del museo Municipal de Tandil; Silvio Oliva Drys, director del Museo López Claro de Azul y Nilda Rosemberg, artista plástica y curadora independiente de Bahía Blanca, tuvo a su cargo el discernimiento de los premios.
Para concretar el Salón se recurrió a distintas bodegas, que inmediatamente comprometieron su adhesión, sintetizada en una feria de la que participaron empresas de diferentes puntos del país en un colorido mosaico.
En la la temática, absolutamente libre, fulgura la creatividad de cada artista, que combinó motivos figurativos y abstractos, talla en madera, incorporación de telas tipo collage y una gran variedad de técnicas. En los dos días que duró la exposición, se montaron rústicas mesas campestres, provistas de galletitas, quesos y salamines regionales para hacer fondo a la variada degustación de vinos, para lo cual se hizo entrega del clásico copón a cada uno de los visitantes.
La fiesta tuvo su punto final en la subasta, ataravesada por una fuerte motivación benéfica: por decisión de las autoridades del encuentro, que contó con el amplio
respaldo de los artistas, un porcentaje de lo recaudado será destinado al Hogar de Día de Coronel Suárez, un espacio dedicado a la educación de chicos con capacidades diferentes.
Fuente: clarin.com
Cabernet, Chardonnay y algún Malbec. Pero tan pronto la gente se fue familiarizando con otras uvas se abrió un espectro mucho más amplio, todos quieren conocer y saber más acerca del tema." Esto sucedía apenas un año atrás. El mismo transcurrir de los acontecimientos no tardaría en conducir a Joaquín hacia otras metas. Y seguidamente pasó a organizar el Primer Salón Provincial de Barricas intervenidas, que acaba de presentarse en la Sociedad Rural de Coronel Suárez.
Con María Cristina Elorriaga, curadora del evento, se convocó a la participación de artistas del interior del país. La respuesta fue inmediata. Cuarenta artistas plásticos, diseñadores y arquitectos de diferentes ciudades –Coronel Suárez, Azul, Olavarría, Tres Arroyos, Tandil, Laprida– adhirieron a la propuesta. Los atrajo por partes iguales la originalidad del tema –decorar barricas– y la posibilidad de trabajar con entera libertad, y una única condición: no alterar el diseño estructural de la barrica ni comprometer su posición vertical. El primer premio fue para Rosana Farana, de Olavarría; el segundo se lo llevó Paula Etcheberry (Cura Malal) y el tercero le correspondió a Daniel Fitte (Sierras Bayas)
Un jurado integrado por Indiana Gnocchini, directora del museo Municipal de Tandil; Silvio Oliva Drys, director del Museo López Claro de Azul y Nilda Rosemberg, artista plástica y curadora independiente de Bahía Blanca, tuvo a su cargo el discernimiento de los premios.
Para concretar el Salón se recurrió a distintas bodegas, que inmediatamente comprometieron su adhesión, sintetizada en una feria de la que participaron empresas de diferentes puntos del país en un colorido mosaico.
En la la temática, absolutamente libre, fulgura la creatividad de cada artista, que combinó motivos figurativos y abstractos, talla en madera, incorporación de telas tipo collage y una gran variedad de técnicas. En los dos días que duró la exposición, se montaron rústicas mesas campestres, provistas de galletitas, quesos y salamines regionales para hacer fondo a la variada degustación de vinos, para lo cual se hizo entrega del clásico copón a cada uno de los visitantes.
La fiesta tuvo su punto final en la subasta, ataravesada por una fuerte motivación benéfica: por decisión de las autoridades del encuentro, que contó con el amplio
respaldo de los artistas, un porcentaje de lo recaudado será destinado al Hogar de Día de Coronel Suárez, un espacio dedicado a la educación de chicos con capacidades diferentes.
Fuente: clarin.com
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