Lo primero que hay que decir, es que el vino es una fuente importante de hierro, sustancia necesaria e imprescindible para todas aquellas personas anémicas o con falta de hierro.
Una de las causas más frecuentes de anemia es el consumo de dietas pobres en hierro. Este mineral es fundamental y necesario para el organismo humano porque forma parte de la hemoglobina, encargada del transporte del oxígeno desde los pulmones a todas las partes del cuerpo, este es el motivo por el cual las personas con anemia o falta de hierro, están pálidas, cansadas y fatigadas por pequeño que sea el esfuerzo físico que realicen.
En cualquier herida que se produzca con pérdida de sangre, se produce una bajada del hierro. Además, en el caso de las mujeres, y debido a las hemorragias menstruales, las bajadas de hierro son mayores. Por otro lado, con independencia de las pérdidas de sangre, el cuerpo pierde diariamente cantidades pequeñas de hierro a causa del desprendimiento celular de las paredes del intestino.
En el caso de las personas vegetarianas, éstas deben tener un mayor cuidado con su dieta en hierro, ya que son propensas a déficit de esta sustancia debido al hecho de que el hierro de los vegetales se absorbe escasamente.
El alcohol es una de las sustancias que ayuda a la absorción del hierro, y además el vino es una buena fuente de mineral. De hecho, es muy difícil que un bebedor moderado y habitual de vino presente un cuadro bajo en hierro.
A modo de ejemplo, diremos que de una dieta diaria el organismo sólo absorbe el 20% del hierro que hay en la leche, el 2% en las legumbres o el 5% en los huevos y las espinacas. Por tanto, es preciso que la dieta diaria contenga por lo menos diez miligramos de hierro, para que el organismo absorba un miligramo. Una copa de vino tinto o de vino blanco, contiene aproximadamente medio miligramo de hierro.
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