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domingo, 3 de enero de 2010

Pequeña empresa, grandes logros

Bodega Noemía de Patagonia ha cosechado innumerables reconocimientos en 2009. El establecimiento tiene como dueños y socios a la Condesa Noemía Marone Cinzano y al winemaker danés Hans Vinding-Diers.

Bodega Noemía de Patagonia es un pequeño emprendimiento situado en un rincón del valle de Río Negro. Actualmente, el proyecto sólo está enfocado en el Malbec y se especializa en pequeñas partidas de vinos Ultra Premium y biodinámicos.

Con pocos años de vida, la bodega supo posicionarse en el mercado externo, siendo reconocida, no sólo por los consumidores, sino también por la prensa internacional.

En diálogo con Día a Día del Vino, Oscar Ferrari, General Manager del establecimiento, explicó que "esta empresa surgió a partir de que el winemaker y socio de la bodega, Hans Vinding-Diers llegó a Argentina, específicamente a la Patagonia, a realizar una consultoría enológica a la bodega Humberto Canale. A partir de ahí, nació la ilusión de tener su bodega en estas latitudes. Por eso, en el año 2000 decidió quedarse en Río Negro y desarrollar con su socia, la Condesa Noemía Marone Cinzano, una bodega boutique".

La primera elaboración de vinos data de 2001, con la producción de 1.000 botellas de la línea Bodega Noemía. En 2003 se construyó la bodega y en 2004 salieron las primeras botellas del establecimiento propio. Actualmente, la empresa cuenta con 167 hectáreas ubicadas en la Patagonia.

El proyecto Bodega Noemía nació con el descubrimiento de un antiguo viñedo, plantado con uvas Malbec en los años 30 en un remoto rincón del valle del Río Negro. Según contó Ferrari, tanto la condesa, como Hans Vinding-Diers, percibieron la idoneidad de este lugar y el perfecto microclima del valle para la producción de vinos de alta calidad.

"La meta de la empresa es no hacer más de 70 mil botellas por año. Hoy se producen 60 mil. Nuestra misión es enfocar toda la estrategia a vinos de calidad, con una producción artesanal, en donde todos los procesos estén cuidados", resaltó el General Manager.

En relación a las líneas de vinos, la bodega cuenta con tres. Una de ellas es Bodega Noemía 100% Malbec, que actualmente se encuentra a 40 dólares FOB. Luego, J.Alberto 95% Malbec y 5% Merlot, que tiene un valor de 18 dólares FOB y por último, A Lisa que es una mezcla 90% Malbec, 9 % Merlot y 1% Petit-Verdot (10 dólares FOB). Según indicaron desde la bodega, estos vinos se comercializan en más de 22 países y los principales destinos son Estados Unidos, Inglaterra, Dinamarca y Canadá.

El posicionamiento

A pesar de que la empresa tiene como socios a dos personajes reconocidos en la industria del vino mundial, "los vinos de Bodega Noemía de Patagonia han logrado posicionarse en los mercados internacionales gracias a la calidad y transparencia del proyecto", indicó Oscar Ferrari.

En este sentido, comentó que desde los inicios, los vinos fueron presentados en diversas degustaciones que se realizaron en Estados Unidos a periodistas, distribuidores, empresarios, dueños de restaurantes, entre otros. "El vino no entró por los oídos, sino que lo hicimos probar y se quedó en los mercados gracias a su calidad", resaltó.

No obstante, destacó que en un principio, muchos de los contactos que se realizaron fueron a través de la Condesa Noemía Marone Cinzano y Hans Vinding-Diers. "Creo que todo va de la mano, el nombre, los contactos, entre otras cosas, para golpear las primeras puertas y ser escuchados. Sin embargo, la calidad del producto es la que hace que entre y se quede", afirmó Ferrari.

"Algo que nos diferencia es que nuestro distribuidores son siempre los mismos y la confianza que tienen con nosotros es ciega. Es un trabajo continuo que realizamos ayudándonos mutuamente. Por ejemplo, si una cosecha no es buena, ese año el vino no sale, como ocurrió en 2005. Ese año tuvimos una helada temprana que hizo que la calidad no fuera tan buena. De esta manera, preferimos perder el año pero no la confianza de nuestros distribuidores", puntualizó.

Fuente: Area del Vino

lunes, 14 de diciembre de 2009

Qué dejó Vinos de la Patagonia 2009


El Pinot Noir fue la estrella, seguida del Malbec y los blancos Chardonnay y Sauvignon Blanc.

Con balance ampliamente positivo terminó la nueva edición de Vinos de la Patagonia, el salón que por segundo año consecutivo expuso al público local los productos que se elaboran más allá del río Colorado.

El balance fue positivo, se debe sobre todo a la buena concurrencia, a los buenos vinos presentados y por la veintena de empresas que acompañaron esta propuesta de la Cámara de Bodegas Exportadoras de la Patagonia.


Las mejores etiquetas

¿Qué se pudo degustar? Un centenar de etiquetas entre las que el Pinot Noir fue la gran estrella. Con dos excepciones, entre las 15 bodegas expositoras el varietal estaba en todas las mesas.

De la cata de todos los Pinot se desprende un dato relevante: en Patagonia hay una buena variabilidad de precios y estilos para el tinto más preciado. Arrancan en los 20 pesos, con vinos sencillos, cálidos y bien frutados, como Finca Roja 2008, y asciende en la escala hasta alcanzar sus expresiones más complejas y refinadas en Saurus Patagonia Select 2007, y los curiosos Gerome de Marteau Reserva 2008, Primogénito de Bodega Patritti 2007 y Relieve 2008, bien florales. Fin, el single Vineyard –es decir, el vino elaborada a partir de un solo viñedo, sin mezclas- presentado por Fin del Mundo en la expo, supone un upgrade para la variedad, ya que es potente y fluido y dará lo mejor de sí en seis meses.

Dos vertientes de Malbec

Un capítulo aparte merecen la uva insignia de Argentina. Hay muy buenos ejemplares en la región, especialmente de la mano de las bodegas con más experiencia en el manejo de la viña, ya que con esta uva se produce una dispersión de sus características varietales: los frutados y elegantes, como los que produce Humberto Canale, Schroeder, NQN y Fin del Mundo; y aquellos vegetales y algo rústicos, como los que se pudo probar de Gerome Marteau 2008, Secreto Patagónico 2006, Viñas de Siracusa 2007 y el muy boutique Desde La Torre 2008. Aún así, estos últimos, junto con Wünn 2007, que está a medio camino entre los extremos, abren el espectro gustativo de la región. En cualquier caso, es un aspecto a tener en cuenta del Malbec Patagónico que habrá que ver cómo evoluciona en el tiempo.

Marcelo Miras, enólogo de Fin del Mundo, explicó que la diferencia se da principalmente por el manejo del viñedo y de terruño. Si se presta atención, el quiebre está entre Neuquén y Río Negro (con la excepción de Canale), provincia en la que la rusticidad del Malbec parece estar asociada sobretodo a un desajuste entre al punto de madurez ideal de la uva y el que se maneja en el Alto Valle.

Los vinos blancos

Una grata sorpresa para un mercado que está acostumbrado a los tintos, son los blancos de la región. En estos vinos hay un valor distintivo en el que hacer una buena diferencia respecto a otros terruños del país. Ahora que viene el verano conviene estar atentos a la frescura del Chardonnay de Secreto Patagónico 2007, el Saurus 2009, Postales Roble Chardonnay 2007; y los Sauvignon Blancs de Newen 2009 y Calafate 2009, potentes y expresivos.

Más allá de los buenos vinos presentados, la segunda edición de Vinos de la Patagonia deja dos cosas claras: la voluntad de las bodegas de la región por trabajar en conjunto, por un lado; por otro, la misma voluntad por acercarse a los consumidores de la zona y reflotar el vínculo entre el público local y sus vinos. En cualquier caso, buenas noticias.

Cascada Inacayal - Villa La Angostura - Patagonia Argentina