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jueves, 6 de marzo de 2014

Calu Rivero: "Ser vegana es un acto de amor"

Calu Rivero, imagen de una marca de ropa en contra del maltrato animal, contó cómo fue el proceso por el que se convirtió en una vegetariana estricta. "Lo más fuerte fue el choque con la ropa. No me había dado cuenta de que era tan consumista del cuero", admitió

Calu Rivero es inquieta. Con sólo seguir de cerca su carrera se puede predecir su espíritu revoltoso. Es actriz pero coquetea constantemente con el mundo de la moda y el de la música, en donde ya se ganó su título de "DJ Ocasional". 

Tiene sed de creer, de probar, de experimentar, de vivir. Así surgió su nueva meta: el veganismo. "Fue un cambio, totalmente. Y hasta adopté una nueva forma de vestir mucho más simple, no tan ostentosa. Lo justo y necesario", contó la actriz antes de salir a la pasarela invitada como la DJ del desfile de Nous Etudions, marca de la que además es imagen, durante la Semana de la Moda de Buenos Aires. 

En ese contexto, Rivero contó cómo fue el proceso, por qué acepto ser imagen de una marca comprometida que va en contra del maltrato animal y las dificultades de asumir tal responsabilidad.

¿Cómo fue que surgió el acercamiento con la marca?

La verdad, me llegó un día un mensaje de Romi que me quería conocer, que tenía un proyecto para presentarme y más que nada conocernos. Fue una amiga que trabaja conmigo, Flor, que me dijo: 'La vas a amar. Es vos pero distinta'. Dije: 'Bueno, la tengo que conocer'. Cuando fui hicimos una reunión y me dijo que quería que sea la imagen de la marca. Terminó siendo mucho más porque realmente nos complementamos  mucho y hay algo de este juego libre de crecer ambas. Me dijo: 'Nosotros somos una marca que está a favor del no abuso de animales y de un montón de situaciones en cuanto a la violencia a los animales. Nosotros te queremos porque vos sos vegetariana, no comés carne'. Y en el momento en que me empezó a hablar de que ella es vegana y me cuenta un poco de toda la crueldad con los animales... Porque uno puede saber pero no estar del todo empapada, dije: 'Esto es terrible'. Si yo voy a ser la imagen de esta marca, yo no puedo seguir poniéndome camperas de cuero. Me hago vegana... A por todo. Así fue como ese fin de semana la llamé y le dije: 'Listo, ya me hiciste vegana. Y así empezó la campaña y empecé a poner cosas de mi personalidad. Surgieron cosas súper espontáneas. Todo desde un juego verdadero.

¿Qué fue lo más difícil del proceso de hacerte vegana?

La ropa. La comida no era un problema. La verdad que ya no comía carne, estaba bien. Dejar los lácteos no me molestó, pero lo más fuerte fue el choque con la ropa. La verdad que no me había dado cuenta de que era tan consumista del cuero. Para mí el cuero era como calidad, esas cosas que uno va trayendo de antes. Le di toda la ropa, las carteras, todo a mi hermana y a gente amiga. Eso fue el cambio totalmente. Y hasta adopté una forma de vestir mucho más simple, no tan ostentosa. Lo justo y necesario. Y la marca Nous es un poco así, también. Es de diseño pero a la vez súper simple. 

¿Sentiste que el cambio fue interno?

Yo no soy una fanática, no soy una chica que estoy diciendo todo el tiempo: "No maten los animales". Es mi proceso, es mi decisión, es muy mío. Pero a la vez digo, yo no quiero, ya no puedo evitar ver una campera de cuero y no querer ponérmela. 

¿Cómo lo recibió la gente?

La verdad, no me criticaron, porque ser vegana es un acto de amor en el sentido de los animales y en el ecosistema mismo. Todo el mundo como muy buena onda  y muchos preguntando cómo es eso, cómo se alimentan los veganos. Mucho contagio. Está buenísimo, hasta en lo físico me siento mucho más liviana. 

Lo comercial y masivo y un mensaje profundo, ¿funcionan?

Yo puedo expresar "no usen cuero", digo, usar lo masivo para decir eso me parece súper positivo, no le veo nada negativo en ese sentido. Después, lo demás que pueda suceder me es  ajeno, uno no puede tener control de todo lo que pasa. Pero me parece que está bueno, que es una marca que va a generar algo, por lo menos en mí ya generó. 

¿DJ, actriz o modelo?

La actriz es lo que más me gusta, más me apasiona. Todas son distintas Calu. La Calu DJ es la que nadie le dice lo que tiene que hacer, elige la música que quiere elegir, muy espontáneo y a la vez muy libre. Es mi momento de conexión con la gente. He ido a ciudades de Argentina que por ahí no llegás, no vas seguido, o no hubieras ido, es un acercamiento mucho más real. 

¿Lo más difícil de la exposición?

Es difícil. Cuando a veces querés parar o tenés mucha exposición innecesaria porque alguien inventó algo. Si todo fuese realmente como uno quiere, y todo fuese libre de juego, sin perjudicar, sin prejuicios, sería todo mejor. Igual, hoy creo que ya pasó un poco. Las criticas. Igual, ya estoy tan tranquila de que no lo puedo manejar, que ya está.

Fuente: infobae.com

martes, 25 de febrero de 2014

Nutrición vegetariana: cada vez más estudios desmienten que genere déficits nutricionales

Durante décadas se ha cuestionado a quienes no comen carne por las supuestas carencias que genera en nutrientes básicos para el cuerpo y la salud. Aquí, un especialista recoge las últimas investigaciones sobre le tema y asegura que muchas "verdades" están por redefinirse.

La cantidad de investigaciones sobre la dieta vegetariana, llevadas a cabo en importantes centros de investigaciones en todo el mundo, no para de crecer. Así, está surgiendo un nuevo paradigma en nutrición, un paradigma que se apoya en argumentos de absoluto rigor. Con estos nuevos datos, empezamos a confirmar científicamente que la nutrición vegetariana cumple un importantísimo rol en la salud humana, y que está dejando de ser considerada una moda o una forma "riesgosa" de nutrirse.

Respecto a las dudas sobre las posibles deficiencias nutricionales que uno podía tener por seguir una dieta vegetariana, la evolución de los conceptos en estos más de 20 años de investigaciones (insisto, continúan en la actualidad) nos permite comprender que estamos entrando en una nueva concepción de la nutrición. Es más, a mi humilde entender creo que muchos conceptos nutricionales aceptados dogmáticamente como verdades absolutas –críticas a las proteínas vegetales, hierro, vitamina B12, etc- en el campo de la nutrición terminarán siendo modificados en un futuro no muy lejano.

En la gran mayoría las investigaciones se concluye que el consumo de carnes es factor clave en las principales enfermedades que afectan la humanidad, que son las que más daños y muertes provocan, como son las cardiovasculares (incluyendo hipertensión arterial, infarto de miocardio, infarto cerebral, aterosclerosis, alteración del perfil lipídico), muchos cánceres, enfermedades renales, litiasis, diabetes, enfermedades en general provocadas por autoanticuerpos, alteraciones psiquiátricas, como depresión, ansiedad, enfermedades neurodegenerativas, como Mal de Alzheimer.Y también se ha observado que la dieta vegetariana mejora el status del perfil redox (el nivel de antioxidantes en el cuerpo). 

Lo que más impacta es que en ninguna investigación se confirma que la nutrición vegetariana es causa de alguna enfermedad. Sí existen casos de desnutrición de algún nutriente en particular en vegetarianos, de la misma manera que existen entre gente que se alimenta con carnes, debido a la poca alimentación en cantidad y variedad además de otros factores (genéticos, enfermedades, etc), y no debido a la dieta en sí misma. Por lo tanto, las mismas no pueden ser interpretadas como deficiencias debidas al tipo de nutrición sino por errores alimenticios, además de otros factores, como pueden ser infecciones, variabilidades genéticas, enfermedades genéticas, por nombrar algunas explicaciones.

Las conclusiones que surgen de la gran mayoría de las investigaciones, adoptaron, desde hace unos 20 años, una dirección: la dieta vegetariana no sólo no genera deficiencias nutricionales, con el correspondiente desarrollo de enfermedades, sino que genera todo lo contrario: se observa un mejor estado de salud en vegetarianos comparados con aquellos que consumen carnes (dietas omnívoras), aún cuando ciertas variables bioquímicas, clínicas y ciertos valores nutricionales de ciertos alimentos, no son los recomendados (según los conceptos antiguos, que dogmáticamente se siguen). 

Así, se dice todavía que el hierro vegetal es menos absorbible, pero no se dice que el hierro en altas concentraciones en el cuerpo humano está siendo considerado como un factor independiente en el desarrollo de ciertos cánceres, diabetes, daños neurológicos, aterosclerosis, entre otras patologías muy graves; incluso se ha observado que el hierro en forma de hemoglobina -proveniente de las carnes- es inductor de cáncer intestinal y, contrariamente, la clorofila (componente que da el color verde de vegetales y algas) es protectora respecto a ese tipo de cáncer. 

También es concepto arraigado que las proteínas vegetales no son de tan buena calidad como ciertas proteínas animales, pero este argumento es inválido, porque todavía no se ha demostrado que dietas basadas en las proteínas vegetales sean potencialmente criticas en cuanto a la nutrición proteica, ya que la mayor parte de los cuadros de desnutrición proteica ocurre en personas omnívoras, es decir que se alimentan de carnes (Africa, Latinoamérica). Además, la única proteína de valor biológico casi cero –nutricionalmente inútil- es el colágeno, proteína animal que en promedio constituye el 25% de las proteínas de las carnes que se consumen, y que es la proteína de la cual se hace la gelatina, alimento de valor nutricional casi cero. 

Con relación a la falta de vitamina B12 en los vegetales, todavía hoy no he podido lograr conseguir una sola investigación que demuestre que la flora bacteriana intestinal no aporta vitamina B12 al organismo, y se ve que los veganos no sufren efectos negativos debido a la no alimentación de producto animal alguno (aunque los que tengan dudas sobre este nutriente, con consumir leche, yogurt, quesos, ricota, regularmente, se tiene una fuente importante de la vitamina B12). 

Respecto a la potencial deficiencia de aceites omega 3, estos aceites están presente en muchas en algas, frutas, y vegetales como el de soja. De todos modos, en la actualidad no se ha podido demostrar los valores que realmente se necesitan, ni se ha confirmado contundentemente sus supuestos beneficios múltiples resultado de su incorporación al organismo en las dosis recomendadas. 

Como se puede ver, los comentarios referidos a los nutrientes que son motivos de mayores críticas respecto a la dieta vegetariana, por profesionales no actualizados, no tienen mucho fundamento.

La Asociación de Nutricionistas de los Estados Unidos concluyó, a tono con las investigaciones mundiales, que la dieta vegetariana es preventiva de las principales enfermedades, y que puede adoptarse en todas las etapas de la vida, desde el nacimiento, incluyendo el embarazo.

Muchas son las investigaciones que directamente o indirectamente ubican a la dieta vegetariana como más saludable que la dieta en la que se comen carnes. Por citar algunas, muchos años atrás (década de los 90) se llevó a cabo la llamada "The Oxford Vegetarian Study", en Gran Bretaña, uno de los primeros y más importantes estudios, en cuanto al número de personas que participaron, entre vegetarianos y no vegetarianos, del cual surgieron las primeras grandes conclusiones: que existía una gran reducción de mortalidad y enfermedades en general entre aquellos que eran vegetarianos, comparados con quienes no eran vegetarianos (The Oxford Vegetarian Study: an overview).

En la actualidad, como última actualización (enero del 2013), tomando bases de datos de buscadores importantes (Medline, EMBASE, y otras publicaciones científicas de salud), donde se exponen la casi totalidad de las más prestigiosas publicaciones de investigación en salud, investigadores de las Universidades chinas de Zhejiang han concluido (lo que permite despejar toda duda) que las personas que siguen dietas vegetarianas tienen una incidencia mucho menor, comparados con omnívoros (quienes comen carnes), de desarrollar enfermedades cardiovasculares y todos los cánceres en conjunto, reducción en valores aproximados de 30% y 20 %, respectivamente. 

Es muy importante esta revisión estadística llevada a cabo por los investigadores, porque actúa a manera de conclusión de las principales investigaciones en conjunto, llevadas a cabo durante los últimos años (Cardiovascular disease mortality and cancer incidence in vegetarians: a meta-analysis and systematic review. Ann NutrMetab).

Entonces, dejo a los lectores un análisis a realizar con criterio puramente científico: se puede concluir que, si un estado nutricional es teóricamente inadecuado pero, al mismo tiempo se demuestra que este "inadecuado estado nutricional teórico" se corresponde con un mejor estado de salud comparado "con el que debería ser" (teóricamente), entonces esos conceptos teóricos deben comenzar a ser reformulados (por no decir rechazados) para adecuarlos a la realidad de los hechos. Esto es: para teorizar en función de la realidad (para evitar construir dogmas irracionales, que tanto daño nos hacen).

Fuente: Dr. Cristian Megyes, Farmacéutico y Bioquímico.

Foto: Thinkstock Photos 
Fuente: entremujeres.com

jueves, 5 de diciembre de 2013

Ser vegetariano, ¿la clave para vivir más?

Un nuevo estudio de la Universidad de Loma, EEUU, publicado en la revista 'JAMA Internal Medicine', descubrió que los vegetarianos tienen un riesgo del 12% menos de morir en un período de seis años en comparación con los que no lo son. Esto significa  que cuando se es vegetariano por un rango mínimo de 6 años, recién en ese momento se reducen un 12% las probabilidades de riesgos de morir de eventos cardiovasculares. Estos resultados demuestran que, en general, la dieta vegetariana está relacionada con una menor mortalidad en comparación con una dieta que incluye carnes. También demuestran que dietas pescetarianas, veganas y ovolactovegetarianas están vinculadas a un índice de mortalidad más bajo en comparación con las que no lo son. 

Además, los investigadores descubrieron que el riesgo de morir de los veganos, en comparación con los que no lo son, es un 15% inferior, en el caso de los ovolactovegetarianos es de en un 9%, en el de los pescetarianos de un 19% y en el de los semivegetarianos de un 8%.

Los autores del estudio publicado en la revista descubrieron, asimismo, que los beneficios no tenían relación con el nivel calórico, ya que los diferentes grupos de personas que participaron incorporaban la misma cantidad de calorías.

La investigación concluyó en que el régimen vegetariano, más alto en fibra y bajo en grasas saturadas, tiene un efecto positivo en la salud. Por otro lado, las personas vegetarianas tienden a estar más delgadas, a cuidarse, y eso los lleva a interiorizarse, estudiar, conocer sobre estilo de vida y nutrición. También son más propensas a hacer ejercicio, no fumar y no beber. Los investigadores señalaron que todos estos factores también pueden desempeñar un papel clave en la reducción del riesgo de muerte.

¿Cómo encontrar proteínas, hierro y calcio en el reino vegetal?

Además de incorporar en nuestra dieta hortalizas y frutas (en lo posible crudas) es importantísimo comenzar también con las semillas. Estas son un compacto almacenaje de excelentes nutrientes, fáciles de conservar y de consumir.

Aunque muchos sigan pensando que las semillas son un alimento exclusivo para las aves, poco a  poco la gente está conociendo sus propiedades. Ellas aportan a nuestro organismo una gran cantidad de minerales, proteínas, enzimas, vitaminas y ácidos grasos. Son, sin dudarlo, el alimento natural más concentrado (en relación al tamaño y los nutrientes), son fáciles de conservar, transportar y, aunque muchos no sepan, consumir.

La mayoría de las semillas son recomendables, aunque son preferibles las oleaginosas que se destacan por el rico aporte en grasas saludables y proteínas. Almendras, avellanas, castañas de cajú, chía, girasol, lino, nuez, nuez pecan, pistacho, sésamo y calabaza son algunos de los ejemplos más conocidos y simples de conseguir.

¿Cómo prepararlas?

Antiguamente, los pueblos indígenas consumían frutas, hortalizas y semillas. Para ellos, estas últimas eran sagradas y adoradas. Con la llegada de los conquistadores, el consumo de semillas disminuyó porque los españoles se las prohibieron.

¡Consumir semillas es más fácil que hacer un huevo hervido! Para no derrochar plata y para que nuestro organismo absorba todos los nutrientes es imprescindible tostarlas en una sartén o activarlas durante unas horas. Esto quiere decir que si decidís tostarlas, tendrás que agarrar una sartén, poner las semillas y dorarlas levemente moviendo siempre para que no se queme ninguna. El tiempo estimado es de 30 segundos a 1 minuto. En el caso de que desees activarlas, simplemente poné las semillas en un frasco y cubrilas con agua. Dejalas algunas horas y listo. Al momento de consumirlas sí o sí las tendrás que moler con un mortero, una procesadora de mano, un molinillo de café o lo que se te ocurra. Si no hacés este último paso, las semillas pasarán sin que tu cuerpo se entere.

Y más consejos útiles

-Comprá las semillas enteras, ya que las molidas tienen menos nutrientes.
-Guardalas en lugares secos, oscuros, frescos y en un recipiente hermético.
-Para tostarlas, no es necesario agregarles aceite. Cuando las pruebes, tendrán un sabor único.
-El aceite de sésamo es excelente, tanto en sabor como en nutrientes.
-Por su alto contenido en grasas poliinsaturadas, las semillas de girasol se echan a perder rápidamente. Por lo tanto, lo mejor es comprarlas en cantidades reducidas. Una buena opción para su consumo es en aceite, pero siempre que sea orgánico.
-Las pipas de girasol se pueden congelar.

El doctor Adrian Jaime es director de Medical Center Dermoestética & Antiaging.

Foto: Thinkstock Photos
Fuente: entremujeres.com

jueves, 28 de noviembre de 2013

Ser vegetariano, ¿la clave para vivir más?

Según una investigación, una dieta rica en frutas y verduras disminuiría el riesgo de morir por eventos cardiovasculares. Los beneficios de no comer carne y cómo aprovechar todo el poder de las semillas. 

Un nuevo estudio de la Universidad de Loma, EEUU, publicado en la revista 'JAMA Internal Medicine', descubrió que los vegetarianos tienen un riesgo del 12% menos de morir en un período de seis años en comparación con los que no lo son. Esto significa  que cuando se es vegetariano por un rango mínimo de 6 años, recién en ese momento se reducen un 12% las probabilidades de riesgos de morir de eventos cardiovasculares. Estos resultados demuestran que, en general, la dieta vegetariana está relacionada con una menor mortalidad en comparación con una dieta que incluye carnes. También demuestran que dietas pescetarianas, veganas y ovolactovegetarianas están vinculadas a un índice de mortalidad más bajo en comparación con las que no lo son. 

Además, los investigadores descubrieron que el riesgo de morir de los veganos, en comparación con los que no lo son, es un 15% inferior, en el caso de los ovolactovegetarianos es de en un 9%, en el de los pescetarianos de un 19% y en el de los semivegetarianos de un 8%.

Los autores del estudio publicado en la revista descubrieron, asimismo, que los beneficios no tenían relación con el nivel calórico, ya que los diferentes grupos de personas que participaron incorporaban la misma cantidad de calorías.

La investigación concluyó en que el régimen vegetariano, más alto en fibra y bajo en grasas saturadas, tiene un efecto positivo en la salud. Por otro lado, las personas vegetarianas tienden a estar más delgadas, a cuidarse, y eso los lleva a interiorizarse, estudiar, conocer sobre estilo de vida y nutrición. También son más propensas a hacer ejercicio, no fumar y no beber. Los investigadores señalaron que todos estos factores también pueden desempeñar un papel clave en la reducción del riesgo de muerte.

¿Cómo encontrar proteínas, hierro y calcio en el reino vegetal?

Además de incorporar en nuestra dieta hortalizas y frutas (en lo posible crudas) es importantísimo comenzar también con las semillas. Estas son un compacto almacenaje de excelentes nutrientes, fáciles de conservar y de consumir.

Aunque muchos sigan pensando que las semillas son un alimento exclusivo para las aves, poco a  poco la gente está conociendo sus propiedades. Ellas aportan a nuestro organismo una gran cantidad de minerales, proteínas, enzimas, vitaminas y ácidos grasos. Son, sin dudarlo, el alimento natural más concentrado (en relación al tamaño y los nutrientes), son fáciles de conservar, transportar y, aunque muchos no sepan, consumir.

La mayoría de las semillas son recomendables, aunque son preferibles las oleaginosas que se destacan por el rico aporte en grasas saludables y proteínas. Almendras, avellanas, castañas de cajú, chía, girasol, lino, nuez, nuez pecan, pistacho, sésamo y calabaza son algunos de los ejemplos más conocidos y simples de conseguir.

¿Cómo prepararlas?

Antiguamente, los pueblos indígenas consumían frutas, hortalizas y semillas. Para ellos, estas últimas eran sagradas y adoradas. Con la llegada de los conquistadores, el consumo de semillas disminuyó porque los españoles se las prohibieron.

¡Consumir semillas es más fácil que hacer un huevo hervido! Para no derrochar plata y para que nuestro organismo absorba todos los nutrientes es imprescindible tostarlas en una sartén o activarlas durante unas horas. Esto quiere decir que si decidís tostarlas, tendrás que agarrar una sartén, poner las semillas y dorarlas levemente moviendo siempre para que no se queme ninguna. El tiempo estimado es de 30 segundos a 1 minuto. En el caso de que desees activarlas, simplemente poné las semillas en un frasco y cubrilas con agua. Dejalas algunas horas y listo. Al momento de consumirlas sí o sí las tendrás que moler con un mortero, una procesadora de mano, un molinillo de café o lo que se te ocurra. Si no hacés este último paso, las semillas pasarán sin que tu cuerpo se entere.

Y más consejos útiles

-Comprá las semillas enteras, ya que las molidas tienen menos nutrientes.
-Guardalas en lugares secos, oscuros, frescos y en un recipiente hermético.
-Para tostarlas, no es necesario agregarles aceite. Cuando las pruebes, tendrán un sabor único.
-El aceite de sésamo es excelente, tanto en sabor como en nutrientes.
-Por su alto contenido en grasas poliinsaturadas, las semillas de girasol se echan a perder rápidamente. Por lo tanto, lo mejor es comprarlas en cantidades reducidas. Una buena opción para su consumo es en aceite, pero siempre que sea orgánico.
-Las pipas de girasol se pueden congelar.

El doctor Adrian Jaime es director de Medical Center Dermoestética & Antiaging.

Fuente: entremujeres.com

Cascada Inacayal - Villa La Angostura - Patagonia Argentina