El Gobierno alemán ha acordado rebajar los impuestos a partir
de 2013. Los democristianos (CDU/CSU) y los liberales (FDP), que forman
la coalición de Gobierno, han pactado rebajar la carga fiscal en 6.000
millones de euros, según ha anunciado la canciller Angela Merkel. La
reducción se introducirá en dos tramos, hasta 2014. En el anuncio,
Merkel ha asegurado que el recorte beneficiará sobre todo a las personas
con ingresos bajos o medios.
Tras una maratoniana jornada de reunión entre los dirigentes de la
CDU de Angela Merkel, su partido hermano bávaro CSU y el FDP, la
canciller ha anunciado ya de noche el inesperado acuerdo de las tres
fuerzas políticas. Durante las últimas semanas se habían acumulado las
dudas sobre el margen del Gobierno para aplicar rebajas de impuestos.
Pocos confiaban en que las ocho horas de reuniones culminaran en
acuerdo.
Subirá el umbral de ingresos exentos de IRPF, con lo que
el Gobierno central perderá 2.000 millones de euros de ingresos, lo
mismo que los 16 Estados federados. También se suavizará la subida de
los tramos fiscales cuando suban los sueldos. Una de las quejas más
extendidas entre los contribuyentes alemanes es que las subidas de
sueldo quedan, a menudo, neutralizadas por la brusca subida de impuesto
que acarrean. Este cambio costará al erario 2.200 millones de euros, que
soportará el Gobierno central.
Aumenta el seguro de invalidez
Como
contrapartida, los contribuyentes alemanes tendrán que pagar una décima
de punto porcentual más a la Seguridad Social, en concepto de seguro de
invalidez. Esto reportará 1.100 millones de euros más a las cajá
públicas. Ahora el seguro de invalidez asciende al 1,95% de los ingresos
o al 2,2% para los que no tienen hijos. La CSU bavara ha logrado que se
aplique su propuesta de que los padres que renuncien a llevar a sus
hijos a las guarderías públicas obtengan 100 euros mensuales. A partir
de 2014, los padres que cuiden en casa de sus hijos obtendrán 150 euros
mensuales durante el segundo y el tercer año de vida de sus hijos.
PHilipp
Rösler, cabeza del FDP, es quien más tiene que celebrar tras el
acuerdo, porque su partido aún se resiente por el incumplimiento de la
promesa electoral de bajar los impuestos. El socialdemócrata SPD, por su
parte, considera que la rebaja podría vulnerar el mandato
constitucional de limitar el endeudamiento y amenaza con presentar un
recurso contra la ley ante el Tribunal Constitucional.
Fuente: elpais.com
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