miércoles, 9 de septiembre de 2009

"Muchos importadores y marcas de Brasil desaparecerán"


Alberto Levy, director de Grand Cru Argentina, comenta la realidad que enfrentan las bodegas e importadores de Brasil frente al nuevo escenario económico.

La compañía argentina Grand Cru S.A. está dedicada a seleccionar, importar y distribuir los mejores vinos de las categorías Premium y Ultra Premium de Francia y el mundo.

Actualmente, la empresa distribuye vinos a más de 600 clientes de Argentina y cuenta con más de 500 etiquetas de todo el mundo en su vinoteca ubicada en Recoleta, Buenos Aires. Además, Grand Cru representa a bodegas como Pulenta Estate, Doña Paula, Mendel Wines, Flecha de los Andes, Riglos, Tapiz y Casa Margot. Este modelo de distribución y venta al público también funciona en Brasil, México y Uruguay.

El país más grande de América del Sur

El mercado brasilero, cuarto en el ranking de exportaciones, es altamente prometedor para Argentina. A pesar de que el consumo per cápita aún es muy pobre (1,7 litros), se prevé que en 2015 llegué a 9 litros per cápita. Brasil representa uno de los mercados más importantes para las exportaciones argentinas. Sin embargo, este año, la realidad de los vinos ha cambiado. Entre enero y julio de 2008, los envíos representaron US$ 19,3 millones, mientras que en el mismo período 2009, US$ 18,6 millones, un 3,6% menos.

En el caso del volumen, el año pasado se exportaron 974.000 cajas de 9 litros y en 2009, 800.500 cajas, cayendo un 17,8%. A pesar de esta caída, el precio promedio por litro repuntó en los últimos meses un 17,4%, pasando de US$ 19,80 la caja a US$ 23,24.

Al respecto, Alberto Levy, director de Grand Cru Argentina, comentó que "el panorama sigue siendo alentador y más allá de la crisis, la economía de Brasil crecerá". Sin embargo, recalcó que hay diversos puntos que ponen a este mercado en una posición complicada. Entre ellas mencionó que debido a las cargas impositivas, el vino que llega a góndola es en un 100% más caro del que se vende en Argentina. "En este sentido, la compra es mucho más selectiva, ya que hablamos de consumidores aún poco educados", remarcó.

Por otro lado, indicó que uno de los coletazos que ha dejado la crisis es que se han estirado los pagos. "En muchos casos éstos superan los 60 días, generando en las empresas una carga financiera importante. Frente a este panorama, muchos importadores y marcas desaparecerán, provocando una depuración importante, donde quedarán sólo los más sólidos. Esto se debe a que varios se lanzaron al mercado vitivinícola sin conocimiento y con una base comercializadora y financiara poco desarrollada".

Mercado interno

En el caso del mercado argentino, Levy mencionó que debido a la crisis, los consumidores se han volcado hacia productos más económicos. "El año pasado, en vinoteca, nos compraban vinos a un precio promedio de $ 80 y hoy ha bajado a $ 60. Sin embargo, en nuestro caso, esta merma se ha visto impulsada por la baja en el turismo, que representaba el 50% de la facturación de la vinoteca. A pesar de que crecimos un 30%, en el on-trade se venden vinos en un precio promedio de $ 30- $ 35, cuando antes era de $ 50. Se espera que esta realidad que marca el panorama actual, cambie en los últimos meses del año", finalizó.

*Esta nota fue publicada en el suplemento FINCAS de Diario Los Andes.

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