El 2014 comenzó con todo y somos muchos los que no dejamos
descansar nuestras piernas y llevamos el running kit de viaje por el
mundo. Si nunca probaste correr fuera de tu ciudad, te lo recomiendo.
Más allá de una carrera o competencia, encontrar el ritual de salir y
descubrir un nuevo lugar ‘en zapatillas’ puede ser una gran experiencia.
Bastante tiempo después del regreso de mis vacaciones, no sólo tengo
que ordenar mi secuencia de entrenamiento sino también mi alimentación.
Esta semana conversando con Paola Harwicz le consulté acerca de las
frutas, tan importantes en nuestra alimentación y más aún en la de
aquellos que realizamos actividad física (¡y como!). Mi creatividad
culinaria tiene sus límites y a veces es bueno refrescar alimentos que
no son los que tal vez estamos acostumbrados a consumir todos los días, y
que privarnos de ellos puede significar no incorporar nutrientes y
vitaminas esenciales para nuestro organismo.
Como compartí con ustedes durante 2013, y
continuaré durante este nuevo ciclo, a la hora de resolver dudas en
materia de alimentación y salud mi referente es la Dra. Paola
Harwicz. Hoy el tema en cuestión son
los frutos rojos! Moras, grosellas, arándanos, frutillas y frambuesas
son ricas en antioxidantes que protegen nuestras células. Las
antocianinas son los pigmentos que confieren el color rojo-azulado
típico de estas frutas del bosque que tanto disfrutamos degustar.
Un estudio observacional publicado en ‘The American Journal of
Clinical Nutrition’ analizó más de 150.000 individuos y evaluó la
relación entre el consumo habitual de diferentes clases de flavonoides y
el desarrollo de hipertensión arterial. Los autores, Cassidy y
colaboradores, en un seguimiento de 14 años destacaron que la ingesta
elevada de estos flavonoides – en especial de antocianinas – se asocia
de forma significativa con una reducción del 12% de riesgo de
desarrollar hipertensión arterial por su acción a nivel del endotelio
(capa interna de las arterias). Si bien es difícil conocer si la única
variable que intervino en el descenso de la presión arterial, es
necesario asociar el consumo de frutos rojos con un plan de actividad
física, la dieta baja en sodio y un estilo de vida saludable – destaca
Paola -. “La dificultad es valorar cuantos miligramos de estos
frutos debemos consumir para lograr el beneficio. ¡En un bowl de
grosellas o arándanos encontramos 500mg de antocianinas! Una copa de
arándanos u otros frutos rojos, aportan 8 gramos de fibra en un bowl, lo
que equivale a un tercio de la ingesta diaria recomendada importante
para reducir el colesterol y azúcar en sangre, y favorecer el tránsito
intestinal. Además, nos aporta Vitamina C y minerales como magnesio y
potasio”.
Sobre la Dra. Paola Harwicz: Médica egresada de la UBA y
Especialista en Cardiología y Nutrición, que se desempeña como Directora
de Nutrición en la Red.
Fuente: infobae.com
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