Al negocio del vino, en general, se lo suele relacionar con el glamour y la sofisticación. Y la venta de vinos fue uno de los rubros más prolíficos de esta industria.
Básicamente tres fueron las variables que potenciaron esta actividad.
En primer lugar, tras la crisis de 2001, conforme fue creciendo el número de bodegas en la Argentina, especialmente las del segmento boutique, comenzó a generarse una oferta de etiquetas muy variada y difícil de ser canalizada a través de supermercados.
En segundo lugar, influyó la fuerte suba que experimentó el consumo en general, que en los últimos años acompañó las "tasas chinas" de crecimiento de la economía en general.
Paralelamente, fue clave el mayor nivel de sofisticación que fueron experimentando los consumidores en general, que pasaron a exigirle a la industria vitivinícola mayor variedad de etiquetas y más asesoramiento.
Así las cosas, la vinoteca se había transformado en una suerte de negocio "redondo", dado que mezclaba glamour con buenos niveles de rentabilidad.
Sin embargo, conforme se fueron deteriorando algunas variables fundamentales de la economía, este rubro no pudo escapar de la realidad y hoy se enfrenta a un escenario, cuanto menos, delicado.
Según datos de la Cámara Argentina de Vinotecas y Afines (CAVA), en el último año unas 40 vinotecas repartidas en todo el país se vieron obligadas a cerrar sus puertas.
Así las cosas, en la actualidad quedan en pie unos 800 comerciales, el 50% de los cuales se ubican en la Ciudad de Buenos y el Conurbano.
De acuerdo a la entidad, el número de cierres implicó que se haya reducido en un 5% el número de vinotecas activas en el país.
Auge, gloria y caída
Uno de los principales problemas que deben enfrentar los comerciantes es la baja general del consumo.
Uno de los principales problemas que deben enfrentar los comerciantes es la baja general del consumo.
Según datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), entre enero y junio se registró una caída promedio del 3,4% en
relación al mismo período del año pasado, ratificando el fin de la
espiral de crecimiento en la que venía embarcado el consumo en los
últimos años.
El rubro alimentos y bebidas en los comercios pequeños, en tanto, a lo largo de cada mes registró caídas de entre el 0,5 y el 2,6%.
Paralelamente, influyó la creciente suba de costos, que pega de lleno en el comercio en general.
En diálogo con Vinos & Bodegas Constantino Bergiris, presidente de CAVA, aseguró que "el mayor inconveniente son los altos costos para los que deben renovar contrato de alquiler".
En la misma línea, Tamara Joanna Evans, propietaria de la vinoteca Alma Terra,
ubicada en Palermo, confirmó que "el negocio del vino se tornó difícil,
especialmente desde mediados del año pasado, fecha a partir de la cual
se notó una baja en la rentabilidad, sumado a la inflación, que pegó entre los consumidores".
El otro punto que preocupa a las vintecas en general, según Joannas Evans, es la baja en el turismo receptivo: "Los comercios que se manejaban con un gran porcentaje de extranjeros son las que más complicadas están porque ha habido una notable reducción en la llegada de turistas".
En efecto, según datos del INDEC, el arribo de pasajeros a los aeropuertos de Ezeiza y de Aeroparque se contrajo cerca de un 15% durante los primeros meses del año en comparación con el mismo período de 2012, en tanto que el nivel de gastos de los extranjeros en el país se redujo alrededor de un 20%,
lo que implicó un menor efecto derrame sobre comercios muy vinculados
con este tipo de turismo, como marroquinería y, por supuesto, vinotecas.
Una competencia encarnizada
Mientras que las vinotecas, en general, fueron ganando adeptos por la atención personalizada y por tener el énfasis especialmente puesto en el asesoramiento al cliente, en los últimos años fueron ganando terreno otros canales comerciales que, de la mano de menores precios, no hicieron más que quitarles volumen.
Mientras que las vinotecas, en general, fueron ganando adeptos por la atención personalizada y por tener el énfasis especialmente puesto en el asesoramiento al cliente, en los últimos años fueron ganando terreno otros canales comerciales que, de la mano de menores precios, no hicieron más que quitarles volumen.
En este sentido, Bergiris criticó la "venta que se realiza por Internet cuando no existe respaldo de un comercio a la calle".
El directivo aseguró que la mayor penetración del canal de venta
online, donde se pueden encontrar precios llamativamente bajos, "va en detrimento de nuestros comercios,
que somos los que mantenemos un lugar físico, con atención
personalizada y capacitada para atender satisfactoriamente a los
clientes".
Razones no le faltan a este sector para poner en el grito en el
cielo: a través de un sitio como Mercado Libre, en la actualidad hay
cerca de 6.900 publicaciones vinculadas con vinos.
Paralelamente, Bergiris señaló que muchos de los que promocionan
vinos a precios atractivos en la web, terminan recurriendo a maniobras
que también perjudican a los consumidores: "Muchas veces hay publicidad engañosa. Se ofrece un producto a bajo precio pero que en realidad no existe en stock y, al momento de la entrega, el cliente debe decidir por otro".
Por otra parte, el presidente de CAVA también señaló como responsables de la declinación del negocio de las vinotecas a las grande superficies, que regularmente lanzan agresivas acciones de promoción, como descuentos en la segunda unidad o una unidad gratis cada cuatro o cinco adquiridas.
"Los descuentos de los supermercados influyen negativamente. De hecho, nos vemos obligados a sacar de la venta aquellos productos publicados por estas empresas, porque no se respetan los precios sugeridos por las bodegas", disparó Bergiris.
De cara a los próximos meses, el directivo alertó que, de no haber cambios en el contexto, habrá más cierres de locales, al tiempo que se producirá una reconversión paulatina del negocio.
"La inflación limitará al consumidor a la hora de probar nuevas etiquetas, cuyo precio es mayor. Por eso prevemos que la rotación de productos será más escasa",
aseguró, para luego agregar que "las vinotecas estamos permanentemente
incorporando nuevas marcas y, como consecuencia de todo esto, esa
mercadería no tendrá salida y las ventas se limitarán únicamente al producto habitual de los consumidores, cuyo precio es medio o bajo".
A la hora de enumerar los errores más comunes por parte de los
emprendedores que ingresan al negocio y, por ende, son los más débiles
en la cadena y no cuentan con tanta espalda como para hacer frente al
temporal, Bergiris mencionó "la falta de capacitación para responder a las exigencias del rubro" y "el exceso de etiquetas que incorpora cada comercio. La inversión inicial es muy alta y hay que ser cuidadoso al momento de proveer el local".
En este contexto de creciente adversidad, Joannas Evans aseguró que "es crucial fidelizar clientes.
Nosotros lo hacemos a través de un amplio abanico de opciones: mediante
las catas semanales, ofreciendo servicio de delivery y también lanzando
interesantes promociones con descuentos".
Sin embargo, esta emprendedora aseguró que "lo más importante en este
rubro, y que es el diferencial que la vinoteca puede aportar, es el conocimiento y el asesoramiento", algo que, asegura, "en supermercados e Internet no se consiguen".
Por Juan Diego Wasilevsky - Editor Vinos & Bodegas iProfesional - vinosybodegas@iprofesional.com
Fuente: iprofesional.com
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