jueves, 9 de febrero de 2012

Las botellas de vinos de Argentina más extrañas

Desde botellas enfundadas en una pelota de pato hasta vinos que se añejan en un ladrillo de adobe. El envase es tan importante como su contenido y algunas bodegas tomaron debida cuenta. 13 ejemplos paradigmáticos.

Las bodegas hacen lo imposible para destacarse de su competencia y una forma de marcar la diferencia es mediante sus envases. En esta nota te mostramos las botellas, etiquetas y contra-etiquetas más raras y extravagantes: formatos distintos, materiales no tradicionales y hasta elementos externos que buscan llamar tu atención.

Tikal Locura
Como su nombre lo indica, esta fue una loca idea de Ernesto Catena, quien mandó enfundar dentro de una pelota de pato un litro y medio de un blend de tres uvas de regiones diferentes: Malbec del sur, Bonarda del este y Torrontés del norte. Un vino tan rico que los bebedores pugnarán para obtenerlo tal cual lo hacen los jugadores de nuestro deporte nacional. La botella cuesta 1.270 pesos.

Palo Domingo
Esta partida limitada de un vino de corte de la bodega Domingo Hermanos fue bautizado en homenaje a un importante familiar de los propietarios y lleva un vestuario acorde a la región: su envoltorio evoca a un poncho, con guardas típicas de Yacochuya,, región donde se produce este ejemplar. Un consejo: no revolearlo como la Sole. Cuesta $485 la cosecha 2003.

Catena Zapata Estiba Reservada
Corte de Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Petit Verdot y Malbec. Como no podía ser de otra manera, el vino más querido por la familia se viste de gala con una elegante funda de paño. Según Alejandro Vigil, enólogo en jefe de la bodega, a partir de los 10 años de guarda comienza su momento de esplendor. Precio: desde $750, dependiendo la añada. 

Cuyucha Mansa
A muchos nos gustaría tener una obra firmada por el pintor argentino Helmut Ditsch y, si bien no es una ganga, comparado con las naturalezas de este artista que han batido récords por su precio, éste está al alcance de nuestro bolsillo. El vino lleva su diseño y firma en la botella. Aunque poco tenga de los fríos ventisqueros que pinta, sí guarda la pasión. Se consigue a 70 pesos.

Siesta Adobe
También de Ernesto Catena, esta botella viene metida dentro de un ladrillo de adobe hecho de suelo mendocino, porque para asegurar la calidad de guarda de su vino, sus creadores pensaron en su tierra. El ladrillo funciona como cava individual para cada botella, tal como una casa de adobe protegía del frío y del calor a las familias de la región. Es cuestión de desgranar el bloque para después disfrutar del buen vino. 300 pesos.

Special Blend Del Fin del Mundo
Presenta en la etiqueta su triangular logo pero en metal, como una chapa identificatoria. Este blend de aroma y sabor frutal tiene un potencial de guarda de 10 años y es el vino mimado de la bodega. Su valor es de 150 pesos.

Luigi Bosca Gala
En esta ocasión, la distinción no se encuentra en la etiqueta sino en el corcho: se trata de una arandela metálica grabada con el nombre de la bodega. El agujero de la misma podría simular un blanco que invita a acertar el sacacorchos para lograr un descorche impecable. De $150 a $360, según la cepa y presentación. 

Primogénito
Un vino de Bodega Patritti que, en su pico, debajo de la cápsula, trae el novedoso “Cork Tester", para verificar su estado. Se trata de una bandita autoadhesiva que, al despegarla, permite seguir el estado del corcho a través del tiempo y en base al estado del mismo determinar el punto máximo de estiba. Se vende a $69 el Malbec y el Cabernet y a $79 el Merlot y el Pinot Noir.

Privado Jorge Rubio
La bodega de autor diferencia estos cuatro varietales de alta gama con una etiqueta hecha en cuero. Fue pionero en esta modalidad el Rodas escondido, que cubría casi la totalidad de la botella con un estuche de ese mismo material. En venta a 40 pesos.

Arte que encapsula
Marta Minujín se juntó con Ernesto Catena Vineyards para lanzar esta edición limitada de 100 botellas. Un blend de Malbec (60%), Cabernet Franc (20%), Petit Verdot (10% ) y Syrah (10%), especialmente seleccionado por el equipo de la bodega. El diseño estuvo a cargo de la artista argentina, quien numeró y firmó cada uno de los ejemplares. La idea es que uno deba decidir si quiere quedarse con la obra de Minujín, o bien romperla para beber el vino.
Don Valentín Lacrado
El clásico y legendario vino de Bodega Bianchi (que desde hace muchos años marcó la tendencia de adornar con elementos no convencionales los envases) no sería el Don Valentín Lacrado sino tuviera ese lacre identificando el logo de la bodega y un pequeño librito donde destaca sus virtudes. Cuesta 27 pesos.

San Felipe
El vino de la bodega La Rural, otro clásico de hace años, con su botella “caramañola” logra diferenciarse claramente, desde el vamos, con un envase distinto a lo común que se identifica a simple vista. Se consigue a 22 pesos.
Kripta
Para terminar, un internacional donde “la base no está”, podría decir –con sentido– el Bambino Veira. Se trata un cava español gran reserva envasado en un una botella ovalada cuya base es redonda, lo cual no permite pararla en la mesa. Buena forma de obligarnos a tenerla siempre en una frapera para lograr su temperatura ideal. A 730 pesos.
Fuente: Por Daniel Rosa/Planetajoy.com/

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Cascada Inacayal - Villa La Angostura - Patagonia Argentina