Después una reunión llevada a cabo esta semana, las delegaciones encabezadas por los secretarios de Industria argentino, Eduardo Bianchi, y brasilero, Alessandro Teixeira, concluyeron apenas con un comunicado que establece compromisos pero ninguna medida concreta para modificar el escenario del conflicto por la aplicación de licencias no automáticas (LNA) de importación.
El mayor compromiso alcanzado es que "avanzaron" en la "liberación gradual" de las LNA que aún están vigentes, según un comunicado del Ministerio de Industria que encabeza Débora Giorgi, pero no se especificó cuáles fueron tales avances.
También decidieron una próxima nueva reunión pero sin especificar cuándo ni dónde, como también la realización de encuentros mensuales de la Comisión de Monitoreo del Comercio Bilateral.
El resultado contrastó con la expectativa que había precedido el encuentro. Es que como señales de distensión, durante los últimos días ambos países habían dispuesto "vías rápidas" para permitir las exportaciones de productos que estaban paralizadas por la aplicación de LNA.
Así, desde el jueves pasado, Brasil autorizó el ingreso de unos 3.000 automóviles que estaban parados en la frontera desde hacía quince días por la aplicación de LNA. El sector automotriz exporta la mitad de su producción al principal socio del Mercosur y representa 25 por ciento del total de las ventas argentinas a ese país.
Mientras, Argentina permitió el ingreso de calzados, neumáticos y baterías, productos que habían sido alcanzados desde que en febrero pasado nuestro país amplió de 408 a 557 los productos industriales comprendidos dentro del régimen de LNA, una medida que es reconocida por la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Las medidas de distensión habían sido acordadas la semana pasada por la ministra Giorgi y su par brasileño Fernando Pimentel para intentar recrear un mejor clima antes del encuentro a nivel técnico y luego de un fuerte intercambio de posiciones que, a juzgar por los resultados de los últimos dos días, se mantuvo irreductible.
Durante el fin de semana, el principal asesor de asuntos internacionales del gobierno brasileño, Marco Aurelio García, hizo también su aporte a la distensión cuando negó que la presidenta Dilma Rousseff esté irritada y aseguró: "Evidentemente, no nos estaba gustando que ese mecanismo de licencias no automáticas estuviera incidiendo sobre los productos brasileños. Pero, globalmente, los productores brasileños sólo han ganado con Argentina".
El comercio con Brasil acumula un déficit de 22.300 millones de dólares desde 2004. Durante 2010, el intercambio rondó los 33 mil millones, con un saldo negativo para nuestro país de 4.000 millones de dólares.
En el cruce epistolar entre ambos ministros, Giorgi puntualizó a Pimentel el 12 de mayo pasado tanto los problemas coyunturales de trabas en el comercio bilateral como los "desequilibrios estructurales", que fueron llevados a la mesa de reunión técnica de estos días.
Entre los primeros, Giorgio precisó que el levantamiento de las trabas a la exportación de vinos, aceite de oliva y otros productos argentinos habrían permitido el ingreso de 7.000 millones de dólares.
Las cuestiones "estructurales", según el comunicado de ayer, se definirán en una "agenda de trabajo, con especial atención en los sectores sensibles y estratégicos de cada país".
También señaló el comunicado el compromiso destinado a "fortalecer acciones dirigidas a promover el desarrollo productivo integrado".
Fuente: Los Andes
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