Si bien el origen del manzano no se conoce ciertamente, es, sin dudas, un árbol histórico. Hay datos del cultivo del manzano, tanto en Babilonia como en Egipto por sus atributos medicinales, mientras que en el occidente, la Antigua Roma y la Antigua Grecia, el manzano se utilizaba directamente para la elaboración de bebidas.
En la actualidad se conocen cerca de siete mil variedades de manzanas en todo el planeta. Sin dudas una de las frutas más conocidas y consumidas. Por todas estas razones es que el manzano también es de los frutales más afamados, destacándose principalmente sus frutos.
Cómo cultivar el manzano
El cultivo del manzano se puede decir que es relativamente simple. Las mejores épocas para plantar el manzano radican en el período que va desde el otoño hasta la primavera, siendo el primero, el otoño, el momento ideal. El suelo donde se cultiva debe contar con ciertas virtudes, siendo necesario un suelo profundo y con buen drenaje.
El injerto y el acodo son las formas habituales de cultivo del manzano, por lo que el se puede realizar sin problemas tanto en el jardín como en el huerto. El manzano, habitualmente, es originario de climas templados, aunque se adapta sin mayores dificultades o diferentes condiciones. De hecho, tolera las temperaturas bajas, aunque, es preferible un entorno húmedo, para la maduración de las manzanas.
Igualmente, una importante constancia de heladas puede dificultar el crecimiento saludable de los frutos. Aconsejamos en riego frecuente, sobre todo cuando las flores estén en pleno crecimiento, además un buen abono en la tierra. Si cuenta con estas medidas, podrá disfrutar, a fines del verano, de unas deliciosas manzanas.
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