domingo, 30 de mayo de 2010

Cosmética gourmet



Productos a base de miel de abejas, uva, palta, mandarina, chocolate y hasta frutillas con champagne, logran hacer del cuidado personal un ritual para disfrutar con todos los sentidos

Esta crema hidratante es deliciosa!", dice una mujer. No es para menos: acaba de probar una crema hecha a base de tarta de limón. La belleza ya no es sólo para todas las pieles, sino también para todos los gustos. Frutilla, chocolate, arándano, romero, tomillo, azúcar, miel, leche, sésamo, granada... La lista y las combinaciones se amplían cada vez más, mientras la cosmética gourmet se consolida entre consumidoras deslumbradas por productos cuyos envases remedan los que podrían encontrarse en un negocio de delicatessen.

Desde siempre
En realidad, el uso de alimentos en cosmética es casi tan antiguo como la humanidad. Los baños de leche de cabra que habrían hecho de Cleopatra una de las reinas más bellas de la historia son un ejemplo. Tampoco es ­inusual que hoy se usen ingredientes de cocina en la cosmética casera: ¿quién no se ha colocado pepinos frescos o compresas de té para desinflamar los párpados?

Pero la cosmética gourmet va más lejos, creando productos sofisticados y naturales que compiten con los de alta tecnología. Hay que reconocerle a la firma francesa L´Occitane en Provence su rol de pionera, al aventurarse a expender en sus locales alimentos tales como aceite de oliva junto con productos cosméticos a base de sustancias alimenticias.

De aquella experiencia que destilaba glamorosa excentricidad a nuestros días mucha agua ha corrido. Hoy conviven pequeñas empresas nacionales dedicadas sólo a la cosmética gourmet junto con grandes marcas internacionales que abren líneas especiales o se acercan con decisión a la tendencia. Es el caso de la alemana Weleda, que, con un perfil más farmacéutico, desde hace años se destaca con productos de origen vegetal a base de romero, tomillo, sésamo, frutos rojos y la recién lanzada línea de granada. La brasileña Natura presentó una línea gourmet con productos compuestos por leche, azúcar y miel. De las nacionales, Deva´s emplea aceite de oliva en casi todos sus cosméticos, además de tomillo, tomate, zanahoria, almendras, naranjas y nuez. Ozona Patagonia apostó a la identidad regional, con champús, acondicionadores y jabones con rosa mosqueta, uva, frambuesa, frutilla, cereza, arándano y chocolate. La carta de la rosarina La Pasionaria es tal vez la más original, con cremas de frutilla y champagne, hidratantes con mousse de limón y hasta jabones con vino, con packaging que parece salido de la despensa de una abuela muy coqueta.

Los más usados
Las sustancias activas de los alimentos tienen propiedades dermatológicas, beneficiosas para el cuidado de la piel. Aquí, algunas de las vedettes de la cosmética gourmet, y sus propiedades de acuerdo con los laboratorios que las utilizan.

Uvas (y vino): son ricas en polifenoles y antioxidantes que protegen la piel de la agresión del ambiente y del humo. La denominada ampeloterapia incluye varios tratamientos que combinan envolturas, masajes, baños, catas de vino y aromas.
Cacao/chocolate: su aroma tiene propiedades energizantes. El cacao, por su alto contenido de antioxidantes, arremete contra los radicales libres. El que se usa para tratamientos corporales lleva cacao 100%, y es excesivamente amargo.
Granada: es el fruto del momento. Un gran antioxidante con alta concentración de ácido púnico, que no se encuentra en otras frutas. Regeneradora dérmica, eficaz en pieles maduras.
Frutos rojos: arándanos, frutillas y frambuesas son antiage por sus propiedades antioxidantes y su contenido de vitamina C.
Miel: calmante, nutritiva y humectante, mantiene la piel hidratada y suave. Energizante.
Leche: deliciosa y avainillada, rica en emolientes y vitaminas, da tersura a todo tipo de pieles y provoca "tranquilidad dérmica".
Azúcar: es un eficaz exfoliante, dada su textura granulosa. Es buena contra la celulitis.
Coco: su aceite es tonificante, reestructurante y estimulante. Logra una profunda limpieza de la piel, protegiéndola de los efectos del ambiente.
Aceite de oliva: aporta vitaminas y ácidos grasos esenciales que nutren la piel en profundidad. Otorga elasticidad.
Romero: estimulante cutáneo, cicatrizante, desinfectante y antirreumático. Su aceite esencial, de uso externo, es antiséptico, analgésico, antiparasitario y estimulante del cuero cabelludo.
Menta: originaria del Asia menor, era utilizada en la antigüedad por sus propiedades tonificantes y vivificantes de la piel. Buena para baños energizantes.
Cítricos: poseen un efecto astringente, antiséptico, antibacteriano, refrescante y tonificante. La vitamina C opera como antioxidante.
Sésamo: estimula el bronceado natural y actúa como filtro solar. Su acción tonificante lo hace ideal para la flacidez.
Almendra: su aceite suave mantiene la piel flexible. No es tan estimulante y por eso es tolerado por la mayoría de las pieles. Muy emoliente, posee ácidos grasos, complejo B y vitamina E.
Rosa Mosqueta: tiene una alta concentración de vitamina C, además de vitaminas A, E, B1 y B2, con excepcionales propiedades regenerativas y cicatrizantes.
Germen de trigo: por su alto contenido en vitamina E y lecitina, está indicado para el cuidado intensivo de pieles dañadas. Mantiene el tejido conjuntivo sano y mejora el aspecto de la piel.
Zanahoria: se usa para el cuidado de pieles secas, quebradizas y sensibles. Impulsa la regeneración cutánea. Muy rica en betacarotenos.

¿Placer o resultados?
Pero ¿cuánto hay de moda y cuánto de efectos terapéuticos reales en esta tendencia? Para la doctora Adriana Raimondi, de la Sociedad Argentina de Dermatología, "no podemos negar que es una moda, inscripta dentro del concepto de vida sana que el refinamiento del consumo ha consolidado".

Esto no quita que posean "un efecto terapéutico real", que depende de dos variables: la concentración de un ingrediente y su posibilidad de ser absorbido por la piel. Así, "los antioxidantes de las frutas pueden absorberse por vía tópica, al igual que los ácidos grasos (palta, oliva, almendra), que tienen un buen factor de humectación, especialmente en los postsolares, y son ricos en vitamina E".

Por otra parte, "cuanto más natural es un producto menos reacciones adversas provoca", dice Raimondi. Sin embargo, la Argentina aún no cuenta con certificaciones para la cosmética "orgánica" (sí la poseen algunas líneas extranjeras, como la alemana Weleda, que garantiza que los productos sólo contengan extractos vegetales, sin conservantes ni perfumes sintéticos).

Por último, "los productos de la cosmética gourmet dan una sensación de bienestar por múltiples vías, especialmente el olfato, que estimula la producción de endorfinas y da un plus de bienestar. En el caso del chocolate, al ser rico en polifenoles, reduce la inflamación de los vasos sanguíneos y mejora la circulación -sostiene la Dra. Raimondi-. Sus semillas son ricas en xantina y teobromina, excelentes oxigenadores de los tejidos. Si a eso le sumamos el agradable e intenso aroma que inhalamos cuando usamos estos productos, el efecto benéfico sí es mayor, y se ve en la piel, que se distiende y recupera tersura".

Como sea, no cabe duda de que la cosmética gourmet es una forma estupenda de verse y sentirse bien. No es casual que los hoteles de lujo, los spas premium y los centros de belleza de alta gama sean los que más buscan y ofrecen estos productos a sus clientes exigentes.

Dulce empresa
Muchos son los argentinos que encontraron en la cosmética gourmet una vía hacia la empresa propia, exportable y promisoria (en los últimos dos años, la demanda de sustancias naturales ha crecido 150%). Así, Mario Gerosa y su mujer, Carina Cavazza, fundaron en 2003 La Pasionaria, en Rosario, con sólo $ 20.000. Hoy tienen franquicias. Otro caso es el de Ozona Patagonia, creada por Ricardo Grinszpun, en 2005, en Bariloche, como un microemprendimiento con una inversión inicial de $ 50.000; este año, facturarán 1 millón.
Fuente: lanacion.com

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Cascada Inacayal - Villa La Angostura - Patagonia Argentina