miércoles, 11 de septiembre de 2013

"Argentina deberá luchar por mantener su espacio ya que se viene una avalancha de vinos importados a Colombia"

Jean Louis de Bedout, de la distribuidora Licorela de Colombia

Para el distribuidor, el país se enfrenta a un escenario complicado luego del acuerdo de libre comercio que logró este mercado con la Unión Europea. Jean Louis de Bedout estuvo en Mendoza, junto a una comitiva de compradores latinoamericanos traídos por Wines of Argentina. 

El grupo de distribuidores de diversas partes de Latinoamérica, estuvieron en Mendoza y San Juan, participando de rondas de negocios, recorriendo diversas bodegas y degustando vinos de toda Argentina. Los compradores fueron traídos por Wines of Argentina con el objetivo de que conozcan más de cerca el país, sus productos, viñedos y hacedores de vinos. 

En esta oportunidad, es que hablamos con Jean Louis de Bedout, de la distribuidora Licorela de Colombia, quien trabaja con productos de más de 15 países, los cuales se distribuyen por todo el territorio nacional.

¿Cuál ha sido su visión de los vinos argentinos en este viaje?

Lo que me ha sorprendido es el auge de bodegas que han surgido en Argentina en el último tiempo con una apuesta muy grande hacia la calidad y no tanto hacia el volumen. Los establecimientos que tuvimos la oportunidad de recorrer en esta visita por lo general han sido más pequeños, con propuestas de calidad en toda la cadena de producción del vino; y esto ha hecho cambiar la visión que tenía sobre los productos argentinos tiempo atrás. 

A Colombia siempre llegan los productos de grandes bodegas, que por lo general no se los reconoce por la calidad de los vinos, ya que desembarcan en este mercado en busca de hacer volumen. Ahora, lo que veo es que Argentina está planteando otro esquema de negocio, con una evolución natural, donde ya hay otra referencia a nivel de calidad y nivel de precios de los vinos.

Siempre me sorprendió como Argentina ha preponderado la producción de vinos destacando el nivel de frutas en relación a la madera, y este concepto que atrae mucho a los consumidores ha continuado su camino, pero ahora enfocado más en la calidad.

Y, ¿cuáles han sido las variedades que más le han sorprendido?

Me llamó mucho la atención, la calidad y desarrollo del cabernet franc y el viognier. En el caso de esta última variedad, encontré vinos blancos muy interesantes, los cuales maridan muy bien con los platos de pescados, que abundan en Colombia.

El consumidor colombiano, especialmente el tradicional, no el neófito, está esperando una oferta diferente de vinos argentinos, ya que se cansó del tradicional malbec. En este sentido, es que veo una oportunidad muy grande de crecer en lo que respecta a blends y bonardas. De esta última cepa, totalmente desconocida en Colombia, he probado excelentes ejemplares que pueden encantar a los colombianos.

El problema en el mercado de exportación, a mi entender, es que Argentina se ha focalizado demasiado en posicionar su malbec, y se ha olvidado de las otras variedades. Por lo que creo que ahora es el momento de abrir más el abanico, ya que hay oportunidades para otras variedades, ya que creo que el consumidor está preparado a probar cosas nuevas que lo sorprendan.

¿Cuál es el comportamiento del consumidor colombiano en relación a los vinos argentinos?

Hay dos grandes segmentos de consumidores. Uno de ellos es el conocedor que es una minoría, y luego están los neófitos en el tema, que son el gran porcentaje. En este sentido, lo que creo es que Argentina tiene propuestas de vinos que pueden llegar a estos dos segmentos de consumidores, y esto ha sido parte del éxito que han logrado en el mercado colombiano.

Al neófito le ofrece una oferta de vinos fáciles de tomar, donde es evidente la preponderancia de cepas como el malbec y el torrontés, este último como fenómeno más reciente. En este sentido, lo que creo es que Colombia ha ido en línea con el objetivo de Argentina en posicionar estas dos variedades. 

Mientras que para el segundo segmento de consumidores, Argentina empieza a brindarle una gama de productos muy interesantes, vinos más complejos, estructurados, evolucionados, vinos que se hacen de viñedos con producciones más limitadas, cuidando la calidad de la parcela, de uvas más antiguas, y por lo tanto concentran más los sabores.

De este modo, es que logra ser muy competitiva en un mercado que de a poco se está abriendo al mundo. Desde ahora, Argentina deberá luchar por mantener su espacio ganado ya que se viene una avalancha de vinos importados a Colombia. Por lo que deberá competir, no sólo contra Chile (el principal competidor de Argentina), sino también con vinos europeos. Esto se debe, a que luego del acuerdo de libre comercio que logró Colombia con la Unión Europea, comenzarán a llegar productos de muy buena calidad y a precios altamente competitivos.   

Ante esta situación, ¿qué es lo que para usted deberá hacer Argentina?

Uno de los factores que más ha incidido para que el país no se desarrolle con la fuerza que necesita ha sido la situación económica. Nosotros como distribuidores hemos tenido complicaciones con algunas bodegas, en los últimos años, quienes nos han subido los precios en dólares cercano al 30%-40%, cuando los vecinos de Chile no lo han hecho y cuando al contrario los otros mercados han bajado sus precios. Por lo que la realidad es que la situación coyuntural de Argentina limita la evolución en Colombia.

Y esta situación llega en un muy mal momento, porque es justo en una avalancha de vinos europeos, que van a buscar posicionarse en el mercado a precios competitivos y con calidades muy buenas, y las bodegas argentinas no van a tener forma de reaccionar a este panorama que van a tener que atravesar. 

De este modo, sino hay un correctivo, creo que Argentina va a empezar a perder posiciones en todos los mercados de exportación. 

Fuente: Area del Vino

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