martes, 10 de septiembre de 2013

Fruta, frescura y elegancia: el sello de las nuevas añadas de la bodega DiamAndes

No son muchas las bodegas que pueden darse el lujo de tener un estilo definido y, al mismo tiempo, ser un proyecto joven y con pocas "horas de vuelo" en el mercado.

Este es el caso de DiamAndes, una bodega con alma mendocina y espíritu francés emplazada dentro de Clos de Los Siete y que inauguró sus instalaciones hace apenas tres años, previa inversión de u$s25 millones.

El proyecto pertenece a la familia Bonnie, que actualmente es dueña de los Château Malartic-Lagraviere y Gazin Rocquencourt. Sin embargo, y pese a esta clara y enorme experiencia en el Viejo Mundo, es meritoria la velocidad con la cual supieron interpretar las claves del terroir de Valle de Uco y su potencial. Y así, una vez trazado el objetivo, fueron tras él.

El resultado está a la vista: un portfolio sólido, con un concepto claro y fácil de apreciar sensorialmente.

Es que el sello de DiamAndes no se queda en lo discursivo: se puede palpar y, recorriendo toda su línea, se percibe la solidez que aporta ese concepto.

Días atrás, Vinos & Bodegas participó de un almuerzo en el que se pudieron degustar las nuevas añadas, y durante el cual se pudo comprobar la existencia de tres ejes clave sobre los cuales se mueven las etiquetas de la bodega: la fruta, se utilice o no madera; la frescura, como clara herencia del terruño, y la elegancia, como sello del "ADN" francés.

A esto se suma un dato no menor: la política de precios, con valores que ajustan claramente por debajo de la inflación o, directamente, que no sufrieron variaciones en más de un año, lo que permite encontrar varios best value en el portfolio, es decir, ejemplares que ofrecen más que lo que cuestan.

Durante el almuerzo se pudo degustar la añada 2012 de L`Argentin de Malartic Rosé, un rosado de Malbec que llega a un atractivo precio sugerido de $47.
No es de esos rosados fragantes y estridentes en nariz. Es más bien elegante, con una paleta de fruta roja entre fresca y madura y toques florales. En boca se muestra bien balanceado, con una interesante untuosidad que se va disolviendo en una marcada acidez. Esto lo vuelve fresco pero sin quitarle esa elegancia percibida al comienzo. Cierra con una larga persistencia y un buen recuerdo frutado.

Sobre esta etiqueta, el enólogo de DiamAndes, Silvio Alberto, detalló que se elaboró bajo la técnica de sangrado. Sin embargo, recalcó que "tratamos de revalorizar este concepto. En general, se lo considera como el sobrante de algo, pero para nosotros este rosado es un vino clave, de los más caros y difíciles de producir. Además, la base de la que partimos son las uvas del Gran Reserva y la sangría está realmente bien estudiada, para que nos brinde un vino de alta calidad, complejo y con estructura".

Posteriormente, fue el turno de DiamAndes de Uco Viognier 2012, un blanco que llega al mercado con un precio sugerido de $95.
Se trata de un Viognier marcado a fuego por una aromática de alto impacto, con mucha fruta blanca y una nítida punta mineral. En segundo plano ofrece una nota láctica y toques de vainilla, esto último propio de su fermentación en barricas y por su paso por roble de primer y segundo uso. En boca premia con un dejo cremoso, una untuosidad no tan fácil de encontrar en esta variedad. Sin embargo, como es el sello distintivo de los vinos de esta bodega, la buena acidez le imprime el característico equilibrio y esa linda cuota de frescura. Cierra con un largo final.

Sobre este vino en particular, Alberto destacó que "ha sido una sensación y logró que seamos reconocidos como productores de Viognier de alta calidad en el mercado nacional e internacional".

Luego, fue el turno de otro blanco de alta gama: DiamAndes de Uco Chardonnay 2012, el cual también tiene un precio sugerido de $95.
Cuando se suele hablar de Chardonnay, hay dos estilos diferenciados: están los "frescos" y los "tropicales". 

Sin embargo, con este vino, DiamAndes logra que el límite quede difuso, básicamente porque logra conservar la frescura que muchos Chardo de alta gama pierden por la crianza y el tiempo de cosecha, pero sin resignar un toque de esa "tropicalidad". Su nariz, entonces, premia con notas de durazno y maracuyá, pero también de manzana verde, que le imprime una leve dosis cítrica. La madera, pese a su largo paso por barricas, está integradísima, aportando un touch tostado que da complejidad. En boca reaparece el sello DiamAndes: equilibrio, paso levemente untuoso, acidez intacta que despierta las papilas y un medio de boca con aromática intensa.

Lo interesante es darle tiempo en copa: ganará en complejidad y no se transformará en esos Chardonnay que, con la oxidación, ganan notas intensas de banana sobremadura, que pueden resultar un poco empalagosas. La elegancia, como quedó dicho, persistirá.

Alberto destacó que "nuestra filosofía en los blancos es conservar las características del terroir, lograr una acidez equilibrada y que cuando se lleve a la nariz, prevalezca la fruta. Todo esto habla del gran potencial de la uva de Uco".

Posteriormente, fue el turno de uno de los vinos tintos más comentados del año: DiamAndina 2010, el cual, para los mercados externos fue bautizado como "Perlita".
Y realmente lo es: por unos $49 se puede acceder a un un vino de excelente factura, de estilo elegante, con una paleta dominada por notas frutadas, pimienta negra y café. En boca arranca caudaloso, con un andar jugoso. Pero no es de esos Malbec dulzones y simples. Es concentrado, con volumen y aromática especiada de alto impacto, con taninos bien perfilados que le dan una textura agradable al paladar.

"Con el DiamAndina apuntamos a lograr elegancia, mostrar la fruta del Valle de Uco y su frescura. Que sea un vino ágil, fácil de tomar. Sacar al mercado un vino de este tipo y a ese precio es sin dudas un gran esfuerzo", completó Alberto.

Subiendo en el portfolio, llegó el turno de DiamAndes de Uco Malbec 2010, a un precio sugerido de $95.
Se trata de un vino elaborado con un 90% de Malbec y toques de Petit Verdot y Cabernet Sauvignon y que registra un paso de 12 meses por barrica de roble.

¿El resultado? Un tinto de factura elegante, con una paleta de notas de fruta roja y negra maduras, toques florales y pimienta negra. Su crianza suma notas de cuero y ahumados. Al paladar hay jugosidad y concentración, apoyado en una acidez que, sin ser mordiente, de da brío y frescura. Largo final de gran regusto frutado.

Para este vino, el enólogo detalló que "buscábamos lograr un vino de mayor concentración y complejidad en nariz, pero siempre manteniendo la frescura".

Hacia el final se degustó DiamAndes Gran Reserva 2010, un blend elaborado en base a un 75% de Malbec y un 25% de Cabernet Sauvignon, que se encuentra disponible en el mercado a $165.
Este ejemplar mantiene los lineamientos de la anterior añada: notas de mermeladas rojas y negras bien al frente, fondo especiado y toques leves de mentol. Su crianza, de 22 meses es barricas de roble de primer y segundo uso, aporta ahumados y chocolate.

Al paladar es un vino full bodied, graso, con buen peso, pero con una acidez que le da brío y mucho equilibrio. Los taninos dulzones y excelentemente trabajados a lo largo de sus tres años, ofrecen un andar elegante, sedoso y redondo. Difícil encontrar un vino con esta materia prima, este cuidado y tiempo, por poco más de $150.

De cara al futuro, Alberto adelantó que están planeando lanzar un tinto "gran top" que estaría elaborado con Malbec, Cabernet Sauvignon y Petit Verdot. Además de un Chardonnay de más alta gama, más complejo y con más madera. Pero para esto habrá que esperar, como mínimo, hasta el 2015. Por ahora, a disfrutar de las nuevas añadas. 

Por Juan Diego Wasilevsky - Editor Vinos & Bodegas iProfesional - vinosybodegas@iprofesional.com

Fuente: iprofesional.com

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