martes, 9 de julio de 2013

Diferenciar las zonas vitivinícolas, tarea que impone la nueva ley

La ley que consagra al vino como Bebida Nacional argentina es un logro de todos, y todos aplauden el hecho de que el vino sea reconocido como un alimento que pueda integrarse a la dieta de los argentinos y no limitarlo a una simple bebida. A partir del hecho consumado, se abren interrogantes acerca de cómo y cuándo se verán sus resultados para toda la vitivinicultura argentina.

Como suele decirse, las respuestas sólo las dará el tiempo. Y mientras aún se festeja, la satisfacción inicial le deja un lugar a las consignas que la norma dicta, y algunas discusiones por cerrar. Entre los primeros pasos que la industria debe dar con la ley en la mano está el estudio de microrregiones, zonas y subzonas que coordina la Comisión Técnica de Coviar.

Una alternativa a futuro (los primeros resultados llevarían no menos de 1 año) a fin de diferenciar la oferta de vinos argentinos en un mundo de dura competencia, por los múltiples orígenes que se mezclan en un océano de marcas, pero sobre todo una herramienta para aportar más información a los inversores.

Mientras tanto, pese a que la ley le da carácter obligatorio, el uso del isologotipo es una polémica encendida con el decreto presidencial firmado en 2010 y que la ley no alcanza a apagar.

"Nuestros asociados representan un 80% del vino fraccionado que se vende en el país, y casi el 90% del que se exporta. No queremos un voto calificado en este tema, pero es necesario encontrar una salida satisfactoria, porque ellos nos plantean su inquietud acerca de no saturar de información en la etiqueta a los consumidores en los distintos países a donde llega el vino argentino", analizó Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina.

Que sea el isologo conocido o una leyenda equivalente (incluso la tecnología permitiría el uso de código QR) será tarea a resolver por el Instituto Nacional de Vitivinicultura.

Fuente: http://www.losandes.com.ar/notas/2013/7/7/diferenciar-zonas-vitivinicolas-tarea-impone-nueva-724893.asp 

Un nuevo mapa

Mientras el Fondo Vitivinícola define un nuevo estudio econométrico en busca de información nueva del mercado, a partir de "un diagnóstico efectivo sobre lo que las empresas quieren preguntarle al consumidor" a partir de ejes como la refrescancia en vinos tintos, los gustos en el segmento etario de 25 y 35 años y la innovación en envases (por caso, la botella de 375 cc), Coviar e INTA deben sentarse en las próximas semanas a definir presupuesto y fuentes de financiamiento para un trabajo ambicioso que también contempla la ley: un análisis profundo que identifique las zonas y subzonas vitivinícolas argentinas.

Los dos objetivos de fondo son, a futuro, lograr diferenciar competitivamente los vinos según las particularidades de la zona de la que provienen, y proporcionar al inversor información suficiente para que "analice qué le conviene y tome la decisión adecuada".

Cafayate (Salta), Tinogasta (Catamarca), Chilecito (La Rioja), Tulum, Ullum, Zonda y Calingasta (San Juan), los oasis Norte, Este, Valle de Uco y Sur (Mendoza), San Patricio del Chañar (Neuquén) y el Alto Valle del Río Negro, son las regiones a caracterizar. Por la experiencia de tareas realizadas con recursos propios en algunas zonas como Tupungato y Calingasta, desde INTA calculan que un estudio de este tipo requiere un presupuesto de alrededor de $ 1 millón.

Según el presidente de la Comisión Técnica y titular del INTA Mendoza, Carlos Parera, "ya se está avanzando, pero es un trabajo complejo caracterizar geomorfológicamente los diferentes ambientes vitivinícolas, porque no se pretende llegar a una Denominación de Origen sino identificar características de clima, alternancias de temperatura y perfil de suelos. Por caso, el suelo del Alto Valle de Uco, como Gualtallary, es muy distinto al del Bajo".

Por el momento, la tarea está en fase de muestreo de suelos, con la complejidad que implican las diferencias edafológicas dentro de una misma zona. El 6 de agosto la Comisión empezará a diagramar su trabajo.

Mientras se avanza con el Valle de Uco y San Rafael, los responsables proyectan que la zona Este seguirá en la lista en 2014. Pero el avance dependerá, lógicamente, de los fondos disponibles. "Ahora, con la ley, va a ser más fácil conseguir fondos. Si los hay, al cabo de unos 5 años en promedio ya se podría disponer de la planimetría de cada región", resume Parera. 

Fuente: Area del Vino

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