lunes, 9 de noviembre de 2009

"El mejor vino puede ser el de la próxima cosecha"


Un delicado equilibrio entre ciencia y arte es lo que caracteriza al trabajo del enólogo, de acuerdo con Pablo Cúneo, especialista de la bodega mendocina Ruca Malen. Y ese lado artístico del trabajo de elaborar un vino se expresa con mayor intensidad en el momento de definir cómo se hace el "coupage" o corte.

¿Cómo empezaste tu carrera en el mundo del vino?

Soy enólogo, nací y estudié en Mendoza. Si bien tenía inclinación por Veterinaria, finalmente seguí Agronomía. A diferencia de Buenos Aires, donde el tema ganadería es clave en la carrera, en Mendoza está más orientada al estudio de la fruta, la uva, como es lógico.

Comencé a trabajar en Chandon en 1997, donde me capacité y aprendí enología, siempre del lado de la bodega. Luego me volqué un poco más al viñedo, que es el lugar donde intelectualmente se hace el vino (la bodega es la herramienta que te permite desarrollar todo el potencial de la uva), como una especie de nexo entre ambos. En 2006 pasé a Ruca Malen.

¿Qué estás haciendo en Ruca Malen? ¿Cuán técnico es tu trabajo?

En Ruca Malen, junto con mi equipo tengo el control de la producción de la bodega, del viñedo, del diseño del producto, de la degustación, de los cortes, etcétera.

En realidad se da una mezcla en la justa medida entre ciencia, que a mí me gusta mucho, y arte. El arte se da desde el momento en que tenés que utilizar tus sentidos para clasificar, medir, controlar, decidir, dentro de un proceso que es puramente científico. La naturaleza también tiene un papel clave, porque la calidad de la uva depende de factores climáticos que escapan a tu control. En todo este procedimiento es necesaria una cierta sensibilidad. Y esta sensibilidad llega a su máxima expresión en el momento del corte, donde el enólogo expresa su costado más artístico.

¿Qué otras particularidades tiene el trabajo?

Ruca Malén es una bodega familiar. La filosofía que motoriza a Jean-Pierre Thibaud, socio de Ruca Malén y ex Presidente de Chandon, es la calidad, el compromiso y la búsqueda de personalidad en todo lo que se hace. Y esta filosofía te obliga a una superación permanente, porque nosotros decimos que el mejor vino puede ser el de la próxima cosecha. Actualmente tenemos 4 líneas: el Yauquén, el Ruca Malén, el Kinién y el Kinién "Don Raúl", que es el último vino en el que trabajó Raúl de la Mota (N de R: uno de los más grandes enólogos argentinos, fallecido recientemente), un vino de corte complejo y elegante, características propias de los vinos de la línea Kinién que es, en cierta forma, su obra póstuma.

Fuente: lanacion.com

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