martes, 11 de junio de 2013

Qué vino regalarle a cada tipo de padre

Padres amigos, cuidas, exigentes, el que se las sabe todas. Cuál es el tipo de padre y qué vino obsequiarle.

Regalar un vino es regalar mucho más que una botella. Porque la marca, las circunstancias y también la persona que lo recibe maridan de alguna extraña forma. Y así como todo el mundo sabe que las caras de los perros se parecen a las de sus dueños, el vino que se le regale a un padre tiene que tener algo suyo, sea una buena alegoría, un guiño o una chistosa parodia.
Para eso elegimos algunos modelos de padres a los que regalarle una botella muy especial. Cada una por motivos diferentes, claro. Todos son vinos excelentes a la hora de las copas, igual que los padres que listamos a continuación:

Padre cuida.
Las hijas lo aman y sufren por igual. Les halaga que las cuide, pero odian que les marque los horarios de salida y entrada a casa y que interrogue a sus amigos y novios como si fuera un agente de la SIDE. Con mucho cariño, en su día y de la mano del novio, conviene llevarle una botella de un rico blend -no va a ser fácil de encontrar, pero hay que rastrear en vinotecas- y, pura sonrisas y caiditas de ojos, le entregan su obsequio: Bo-Bó Gran Corte 2009 ($250). Se dará cuenta enseguida del yeite y tendrán un tiempo de paz.

Padre exigente. Es el típico hombre que con tono sereno y sin perder el hilo de la conversación felicita al hijo porque se recibió en tiempo y forma, pero le hace notar que el promedio no era el que se esperaba de él. El mismo que de chico le aplaudía haber hecho dos goles, pero le recordaba que de no haber pateado mal serían tres. En fin: el padre que siempre le pidió una vuelta más de rosca al hijo. Para él, hay un vino especial. Un Malbec rico y jugoso, que se le puede obsequiar con una amplia sonrisa de reclamo: Punto Final Malbec 2010 ($72), y que ni se le ocurra chistar.

Padre pendeviejo. Si un padre le copia las zapatillas a su hijo, le usa la campera y le charla a las amigas cuando van a casa, llegó la hora de decirle que debe madurar y crecer como el adulto que es. Nada mejor que hacerlo en su día. Eso sí, conviene subrayar el efecto con una botella de Ciclos Malbec 2010 ($93), un expresivo y gustoso tinto de Cafayate cuya marca se alude, precisamente, a los cambios.

Padre que se las sabe todas.
Este tipo abunda. Porque es esencial para un padre decirle al hijo qué tiene que hacer. Sucede que cuando los chicos crecen el efecto se aplaca. Pero si el tipo no cesa de darle indicaciones, del "yo a tu edad tenía auto y casa", regálele una buena botella de espumante rosado, fresco y fragante, para brindar por la independencia, no sin un guiño irónico: Rosa de los Vientos ($112).

Padre loco. De todos los padres posibles es el más difícil de tratar. Porque un día dice que sí a una cosa y al día siguiente no. Cualquiera que haya tenido un padre así sabe lo que es padecer. Con los años se acepta que el tipo es así de loco nomás, y se aprende a quererlo. Si se está en ese período, reconcíliese el 16 de junio y firme al armisticio con Paz Cabernet Sauvignon-Cabernet Franc 2009 ($90), un gran tinto potente y delicioso originario de San Juan.

Padre amigo. Para el hijo fue una tortura durante la adolescencia porque lo avergonzaba el hecho de que su padre quisiera participar de los encuentros con sus amigos. Pero ahora que se superó esa instancia y comparten otras, les parece de lo más corriente. Y el padre disfruta de hacerse amigos de los amigos del hijo y de poder ocupar ese espacio en asados y sobremesas de quincho. Para él, nada mejor que una botella de Encuentro Cabernet Sauvignon 2009 ($150), aromático, con una boca potente y jugosa.

Padre bohemio. Si hay algo que tiene nuestro tiempo es que se puede ser hijo de un padre bohemio. Alguien que en los setenta quiso tocar la guitarra todo el día y que la gente se enamore de su voz. Y aunque hizo falta esperar mucho para que se compusiera el verso, él no tuvo reparos en ejercerlo desde el comienzo. Si este es el caso, conviene que regalarle Sol-Fa-Sol Malbec 2009 ($70), un rico ejemplar del Valle de Uco, con boca potente y aire musical.

Padre modelo. Primero fue superman, después un papá ejemplar y al final un modelo en el que basar la vida. ¿Abogado? El hijo se hizo abogado. ¿Le gusta el tenis? Juga al tenis. Y ya de joven le convidaba ricos vinos de los que ligaba en el estudio. Es hora de que el hijo le lleven un nuevo vino, de un nuevo enólogo hijo de enólogo. Se llama The apple doesnt fall apart from the tree Malbec 2011 ($150). Si no se entiende el homenaje, se lo explica: el nombre del vino es algo así como "de tal palo tal astilla" en inglés. Búsquelo en vinotecas.

Padre chinchudo. Nunca está claro cómo un padre llega a ser un tipo chinchudo, de los que les pica la ira por cualquier cosa. Si el hijo sube el volumen, si llega tarde, si justo ese día no tiene ganas de café, le tira la bronca enseguida. Para este tipo de padre (que también abunda) hay un excelente blend, de buen cuerpo y complejidad: el recién lanzado Dieter Meyer Malo 2010 ($220). Y a reírse del chiste bebiendo una copa, que afloja chinchudez.

Padre baboso. Uno se cuenta que el padre es así porque tiene al hijo en el pedestal y a todo el mundo le cuenta sus pequeños logros como si se tratara de medallas olímpicas. Y el hijo sabe mejor que nadie que está lejos de la fantasía paterna. Sin embargo, puede celebrar el orgullo del "viejo" con Quimera 2010 ($260), el tinto potente y fragante de Achával Ferrer.

Fuente: http://www.lmneuquen.com.ar/noticias/2013/6/9/que-vino-regalarle-a-cada-tipo-de-padre_189921 

Fuente: Area del Vino

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