
Para evitar esto yo sigo un truco que me dió la dueña del puesto de pescado donde voy a comprar los sabados.
Al llegar a casa después de la compra, lavar muy bien el perejil,
secarlo con papel de cocina y picarlo encima de una tabla de madera.
Poner el perejil picado en un tupperware o en una bolsa de plástico para
congelar, y meter esto en el congelador. Luego se va utilizando cada
vez que se necesite, directamente de la bolsa o tupperware. No hace
falta descongelar, porque al ser trocitos tan pequeños, se descongela
solo en cuestión de segundos. Conserva todo su sabor, y se puede
utilizar tanto para cocinar como en ensaladas.
Fuente: mis-recetas.org
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