martes, 4 de octubre de 2011

Nuestro organismo no sabe sobrevivir a nuestro estilo de vida

Nos estamos auto-enfermando. El proceso de civilización ha cambiado el estilo de vida vertiginosamente y lo sigue haciendo a pasos agigantados. No obstante, el ser humano como ente fisiológico sigue siendo el mismo que hace 200.000 años.

Nos hemos autodenominado “animales racionales” y pensamos que nos hemos diferenciado por completo del reino animal, pero nada más lejos de la realidad. Nuestra fisiología corporal es idéntica a la de nuestros antepasados. Esto supone un grave problema ya que los patrones que rigen nuestra fisiología chocan de forma agresiva con el estilo de vida y la conducta de las personas del siglo XXI.

Nuestra fisiología no ha cambiado pero las personas sí

Aunque afortunadamente la medicina avanza vertiginosamente y está ahí para paliar al enfermo, esta forma de ser del hombre moderno le conduce inevitablemente a la enfermedad. Y esto ocurre cada vez más y más. El gasto energético en la era moderna ha ido decreciendo y sigue ocurriendo a medida que la tecnología y los avances nos facilitan la vida.

Una persona de nuestros días tiene un gasto de 500 kcal menos que hace cincuenta o sesenta años. Este número aumenta si volvemos más atrás en el tiempo cuando aún éramos nómadas y nos pasábamos todo el día moviéndonos de un lugar hacia otro.

Un claro ejemplo es la aparición de ciertas enfermedades como la gran epidemia del siglo XXI, la obesidad, provocada principalmente por una conducta inadecuada fruto de un aumento desmesurado de la ingesta energética y una disminución extrema de los niveles de actividad física.

Hace 100.000 años la disponibilidad de alimentos era más limitada de manera que la ingesta energética era menor. Esto suponía llevar un estilo de vida nómada, completamente activo buscando constantemente nuevas fuentes energéticas. Fue la fase de recolección del ser humano, la que ha abarcado la gran mayoría de nuestra existencia.

Sin embargo, las facildiades con las que vivimos en nuestra era nos han convertido en personas completamente sedentarias, lo cual ya de por sí supone un gran problema para nuestra salud. Por si fuera poco, la disponibilidad energética se ha multiplicado de forma abrumadora, al menos en los países desarrollados, y sobre todo en alimentos con una gran densidad energética y poco saludables.

Este comportamiento es absolutamente nuevo y es el desencadenante de numerosas enfermedades. Somos de las únicas especies, junto con los animales domesticados, que no realizan una inversión de gasto energético para la búsqueda de alimentos

Tenemos esa disponibilidad energética a cualquier hora del día. Podemos levantarnos a las 3 de la mañana, caminar hasta el frigorífico e ingerir un alimento con un valor de 500 kcal fácilmente. La conclusión es intuible, el desequilibrio fisiológico es descomunal.

Cualquier otra especie debe de realizar un gasto energético para la busqueda de alimentos, ya sea caza, recolección, etc. El hecho de no hacerlo de esta forma influye en nuestro equilibrio hormonal, como por ejemplo un aumento de la resistencia de la insulina.

De ahí que debamos de imitar el comportamiento fisiológico adecuado. Tenemos que ser conscientes del mundo en el que vivimos y utilizar las mejores herramientas. Lo que está a nuestro alcance es poder realizar ese gasto energético antes de una ingesta energética.

¿Podemos mejorar esta situación?

Una herramienta eficaz para paliar lo antes mencionado es realizar ejercicio. Un ejemplo, el entrenamiento con cargas, es decir, con pesas, mejora de forma significativa la sensibilidad a la insulina. Es fácil intuir que nuestro organismo después de la practica de ejercicio físico aprovecha en mayor medida el aporte de nutrientes y energía. 

Un músculo “hambriento” aprovechará toda la glucosa ingerida para almacenarla en forma de glucógeno muscular más que un músuclo que no ha realizado ningún gasto energético y no se ha vaciado, o que un músculo que ya tiene sus depósitos llenos. De igual forma pasará con las proteínas y grasas.

Fuente: vitonica.com

La Patagonia argentina ofrece cada vez, mejores vinos blancos

La región austral ofrece un lugar perfecto para la elaboración vinos blancos frescos y aromáticos. Tres recomendados. De la mano del boom del Torrontés, los blancos están comenzando a atraer la mirada del mercado. Un poco porque la dominancia de los tintos es tal, que cualquier distintivo en la vereda de enfrente logra destacarse; y otro poco, porque también los consumidores están cansados de una oferta malbequizada. Al menos, así razonan los principales referentes de la industria y también del trade. Por su ubicación austral, por sus fríos tempranos, por sus veranos moderados, Patagonia es un terruño perfecto para la elaboración de grande vinos blancos. Primero, porque su parque varietal y capacidad de producción son grandes: además de las muy buscadas Chardonnay y Sauvignon Blanc, que en la zona producen vinos expresivos y de carácter, la región dispone de buena cantidad de Semillón, Torrontés y en menor medida, Viognier y Riesling.

Segundo, porque las temperaturas en promedio son más frías que en el resto del país. De modo que los blancos patagónicos conservan una mejor acidez y consiguen mejor frescura que otros vinos del país.

A estos argumentos hay que sumarle el hecho de que, en la frontera austral, hacia el Bolsón y más al sur aún, quedan muchos terruños por explorar, zonas en las que las variedades blancas tienen las de ganar.

Buenos ejemplos de vinos ricos y vibrantes, aromáticos y con buena expresión, son:

Saurus Chardonnay 2009: por lejos, uno de los mejores varietales que hay en el mercado en su precio, ya que consigue ser refrescante y mineral al mismo tiempo, con una nota rara de madera. Es el varietal perfecto para beber con una picadita de quesos o con buen sushi.

Picada 15 blend blanco 2010: 55% de Chardonnay, 40% de Sauvignon Blanc, y 5% Pinot Noir, es el blanco batallador por excelencia en la Patagonia.

Humberto Canale Estate Sauvignon Blanc 2010: rico exponente patagónico, cítrico y vivaz, que se bebe idealmente frío, con unos mariscos. 

Fuente: La Mañana de Neuquén
 

"Los japoneses prefieren el Cabernet Sauvignon argentino"

Yumi Tanabe, una de las periodistas y asesoras de vinos más importantes de Japón, brinda su visión sobre el mercado de vinos de ese país y las posibilidades que tiene Argentina allí. Además, menciona cuáles son las tendencias que marcarán el futuro. 

Actualmente, los países asiáticos representan mercados con gran potencial. En el caso específico de Japón, Yumi Tanabe, educadora y asesora vitivinícola, escritora, nacida en Hokkaido, Japón, destacó que los consumidores japoneses se enfocan en las variedades que tienen nombres sencillos. "Para Argentina eso es bueno. De hecho, las importaciones de vino argentino a Japón aumentaron un 20%. Creo que para tener éxito, los vinos deben contener información sobre el destino y diferenciarse de Chile". 

Tanabe, quien fue una de las disertantes del Foro Internacional Vitivinícola 2011, destacó que hoy, "el consumo en este país es de 2,1 l /por persona y 2,5 l/ por adulto mayor de 20 años (edad legal para beber). En el caso de las ventas, más del 50% de los consumidores, compra vinos inferiores a 1000 yen (USD 13)".

¿Cuáles fueron las consecuencias del terremoto para el sector vitivinícola?

El efecto principal que causó el terremoto de Tohoku es que la gente se abstiene de salir, y prefiere comer y beber en casa.
Las ventas de vino de alta gama, que posiblemente se beben en restaurantes, han disminuido. Sin embargo, las ventas del sector de vinos en supermercados y vinotecas han aumentado su volumen. Esto se debe a que los consumidores están disfrutando más que antes del vino en casa, algo que se ve reflejado en la tasa de crecimiento registrada en el vino chileno, español y argentino.
De todos modos, la industria vitivinícola japonesa no se vio muy afectada por el terremoto, ya que la región productora de vinos se encuentra lejos de la zona donde ocurrió el sismo.

¿Cómo es la industria vitivinícola japonesa actualmente?

 La industria vitivinícola japonesa aún es pequeña y sólo representa un tercio del total del vino consumido en Japón. Además, más del 80% de este vino se elabora en el exterior y sólo se fracciona en Japón. Por lo tanto, la mayor parte del vino consumido en Japón proviene de las importaciones.
El volumen para la elaboración de vino, de uvas cultivadas dentro de Japón se está desarrollando paulatinamente. Esto es más importante para la industria japonesa que el hecho de mejorar la calidad. Antes, Japón solía elaborar vinos con uvas de mesa, pero está comenzando a elaborar más Chardonnay, Merlot y Cabernet Sauvignon. En la isla del norte, Hokkaido, se cultiva Kerner (de Alemania) o Zweigelt (de Austria).

¿Cuáles son las preferencias de los consumidores?

Se piensa que el japonés bebe más vino blanco porque come mucho pescado, pero no es así. En realidad, consumimos más vino tinto debido a tres razones. En primer lugar, cuando comemos pescado, lo acompañamos con cerveza o con la tradicional bebida alcohólica japonesa "Sake", elaborada del arroz. En segundo lugar, los consumidores creen que beber vino tinto es más beneficioso para la salud que el vino blanco. Por último, hay algunas controversias: los amantes del vino aún lo consumen en restaurantes franceses e italianos, donde prefieren el champagne y el vino tinto y los japoneses generalmente bebemos más vino en casa o en restaurantes de comida japonesa, ocasión que por supuesto amerita más un vino blanco.

¿Dónde se registra el mayor consumo en Japón, en el canal on-trade o en el off-trade?

10 años atrás, más del 70% del consumo se registraba en los restaurantes. Sin embargo, el consumo doméstico ha ido creciendo, logrando alcanzar el 50% en la actualidad.

¿Cuáles son los vinos con más éxito en Japón?

El mayor consumo de vino en Japón corresponde al vino francés, 500.000 hl de los 1.300.000 hl del volumen total del vino importado proviene de Francia. El segundo vino más consumido es el vino chileno y actualmente, bebemos más vino espumante.

¿Qué variedades argentinas prefiere el consumidor japonés?

A los japoneses les gusta el Cabernet Sauvignon argentino y en general saben poco de Malbec y Torrontés. Por supuesto, la mayoría de los comerciantes, vendedores de vino y sommeliers saben que el Malbec y el Torrontés son las principales variedades en Argentina y los consumidores las irán conociendo.
  
Perfil de Yumi Tanabe

Yumi Tanabe es educadora, asesora vitivinícola y escritora, nacida en Hokkaido, Japón. Se graduó en la Universidad Tsudajuku (Tokyo) en Matemáticas. Desde 1978 a 1980 residió en Nueva York, donde realizó el curso "Wine and Spirits" en la Universidad Cornell. En 1992 inauguró Tanabe Yumi Wine School, que en la actualidad funciona en las principales ciudades japonesas como Sapporo, Tokyo, Yokohama, Kofu, Nagoya, Kyoto, Osaka y Fukuoka. Ha trabajado como consultora para importadores de vino japoneses y ha formado parte del jurado en importantes concursos de vino. Publicó libros y guías sobre vino. Actualmente es la presidenta de Wine & Wine Culture Co., LTD

Fuente: Area del Vino

"El vino es de las pocas categorías donde el consumidor hoy puede notar que hay una mayor calidad"


Es una de las bodegas que más está creciendo en el mercado argentino. Si bien ya superó la primera década bajo la nueva conducción, en los últimos cuatro años logró mantener una tasa de crecimiento sostenida, del 30% promedio. 

Y esta buena performance no está limitada únicamente al mercado interno: Finca La Celiamayores exportadores del país, al ubicarse en el octavo puesto, con más de 800.000 cajas anuales enviadas a más de 50 países alrededor del mundo. ya pasó a formar parte del selecto grupo de los

Actualmente, Finca La Celia -propiedad del grupo chileno Viña San Pedro Tarapacá Wine Group- cuenta con unas 511 hectáreas propias en una de las zonas estratégicas del Valle de Uco. De ese total, 400 están plantadas con viñedos que van de los 10 a los 20 años, ubicados a entre 950 y 1.050 metros sobre el nivel del mar.

Otro dato no menor es que la bodega cuenta, desde el año 2006, con el asesoramiento pleno del reconocido flying winemaker Paul Hobbs.

En este contexto, Vinos & Bodegas dialogó con Marcelo Srbovic, gerente general de la compañía, quien analizó el presente y futuro del negocio; las perspectivas que todavía se abren para el Malbec, el caballito de batalla de las bodegas argentinas, y el "sucesor" ideal para seguir creciendo en el mundo.

-Ustedes apuestan a mantener altas tasas de crecimiento y a seguir lanzando novedades en momentos donde hay algo de incertidumbre en la industria. ¿Hacia dónde apunta el plan de negocios de Finca la Celia?

-En los últimos cinco años venimos poniéndole mucha fuerza al mercado doméstico. Para este año esperamos crecer entre un 25 y un 27% respecto al 2010. Es una tasa elevada pero está bien sustentada. El mercado está más complicado, la inflación es una realidad, es cierto, pero nuestra estrategia ante este escenario es incrementar los recursos humanos en el área de ventas y planear muy bien nuestros nuevos lanzamientos. En momentos en que hay una sobreoferta de marcas uno tiene que ser muy estricto y cuidadoso a la hora de invertir y sacar un producto nuevo. En esta industria uno tiene muy pocas balas para dar en el blanco. Sin embargo, nuestra mirada es optimista, creemos que todavía hay mucho espacio para la diferenciación. El consumo en las categorías donde estamos apuntando se está sofisticando y esto permite que el consumidor demande y acepte cosas nuevas.

-¿Y cuál es el camino para llamar la atención de estos consumidores?

-El tema de la calidad parece un término remañido pero es lo que manda en el mercado. Y tenemos que reconocer que, por ser una industria desconcentrada, tanto la relación precio calidad, como la calidad en sí, ha aumentado. El vino es de las pocas categorías de productos donde el consumidor puede percibir que hay más calidad, que lo que se vende aquí está al nivel de que lo que se comercializa en el resto del mundo. Hoy existe una alta gama con distintas variedades, blends, cosas de las que años atrás en la industria no se hablaba y ahora sí. Por eso creemos que en el mercado local la categoría está en una situación casi óptima para recibir nuevos consumidores...

-¿Y que están buscando en concreto?

-Diría que están a la espera de vinos con más tipicidad y fáciles de tomar pero con cuerpo y carácter. Entre esas dos variables va a avanzar el consumo del futuro.
-En momentos donde la inflación impacta en la competitividad, en la industria se está viendo que algunas bodegas están retrocediendo en los mercados externos. ¿Cómo están manejando el actual escenario?
-El trabajo en el mercado externo necesita una visión de largo plazo. Es verdad que el actual ciclo es de una rentabilidad bastante baja por el tema inflacionario. Pero la industria no tiene que torcer el rumbo porque es una inversión de largo plazo y tenemos que estar preparados para momentos en los que recuperemos esa competitividad. Igualmente, en mercados donde hoy tenemos mucha presencia, como Estados Unidos, en caso de que se profundice el impacto de la crisis, podríamos seguir teniendo ventajas frente a productores de otros orígenes, tal como sucedió en 2008.

-En el último Foro Internacional Vitivinícola parte del debate se centró en si el furor por el Malbec había tocado su techo. ¿Cuál es tu visión?

-Para nuestra bodega es clave, ya que representa el 40% de las exportaciones. Y para algunas compañías supera incluso el 50%. Al respecto no tengo una postura facilista. Simplemente veo el potencial que existe y todo el trabajo que queda por hacer en numerosos mercados. En Estados Unidos, por ejemplo, fue un boom pero hay potencial para que sea más conocido. Hay muchas evidencias de que no es un fenómeno de corto plazo. Todo lo contrario. El próximo desafío es mostrar la diversidad de Malbec que tenemos en la Argentina. Hay muchas cosas por dar a conocer en el mundo.

-Otro punto que está en debate es cuál es la cepa que mejor va a servir para mostrar las variantes de la Argentina y no enviar un mensaje de que sólo somos Malbec. Para algunos la clave está en la Bonarda...

-La Bonarda es muy interesante, pero necesita más estudios, más investigación y comunicación. Es como que a esta variedad el Malbec la está tapando un poco. Va a tener su momento, pero no veo algo explosivo de corto plazo.

-¿Cuál sería tu apuesta entonces?

-Pienso que el Cabernet Sauvignon en muchos lugares de la Argentina está dando vinos excepcionales y la realidad es que es bastante desconocido para los consumidores de muchos países. Para mí sería mucho más ventajoso fortalecer las variedades más tradicionales en el corto y apostar para después por cepajes más nuestros, que son más difíciles de replicar en otros países.

Fuente: iprofesional.com

¿Vino y queso?: cinco maridajes que no defraudan

El maridaje consiste en combinar adecuadamente los aromas, sabores y texturas de bebidas y de comida.

El maridaje trabaja fundamentalmente por contraste y complementación.

En el primer caso, se busca combinar sabores de distinta intensidad.

Es importante cuidar bien el contraste, ya que un queso muy fuerte puede opacar por completo al alimento o bebida, o bien este último puede tapar a un queso muy delicado.

Un buen contraste permite resaltar uno o el otro producto, o puede enfrentarlos, si es que ambos tienen mucho carácter.

Por el contrario, en el maridaje por complementación, los sabores de las bebidas o alimentos y de los quesos a maridar son parecidos, y lo que se busca es intensificar el sabor de ambos.
El objetivo de todo maridaje es conseguir que se combinen bien los alimentos y bebidas con los quesos, que se logre un equilibrio de sabores y armonía entre ambos.

Esta combinación no es fácil de generalizar, ya que las posibilidades son muy extensas y existen muchos paladares diferentes.


Top 5:
  1. Trebolgiano iLoLay con Cabernet
  2. Blue Cheese iLoLay con vino cosecha tardía
  3. Fontina iLoLay con Malbec
  4. Fynbo iLoLay con Syrah
  5. Un queso de pasta blanda iLoLay con un espumante
El objetivo del maridaje de quesos con vinos es conseguir un equilibrio de aromas y sabores.
Lo mejor es jugar a "acierto o error" probando un mismo queso con diferentes vinos o un mismo vino con distintos quesos: así se obtiene la mejor guía para satisfacer el paladar.

Fuente: iprofesional.com

Vinos recomendados: cinco etiquetas de entre $16 y $20 que no fallan

Teniendo en cuenta que en el mercado local el 90% de vinos fraccionados se comercializan por debajo de los $16 (44% hasta $4, 32% entre $4-8 y 16% entre $8-16) ese 10% que resta se divide de la siguiente manera, 6% entre $16-20 y el 4% más de $20.

Esto deja en evidencia que el argentino en cuestión de vinos gasta poco y que el consumo de vinos mayor a $20 sigue siendo bajo a pesar de que viene creciendo considerablemente en los últimos años.


La franja entre $16-20 es la que considero una franja de partida o base para todos los que quieren tomar un vino razonablemente bueno y cuidan su bolsillo, también para los que empiezan a dar sus primeros pasos en el mundo del vino premium y quieren tener algún conocimiento.
En esta franja se agrupan todo tipo de consumidores, con perfiles bien marcados.

Entre ellos, el que no toma vino y tiene que comprar para alguna ocasión especial/familiar.

También los jóvenes entre 18-25 años cuya bebida preferida es la cerveza y al momento de elegir, optan por un vino blanco, frizzante o espumoso de etiqueta conocida.

Por otro lado, están los consumidores de vino, hombres y mujeres mayores a 45 años, donde el vino está siempre presente en la mesa, buscan precio
y generalmente compran por caja por practicidad.

Por último, consumidores que tienen cierto nivel de conocimiento sobre el vino y se empiezan a familiarizar de algún modo con el concepto de "precio-calidad", sin entrar en cuestiones técnicas que hacen a una cata profesional de vinos.
En general, el estilo de los vinos que encontramos en este segmento son principalmente varietales, de color (tintos y rosados) y blancos, "jóvenes" del año en curso o del año anterior.
La gran mayoría son vinos fáciles de tomar, donde resalta la fruta ante todo, siendo jugosos, frescos, de cuerpo ligero, sin y con leve paso por madera y, si se busca bien, pueden encontrarse varios ejemplares con verdaderas características varietales.

Los lugares principales de compra son los supermercados y "el chino" del barrio.
En ambos sitios la oferta presenta una gran variedad de etiquetas donde los factores que intervienen en la compra son: la marca, precio (promoción / oferta), packaging y gusto/experiencia propia.

Son ideales para cualquier momento del día, principalmente como aperitivo y para la copa diaria.

Cinco etiquetas para que probar y tener una caja siempre en casa son:
1. 1492 (Don Cristóbal, Mdza. - Blanco) $19Es un vino de corte (Chardonnay, Chenin y Viognier). Tiene una interesante nariz a cítricos y frutos tropicales. Su acidez aporta frescura en boca y es ideal como aperitivo.
2. Etchart Privado Torróntes 2010 (Blanco - Salta) $17
Vino emblemático de la bodega salteña. Con más de 60 años en el mercado, sigue destacándose. Es un vino fresco, aromático, de acidez equilibrada y de gran tipicidad varietal. Claro ejemplo de uno vino de excelente relación precio/calidad. Hace poco fue galardonado por 2do. año consecutivo en el Decanter World Wine Awards.
3. Marcus Merlot 2010 (Tinto - Alto Valle de Río Negro) $20
Otro clásico hecho de 100% de Merlot patagónico. Es un vino amable, frutado y de gran expresión varietal. Si lo probás, seguramente lo vuelvas a comprar.
4. Graffigna Vínculos Syrah / Viogner (Tinto - Valle de Tulum San Juan) $18Es un vino de color intenso muy frutado, fresco con una acidez lograda y con estilo moderno.
5. San Felipe 12 Uvas 2010 (Tinto - Mendoza) $20
Es un vino frutado con taninos activos y ligeramente dulces debido a su paso por roble, terminando con un grato final. Se detecta rápidamente en góndola por su botella caramañola.

Fuente: iprofesional.com

lunes, 3 de octubre de 2011

La 'raclette': un plato para derretirse

La raclette es una especie de fondue típica del cantón suizo de Valais que se prepara fundiendo el queso del lugar y se acompaña con patatas (sin pelar) y otros ingredientes variados. La mejor manera de degustar una raclette es a la antigua usanza, haciéndola al fuego, al aire libre, tal y como la preparaban los pastores antiguamente. Pero hoy tenemos otras formas más prácticas para poder elaborarlas directamente en nuestras mesas.

¿De qué se componen estos aparatos?

En su origen, los aparatos para hacer las raclettes solían ser de hierro. En ellos se colocaba el queso que, al calor del fuego, iba derritiéndose sobre los platos. Sin embargo, hoy en día existen unas máquinas eléctricas con compartimentos individuales acompañados con sus pequeñas sartenes, también individuales, sobre las que se ponen los diversos ingredientes que se recubrirán con el queso. Además, estos aparatos suelen contar también con un grill para la carne que, cortada en filetes finos y cubierta con el queso fundido puede resultar deliciosa.

La mejor forma de acompañar una raclette

Los ingredientes indispensables son:
- Unas cuantas lonchas de beicon.
-
Patatas nuevas pequeñas.
-
Charcutería variada.
-
Pepinillos y cebollitas en vinagre (que ayudarán a facilitar la digestión).

Tampoco está de más acompañar la raclette con unos cuencos de ensalada verde o con diferentes pescados (salmón, gambas, etc).
¿En qué ocasiones puedo prepararla?

Aunque al tratarse de queso caliente resulta más apropiada para los días fríos del invierno, también puede hacerse en primavera. Por su facilidad de preparación resulta muy cómoda para recibir invitados de manera informal. Cada vez podemos encontrar más quesos de este tipo en los hipermercados y tiendas de alimentación durante todo el año, pero si quiere preparar una raclette y no tiene el queso especial para ello, puede sustituirlo por otro queso como el Oka, que se suele encontrar con facilidad y su sabor es parecido.

Procedimiento para que salga perfecta

- Más o menos una hora antes de ir a servir la raclette, cueza las patatas o hágalas bajo las brasas de la chimenea.
- Corte el queso en finas lonchas del tamaño de las pequeñas sartenes de la raclette y póngalas en un plato.
- Una vez que todos los comensales estén ya sentados a la mesa, enchufe el aparato para que se caliente, y meta las cazuelitas bajo la fuente de calor de forma que el queso se vaya derritiendo poco a poco.
- Cada uno se sirve patatas en su plato y luego echa el queso derretido por encima. Así se va repitiendo la operación, hasta que el queso se haya terminado.
- Además de con patatas, también puede hacerla con otros ingredientes, como verduras, beicon, embutidos o pescado.


Otros consejos

Salvo para los niños que estén en la mesa, le aconsejamos que acompañe la degustación de estos platos con vino (en principio mejor si es blanco) o con té, ya que el agua fría hará que sean más difíciles de digerir. Y para todos aquellos a los que no les preocupe el peso o no teman engordar a la hora de comer estas delicias, un pequeño plus para dar más sabor a las patatas, que previamente habrán sido partidas por la mitad, puede consistir en rociarlas con un chorrito de nata líquida, para después echar sobre ellas el queso fundido.

Recetas para preparar ‘en un abrir y cerrar de ojos’

'Raclette' con salchichas
Tiempo de preparación: 15 minutos.
Sobre la piedra haga unas salchichas frescas cortadas en trozos. En las cazuelas ase verduras, cebollas y pimientos verdes en rodajas finas y champiñones en láminas. Ponga estas verduras sobre un pan de pizza cortado a la medida de la cazuela, y con un poco de salsa de tomate encima, cubra con el queso. Cuando esté derretido, sírvalo.

'Raclette' con tomate
Tiempo de preparación: 15 minutos.
Mezcle perejil, albahaca y 40 gramos de cebolla, todo ello bien picado, con sal y pimienta. Corte unos tomates pequeños en rodajas. En las cazuelitas reparta una capa de mezcla de perejil, albahaca y cebolla. Ponga encima las rodajas de tomate, cubra con el queso de raclette y sobre él coloque un trozo pequeño de loncha de beicon. Deje al calor hasta que el queso se derrita y sirva.

'Raclette dulce-salada'
Tiempo de preparación: 15 minutos.
Sobre la plancha haga las gambas a su gusto y acompáñelas con una salsa de las que venden ya preparadas. En las cazuelas puede poner cubitos de jamón con otros de pimiento verde y queso por encima. Deje hasta que éste se derrita y sirva como acompañamiento de las gambas. En otras cazuelitas, caliente un trozo de brownie recubierto con salsa de chocolate. Sírvalo en la misma cazuela con una bola pequeña de helado de vainilla en el centro.

QUESO EMMENTAL DE SAVOIE

El Emmental de Savoie es un queso  emmental francés con indicación geográfica protegida a nivel europeo por el Reglamento de la Comisión n.º 1107/96.  

Se elabora con leche cruda de vaca de razas locales, tarine, abondance y montbéliarde, proveniente de los exclusivamente departamentos de Saboya y Alta Saboya.

Este queso fue creado en el siglo XIX en los territorios de Saboya y la Alta Saboya, fronterizos con Suiza por el Norte e Italia por el este, en plena cordillera de los Alpes. Este queso, debe madurar durante un periodo mínimo de 12 semanas. 

Es un queso con un 45% de materia grasa. 

Tiene forma redonda, ligeramente abombada, de alrededor de 75 kilos de peso y 75 centímetros de diámetro. La corteza es amarilla o marrón, con la mención «Savoie» en rojo en el talón.

La pasta presenta claros ojos, regulares y bien distribuidos, muy típicos, llamados trous.

Se clasifica dentro de la familia de los quesos de pasta prensada y cocida.

Este queso es rico en calcio, proteinas y vitaminas A,D y B2.

Elaboración:
Desde la recogida de la leche se siguen estrictamente las especificaciones de calidad determinadas en el reglamento de la denominación de origen Emmental de Savoie para poder garantizar la adecuada calidad a los consumidores.

La leche se calienta hasta los 40ºC añadiéndosele cuajo natural para la coagulación formación de la cuajada que se corta en granos pequeños, del tamaño del grano de trigo, para liberar el suro. La masa resultante se cuece durante una hora a una temperatura de 53-54 ºC tras lo cual, a la masa se le añaden los fermentos lácticos tan característicos y se pasa a los grandes moldes donde se prensa lo que le dan la forma característica a este queso. Una vez moldeado, el queso, se sala sumergiéndolo en un baño de salmuera durante 48 horas tras lo cual se procede a la maduración, durante un periodo mínimo de 75 días; durante esta etapa, el queso se pasa a cámaras a una temperatura de entre 10 y 15ºC que luego se templa a 14-18 ºC y finalmente se calienta hasta un máximo de 25ºC. Esta variación de la temperatura favorece la fermentación propinoica durante la que se van a producir, relativamente importantes cantidades de gas carbónico que al no poder escapar producen los característicos ojos del emmental, lisos y brillantes. Para conocer el grado de madurado del queso, los maestros queseros utilizan un pequeño mazo, para conocer, por el sonido, la evolución de cada pieza.

Área de Producción:
Procede exclusivamente departamentos franceses de Saboya y Alta Saboya, fronterizos con Suiza e Italia, en plena cordillera de los Alpes.

La leche:
Se elabora con leche cruda de vaca de razas locales, tarine, abondance y montbéliarde, proveniente de los exclusivamente departamentos de Saboya y Alta Saboya.

La cabaña:
Para la elaboración de este queso se aprovecha la leche producida por las razas locales, tarine, abondance y montbéliarde. Este ganado se alimenta de forma tradicional; de la variada flora herbácea de los ricos pastos de montaña durante el verano y de heno durante la invernada.

Indicación Geográfica Protegida:
Para garantizar su calidad y defender los derechos tanto de los productores como de los consumidores, el Emmental de Saboya esta protegido por una Indicación Geográfica Protegida o I.G.P. Se trata de un signo oficial de reconocimiento europeo, con el que se designa a un producto originario de una determinada zona o región que disfruta de una calidad reconocida, una reputación, u otra característica que pueda ser a su  vez atribuida a su origen geográfico. 

Fuente: bedri.es

Tomme de Savoie

Leche: Vaca
Tipo: Semi-duro, prensado, corteza natural
Materia Grasa: Entre 20% y 40%
Maduración: 2 meses
Aspereza: Suave a media
Vino: Beaujolais, Savoie Hautes Cotes de Beaune
País de origen: Francia
Región: Ródano-Alpes
Notas: Es uno de los mejores quesos "Tomme" de Francia. Se elabora en Saboya y en la Alta Saboya, cerca de la frontera suiza. "Tomme" significa "trozo" y es el término general utilizado por los maestros queseros para referirse a los quesos de pasta semidura.
De aspecto rústico, posee una característica corteza polvorienta y dura cuyo color puede variar del blanco grisáceo al marrón rosado. La pasta es de color marfil claro y se oscurece cerca de la corteza; es suave, con pequeños agujeros. Huele intensamente a hierba, amoniaco, setas y caramelo. Su sabor resulta mucho más dulce, acaramelado y cítrico.
No debemos confundirlo con quesos parecidos pero de corteza lisa y sabor insulso. Las palabras "fabriqué en Savoie" nos indican que el queso es auténtico, frente a los quesos "affiné en Savoie".
Podemos servirlo con pan y ensaladas o fruta. También es bueno para gratinar.
 
Fuente: mundoquesos.com

Breve Introducción a los vinos del Rodano

No cabe duda que la zona vinícola conocida como Côtes du Rhône  tiene como elemento configurador el valle del Ródano, el cual se extiende a lo largo de 200 Km y en línea casi recta hacia el sur, teniendo a la derecha los Alpes y a la izquierda el Macizo Central. Al norte Vienne y al sur Avignon, configuran sus lindes y contienen 50.000 Ha de viñedos en 6 departamentos y 160 municipios.

La longitud de Côtes du Rhône permite disponer de dos climas diferenciados, el norte es de marcado carácter continental, y por lo tanto más frío, el sur presenta temperaturas muy elevadas en verano y suaves en invierno. Así pues se puede distinguir entre el Ródano Norte y el Ródano Sur, el primero con mayoría de monovarietales y el segundo con  más mezcla de variedades.

Históricamente ya se cultivaba la viña en la época  gala y romana, pero hasta el siglo XVI estos vinos fueron perjudicados por los de Borgoña por razones geográficas y políticas. Durante el siglo XIX la Côtes du Rhône a dar a conocer por Francia, pero no fue hasta la segunda mitad del siglo XX, cuando alcanzaron el prestigio que tienen  hoy en día, prestigio paralelo al auge y desarrollo de la variedad Shiraz, que en esta zona alcanza una de sus máximas expresiones mundiales. La revolución francesa triunfó en estas tierras y por ello, es más habitual encontrar “Domaines” que “Chateaux” salvo en Chateauneuf du Pape, donde sí persisten propiedades anteriores a la revolución.

En tintos la cepa predominante  en el Ródano Norte es la Shiraz, pero no es la única, ya que junto a ella tenemos la garnacha y la mouvèdre; junto a estas y como cepas menores hallamos la cinsulat, y la carignan. En blancos la principal es la viogner, junto con la cual aparecen la marsanne y rousanne, clairette, grenache blanc, counnoise, y bourboulenc.

El sistema de clasificación de los vinos de Côtes du Rhône es simple y fácilmente comprensible, y además carece de las graduaciones propias de Burdeos. En la base nos encontramos con  la denominación genérica “Côtes du Rhone”. Después la denominación Côtes du Rhone Villages que se divide en dos categorías, la simplemente “Villages” sin citar el nombre del pueblo y pago concreto y las que pueden añadir el nombre de su municipio. Las primeras son unas 95 y las segundas unas 16. En la cúspide nos encontramos con  los  “crus” con denominación de origen propia, siendo de señalar que estas omiten cualquier referencia a su origen “Côtes du Rhône”. Estos pagos afortunados son 13. Unos ejemplos para clarificar estos conceptos: Si compramos un Côtes du Rhône sin  ninguna otra indicación sólo podremos intuir de qué zona concreta  procede el vino por el domicilio de la bodega, y aún así este dato puede ser inexacto, por adquisiciones o mezclas. Si compramos un Cote du Rhône Villages, tampoco tendremos más datos salvo que procede de uno de los 95 municipios autorizados de los departamentos de Drône Gard o Vanclouse. En cambio si adquirimos a un Còtes du Rhone St Gervais; Sablet, Segures, Visan,  etc  aquí, al menos  ya tenemos la constancia cierta del municipio de  donde procede el vino que contiene la botella Y por último si compramos un AOC de denominación conocemos el municipio (o agrupación de municipios) preciso de procedencia. Como he dicho estas zonas con AOC propia son 13 y no me resisto a citarlos: Norte: Côte Rôtie; Condrieu; Chateau Grillet; Saint Joseph; Crozes Hermitage; Hermitage, Cornas; St Péray; y Sur: Chateauneuf du Pape; Gigondas; Vacqueyras; Lirac y Tavel..

A estos vinos se les denomina simplemente “crus” y no existe la diferencia Gran Cru o Premier Cru, como en Borgoña, ni, como ya ha he dicho una graduación de los mismos, como en Burdeos. Tampoco el concepto “cru”, entendido como “pago”, coincide con el modelo borgoñón ya que aquí  es muchísimo más amplio y un cru puede abarcar y de hecho lo hace, campos de cultivo dispersos en varios municipios, por lo tanto la situación de “monopole”, también resulta casi impensable, así como que se identifique una AOC con una viña concreta y delimitada, como también sucede a veces en Borgoña.

Para concluir quiero indicar que en esta zona los métodos biológicos tienen bastante implantación, lo siguen muchos viticultores como Laurent Combier en su “Clos des Gives”: F. Chastan “Clos de Jouncas”; el original Aubry Laurent con sus vinos “Le Gramenon”

A continuación os propongo un breve examen de algunas de las  AOCS más significativas, que a mi parecer serían en el Norte: Côte Rôtie, Saint Joseph, Crozes Hermitage y Hermitage y en el Sur Chateauneuf du Pape.

CÔTE RÔTIE

La Côte Rôtie ( ladera quemada o refrita, en alusión, es de suponer a su elevado grado de insolación) se sitúa en la extremidad septentrional del valle, en la orilla derecha, dispone de unas 100 Ha , de terreno abrupto expuestos al sur –este, donde se cultiva en terrazas sostenidas por empalizadas; comprende terrenos en los pueblos de Ampuis, Tupin- Semons y Saint Cyr. La Shiraz es casi exclusiva, aunque a veces se le une un poco de viogner. Se producen unos 4.500 hl de vino que debe esperar entre 5 y 10 años para su consumo y puede envejecer entre 20 y 30 años. Generalmente es generoso, elegante, y en nariz acostumbra a presentar frambuesa, casis y violetas.

Hasta hace unos 20 años se distinguía entre vinos “Còte brune” shiraz, y “Côte blonde”, mezcla de Shiraz y viogner, pero hoy en día tal diferencia ya no existe.

Algunos de los más afamados productores son: Vernay; Jean Luc Famet, Paul Jaboulet; E Guigal; Pierre Gaillard; M. Chapoutier y Giles Bargue.

SAINT JOSEPH

Es una OAC curiosa porque sigue la línea del río , pegada al mismo por el margen derecho desde Sant Michel Sur Rhône hasta Chateaubourg, 26 pueblos y unas 600 HA. Produce en tintos shiraz, que son densos y frautados y en blancos marsanne con rousanne en menor cantidad.

Aquí podemos citar a Raymond Trollat, Yves Cuilleron, Jean-Louis Grippat, Louis Chèze,  y Jean-Luc Colombo

CROZES HERMITAGE

Son 1.200 Ha de terrenos ligeros y llanos cubiertos de grava, aunque al norte se encuentran graniticos y al sur pedrosos. Predomina el Shiraz en tintos y son más ligeros y menos duraderos que los Hermitage. En Blancos rousanne y marssanne menos elegantes que los de Hermitage.

Aquí se pueden citar M. Chapoutier; Paul Jaboulet (Domaine de Thalabert) Laurent Combier; y Alain Graillot, seguido por su hijo Máxime con su prometedor Domaine des Lises

HERMITAGE

El nombre procede de una ermita construida en 1224 a la que se retiró un caballero cruzado para hacer penitencia a la vuelta de las cruzadas contra los Cataros. Sin duda tendría muy buenas razones para ello, vistas las barbaridades que se hicieron  en el sur de Francia, (recuerdo la famosa frase de “matarlos a todos que Dios reconocerá a los suyos” de Arnaldo de Amalrich al bestia de Simón de Montfort que siguió la orden al pie de la letra en el sitio de Beziers). Claro esta que nuestro caballero, que se llamaba Gaspard de Stérimberg, empezó a hacer vino pues tanta penitencia exigía al menos algo de compensación con buenos caldos. En esto, otros ermitaños siguieron su ejemplo et voilá ! ya tenemos el Hermitage. El nombre fue tomado por los vinos de Penfolds Grange para hacer su famosísimo Hermitage. Son terrenos principalmente graníticos.

Son 130 Ha .a la izquierda y unas 5.000 Ha a la derecha del río. El tinto es Shiraz pero contiene o puede contener en algunas añadas hasta un 15% de marsanne o roussanne ( blancas). Este reputadísimo vino puede alcanzar sin problemas los 30 años. El banco es principalmente marsanne con roussanne en cantidad menor, alcanza también una larga vida.

Son de citar los siguientes productores: Gérard Chave, Chapoutier,: (Chante-Aloutte es un reputado vino), Delas, Jean-Louis Grippat, Marcel Guigal, Paul Jaboulet Aîné, Marc Sorret.

CHATEAUNEUF DU PAPE

También denominado “El vino Papal”, refiriéndose a Juan XXII que se hizo construir un castillo en esta Ciudad en el siglo XIV, y propulsó el cultivo de la vid. Todavía hoy existe un  vino procedente de la viña por él creada el “Clos de Papes” que lleva la mención “Terroir Castelpapal".  Se trata de unas 3.000 Ha en 5 municipios que son : Châteauneuf, Courthézon, Bédarrides, Orange y Morgues.

El suelo es de arena y arcilla con la particularidad que se halla cubierta de grandes guijarros rojizos redondos, llevados hasta allí por un antiguo glaciar del Ródano y que actúan, junto con la arcilla como termorreguladores.

Están autorizadas 13 variedades, y las más usadas son grenache, cinsault, mouvèdre, shiraz, mouscardin, counoise, clairette y bourboulenc, siendo la predominante la grenache aquí por encima de la Shiraz si bien esta aumenta progresivamente.

La  producción de tintos está sobre unos 100.000 Ha , pero también existe una pequeña parte de blancos , de unos 10.000 Ha , muy reputada.

Los principales productores son:

Domaine de Beaucastel de P. Perrin, el cual usa o usaba hasta hace unos años un método de vinificación en titos un tanto especial, calentando el mosto con vapor de agua a 80 º, al salir de la estrujadora para favorecer de este modo la extracción de tanino.

Domaine de la Janasse de Cristophe Sabon ; Château Rayas ; Domaine de la Vieille Julienne ; Domaine du Vieux Telegraphe ; Chàteau La Nertre, entre muchos otros.

Son vinos en general caros y algunos de culto, que deben descansar en botella entre 5 y 6 años antes de abrirse, y les conviene decantador. Acompañan muy bien la caza y quesos duros.

Fuente: verema.com

Crema de castañas

La crema de castañas (en idioma frances crème de marrons) es una especialidad gastronómica inventada en 1885 por el industrial francés Clément Faugier que pretendía con ello aprovechar las castañas que se rompían durante la elaboración de las castañas confitadas (marron glacé). Se trata de una pasta dulce de consistencia similar a una mermelada elaborada con restos de marrons glacés, pulpa de castañas cocidas al vapor, almíbar, azúcar y vainilla.

En 1924, Clément Faugier registró la marca Crème de marrons de l'Ardèche, que sigue siendo la más reputada en Francia.

Se puede comer al natural, si bien suele utilizarse para endulzar otros postres como crepes, yogures, panqueques o queso fresco.
  
Ingredientes
400 gramos de castañas, 400 ml. de leche, 180 gramos de azúcar, una pizca de sal y ½ vaina de vainilla.

Elaboración
Lava las castañas y practícales un corte como cuando las vas a asar. Pon una olla con abundante agua a hervir. Escalda en ella las castañas durante cinco minutos aproximadamente, retíralas y cuando puedas manipularlas (sin dejarlas enfriar) pélalas.
Pon en una cacerola las castañas, la leche, el azúcar, la sal y la vaina de vainilla, lleva a ebullición y a continuación baja el fuego para dejar cocinar unos 20 minutos o hasta que las castañas estén tiernas.
Retira la vaina de vainilla (déjala secar, después podrás utilizarla para aromatizar azucar impalpable, por ejemplo) y tritura las castañas con la leche hasta obtener una crema fina y homogénea. Valora la densidad de la crema, si la quieres más ligera puedes añadir más leche.
Una vez obtenida la crema de castañas, en este caso aromatizada con vainilla, pásala a un tarro de cristal, déjala enfriar y consérvala en el frigorífico bien tapada para ir consumiéndola cuando desees.

Annecy 2011. Lo mejor de la animación

El pasado 6 al 11 de Junio se llevó a cabo el Festival Internacional de Animación ANNECY 2011, como cada año, celebrado en Francia, es quizá el máximo galardón para la industria de la animación. Estudiantes y profesionales de todo el mundo se reúnen para exhibir y galardonar a aquellos corto y largometrajes independientes y comerciales, siendo este un escaparate para futuros talentos y últimas tendencias en el mundo de la animación.

Annecy, ciudad candidata a los Juegos Olímpicos de invierno 2018

El 11 de enero de 2011, el comité de la candidatura Annecy 2018 presentó ante el Comité Olímpico Internacional (CIO) su candidatura para la organización de la XXIII edición de los Juegos Olímpicos de invierno y de los XII Juegos Paralímpicos de invierno. Además de esta región que encarna la historia del esquí y de los deportes de invierno, todo el país galo se ha movilizado para apoyar la candidatura de la ciudad de Annecy.
El 6 de julio de 2011, el COI anunciará oficialmente el nombre de la ciudad organizadora de los Juegos Olímpicos de invierno de 2018

Situadas en el corazón del País de Saboya y primer destino mundial de los deportes de inviernos, Annecy y la Alta Saboya están entusiasmadas con esta candidatura y se adhieren al ideal olímpico. La experiencia en grandes competiciones internacionales, el control de los costes, el respeto al medioambiente, la calidad de las redes de transporte y la capacidad de alojamiento son algunos de los puntos fuertes de una candidatura basada en la excelencia que ha situado la colaboración y la herencia en el núcleo de su proyecto.

Compite con otras dos ciudades finalistas: Munich (Alemania) y Pyeongchang (Corea del Sur). El veredicto se pronunciará el 6 de julio de 2011, con el anuncio oficial de la ciudad que albergará los JO de invierno de 2018. Antes de eso, la comisión de evaluación del COI efectuará visitas a las ciudades finalistas: a Annency del 9 al 12 de febrero, a Pyeongchang (resulto ser la ganadora) del 16 al 19 de febrero y, finalmente, a Munich del 1 al 4 de marzo de 2011.

La elección final de Annecy sería una noticia formidable ya que la historia de los Juegos Olímpicos de invierno está estrechamente ligada a Francia. De hecho, la primera edición de esta competición se celebró en las montañas francesas, en Chamonix, el año 1924. Más adelante, Grenoble (1968) y Albertville (1992) tuvieron el honor de acoger el olimpismo de invierno. A lo largo de toda la historia de los JO de invierno, los medallistas franceses han dejado una huella indeleble en el palmarés de los Juegos: Jean-Claude Killy (esquí alpino, triple medalla en 1968), Marielle Goitschel (esquí alpino, 1964 y 1968), Edgar Grospiron (esquí acrobático, 1992), la pareja Marina Anissina y Gwendal Peizerat (patinaje artístico, 2002), Karine Ruby (snowboard, 1998) y Antoine Deneriaz (ski alpino, 2006)...

Fuente: france.f

Gratin Dauphinois

El gratin dauphinois (traducido al español: gratén delfinés) es un plato de papas gratinadas, típico de la cocina francesa y de origen delfinés, en los Alpes franceses. Las papas cortadas en finas rodajas se cocinan en el horno con crema fresca o leche, o la mezcla de ambos.

En la vecina Saboya, el gratin savoyard se cubre con láminas de queso local (emmental, gruyère, Beaufort, etc.) y se sustituyen los lácteos por un caldo de carne - ternera. Este gratén lleva además cebolla cortada en aros finos.

Se emplean papas de carne amarilla y tierna, que se cortan en rodajas finas. Éstas no se levan ni se secan para aprovechar el almidon que sirve para líar el conjunto. Lleva ajo  muy picado o machacado, y bastante pimienta molida. Se prepara en una fuente de bordes no muy altos, de vidrio, loza o barro. Según la variedad de la papa, se hace en 30 o 45 minutos al horno.
Fuente: es.wikipedia.org

Marc Veyrat

Recibir la calificación que sólo Marc Veyrat ha recibido en las guías gastronómicas más importantes del mundo debe pesar: la perfección es frágil, y el más mínimo error puede resquebrajarla. Pero este chef saboyano y autodidacta la ha mantenido mediante una combinación insólita de audacia y minuciosidad.

¿Será que existe la perfección? Pues según las guías gastronómicas francesas Marc Veyrat es el único hombre que la ha conseguido. Con toda razón expresa su orgullo de tener en su haber 6 estrellas Michelin —3 en cada uno de sus restaurantes— y 20/20 en la Guía Gault Millau, calificación que se otorga por primera vez en la historia de esta guía: “He sido el primer chef que ha conseguido 6 estrellas en su propia casa, no en un hotel de gran lujo”. Al mismo tiempo tiene sobre sus hombros la responsabilidad de conservar estos honores y, basada en mi reciente experiencia en su restaurante, dudo que haya peligro de perderlos.

Lo asombroso es que este cocinero perfecto es autodidacta. Hijo y nieto de campesinos, creció en los Alpes saboyanos en medio de la naturaleza a 1800 metros de altura. Desde niño aprendió a conocer hierbas y flores silvestres, a hacer quesos, a cocinar platos típicos de la región. Los domingos era el día de comer carne: la gallina que ya no ponía o la coneja que ya no criaba terminaba en una cacerola dentro de un horno apenas caliente para cocerse durante tres horas, el tiempo de ir y regresar de la misa mayor. Marc empezó a cocinar en el fogón de su abuela y ha conservado hasta hoy este estilo de cocción lenta.

En 1978 abrió un pequeño bistro en La Croix Fry, un resort de ski de la región, donde servía comida casera utilizando los productos del terruño. Su biblia culinaria fue el libro de cocina de Michel Guérard, el famoso chef de Eugénie-les-Bains.

“Mi cocina está basada en las plantas, traigo la naturaleza al plato”, dice este chef exótico y rebelde, que usa lentes oscuros y sombrero negro de campesino saboyano en lugar de la típica toca de chef. Él mismo va con todo su personal a recoger hierbas y raíces silvestres y combina los sabores de su querida montaña con productos de la región en una cocina inédita, que describe como ambientalista, natural, creativa y muy ligera. Es excepcional el uso que hace de las hierbas, raíces y flores silvestres alpinas, sabores que no se utilizan en ningún otro restaurante. Sus platos son infusiones, mezclas y creaciones de sabores y perfumes delicados que requieren un conocimiento profundo de las plantas y sus características. Usa un mínimo de mantequilla, crema y aceite y sus bases están hechas con reducciones de caldos y emulsiones de verduras.

A pesar de su audacia e intuición a la hora de crear, Veyrat respeta y conserva sus tradiciones campesinas. El comedor está decorado al estilo rústico alpino, en madera natural; los centros de mesa son de musgo, helechos y hongos, una cuna de madera sirve de carrito para los panes, y los platos son todos diferentes, algunos de madera, otros de teja o de barro, en interesante contraste con la elegancia y la sofisticación de la comida y del servicio.

À table
Comer en el restaurante de Marc Veyrat es gozar de un espectáculo lúdico, con una puesta en escena perfecta y un elenco a la altura, para 60 afortunados clientes. Mi comida dominical, disfrutada frente al ventanal con vista a la terraza y el lago, fue sorprendente y deliciosa de principio a fin. Para empezar, el mesero colocó frente a mí un plato grande de madera que contenía una taza con un polvo congelado en el fondo, una mini pizza y una botellita de refresco con todo y corcholata. Siguiendo sus instrucciones, probé el polvo con una cucharita y me supo a bosque. Después vertió encima un caldo de hongos caliente, lo revolvió bien y me indicó que lo bebiera a través de un popote de bambú: una mezcla de sabores de la tierra y del bosque que nunca antes había probado. La delgadísima mini pizza de hongos y jitomates precedió a la soda vera, el refresco que destapó el mesero y pasó a un vaso que tenía melisa y otra hierba de montaña, buena para la digestión.

El menú aconsejaba: “para acompañar este momento irracional, nuestro sumiller Samuel le propone una selección de vinos sorprendentes por copa” y la degustación de vinos de la región resultó estupenda. El surtido de panes hechos en casa era verdaderamente tentador, pero gracias a un sabio consejo que recibí apenas los probé, para llegar hasta el final de la comida, decidí ignorarlos. Hizo falta fuerza de voluntad, pues tanto el pan de cereales como el de azafrán y la mantequilla estaban de película.

A continuación llegó un envase tetrapak con la inscripción “Tartiflette Virtuelle”, cerrado con una pinza de metal. Guillaume, el encantador mesero que me atendió y que por cierto habla español, lo abrió y salió un aroma delicioso. Me explicó que había que comer el contenido con una cuchara sin revolverlo, y me aseguró que disfrutaría todos los sabores de este plato típico de la Saboya a pesar de que no contenía ninguno de los ingredientes tradicionales: papas, tocino, queso Reblochon y cebolla. Fue una experiencia muy interesante paladear algo tan sabroso, y normalmente tan pesado, en su versión sin calorías.

El tercer tiempo consistió en dos tarritos de yogur con foie gras, jalea vegetal y mirra olorosa, una hierba que sólo crece a 1 800 metros de altura —el foie tenía un gusto agridulce y granos de sal al fondo y el Vin de Paille, Côtes du Jura que lo acompañó fue la pareja perfecta—. Seguimos con tres ravioles de verdura: de pepino, de apio y de alcachofas, todos con mousse y vinagretas de distintos sabores?de avellanas, de naranja y de oliva y de limón respectivamente.

Llegó el quinto plato, un huevo “deconstruido”: la yema dentro de una suave corteza de maíz. Al lado, una jeringa mediante la cual el mesero le inyectó una emulsión de comino silvestre. La acompañaba un palito de pan hecho con la clara y el cascarón para sopearlo en la yema, perfectamente tierna y exquisita. Y la magia continuó con un canelón virtual, hecho sin huevo ni harina. Era como un mousse de queso, tan delgado como pasta del canelón, relleno de espuma de chícharos y acompañado de salsa de pimientos rojos.

El séptimo tiempo se componía de tres cuadritos de féra du lac, un pescado de las profundidades del lago Annecy, dorada la piel y la carne término medio, con salsa de benoite urbaine, una hierba que sabe a hongos salvajes y clavos de olor. El siguiente plato fue una rebanada de lubina servida sobre salsa de chocolate blanco, que el mesero barnizó con una salsa de cidronela utilizando un pincel. Las instrucciones eran comerlo con una cuchara, tomando los tres ingredientes a la vez —el chocolate corta la acidez de la cidronela y resulta un trío delicioso.

De sorpresa en sorpresa, llegó una lata de conservas con la leyenda “La conserva de mi padre, el recuerdo del ayer al gusto de hoy”. Al destaparla salió el delicioso aroma del budín de langostinos con salsa de salvia silvestre que contenía.

Los medallones de langosta con bombón de verbena sin azúcar eran dos bocaditos que había que meterse a la boca enteros con los dedos. Adentro, el bombón explotó y bañó la langosta. Extraordinario.

Íbamos ya en el undécimo tiempo, el “té en fusión”, una bolsita de tela dentro de un vaso alto con tomillo silvestre y una botellita como de refresco con jugo de fruta de la pasión. El mesero la vertió y empezó a salir humo. Me indicó que esperara hasta que desapareciera, sacara la bolsita y bebiera el té, un excelente digestivo. Al acercarlo a la boca, todavía sentí subir un gas por la nariz y el sabor era a la vez dulce, amargo y ácido.

El plato de carne fue un pichón laqueado en su punto, suave y rojo, acompañado de una salsa de cacahuates y de un tarro de vidrio con verduras al vapor, al que siguió el tiempo decimotercero, “La sorpresa del chef”, un vasito tequilero con puré de papa tierna, caldo de verduras y jugo de trufa negra. Había que meter la cucharita hasta el fondo para tomar todos los ingredientes, y con un cucuruchito de papel relleno de crema de avellanas, poner unas gotitas encima de cada bocado.

Pensaba saltarme los quesos, pero el mesero me convenció de probarlos; eran todos de la región. Imposible resistirse ante un Reblochon clásico, un Reblochon de cabra y un Tomme de Savoie, acompañados de pan de nuez y de pasas.

Y empezaron los prepostres: una ensalada de kiwi y piña a la verbena con una galleta dulce y tres crèmes brûlées perfumadas: de achicoria, de lavanda y de regaliz, seguidos por el primer postre, un mil hojas de láminas de chocolate oscuro con mousse de chocolate blanco, y el segundo un merengue con almendras relleno de frambuesas y lichis, con sorbetes de los dos sabores en conos de papel.

Las golosinas que acompañaban mi infusión de serpolet (tomillo montañés), “el mejor digestivo que existe”, según Guillaume, eran unos conitos de chocolate blanco y oscuro rellenos de crema de chocolate, colocados en una graciosa base de madera hecha con pequeños troncos y musgo, malvaviscos de fresa y conchitas rellenas de caramelos de sabores de hierbas. La infusión no me pareció sabrosa, pero doy fe de sus cualidades digestivas, importantes después de comer durante tres horas sin parar.

Algún defecto tiene que tener
Me extrañó que no cambiaran las servilletas cuando los comensales se levantaban al baño. Arrugadas y sucias las encontrábamos al volver. Por lo demás, perfecto. El personal, vestido, al estilo típico alpino, es de lo más amable y atento, y hasta el chef sale a la sala a media comida a saludar a sus clientes.

La Maison
de Marc Veyrat
13, vieille route des Pensières 74290 Veyrier du Lac T. 33 (4) 50 60 24 00 F. 33 (4) 50 60 23 63 www.marcveyrat.fr
Cierra lunes y martes todo el día, miércoles, jueves y viernes al mediodía
De mayo a octubre, Marc Veyrat y su equipo atienden a la clientela en La Maison de Marc Veyrat, un lugar idílico a orillas del lago Annecy. Además del restaurante, cuenta con un hotel de 11 habitaciones estilo chalet alpino: madera natural y, como decoración, implementos de labranza y de cocina, y cajones hechos con tela de gallinero que contienen granos y hierbas secas. Los baños, en cambio, son ultramodernos, de mármol negro, con tinas de hidromasaje y regaderas de múltiples cabezas.

La Ferme
de Mon Père
367, route de Crêt 74120 Megève T. 33 4 50 21 01 01 F. 33 4 50 21 43 43 www.marcveyrat.fr
Cierra lunes todo el día, de martes a viernes al mediodía
De diciembre a abril, Marc y todo su equipo se trasladan a la famosa estación de ski de Megève, donde Veyrat tiene su otro restaurante, La Ferme de mon Père, una reproducción de la granja de su padre en su ubicación original. El suelo del restaurante se abre sobre un establo con animales que los comensales pueden ver a través de vidrios dobles. La decoración es tan asombrosa como la cocina. Las 7 habitaciones y 2 suites son, según la guía Michelin, sublimes.

Precios
380 euros el menú y 245 euros por los vinos. A la carta, los platos oscilan entre 75 y 195 euros. No olvide reservar con mucho tiempo de anticipación, pues la clientela, principalmente de habla francesa, llena el lugar cada día.

Cómo llegar
Annecy está ubicada en la región de Saboya, en los Alpes franceses, muy cerca de la frontera con Suiza. El aeropuerto más cercano es Ginebra, a 42 kilómetros, y hay un servicio de limusinas que contrata Marc Veyrat para ir a recoger a sus clientes al aeropuerto. El viaje toma 25 minutos y cuesta 95 euros. Otra manera —por demás hermosa— de llegar es tomar el tren desde París, que va directo hasta la ciudad de Lyon (458 kilómetros en dos horas), y de ahí se dirige hasta Annecy (138 kilómetros en 90 minutos).

Annecy, la Venecia de Francia

Situada a los pies del Lago de Annecy, subordinada por los poderosos Alpes que dominan la zona, se encuentra la antigua Annecy, una ciudad que en parte nos recuerda a la legendaria Venecia italiana.

Gracias a su situación geográfica, Annecy fue un principal punto estratégico que unió tres sitios de gran importancia: Italia, Ginebra y Francia, siendo por consiguiente, una ciudad deseada por los Saboya a lo largo de su historia.

Durante siglos, esta ciudad dependió del Condado de Ginebra, convirtiéndose en la capital durante el siglo XIII, cuando los condes fueron expulsados de la ciudad, por graves problemas con los obispos. Tras la extinción de la Casa de Ginebra en 1394, el condado pasa a manos de la Casa de los Saboya, importante familia que gobernó gran parte de Italia y la zona alpina. Siglos después, tras la anexión de los Saboya a FranciaAnnecy se convierte en la capital del nuevo departamento de Alta Saboya.

Esta bella ciudad cuenta con una gran cantidad de monumentos de gran interés cultural, tales como las viejas prisiones de la ciudad, llamadas l´Isle, provenientes del siglo XII y consagrándose como una de las esquinas más fotografiadas de la ciudad. También se encuentra el Castillo de Annecy, antigua residencia de los condes de Ginebra y numerosas iglesias y monasterios, tales como la Iglesia de Santa Mauricia, del siglo XV, la Catedral de San Pedro del siglo XVI y el Monasterio de la Visitación, fundada en 1610.

Annecy

Annecy, en la región de Rhône Alpes, puede presumir y además con orgullo de ser una de las ciudades más antiguas y bellas de los Alpes Franceses. Llamada Venecia de los Alpes por el entramado de canales que recorren su casco antiguo, Annecy cuenta además con uno de los lagos más puros del mundo.

Las calles del centro histórico de Annecy están salpicadas de coquetas terracitas junto a bellos canales. El agua de estos proviene de rio Thiou que toma sus aguas del lago de Annecy. Elegante como ninguna, Annecy es una ciudad viva no sólo porque sus calles siempre están concurridas por lugareños y turistas, sino por la vivacidad de los colores de las fachadas de sus casas.

El monumento más emblemático de la ciudad es sin duda el Palacio de l´Isle, considerado el lugar más fotografiado de toda Francia (con perdón de la Torre Eiffel). Visitar este edificio no tiene desperdicio ya que hace algunos siglos era una cárcel y aún hoy en día se puede ver como vivían, mejor dicho, malvivían los reos de entonces. En la actualidad, también alberga el Centro de Interpretación Urbana. 

Otro punto a visitar es el castillo de Annecy, que fuera la antigua residencia de los Condes de Ginebra, y que acoge a día de hoy el observatorio regional de los lagos alpinos y el conservatorio de Arte e Historia de Annecy. Desde el mirador del castillo se puede divisar una maravillosa vista del casco antiguo y del lago. La catedral de San Pierre, por su parte, conserva una destacada fachada renacentista aunque en su interior el estilo predominante es el gótico.

Annecy y su lago

Dicen que el lago de Annecy es el más limpio de Europa. Esto se debe principalmente a la lucha activa contra la contaminación que azotaba el lago en los años cincuenta. El lago se formó hace 18.000 años y es hoy un lugar bello del que se puede disfrutar de diferentes maneras. Por ejemplo, se pueden practicar todo tipo de deportes y actividades acuáticas o pedalear por los 35 kilómetros de pistas preparadas para el cicloturismo.
También se puede navegar en un bateaux desde el cual veremos los tesoros patrimoniales que se encuentran a la orilla del lago. Son dos ejemplos la abadía de Talloires, del siglo XVII, hoy convertida en un hotel restaurante de cuatro estrellas o el pueblecito de Veyrier, elegantemente restaurado.

Fuente: tusdestinos.net

Annecy, Francia. La Venecia de los Alpes

Annecy  es un pueblo del departamento de Alta Saboya, en la región de Ródano-Alpes, Francia.

Situada al norte del Lago de Annecy, en su desembocadura natural, entre Italia, Ginebra y Francia, está recorrida por el Thiou, a quien el lago vierte sus aguas y donde se unen la zona montañosa prealpina y la zona de colinas medias.

Un lugar para disfrutar de la montaña, del impresionante verdor de sus colinas, de los deportes de invierno o del senderismo tranquilo, de las rutas en bicicleta, de la confortable oferta hotelera y de ecoturismo y sobre todo para disfrutar del amor en esta pequeña ciudad de aspecto alegre y romántico, pasear por sus preciosas calles bien cuidadas, hacer unas compras, tomar unos vinos…..

Al sur, el lago y el gran bosque del macizo del Semnoz,
Al Oeste, las colinas de media altura.
Al Norte una gran planicie, hoy urbanizada.
Al Este el muncipio de Annecy-le-Vieux.
El centro de la ciudad está situado a una altitud de 448 metros.

Sus calles están recorridas por canales que le dan ese aire romántico como le ocurre a Venecia y a  otras bellisimas ciudades, pero en un entorno alpino. Annecy es ideal para tu escapada de fin de semana romántico con tu pareja, en la próxima fiesta de San Valentin.

Situada a igual distancia entre Ginebra y Chambéry, su historia ha estado marcada por estas dos ciudades.
 
Cuando dependia del condado de Ginebra fué su capital, más tarde los condes fueron expulsados de la ciudad, en el siglo XIII, después de graves conflictos con los obispos.

Tras la extinción de la casa de Ginebra en 1394, cuyo último representante fue el antipapa Clemente VII, el condado es integrado en las posesiones de la Casa de Saboya en 1401.

A partir del siglo XII, las riberas del Thiou fueron centro de las intensas actividades artesanales y más tarde industriales.

Hacia el final del siglo XVII la ciudad se convirtió en un importante centro industrial aprovechando la fuerza hidráulica del Thiou.

Su vocación industrial se reafirmó en el siglo XX pero sin perjudicar su belleza natural y estética, convertida en atracción turística y favorecida  por el desarrollo de las zonas alpinas.

Visitar:
El Palacio de l’Isle del siglo XII, llamado “viejas prisiones”, es el monumento más emblemático de la ciudad, uno de los monumentos más fotografiados de Francia.
El Castillo de Annecy, fué residencia de los condes de Ginebra y en la actualialidad acoge el Conservatorio de Arte e Historia de Annecy y la Oficina Regional de los Lagos Alpinos.
La Catedral de San Pedro del siglo XVI, catedral de Francisco de Siles, acoge numerosas obras de arte barroco y un espléndido órgano del sglo XIX.
La calle Sainte-Claire con sus románticos arcos de los siglos XVII y XVIII.
La calle Royale con sus numerosas boutiques, sus jardines, su fuente de los Pozos de San Juan, siempre ha sido el corazón de la vida comercial y política de Annecy.
El taller monetario del Ginebrino donde se encuentra actualmente el Museo de Historia de Annecy.                                                                                                                                           Iglesia de Santa Mauricia de estilo gótico del siglo XV con interesantes pinturas de los siglos XV y XVI.
El monasterio de la Visitación, primer convento de salesas fundado en 1610 por san Francisco de Sales y santa Juana Francisca Frémyot de Chantal. En su iglesia-basílica se encuentran las reliquias de los fundadores.
Dentro de su gastronomía podemos destacar sus magníficos quesos y sus carnes.

Annecy, Francia


Catalogada como una de las más bella ciudades de Francia y situada en un marco majestuoso entre un lago y las montañas, Annecy ha sabido preservar el patrimonio único de los Condes de Ginebra y de la Casa de la Seda.
El Castillo de Annecy (siglo XIII a XVI), antigua residencia de los Condes de Ginebra, domina la localidad con sus cuatro torres y alberga el Museo de Annecy.

Las calles con arcadas del Viejo Annecy albergan acogedores restaurantes, galerías de arte y de artesanía, las fachadas llenas de colorido de los palacetes construidos hace más de cinco siglos y las iglesias de estilo saboyardo, gótico y barroco.

Siempre reina un ambiente festivo en Annecy, con sus puentes floridos, sus mercados y rastrillos, sus festivales y celebraciones –el Carnaval Veneciano (en febrero), el Festival Internacional del Cine de Animación (junio), la Fiesta del Lago (agosto) y le Retour des Alpages (fiesta sobre tradiciones populares, en septiembre). www.lac-annecy.com

La vida de Annecy está íntimamente relacionada con la de su lago, cuyas aguas son tan límpidas que es considerado el más puro de Europa. Unos circuitos inolvidables en bicicleta, en barco de crucero, en coche o a pie (por senderos señalizados), permiten descubrir playas y calas, grandes restaurantes y merenderos, así como pueblos pintorescos a orillas del lago: Veyrier-du-Lac, feudo del “cocinero botanista” Marc Veyrat, uno de los chefs más originales de la cocina francesa; el imponente castillo medieval de Menthon-Saint-Bernard, habitado por la misma familia desde el siglo XII; el pueblo de Talloires que inspiró a Cézanne, con sus hoteles con encanto para una estancia romántica en un marco excepcional –l’Abbaye de Talloire, Le Cottage, L’Auberge du Père Bise, les Prés du Lac.

Fuente: es.franceguide.com

Cascada Inacayal - Villa La Angostura - Patagonia Argentina