Tener problemas para dormir no genera inconvenientes sólo por las noches. Quienes lo padecen sufren también somnolencia durante el día, malhumor y falta de energía, entre otras consecuencias. Opciones para resolver el trastorno sin generar dependencia.
Una
persona que sufre de insomnio, no solo tiene dificultades durante la
noche tratando de conciliar el sueño, sino que también manifiesta las
consecuencias de esa falta de descanso durante el día.
Es por eso que padece embotamiento matinal; falta de
coordinación en la generación de ideas, planificación, cálculos;
malhumor; cansancio, fatiga y aletargamiento fuera del horario de dormir
(por ejemplo, sueño a las 14 y 15 horas).
Los factores desencadenantes del insomnio pueden ir
desde la toma de ciertos medicamentos que generan estado de alerta
(anfetaminas, simpaticomiméticos, cafeína, etc.), hasta causas
relacionadas con estrés, exceso de alimentación
nocturna, abuso de sedantes, cambios de meridianos (sobretodo en
viajes), ataques de pánico, trastornos de ansiedad generalizada y
depresión.
Para paliar este problema, habitualmente se recurre a medicamentos que producen tolerancia y dependencia,
requiriéndose mayores dosis con el correr del tiempo para poder cumplir
con el efecto. O, generando un mayor perjuicio, se le adicionan otros
fármacos hipnóticos, que constituyen los llamados “cócteles hipnóticos”.
A diferencia de los anteriores, las opciones naturales contra el
insomnio no generan adicción ni dependencia. Tampoco alteran los
reflejos, no provocan embotamiento matinal, no alteran la función
hepática, y el paciente puede interrumpirlos cuando lo desee.
Entre las alternativas naturales se hallan las drogas vegetales que tienen afinidad por receptores GABA-A.
Es decir, plantas medicinales que se van a unir a los mismos receptores
que hay para los ansiolíticos o sedantes, pero sin generar los efectos
adversos de estos. Dentro de este grupo podemos mencionar a la valeriana, el lúpulo, el naranjo amargo, la melisa, la pasionaria y la kava.
Todas estas son plantas medicinales con gran cantidad de trabajos al
respecto e incluso, muchas de ellas, pueden mezclarse entre sí para
sinergizar efectos.
Otras propuestas naturales están en los alimentos, por ejemplo en la lechuga,
cuyo “cabito” (el tronquito más duro que precede a la hoja) es una rica
fuente de diazepam natural (la droga del Valium). Lo mismo que el estragón y los tubérculos no maduros de la papa son fuentes de delorazepam (droga ansiolítica). Asimismo, la llamada Hierba de San Juan, contiene melatonina, hormona natural que regula los ciclos alterados del sueño.
En todos los casos se trata de extractos secos de las plantas,
que pueden encontrarse en presentaciones de comprimidos, grageas o
cápsulas. Las dosis se deberán consensuar con el profesional tratante,
de acuerdo a la severidad del cuadro del paciente.
Asesoró: doctor Jorge R. Alonso, presidente de la Sociedad Latinoamericana de Fitomedicina
Fuente: saludable.infobae.com
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