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jueves, 12 de marzo de 2009

La carcamusa de Toledo

La receta:
-500 grs de carne de cerdo ( con poca grasa mejor)
-Media cebolla picada
-1 diente de ajo pequeño picado
-1 latita pequeña de guisantes
-130-150 grs de chorizo picante
- Jamón serrano en taquitos pequeños
-Tomate frito
-Tomate triturado
-Vino blanco o de Jeréz
-Sal
-Una guinda (opcional)

Procedimiento:
Echar un chorrito de aceite, y poner a dorar la cebolla y el ajo pequeño picadito todo.
Incorporé la carne, en trozos pequeños, rehogué un poco, y eché los guisantes, el chorizo y el jamón en trocitos.
Eché sal, remover un poco, y echar el tomate frito y media lata de triturado.
Un vasito de vino de Jeréz (o blanco, como querais), y la guinda.
Dejar terminar y .. a comer

Toledo y su gastronomia II



La sobriedad del espíritu manchego queda reflejada en varios de sus platos más característicos. Sin embargo, la abundancia de la caza y ganadería permite una cierta opulencia en sus típicos platos de carne.

Casi toda la gastronomía regional tiene esencia campesina, rural, excepto: Cuenca y Toledo. En las dos destaca su sincretismo, es decir su capacidad receptora y selectiva.

Lo verdaderamente diferenciador de las cocinas de ciudad era el mercado: a Toledo y a Cuenca afluían materias primas de muy variadas procedencias. Sorprende el dinamismo de la red del pescado toledano, en la que se vendían a mediados del siglo XIV: salmonetes, cazones, pulpos, arenques, besugos y sardinas.

La gran despensa de Toledo eran sus huertas y sus sotos. La caza y la miel estaban asegurados por la posesión en señorío de la mayor finca de España, los Montes de Toledo, montes propios de la ciudad desde los tiempos de Fernando III.

Y el Tajo suministra peces, aunque toscos y bravos de sabor, aparte de la anguila.
Como toda la región, la cocina toledana clásica es de herencia castellana, mejorada por su permanente relación con la cocina de Madrid y de La Mancha. La olla opulenta, y más tarde el humilde cocinero han sido la base de la alimentación toledana durante los últimos nueve siglos. Los estofados, las menestras, los escabechados (afición por los escabechados que permitían la conservación de ciertos alimentos durante los durísimos veranos), pasteles de caza amenizan nuestras mesas desde siempre. Perdieron importancia los asados y la pastelería. Perdieron también terreno las sopas, aunque lo ganaron los gazpachos.

A lo largo del siglo XIX tuvo lugar una verdadera revolución en todas las cocinas de España con la incorporación de tres humildes hortalizas: la patata (cultivada ya en La Mancha ); el tomate y el pimiento.

La mayoría de los platos derivan de la caza o de la matanza. Hay diversos guisos de perdiz (escabeche, estofada): la primera permite su consumo en frío, y la segunda o “a la toledana” es cocida lentamente con fondo de cebolla, ajo y laurel; destaca por su abundancia y calidad la patiroja de los Montes de Toledo; y gran variedad de combinaciones a base de conejo (al ajillo, a la cazadora, carbonero, tojunto, con arroz). En Toledo destacan las populares carcamusas.

Existen algunos platos que pueden constituir el comienzo de una comida: el gazpacho, una imaginativa sopa fría – agua, aceite, vinagre, tomates y pepino - de origen campero asociada principalmente a los días de calor de primavera y verano.
Entre los postres y dulces destaca el mazapán.

Toledo y su gastronomia I




La cocina de Toledo tiene esencia cazadora y pastora. En ella pueden encontrarse platos preparados con casi todos los tipos de carne. El cordero y el cochinillo asado son típicos de sus mesas, y también el cordero guisado como cochifrito (con tomate, huevo, azafrán y vino blanco).

Pero sin lugar a dudas, el plato emblemático es la perdiz estofada a la toledana, que también puede prepararse de otras formas; estofada o con judías (las excelentes alubias de la región), y abre el camino a la magnífica carne de caza, tanto menor como mayor, tan del gusto de los toledanos y sus visitantes: guisos de liebre, de conejo, venado en salsa, jabalí, estofados, calderetas y carcamusas, se dan cita en los fogones de esta provincia, adaptando viejos platos a los gustos modernos.
Los vinos acogidos a las Denominaciones de Origen Mancha y Méntrida, son serios, sabrosos, con cuerpo y personalidad, pero además su elaboración se ha perfeccionado, se les ha quitado dureza y se les ha dado elegancia. Recientemente se ha producido una novedad en este terreno, y también se le ha concedido una Denominación de Origen a los vinos de pago, al Dominio de Valdepusa.

Cascada Inacayal - Villa La Angostura - Patagonia Argentina