Las champagneras atraviesan un trance difícil. Francia es el país más afectado por la crisis, los supermercados de Inglaterra están vendiendo grandes marcas a precios irrisorios y algo similar pasa en Estados Unidos.
Dos años atrás, la región de Champagne no producía lo suficiente para abastecer el creciente consumo de espumantes en mercados emergentes como Rusia y Asia. Hoy, con millones de cajas estancadas en los supermercados, las grandes bodegas están abrazando el cambio en un esfuerzo por llegar nuevamente a las copas de los consumidores.
Stanislas Henriot, presidente de la champagnera que lleva su apellido, asegura que las apelaciones sobrevivirán pero menciona que el año "ha sido brutal".
De acuerdo a uno de los distribuidores mayores de EEUU, las ventas de espumantes cayeron 50% en los de precios básicos y hasta 85% en las líneas más altas.
Lo mismo ocurre en todas partes del mundo "Hemos visto la caída en todos los mercados", destaca Henriot.
La ex Chandon Argentina y carismática líder, Margareth Henriquez, actual CEO de Casa Krug, dice que en tiempos como éstos es necesario crear nuevas estrategias. "De hecho, estamos tratando de llegar a los nuevos consumidores de clase media, con el mensaje de que el champagne no se bebe sólo en ocasiones especiales", afirma.
Henríquez que pasó por la crisis Argentina en 2002 y por la crisis de Venezuela cuando trabajaba en Seagram, bromea con respecto a la actual crisis.
Krug es la joya de LVMH Moët Hennessy. Esta casa vende su producto a muchísimos restaurantes cuatro estrellas, pero en el esfuerzo de expandir su alcance está llegando a nuevos "vecindarios" con mejores precios. Se pueden ver, por ejemplo, medias botellas de Krug por 60 dólares en algunos restaurantes que venden hamburguesas en NY. (En las listas de vinos valen usualmente U$S120 o más.)
Descuentos en cadena
Basta ver lo que sucede en Inglaterra con los precios. Los supermercados Morrison de Londres mantuvieron una oferta de Bollinger (el champagne preferido de la reina Victoria) a un valor de £17.85, la mitad de su precio habitual.
Champagnes menos elegantes se consiguen en Tesco por £17, mientras otras ofertas ponen algunas marcas a tan sólo £5.
En tanto, en Francia, el precio de una botella promedia los € 7, cuando un vino de mediocre calidad cuesta desde € 15 en adelante.
Éste es un ejemplo de cómo los supermercados desbarrancan los precios de las bebidas con la consiguiente pérdida de prestigio de la marcas.
En la región de Champagne se observa el fenómeno que preanuncia una de las crisis más profundas que pueden afectar a esta bebida.
Los envíos a Inglaterra, el mayor mercado fuera de Francia, cayó a setiembre un 30%. En China, la gran esperanza de Reims, el aumento masivo del consumo de champagne se detuvo abruptamente.
La mayoría de los analistas aseguran que esta debacle ya se venía cocinando en el seno de las grandes empresas de la industria. Se sostiene que se sacó provecho de la cosecha 2007, con un aumento escandaloso de los precios, mientras se descuidó la calidad del producto, lo que tuvo como consecuencia que en 2008 comenzaran las caídas en las ventas con cifras que alcanzaron los dos dígitos.
El resultado fue una acumulación de stock que actualmente ronda 1,2 mil millones de botellas, cifra que significan cuatro años de venta.
Marlous de Kuiper, jefe de investigación de las bebidas alcohólicas y analistas de Euromonitor, destaca: "Hemos visto a otras bebidas como el whisky, sufrir en el largo plazo después de vender barato en los supermercados. Para las marcas es muy difícil volver".
Se espera que los productores de champagne reaccionen induciendo el consumo de la bebida, no sólo para las celebraciones, sino también para acompañar la comida cotidiana, como un simple vino. Sería una manera de recuperar el mercado que actualmente se está diluyendo.
Fuentes:
http://magazine.wsj.com/features/the-state-of-luxury/champagne/
http://www.diariodelvino.com/notas5/noticia2161_18dic09.htm
http://losandes.com.ar/notas/2009/12/20/economico-463051.asp
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