lunes, 10 de marzo de 2014

MINT: ¿los nuevos mercados estrellas para el vino?

Luego de los BRIC, nuevos mercados son identificados por su potencial para las inversiones y los negocios. Y el mundo del vino no es ajeno a ellos. Descubrí quienes componen el grupo de los MINT en esta nota y porqué su atractivo.

En las últimas semanas se ha popularizado la sigla MINT en los ambientes de negocios desde que Jim ONeill, economista retirado de Goldman Sachs, identificó un nuevo grupo de países emergentes con enormes perspectivas económicas. Se trata de: México, Indonesia, Nigeria y Turquía. El economista fue quien acuñó en 2001 el término BRIC, para denominar a las potencias emergentes que ocuparon la escena mundial en la última década.

Una de las características distintivas de estos mercados es que todos cuentan con elevadas tasas de crecimiento de habitantes, con una importante masa de población joven, y una fuerza laboral considerable para sostener sus auspiciosas tasas de crecimiento económico. Esto les da la ventaja adicional de contar con un mercado doméstico de gran potencial. Por otro lado, todos cuentan con una localización geográfica estratégica, cerca de importantes mercados consumidores. México, al lado de Estados Unidos, Indonesia, de China y sudeste asiático, Turquía, punto neurálgico entre Europa y Asia y Nigeria como puerta de entrada al continente africano.



Todas estas características recién mencionadas fueron también algunas de las grandes impulsoras en el crecimiento de muchos mercados como consumidores de vino a nivel internacional en las últimas décadas. Pero miremos más de cerca las características de estos países como importadores de vino.

En primer lugar tenemos a México, un mercado que ha tenido un crecimiento muy importante en los últimos años y ha captado la atención de los principales exportadores de vinos. La buena performance económica del país ha beneficiado al mercado de bebidas alcohólicas en general, aunque el consumo de vino ha sido el de mayor auge, debido a una imagen sofisticada y al ingreso de jóvenes y mujeres en este mercado.

Si bien el consumo per cápita es aún muy bajo, cercano a los 700 ml anuales, ya que culturalmente no es una bebida de consumo diario, su crecimiento es notable. Importadores y distribuidores implementan continuamente campañas educativas que han logrado potenciar el interés de los consumidores. Una característica particular de este mercado, es la gran importancia relativa del canal on-trade, con el 36% del volumen total. Los fuertes lazos culturales hacen que España lidere el mercado de los vinos importados.

El desempeño de los vinos argentinos en México ha sido muy bueno, pasando de representar menos del 2% de las importaciones en 2002, a casi un 10% en 2012, en términos de volumen. En 2013 se exportaron vinos por más de 20 millones de dólares, y más de 7 mil millones de litros, ocupando el 6° lugar en los principales destinos de Argentina. La constante promoción y catas de vinos argentinos son uno de los motivos por los cuales su imagen se ha posicionado tan bien en la mente de los consumidores. Otro importante dato a tener en cuenta es que el segmento Premium es el que más ha crecido.

En cuanto a tamaño de mercado, en segundo lugar se ubica Nigeria, con un consumo de más de 31 millones de litros anuales. El gran volumen de su población, con una creciente clase media, son los factores que definen la irrupción de este mercado en el mundo del vino. El consumo se ha más que duplicado en sólo cinco años. Si bien el consumo per cápita es aún cercano a los 200 ml anuales, el vino parece introducirse rápidamente en las costumbre de consumo en este país.

Además, ingresar en Nigeria significa también establecer las bases para alcanzar otros países africanos de un atractivo considerable. Aquí, España lidera el mercado, principalmente a través de marcas de entry-level y vinos envasados en tetra-brik.

Sin embargo, a pesar de estas tendencias económicas y demográficas alentadoras, el mercado continúa presentando grandes desafíos, ya que los precios promedio de importación aún son bajos, y la infraestructura para la distribución y el desarrollo de negocios es muy pobre y con un gran nivel de corrupción.

Las exportaciones argentinas a Nigeria han sido muy fluctuantes en los últimos años y son pocas las bodegas que operan en este mercado. En 2013 se exportaron 178.000 litros.

Por otro lado, encontramos a Indonesia, que también ha tenido un importante crecimiento, aunque partiendo de una base muy pequeña. Con poco más de 3 mil millones de litros anuales, el consumo per cápita es ínfimo. Esto se debe a que cerca del 95% de la población es abstemia debido a razones religiosas y culturales, y el mercado está fuertemente regulado por el Estado.

Sin embargo, los promocionados beneficios para la salud derivados del consumo de vino hicieron mella en el imaginario colectivo a fines de los 90, iniciando a muchos en su consumo. Se trata de un mercado poco maduro, con un paladar inclinado a los vinos dulces y frutales.

La gran población del país, la quinta más grande del mundo, es una de las características que lo pone entre los MINT. No obstante en el caso del mercado de vino el grupo objetivo de consumidores constituye un target muy específico, formado principalmente por indonesios de clase media-alta, turistas y expatriados.

Aún así, el mercado presenta muchas oportunidades a medida que el poder adquisitivo aumenta y la tolerancia al consumo de alcohol se va extendiendo. Sobre todo en las grandes ciudades, se van adquiriendo hábitos de consumo occidentales que lo impulsan.

Argentina no se encuentra entre los principales proveedores, habiendo exportado sólo 18.400 litros en 2013.

Finalmente, se ubica Turquía, que también presenta impedimentos religiosos a la hora de consumir vino. La religión predominante es el Islam, que prohíbe el consumo de alcohol. Sin embargo, tanto la importación, como la producción local vitivinícola han crecido a tasas elevadísimas en los últimos años. Turquía es un gran productor de uva, aunque la mayoría se destina a la producción de pasas y al consumo en fresco, aunque en los últimos años, la elaboración de vino ha tenido un desarrollo muy favorable, sobre todo en cuanto a la calidad.

A pesar de los impedimentos religiosos, este es considerado uno de los países musulmanes más abiertos, y el consumo de alcohol está instalado en la sociedad, sobre todo en la zona más occidental. El perfil del consumidor de vino, está dado por un consumidor joven, muy atraído por las costumbres occidentales y muy abierto a probar cosas nuevas. La afluencia de turistas también explica una buena parte del consumo. El cual es prácticamente ocasional, sobre todo reservado para momentos especiales.

En los últimos años las exportaciones argentinas a este mercado han caído sostenidamente, desde más de 250.000 u$s exportados en 2010, durante 2013 sólo se facturaron 123.000 u$s a Turquía.

Fuente: Area del Vino

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